Bueno dejad ya esas caras y moverse de una vez que ya va siendo hora de vuestras clases, no podré lidiar con las alumnas diurnas sin ayuda de la barrera – recordó Zero, girando su mirada al director–Cross, Reiji se integrara ahora o después – inquirió al director.
Y-Yo…considero que Reiji-san debería decidir – balbuceo Cross un poco ido.
Reiji sonrió elocuente – no hay problema, al contrario debo ponerme cuanto antes al corriente para guiar a la nueva clase nocturna – espetó manteniendo su sonrisa - ¿me acompañas Zero? – sugirió al menor que se liberó del abrazo de Reiji pasando de largo en una silenciosa invitación de que le siguiera, Reiji enarco levemente una de sus cejas y siguió al muchacho ante la confundida mirada de los espectadores. – Tan yandere – susurro con una risita siendo oída la oración por el comité.
Zero se giró y le observo fulminante, su compañero elevo sus manos en señal de rendición. – un placer conocerles – dicho esto a los presentes se despidió desapareciendo con Zero.
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¡Kyaa!
¿Quién es el nuevo alumno de la clase nocturna?
¡Es muy guapo! – exclamó una chica al ver a los dos apuestos chicos recorrer el lado diurno de la Academia, las muchachas de hormonas alborotadas pronto, en pequeños grupos se dirigieron al nuevo joven.
¿Pertenece a la nueva clase nocturna? –
¿Qué edad posee Sempai? –
¿Cuál es su nombre?-
Rido internamente calmaba sus instintos por decapitar a cada chica, con una resplandeciente sonrisa que hacia doler su desacostumbrada mandíbula respondía con tono sedoso y gentil cada cuestionamiento, siendo blanco de la mirada burlona de Zero.
¿Kiryu-sempai le trato bien? – inquirió una chica, lo cual le dio mala espina a Zero al ver la sonrisa con atisbos de sadismo en el rostro del apacible pelo negro.
Oh, muy bien de hecho él es un muy buen amigo mío ¿no es así Zero? – inquirió fingiendo demencia a la afilada mirada del prefecto.
Perfecto, el idiota lo había arrastrado en su calvario.
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Tras librarse de las diurnas, un cabreado pelo plata y un aparentemente amistoso pelo negro se dirigían a la casa del director, debido a que ya se acercaba el toque de queda, Zero no tuvo más opción que complacer al engreído vampiro dejando que se cambiara en su habitación para luego ir con los de la clase nocturna.
¿Me veo bien? – Salió de sus pensamientos al oír la arrogante pregunta, el pelo negro ya no vestía casual ahora vestía el inmaculado uniforme nocturno.
No te creas vampiro narcisista – refutó Zero sosteniendo la mirada escarlata.
El mayor se fue acercando hasta quedar a la altura de Zero, lo arrinconó en la pared más cercana y reclamó los sabrosos labios de su amante.
Ambos se separaron, Zero gruño jadeante por el intenso contacto y el pelo negro sonrió lamiendo sus sangrantes labios – yandere – reitero con burla pintada, Zero iba responder pero se vio interrumpido por unos suaves toques.
Zero… Ya es hora del toque – recordó una voz en el exterior de la habitación.
Entendido Wakaba –comentó audible para la voz, se oyeron unos pasos alejarse.
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¡Reiji-sama!-
¡Reiji-sama!-
Zero quería asesinar a alguien y ese alguien era el dueño del insoportable barullo creado por las diurnas, miro de reojo el desfile de los vampiros, el desgraciado causante de su tortura sonreía de forma cálida y amical a las chicas, lo hacía a propósito, de ello no tenía duda.
Parad ya de gritar y formar ya una fila, la siguiente que desobedezca será excluida de participar en eventos con los nocturnos – amenazó formando una barrera con una vara de empuñadura en forma de hacha doble, la cual al ser manipulada con maestría hizo temblar a los presentes.
Obedezcan a Zero-chan chicas de la clase diurna ¿O es que acaso será que quieren recibir un castigo conmigo? – añadió su compañero un sonriente joven de cabellos plomos, dueño de unos preciosos ojos color turquesa.
Las chicas en un parpadeo se vieron en fila causando una leve gracia en los nocturnos.
Wakaba te dije que dejaras ese mote – advirtió el pelo plata, el chico ignoro la amenaza y salto atrapando al pelo plata en un efusivo abrazo.
Noo no… Zero-chan suena más tierno – cual minino sumiso con su amo el chico un poco más bajo que el pelo plata, sobaba su rostro en el hombro de su compañero, los presentes ya se habían acostumbrado al radical cambio del nuevo prefecto, por ello en esta ocasión nadie diría nada, aunque al principio fue realmente impactante, ya era una costumbre ver aquel ritual entre ambos prefectos.
Claro aunque siempre habían excepciones.
El joven ensombreció su expresión, su mano se mantenía levemente inclinada tas haber aventado una de sus preciadas Artemis contra un chico que había intentado acercase a una alumna de la clase nocturna, el pobre sentenciado paso saliva.
Tu… ha disciplina ahora – ordenó con voz iracunda, haciendo temblar a todos.
Se giró a su compañero y le miro con dulzura – te veo luego Zero-chan – se despidió arrastrando al chico como un adefesio.
Zero suspiro, Wakaba era muy versátil.
Bien, os dije que obedecierais, esta vez no intervendré por vosotros ante Wakaba – comentó frunciendo el ceño, las diurnas salieron despavoridas dejando así el paso libre a los nocturnos.
Bien tienen el camino libre – anunció mirando de reojo a todos buscando a alguien que no encontró.
Tras esto se marchó.
Tengo pena por el sujeto que se llevó Wakaba-san —habló Yuki tratando de cortar el tenso ambiente, la clase nocturna siguió sin preocupación alguna hasta sus respectivos salones.
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Sudor, sexo, dolor, placer y sangre.
Jadeos de un verdugo, gritos y lamentos de su víctima.
Escarmiento y agonía, diversión retorcida del verdugo.
Sudor, placer, sangre y diversión.
Desquicio, perdición, abandono, muerte.
Huesos crujiendo, sangre succionada, olor fétido de cuerpos descompuestos.
Cada paso por aquel sendero era como visitar el lecho de la parca.
Zero gruño con desagrado, el nauseabundo ambiente contrastaba con la horrible personalidad del huésped.
Un gruñido se oyó tras él, el desafortunado ser se lanzó al ataque, nadie pudo evitar la tragedia.
Zero se giró esquivando el ataque, sus ojos se tornaron carmín, podría haberlo matado sin mover un solo músculo pero no lo quiso, se dejó llevar por sus impulsos, sus garras crecieron y entrando en frenesí, despedazo con cada zarpazo a la bestia.
Se vio rodeado por más, gruño furioso, habría deseado tener tiempo para jugar, lástima que tenía prisa.
Death — susurro, una bruma negra se dispersó, sin mirar la esquelética y enjuta silueta tras él siguió su camino, ignorando los alaridos y chillidos de las bestias.
Tch… y yo que me tome la molestia de avisar mi visita para que al menos te dignaras a limpiar un poco esta pocilga, no has cambiado nada… Misha – frente al pelo plata un joven de profundos ojos azul eléctrico sonreía levemente.
Una nube a causa del opio consumido se impregnaba en el ambiente aunado al olor a sexo, sangre y fluidos que no podía faltar; cual manada de animales en celo, nobles y humanos se sumergían en un placer oscuro, sus cuerpos se enredaban entre ellos, dejándose llevar por el irracional deseo de placer, buscaban satisfacerlo con cualquiera.
Vamos Zero, solo tómalo como una pequeña bienvenida – saludó con voz serena el chico, sus afilados ojos analizaban el cuerpo del peli plata, el joven se inclinó levemente al oído de uno de sus nobles, el cual trabajaba entre sus piernas e inmediatamente este se apartó y retiró.
Zero se mantuvo en su sitio, sintiendo sus vellos erizarse al sentir un dulce olor, seguido de un desgarrador alarido.
Hey… a que has venido – cuestionó despreocupadamente el anfitrión sentándolo de un jalón entre sus piernas, el pelo plata solo se dejó hacer, el joven coló sus habilidosas manos dentro de la ropa del albino mientras lamia de forma casi sexual la zona del cuello – no… mejor déjame verlo – añadió clavando sus largos colmillos en la piel cremosa del prefecto, quien reprimió un pequeño gemido.
Es suficiente – el pelo plata se apartó suavemente, riendo imperceptiblemente al notar la mueca un tanto adolorida de Misha.
Que veneno – jadeo el chico, el noble que se había marchado apareció con una copa de líquido carmesí y la extendió a su amo, quien la tomó de golpe ante la mirada amatista.
Ya…ya, ahora vete, que no puedo reprimir mi instinto por mucho tiempo y con la sangre que llevas lo más evidente es que termine mi existencia si bebo más – siseo con molestia, jalando a una joven a su lado para succionar su sangre con rabia, ignorando los gritos de esta.
Zero negó y abandonó el lugar, su parte ahí ya había culminado, dentro de poco todo empezaría, lo más probable es que Rido no soportaría permanecer sonriendo como idiota, se aburriría y aquello estaba claro.
Solo una estación más y todo estaría listo.
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Simultáneamente el vampiro azabache no la pasaba ni bien ni mal, hacerle un poco la vida imposible al amante del director era una distracción pequeña pero lo suficientemente entretenida, el hombre por su parte reprimía el impulso de encestarle un plomazo en medio de los ojos al irritante vampiro, joder, que ni Kuran era tan insoportable como el nuevo.
La mayoría de alumnos nocturnos por su parte habían huido espantados de la clase, advirtiendo la poca paciencia de su maestro que de por sí ya los odiaba.
Si el cazador perdía la cabeza, que el culpable pagara con su sangre, no ellos.
Fue una clase muy interesante Touga-sensei gracias por su tiempo – se despidió el pelo negro con una amable sonrisa, salió del lugar con una enorme satisfacción, bueno no había sido tan malo.
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¿Cuántas veces te detienes a observar lo que el cielo cada noche coloca en cartelera?… Recuerda el axioma que dice “Como es arriba…es abajo”… El cielo y las estrellas no son un adorno… son una realidad – Yuki se sobresaltó, pero luego relajo sus músculos al descubrir quién era, un silencio relajante se formó; ambos permanecieron sumergidos en sus pensamientos, Yuki con la vista fija en el cielo nocturno y Zero con su mirada clavada en alguna parte del suelo.
Bien, entonces hoy no solo observare, le enseñare a mi querido hermano cuan real es el dolor, incluso para un ancestro como el – Yuki se giró sellando un pacto silencioso con Zero, el cual, se encontraba recostado en una columna, el chico rió quedito, se reincorporó, realizo una seña vaga de despedida y desapareció entre la espesura del bosque.
Yuki observó la inmensa luna llena y soltó un suspiro – vaya realidad –musitó al aire.
Yuki no quería vengarse simplemente ahora buscaba su libertad, tal vez antes no había tomado aquella opción en cuenta debido al hecho de no tener algo más que sentimientos producto de sus hormonas revueltas de adolescente, pero ahora con un poco de tiempo en soledad, logró ver que tenía a alguien; no desaprovecharía la oportunidad que le brindaba Zero para reivindicarse.
Yuki-sama… que bueno que la encuentro… ya había comenzado a preocuparme – comentó una agitada voz tras ella, los ojos de la castaña adquirieron un matiz diferente a lo usual, brillaban más.
Volvamos de una vez Takuma. – Yuki fijó su mirada en el nombrado, definitivamente debía reivindicarse.
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Wakaba suspiro aburrido, pateó un poco el cuerpo sujeto a una silla, no entendía porque se había desmayado con solo unos cuantos golpes cuando cada vez que golpeaba y torturaba a…
Mishaa maldito suertudo, se quedó en casa… esto es muy aburrido – soltó con un puchero y pequeñas lagrimitas, reposó su barbilla en la mesa frente al chico inconsciente el cual estaba atado de pies y manos a una silla Alemana, la cual tenía añadida una pequeña punta incrustada a la altura del cuello de la víctima.
Wakaba, Misha es un masoquista, no cualquiera soporta lo que le haces – hablo el albino tras él sobresaltándole, el menor se giró y observo al albino.
Hmn supongo — soltó aburrido, chasqueó sus dedos y el ambiente se tornó pesado.
Anamnesis— resonó su voz en eco sobrenatural, el muchacho se reincorporó con semblante ido abrió sus ojos mostrando unas cuencas saltonas totalmente ónix, de su pecho una luz comenzó a parpadear, poco a poco la vida del muchacho se mostró ante los desinteresados dos pares de ojos.
Todo humano como él tiene una vida peor que la mierda — chistó el chico jugueteando con los últimos recuadros donde se mostraba la tortura del muchacho, sutilmente las retocó y las imágenes cambiaron por las de un atraco.
Sería mejor si lo mato ahora pero presiento que su fin será más interesante — comentó divertido.
Zero bufó, cuando Wakaba terminó, ambos se abrieron paso para que el cuerpo sin voluntad pudiese salir sin problemas.
¿A dónde lo envías? — cuestionó mirando por donde se había ido el muchacho.
El menor se encogió de hombros — tal vez hasta la ciudad. — le restó importancia.
Zero le dedicó una media sonrisa y se situó al lado de su compañero, enfundando las manos en sus bolsillos. — vaya día va a pasar — se quejó con pereza. El menor rió en acuerdo.
Zero-chan, porque llevas esa venda en el cuello – preguntó curioso Wakaba, el albino sonrió internamente – fui a visitar a cierto sangre pura, al parecer estaba de fiesta y como siempre terminó envenenado por clavar sus colmillos donde no debía – respondió despreocupado sintiendo una inquietante vibra oscura en la expresión del angelical rostro de su compañero.
Hmn… supongo que Rido se va adelantar ¿no? – dijo Wakaba en tono serio, Zero asintió ante ello.
Yuki no resulta tan molesta. así que ella también participa a cambio de que no tocar al rubio – añadió con pereza.
Yo pido el lado diurno junto a ella, quiero acabar rápido con esto – comentó el chico haciendo un puchero.
Entonces yo de Cross y Yagari – dijo monótono – Rido de su sobrino y Misha de los nocturnos.
¿EEh? y yo que tenía ganas de destrozar al rubio cerebro de hielo – enfurruñó infantil; Zero revolvió sus cabellos concordando con ello, vaya que ese rubio tenía suerte.
Repentinamente un gran estruendo remeció todo el edificio, ambos soltaron una cansino suspiro – comenzó ya… que problemático – farfulló Zero.
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El pelo negro esquivo un ataque que afecto a una de las columnas del edificio remeciéndolo - Joven Kuran piense bien lo que va a hacer – pidió sumergido en su papel, quería dejar de sonreír como idiota y darle una lección a su pequeño sobrino.
Hey… que te advertí de causar problemas – oyó a Zero, su voz denotaba molestia.
Soy inocente, Kuran es el que me atacó con intenciones asesinas– se defendió fingiendo sentirse ofendido, esquivando otro golpe.
Tch…has lo que quieras, Misha debe llegar dentro de poco – informó alejándose del lugar.
Gracias cariño – dijo con notable sarcasmo Rido ganando un gruñido de Zero.
Deberías mantenerte atento – siseo Kaname con la mirada carmín, haciendo que el piso bajo él se resquebrajara para tratar de desestabilizar a su oponente.
Y yo porque debería obedecer, acaso gano algo con eso — soltó desinteresado deteniendo un trozo de escombro astillándolo para dirigirlo al castaño rasgando un poco sus ropas.
Si, morirás sin dolor — atacó enviando dos bloques gigantes del suelo.
Reiji rió con soltura ante ello — cómo puedes afianzarlo — cuestionó alejándose de un salto desapareciendo en las sombras, sus ojos escarlata solo eran visibles.
Maté a Rido Kuran — soltó mirándolo fríamente.
Oh… me sorprende su versión joven Kuran ya que según mis informantes usted estaba rascándose el trasero mientras mi prometido se encargaba del vampiro que quería fallárselo en plena batalla — soltó zancarrón.
Kaname gruñó furibundo, todo a su alrededor se volvió pesado, Reiji rió bajito entre las sombras, ahora era el momento, mordió el sello contra su lengua, rompiendo el conjuro.
Kaname no se percató, hasta que el bicolor se mostró.
Se veía tan apetitoso, que mal que tenía que seguir el plan y alejarme por un tiempo — comentó mirando con burla al oji vino.
Rido —
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Los nobles se encontraban protegiendo a la princesa, repentinamente las luces del salón tintinearon y dejaron de funcionar.
El sonido de un cuerpo cortado y un grito resonó por la estancia.
Kain — gritó horrorizado un rubio oji celeste, miró con pavor los opacos orbes esmeraldas que brillaban en la oscuridad.
Por qué lo haces Ichijo — siseó con rabia.
Takuma protegía a Yuki, los demás nobles comenzaban a rodearlos.
Pronto, una nueva presencia se situó entre ambos bandos.
Dime los poderes de los principales — ordenó una voz monótona.
Takuma sintió un escalofrío. — Ruka manipulación de neófitos e ilusiones, Aidou hielo, Kain fuego — respondió.
Rima y Senri se encargan de los pisos de arriba, Seiren acompaña a Zero-Sama — añadió.
Ok, vete con tu princesa y déjame esto — indicó.
Takuma asintió y con uso de sus poderes traspasó el edificio.
Tan bonito día ¿no?— siseó con ojos carmín, en aquel momento varias sombras emergieron del suelo formando un pentagrama.
Tengan el privilegio de oír mi Oscuro Lullaby Demoníaco — susurró, sumiendo el ambiente en una oscuridad completa por el velo entretejido de imágenes donde se plasmaba el rostro de cada víctima de los presentes, gritos y súplicas no se hicieron esperar, murmullos, mantras enloquecedores, aumentaban y disminuían de forma gradual, las sombras se dispersaron abrazando a sus aturdidas víctimas, guardando silencio.
Repentinamente el extraño rió de forma escalofriante, trono sus dedos y las sombras comenzaron a gritar y mostrar el sin número de víctimas asesinadas y devoradas por aquel ser.
Misha cerró los ojos sonriendo macabro, la sombra de una dama de velo oscuro se acercó y susurro algo que le hizo estallar en carcajadas.
El ambiente pronto se llenó del olor fétido de sangre podrida, un poco más y quebraría la voluntad de sus nuevas víctimas.
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Todo comenzaba a formarse, Yuki, Takuma y Wakaba exterminaban sin compasión a los diurnos, sonrió, al fin Wakaba podía volar la cabeza de las desesperantes alumnas diurnas, literalmente.
Suspiró abandonando su cómoda posición al sentir unas conocidas presencias acercándose.
Zero, están atacan…— uno de los recién llegados no alcanzo a terminar porque una bala perforó su cráneo, cayó al suelo ante la mirada atónita de sus dos presentes.
Es algo personal Kaito, lo siento — susurró aquella disculpa interponiéndose entre dos cazadores legendarios y los edificios diurnos; cerró los ojos y se mantuvo atento al ambiente.
Kein le miro con tristeza antes de desenfundar su espada.
Ambos cazadores sintieron coraje, no entendían por qué debían enfrentarse con alguien que ambos habían llegado a adoptar como su hijo.
Yagari fue el primero en atacar dando entender a Cross que cubriría los ataques.
Zero los observó y sonrió, sus ojos escarlata brillaron, podía ver claramente como todo se detenía a su alrededor hasta congelarse.
Zero caminó grácilmente hasta el pelo negro, que se mantenía inmóvil en posición de ataque, se apoyó en la espalda de este mirando al director de la Academia.
Yo… debo agradecerles en parte, fueron mis maestros — hizo una pausa reincorporándose — ahora sólo debo superarlos — añadió con voz fría.
Realmente deseas matarlos — comentó serenamente un sujeto con imponentes alas color blanco, su rostro era ocultado por una máscara color negro.
Unas almas más atormentando mi mente de noche no es gran diferencia — opinó sin interés.
Como desees — acató el sujeto cubriendo con sus alas a los cazadores.
El tiempo volvió a correr, Cross y Yagari cayeron de rodillas pálidos, hilos de sangre descendían por sus barbillas.
Se dieron cuenta demasiado tarde del potencial de su adversario.
Zero les miraba sobre el hombro a una distancia tras ellos.
Death — susurro.
Los hombres sucumbieron, tras esto.
Zero elevó su mirada, no se arrepentía, la imagen de su gemelo paso por su mente.
Sonrió y siguió su camino.
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Rido seguía sacando de control a Kaname, quien gruñía preso del odio, nuevamente había fallado en el golpe.
Seriamente… es lo único que tienes — provocó Rido — al parecer he hecho tiempo por nada — suspiro decepcionado. — terminemos —
Con uso del Whip Blood hirió a Kaname cerca del corazón cosa de debilitó al oji vino.
Quiero ver como tu inmortalidad es arrebatada por mí y esta pequeña — dijo con diversión empuñando Artemis, cosa que sorprendió a Kaname.
Rido aprovecho esto y lo deshabilitó, sin ceremonia alguna primero la clavo en el estómago de Kaname deslizándola con un poco de dificultad ya que también se hacía daño, subió por el corazón destrozando el pecho por completo.
Lo último que vio Kaname fue a Rido sonriendo ampliamente.
Terminó su diversión destrozando la cabeza de su sobrino, una y otra vez golpeó y golpeó el corazón y cabeza dejando el cuerpo irreconocible, procedió a cortar los miembros sin mostrar ninguna expresión.
Zero se acercó sentándose unos metros frente él.
Rido dejó el cuerpo de lado, lamiendo sus manos ensangrentadas se acercó a Zero.
Los dos en silencio observaron el cuerpo de Kaname desaparecer en leves destellos.
Eso fue infantil, lo hiciste adrede por lo que gozó — se burló Zero, Rido lo jaló hacia su regazo devorando su boca.
Cállate ya— indicó burlón mordiendo los labios de Zero.
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La Academia quedo reducida a escombros, en la entrada se observaban nueve siluetas.
Nosotros nos iremos por Oceanía probablemente, mi familia ha dejado tierras por Australia, Shiki y Rima han aceptado venir con nosotros — comentó Takuma, Yuki le abrazó sonriente.
Muchas gracias — agradeció la princesa.
Son libres de hacer lo que quieran enanos, sólo envíenme pokis y su cuenta será saldada — bromeó Zero con Rima y Shiki que asintieron.
Cuatro integrantes del grupo se alejaron perdiéndose de vista.
Bien, a dónde debemos ir — cuestionó con sarcasmo Rido.
Debemos recoger al idiota de Shirato, seguro se perdió camino acá — comentó Misha.
Se perdió la diversión — dijo Wakaba dirigiendo su mirada a Seiren — tu hermano mayor es un idiota en cuanto a la orientación — añadió, Seiren suspiró, se esperaba eso.
Luego vayamos a Moscú, aquel castillo de los Kuran nos servirá de algo — soltó Zero ahogando un bostezo.
Iré por mi hermano, los veré en el punto de encuentro — informó la chica despareciendo.
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Rido ingresó con sigilo a la habitación, había regresado después de un largo periodo de trabajo, se coló entre las sabanas de su amante, sintiendo su lívido descontrolarse ante el olor a vainilla que desprendía aquella piel; lascivo, cruel y egoísta, Rido lamio con ansias el fino cuello de un desorientado albino antes de clavar sus colmillos en aquella fina piel, sintió su hambre disminuir poco a poco.
Ahgn… maldito idiota ¡odio cuando haces eso!— farfulló con las mejillas rojas al sentir la repentina penetración.
Rido sonrió apresando a Zero bajo su cuerpo comenzó a embestir sin contención, con fuerza, deseo.
Zero comenzó a soltar suspiros reprimidos cosa que excitaba al mayor.
El albino se reincorporó un poco rodeando la fornida y ancha espalda del bicolor, lamió con gula la zona del cuello y perforó la piel comenzando a tomar grandes sorbos.
¿Estás en periodo? — preguntó con voz ronca el mayor, erizado la piel cremosa de Zero.
Si… así que más te vale… no hacerlo dentro — jadeó lamiendo la zona para cerrar la herida.
Jhe… no saldré hasta dentro de tres años por eso he tardado — comentó cambiando de posición, ahora Zero le montaba.
El menor clavo sus uñas en la carne de Rido, movía sus caderas con fuerzas, una serie de sonidos obscenos se oían en la habitación.
R-Rido…— pronunció Zero fuera de sí con la mirada dilatada y nublada.
Rido se reincorporó tomando por la cintura a Zero comenzó a marcar el ritmo, sonrió como solía hacerlo, tumbó Zero bajo el y comenzó a transmitir leves descargas por sus yemas en los puntos débiles del menor
Hmng!— Zero comenzaba a perder control de sus gemidos, cosa que satisfacía al mayor al verse ganador del encuentro.
Rido — gimió al borde del éxtasis — más — pidió rendido.
Rido sonrió complacido, embistiendo con fuerza continuamente el punto G del menor.
Rido — gimió alto antes de venirse.
Rido apresó la cintura del menor, un par de embestidas más y se corrió dentro del menor.
Mañana seguramente Zero se enfadaría, sonrió con cinismo, igualmente ganaría, los gemelos eran una prueba de ello.
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Zero se levantó, ya eran las 6:00 P.M. Un escalofrío recorrió por su columna al sentir como ciertos fluidos se escurrían por su entrada, farfullando maldiciones ingresó al cuarto de baño, se daría una ducha antes de bajar.
Finalmente cuando terminó, se dirigió directamente por los jardines; cerca de los rosales, bajo un árbol pudo distinguir tres cabelleras marrón-rojizas, con resignación sólo le quedo situarse al lado del estúpido Rido, como solía llamarle.
Te han extrañado — musitó jugando con el cabello de uno de los pequeños.
Ambos eran idénticos en apariencia, el cabello de su padre, los ojos de su "madre ", piel blanca cremosa, rasgos finos y elegantes.
Zero apartó su vista de los pequeños al sentirse observado.
Les he dicho que volverías pronto y así lo hiciste, así que no creo que estén enfadados — prosiguió — eres su bastardo padre favorito después de todo — concluyó con el ceño fruncido ante burlona risa de Rido.
En silencio ambos padres tomaron cada uno a un gemelo e ingresaron al gran castillo de estilo Tudor que se alzaba majestuoso.