Cerraron la puerta tras de sí y automáticamente tanto la luz como el ruido del exterior aumentado por la lluvia disminuyó considerablemente dejando en plena oscuridad escuchar sus respiraciones. Asahina buscó el interruptor para encender la luz pero al deslizar sus dedos por el frío interruptor, éste no funcionó por lo que les quedó intentar visualizar en las penumbras; sin embargo tanto Hiroki como Akihiko, que habían previsto la situación, al notar la falta de electricidad sacaron de la mochila que cargaba Akihiko un par de linternas, las encendieron y enfocaron a su alrededor
La casa era enorme. Mientras Hiroki sólo atinaba a intentar visualizar hasta donde topaba el gran pasillo de la entrada, Akihiko enfocaba la sangre seca que habían visto anteriormente a través de la puerta, cuando la luz de afuera los iluminaba. Siguió con la luz la línea hasta notar que el pasillo parecía contener a su derecha unas gradas; de donde provenía el hilo de sangre.
-¿Por dónde empezamos?- sugirió Asahina aliviado que, contrario a lo que esperaba, el hedor del lugar era un tanto soportable… a penas hizo la pregunta y volteó a ver a sus acompañantes; una sonrisa apareció en su rostro al ver que Akihiko y Hiroki se colocaban máscaras de enfermería para evitar el olor.
-¿Parece que pensaron en todo no?- comentó Kaoru.
-Mjm, bakas Hirohiko; aquí se soporta como hombres- mencionó Isaka mientras agarraba las mandíbulas de ambos y les arrebató las máscaras que cargaban. Acto reflejo Hiroki dejó caer la linterna frunciéndole el ceño a Isaka
-¡Devuélvenoslo! Hiroki enojado intentó golpearlo, pero sus golpes ni siquiera llegaban a tocar a Isaka que lo tenía sujeto de la cabeza para que no lo lastimara. Por su parte Akihiko le tomó nula importancia pues había notado algo más interesante en la casa; una sombra de un gato recostado en las escaleras. El gato angora tenía un ojo abierto por la luz que Akihiko ponía sobre su rostro, sin despegar la luz, el peliblanco caminó unos cuantos pasos intentando no asustarlo, aunque en esa casa no creía que hubiera alguien tranquilo. Mientras tanto Asahina que había notado lo que observaba Akihiko, lo siguió atrás algo dubitativo…
-¡Vamos!, no es tan fuerte el olor- de pronto Isaka quien contemplaba divertido los intentos vanos de Hiroki, sintió una gota fría resbalar por su cara, luego otra, y luego otra. Quitó la atención en el menor y vio hacia arriba; sus defensas se bajaron mientras miraba atónito la figura. A penas bajo la guardia, Hiroki le dio un puño certero en el estómago haciendo que Isaka cayera. –mier-da- cayó Isaka desplomado
-¡Ja!- cuando Hiroki logró derribar a Isaka sintió que una gota fría caía al centro de su cabeza y, al igual que había hecho el medio inconsciente en el piso, Hiroki también volteó a ver hacia arriba…
-Shhh, gatito, no te voy a hacer nada-
-Akihiko, no creo que...- caminó un poco más rápido Asahina siguiendo al peliblanco-
-Ven… neko- sus orbes violáceas no sacaban la mirada del gatito con piel blanca y ojos lila como los de él.
-Akihiko-
-¡Hay un alce babeando!- Hiroki corrió con todo lo que daban sus piernas para tirarse hacia Akihiko que por el impacto cayó junto con Hiroki encima del gato-
-¡No lo toquen, está muerto!- gritó Asahina al ver a ambos desplomándose hacia la figura disecada. El contacto del gato con la piel de Akihiko fue suficiente para que se fuera abajo toda la confianza que había tenido hasta ese momento y como pudo se quitó a Hiroki de encima gateando lo más lejos que podía de la figura del gato boca abajo.
-Akihiko… perdón- Su expresión delataba miedo, por lo que Hiroki se limitó a disculparse bajando la cabeza; su primer acto como príncipe había sido lastimar a la princesa y ahora peor ya no se podía sentir.
Asahina al ver a Akihiko ido en el animal disecado se hincó para recogerlo del suelo, las manos frías y el rostro pálido de Usami le comenzaban a dar desconfianza a Kaoru de haber seguido las instrucciones de su amo. Por su parte Isaka se arrastro aún con el estómago adolorido por el golpe, hasta Hiroki cabizbajo en el suelo, sin que lo viera, le agarró los hombros haciéndolo caer de espaldas y se recostó sobre él.
-Tú…- la cara de furia de Isaka se desvaneció completamente al ver la cara de Hiroki a punto de llorar. Resopló por lo bajo y sin quererlo se desplomó sobre Hiroki que entre miedo y tristeza sólo se aferró al pecho de Isaka.
Los cuatro quedaron un par de segundos en silencio, Asahina sosteniendo a Akihiko e Isaka sobre Hiroki. La apuesta ya no estaba siendo nada agradable pero el primero en reaccionar hizo que todos cambiaran de opinión.
-Las historias de miedo solo existen en libros como los de Óscar Wilde- reaccionó Akihiko soltándose de Asahina y volviendo a agarrar la linterna.
-Tienes razón Usami- le sonrió Asahina ya observando que el ojivioleta enfocaba al gato muerto y con el pie lo lanzaba a unos cuantos metros de donde todos estaban-
Isaka se levantó y sintió un pequeño tirón de su camisa; era Hiroki que aún ido no había acertado a romper su agarre.
-Suéltame Hiro-san- susurró Isaka e inmediatamente Hiroki agarró consciencia de la situación arrastrándose lejos de Ryuuchirou con sus manos y sus pies topándose a la vez con Akihiko. Éste al notarlo le extendió la mano volviendo a su sonrisa típica.
-¿Isaka estás bien?- le tendió la mano Asahina a su amo mientras este ya menos adolorido aceptaba la ayuda.
Bueno, ya basta de ridiculeces, ni hemos avanzado del zaguán de la puerta. Los cuatro se voltearon a ver para notar que seguramente no estaban ni diez pasos lejos de la puerta por la que habían entrado. Al voltear Isaka logró observar con mayor detenimiento la figura de cabeza de alce que se encontraba de adorno sobre la puerta, al parecer la gotera caía de su boca.
-Recordemos que ella disecaba animales- recalcó Asahina haciendo especial énfasis mirando a Akihiko que fue el primero en intentar tocar algo que no debía. Los cuatro hombres suspiraron al unísono y dirigieron su vista de nuevo a las escaleras.
-Supongo que entonces comenzamos por el cuarto de la occisa- Dijo Akihiko al volver a ver la sangre desparramada.
-No, nos llevaría mucho tiempo si todos vamos juntos-
-¡¿Ah?!- Gimió Hiroki a la vez que Isaka retomaba de nuevo su compostura, ‘tuve que haberle pegado más abajo para que desistiera de sus ideas’ pensó el moreno pero la sonrisa de Isaka que aparecía de nuevo no le daba buena señal.
Por su parte a Isaka no le había hecho ninguna gracia que su actitud de confianza se hubiese desvanecido al ver al alce, claro agregando el golpe de Hiroki y la arrastrada que se había tenido que dar para vengarse para al final apiadarse del más pequeño del grupo; todo aquello lo había dejado humillado frente a Asahina lo cual todavía se recriminaba vilmente. Ahora que lo pensaba, odiaba más a su padre y sus estúpidas historias inventadas de que sobrevivió en un bosque y más mierdas que sólo Asahina se creía.
Esa había sido la razón por la que Isaka había comenzado todo; quería demostrarle a Asahina que él era más fuerte y valiente que su padre, cuando lo conoció se juró proteger al niño indefenso pero ahora él era el que actuaba indefenso. Patético.
Un estruendo hizo que Akihiko palideciera un poco más, que Hiroki comenzara a temblar y que Asahina frunciera el ceño; pero el único efecto en Isaka fue resaltar su alter ego permaneciendo estático frente a la luz tosca del relámpago, que hacía emanar sombras de varios animales, puestos en toda la casa como si estuvieran vivos, como si estuvieran durmiendo.
-Seguía diciéndoles… la casa es muy grande y, por suerte tiene cuatro pisos- mencionó Isaka
-Eso significa…- balbuceó Hiroki
-Sí, nos dividiremos dentro de los cuatro pisos-
-No creo que sea buena idea Isaka- mencionó Asahina
-Pues lo único que me pude robar de los investigadores fue la llave de la casa, no los mapas; así que no queda otra opción.. etto veamos, por orden de edades-
-¿cómo así? Volvió a preguntar Hiroki, mucho más miedoso
-Los pisos: el primero es tuyo Kamijou, eres el más pequeño- El aludido frunció el ceño y estuvo a punto de insultar pero fue interrumpido nuevamente por Isaka que seguía planificando
-Akihiko, a ti te toca el segundo nivel, ¿no te importa que sea el nivel en donde murió Nakamura verdad?
-¡Claro que le importa! ¡yo iré en su lugar!- gritó Hiroki antes que siquiera pudiera contestar el peliblanco
-Hiro…-
-Y-yo i-ir-iré- sus palabras entrecortadas reflejaban su miedo pero su mirada fija en Isaka reflejaba su decisión de cambiar el miedo que hacía momentos le había hecho pasar a Akihiko y su actual decisión era para proteger a Usami de lo que aparentemente era una invitación al suicidio al ir al cuarto de los hechos.
-Como quieran Hirohiko; yo iré al tercer nivel y Asahina, un año mayor que yo, irás al cuarto nivel. ¿de acuerdo?-
-Yo no soy de la idea de separarnos- repitió Asahina que había callado todo el tiempo
-Esto no es una excursión, es una competencia para ver quién es más valiente y astuto para encontrar el tesoro-
-Así es- frunció el ceño Hiroki; decido, igual que Isaka, de no quedar mal frente a las personas que amaban. Asahina, conociendo a su amo, suspiró por lo bajo y agacho la cabeza en señal de aprobación comenzando a subir las gradas detrás de Isaka. Hiroki iba a comenzar a subir cuando una mano lo detuvo
-¿Estarás bien?- la preocupación de Usami por su mejor amigo aumentó cuando al tocarlo sintió que estaba inclusive más frío que él.
-Cla-claro, te-te protegeré- dijo decidido aunque por dentro estuviera muriendo. De pronto se encontró con la sonrisa de Akihiko y un jalón hizo que sus pechos toparan, situación que aprovechó Akihiko para topar por un segundo sus labios a los de Hiroki. El menor por la reacción hizo un paso hacia atrás.
-¡Bakahiko!- sus mejillas ardían y la mano que seguía sosteniendo la de Usami comenzaba a calentarse
-Es un conjuro para la buena suerte- se excusó el peliblanco y en vez de oír un grito de Hiroki o un insulto, su respuesta le preocupó…
-Gra-gracias- soltó suavemente la mano de Akihiko y comenzó a subir las gradas sin voltearlo a ver.
-Hiroki- susurró dubitativo Akihiko.