Capítulo 7.- Hermanos
¡Al fin! ¡Era viernes! Pero no era cualquier viernes, dentro de dos días seria el gran evento al que todo el mundo se moría por ir. La fiesta de Halloween, que según había oído Sanji, era fantástica, sensacional, misteriosa, en un resumen algo que nadie se podría imaginar.
-Nunca creí que este día llegaría- decía Nami.
-Se me hizo una gran eternidad, pero por lo menos la semana de exámenes ha terminado- menciono Usopp.
-Solo espero que todo haya ido bien- comento Conis.
-No deben de preocuparse- hablo Luffy tranquilo –Estoy muy seguro que todos lo lograron.
-¿Por qué dices eso Luffy?
-Porque ustedes son los mejores- sonrió dándoles confianza y algo de pena.
-No creas que por decir eso me alagas- bailaba Chopper al no poder ocultar su felicidad.
-Bueno, es momento de ir por los disfraces- decía Kaya.
-Espero que sea un buen precio- hablo Nami.
-¡Pero tú sabes cómo regatear los precios!- hablo Zoro.
-Vamos de una buena vez- hablo Kohza –O después no encontraremos alguno.
El grupo de amigos se fueron rumbo a la plaza comercial.
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Franky entraba a su hogar y fue directamente hacia la cocina donde abrió la puerta del refrigerador y tomo una botella de cola que tenía siempre lista a la mano cuando era momento de trabajar.
Quería continuar con su nuevo invento, esperaba tenerlo para el próximo domingo, pero estaba tan cansado, tal vez lo continuaría un poco más tarde. Se dirigió hacia la sala donde encontró a Robin, la cual tenía el día libre de clases, durmiendo plácidamente sobre uno de los sillones, traía puestos sus lentes y un libro en una mano.
No importaba los años que llevaran casados, aun la amaba como el primer día. Y eso le hacia el hombre más feliz del mundo. Después de todo, tendrían varios años por delante para seguir amándose.
Observo como una de sus manos estaba en el vientre. Sabia la historia de Robin, y eso le entristecía, pero al mismo tiempo lo hacía amarla más. Pues ella era una mujer muy fuerte y bondadosa.
Con cuidado le aparto un par de mechones de su rostro.
-Bienvenido, Franky- le hablo Robin quien se acababa de despertar.
-Lo lamento, no era mi intención levantarte.
-No te preocupes, solo era una pequeña siesta-Robin se acomodó para sentarse cerca de su esposo.
Franky la observaba con la mirada, sabía que estaba algo distraída. Desde que fue a dejarle la carta a Law. Por eso trataba de darle un poco más de espacio para que pudiera despejar su mente y que pudiera seguir siendo la misma Robin concentrada.
-¿Quieres algo de café?- pregunto Franky.
-¿Sabes prepararlo?-puso una cara curiosa Robin.
-Nunca dudes de mis habilidades culinarias- Franky le guiño el ojo y ambos fueron directos a la cocina.
Franky empezó a tomar los materiales que iba a necesitar y Robin se sentó en la mesa que tenían en el centro de la cocina. Estaba nervioso, quería hablar con Robin sobre lo que paso cuando fue a dejarle la carta, pero no sabía cómo empezar, no quería comentar algo fuera de lugar.
-Quisiera saber cómo reaccionara- hablo Robin.
-¿De quién hablas?- pregunto Franky tratando de hacerse el desentendido, tal vez era mejor que Robin solo hablara y él escuchara.
-De Law, es decir, han pasado 11 años desde que no se ven todos.
-Estoy seguro que reaccionara bien, no es como si fuera a destruir algo… ¿o sí?
-Nunca se sabe con su actitud.
-Bueno tú los educaste a todos. Estoy seguro que Law reaccionara de la forma más madura posible. Después de todo es tu hijo.
-Así es- Robin sonrió tristemente.
Franky le sirvió su taza de café –Deberías de volver a hablar con él.
-Lo intento, pero no veo algún acercamiento. Sé que es mi culpa.
-¡No tienes la culpa de nada!
-Si la tengo, debí de habérselo contado cuando era un niño, es muy inteligente, lo hubiese comprendido, pero tenía miedo y preferí ocultarlo. Pero llego a enterarse por alguien más. Es algo que no me puedo perdonar.
-¡Él es quien debería de entenderlo de una vez por todas! ¡Su desprecio solo te hace mal!
Hubo un largo silencio.
-Lo siento, no debí de haber gritado- se disculpó Franky.
-No, te comprendo, tratas de animarme y te lo agradezco mucho.
Franky se hinco hasta estar a su altura y le dio un beso en la frente y la abrazo protectoramente.
-Sabes que siempre puedes confiar en mí, en lo que tú quieras yo siempre seré tu apoyo. Porque soy tu esposo.
Robin lo rodeo con sus brazos.
-Lo sé, por eso es que te amo.
Sabía que Franky siempre la apoyaría y estaría siempre con ella. Aun después de saber todo sobre ella.
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Mientras que con el grupo de amigos…
-¿Kid y Killer?- pregunto Luffy a Vivi.
-Ya sabes, como son muy famosos por la ciudad, quería pedirles que tocaran en la fiesta.
-Mmm, no se…
-Si es por el dinero, les prometo que les pagaran bien.
-No creo que sea por eso… ¡Ya se! Ven a mi casa.
Todos voltearon a verlos.
-¿Qué dije?
-¿Podemos ir a tu casa?- pregunto Usopp.
-Claro que sí.
-Wow, siempre he anhelado ir a tu casa, Luffy- comentaba emocionado Chopper.
-Shishishi, pues ahora pueden ir todos terminando de ver los disfraces.
Todos entraron emocionados a la tienda. Había una gran variedad de trajes y de jóvenes emocionados esparcidos por todo el lugar.
-Zoro, ven conmigo- lo jalo Perona.
-Nami ¿Qué te parece si vamos a buscar alguno?
-Claro que si Vivi.
-¡Nami-swan! ¡Vivi-chwan! ¡Yo las acompaño!- gritaba Sanji emocionado.
-Tu vendrás con nosotros- lo tomo de la oreja Kohza.
Así los chicos empezaron a buscar unos divertidos y a la vez fantásticos disfraces.
-Luffy ¿tú no buscaras disfraz?- pregunto Chopper
-No te preocupes, ya tengo el mío listo, shishishi.
-Ojala pudiera ver los preciosos disfraces que se pondrán Nami-swan y Vivi-chwan. Pero el que yo me pondré deslumbrara a cualquiera.- decía Sanji mientras buscaba entre todos los trajes disponibles, encontrando uno que a su buen y único visible ojo, era perfecto, por lo que decidió entrar a uno de los vestidores.
Perona buscaba y buscaba entre todos los trajes disponibles alguno que fuera de su gusto, Zoro, para su mala suerte estaba haciendo del carga-todo, el traje que encontraba Perona, traje que él debía de cargar.
-Oye, esto es un fastidio.
-Silencio, que en estos momentos buscare uno para ti- Perona se alejó para adentrarse a otra parte de la tienda. Discretamente Zoro dejo toda la montaña de ropa que Perona le entrego. Él ni de loco se pondría lo que aquella friki mujer le entregaría.
En su “huida” se encontró con Luffy quien estaba sentado.
-¿No te probaras ninguno?- le pregunto a Luffy.
-Sería divertido, pero no lo utilizaría.
-Ahora que lo pienso, es la primera fiesta de Halloween a la que iras desde que te mudaste.
-Shishishi, tienes razón, no sé qué le ocurrió a Law, pero está algo extraño. De ser por él ni si quiera los hubiera acompañado.
-Por lo que veo es muy posesivo contigo.
-¿Tú crees?-Luffy se quedó pensando o bueno eso parecía. –No lo creo. Tal vez este metido en algún problema, pero eso ya sería muy raro.
-¡Zoro!- un chillido desgarro todo el lugar.
-Demonios- Zoro se levantó corriendo.
-Ya veo porque estabas tan distraído- Luffy empezó a carcajearse.
-¡Idiota! no te rías que harás que me descubran- pensaba Zoro -¿Y ahora donde me escondo?- vio el pasillo de los vestidores y decidió meterse en uno.
-¿Marimo?
¿Por qué maldita sea la vida no lo dejaba de joder?
Se volteó con temor para ver a la persona que le había hablado. Era el maldito Ero-Cook, pero para más mala suerte de él, está casi semidesnudo, bueno a no ser por los pantalones que todavía traía puesto, pero no tenía ni el saco ni la camisa, su pecho estaba descubierto.
-¿Qué estás haciendo aquí?- pregunto con nerviosismo Zoro.
-Eso sería lo que te preguntaría, estúpida cabeza de algas.
-¡Zoro! ¿Dónde diablos te metiste?- se escuchaban los gritos de Perona afuera.
-¿Es por eso que entraste?- preguntó Sanji, quien estaba a punto de abrir.
-Shhh, no hables tan fuerte- susurro Zoro, quien puso su mano en la boca de Sanji para callarlo.
Sanji inmediatamente se dio cuenta de la cercanía en la que estaban, el marimo parecía no notarlo, estaba más asustado por la chica de afuera. Aunque ahora que lo veía bien y más de cerca, el marimo parecía lindo cuando estaba preocupado por cosas tontas.
¡Espera un momento! ¿Lindo? ¿De dónde diablos salió eso?
Esa cercanía en la que estaban lo preocupaba, lo mejor era salir de ese pequeño espacio, cuando intento abrir la puerta la otra mano de Zoro lo detuvo.
-¿Qué crees que estás haciendo?- pregunto Zoro.
Sanji se liberó de la mano que estaba puesta en su boca -¿Pues qué otra cosa? Salir.
-No hasta que Perona se haya alejado.
-Tú no me vienes a decir que es lo que debo hacer.
Ambos empezaron una silenciosa pelea en la que uno lo insultaba y el otro lo empujaba.
-Maldito cocinero- decía Zoro.
-Marimo idiota- le contestaba Sanji.
-¿Qué es lo que dijiste?- preguntaron los dos al mismo tiempo.
Pero al momento de acercarse, Sanji soltó la manija de la puerta, la cual se abrió, haciendo que se cayeran ambos al suelo.
-¿Ves lo que has hecho tonto cocinero?
-¿Quién tenía apretada mi mano, cabeza de algas?
-¡Kyaaa!- escucharon ambos un grito. Cuando levantaron la mirada para ver quien fue la chica que grito, se dieron cuenta que era Vivi toda sonrojada, pero no grito por terror sino más bien por emoción.
Al momento de volver a verse entre ellos, se dieron cuenta de la posición en la que estaban. Zoro arriba de Sanji, quien para su pesar, no tenía la camisa.
Cuando decidieron levantarse, todas las chicas que estaban en la tienda ya los estaban grabando o tomándoles fotos con sus celulares y algunas desmayadas o con una hemorragia nasal.
-¡Dejen de pensar en nosotros así!- gritaron ambos mientras se levantaban y trataban de quitarles a esas pobres chicas sus celulares y alguna que otra evidencia.
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Un par de cabezas, pelirroja y rubia, se asomaban por las ventanas de la tienda en el centro comercial.
-Tsk, ¿Por qué hemos de hacer el trabajo de Law?- preguntaba fastidiado Kid.
-Bueno, nos lo pidió de la manera más amable posible- contesto Killer.
-Amenazarte con una nodachi ¿eso es ser amable?
-Pues en su mundo al parecer sí.
-Siempre será un idiota. Si esta tan preocupado por Luffy, que él mismo venga y se lo diga o mejor aún, lo encierra y listo.
-Sería una muy buena posibilidad, pero no creo que la más correcta. Él prefiere que Luffy no se preocupe por el caos causado en el Inframundo.
-Yo creo que es más por lo de la carta- pensó Kid, desde que la dichosa carta llego a sus manos, Law ha dejado de comportarse tan estricto con Luffy y los demás.
Killer vio a Kid tan metido en sus pensamientos.
-Qué raro se ve pensando- sonrió ante tal pensamiento, le divertía molestar a Kid de vez en cuando, como cuando eran niños y hacían travesuras. Le debía a Kid varias cosas, entre ellas su vida, de no ser por Kid, él más seguro ya hubiese sido devorado por otros demonios. Un huérfano no tenía muchas posibilidades de sobrevivir en un mundo habitado por demonios.
Pero entonces aparecieron 5 niños que le devolvieron la sonrisa, entre ellos iba Kid. Aquel chico del que llevaba varios años, enamorado en secreto.
-No es la gran cosa espiar a Luffy, solo es un niño- hablo Kid.
-Ordenes de Law, ya sabes, su prioridad siempre será Luffy.
Killer noto que su mano y la de Kid estaban muy cerca, si tan solo pudiera enlazarlas sería muy feliz, aunque sea por un mínimo momento.
Un grito dentro de la tienda puso en alerta a Kid y Killer, quienes rápido entraron a ver qué fue lo que ocasiono aquel chillido.
Pero no era otro más que el de cientos de chicas alrededor de dos de los amigos de Luffy. Un rubio y un peliverde en una posición, un tanto, comprometedora.
-¿Kid? ¿Killer? ¿Qué hacen aquí?- pregunto Luffy quien los había visto.
-Mierda- pensaron ambos. Espiar no era su especialidad.
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Law estaba en el sótano, como doctor tenía un control total sobre los suministros de sangre.
Era su deber, como el mayor de todos, alimentarlos con la fuente principal de su raza, sangre humana. Pero ellos no mataban a personas para poder satisfacerse, eso quedo marcado en la época oscura, ahora habían encontrado una buena manera sin tener que llegar a lo salvaje.
Solo que en estos momentos no tenía ni siquiera ganas de pensar. Primero, el asunto del regreso de uno de los antiguos Schichibukai y con eso su preocupación se dirigió hacia Luffy. Después que Robin haya venido solo lo altero más. No tenía paciencia para estar cerca de ella, la evitaba a cualquier manera. Aun cuando Kid o Killer lo miraran acusadoramente. Y por último, la dichosa carta enviada hace unos días. No sabía en qué momento iban a llegar. Hasta en eso, los malditos no tenían consideración.
-Tal vez sea mejor descansar- se decía Law, llevaba varios días sin dormir y sur ojeras eran más notables. Subió por las escaleras, pero se detuvo al escuchar un ruido proveniente de la cocina.
-Room- una pequeña esfera azul rodeo su mano y apareció una nodachi negra.
Sea quien sea cuando se enfrentaba a él, no tenía escapatoria y debía de dar por perdida su vida.
-¿Porque no hay pan? Quiero un sándwich.
Law se detuvo antes de salir para atacar. Esa voz la conocía.
-Deja de ser tan caprichoso, estamos aquí de visita.
-Pero no hay nadie, además tengo hambre.
-Entonces empieza a buscar por otro lado- dijo secamente Law
-¡Law!- grito un chico rubio -¿Cuánto tiempo sin verte?- saludo el otro muy felizmente, pero el otro chico pelinegro solo intercambio una mirada.
-Demasiado tiempo, Sabo.
-¿Y los demás?- pregunto el chico pelinegro.
-Luffy con sus amigos y Kid y Killer deben de estar en un trabajo.
Ambos pelinegros destilaban una mirada de rivalidad. Sabo sintió el tenso ambiente que se estaba formando.
-¿Y qué tal tu entrenamiento, Ace?- pregunto Law mientras desenfundaba la nodachi.
-Muy bien, es más creo que soy más fuerte que tu- decía Ace mientras se ponía en posición de ataque.
Sabo suspiro derrotado de veras que con estos dos no volvería a haber un día tranquilo.
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-¿Necesitas que estemos en la fiesta?- preguntaba Killer.
-Bueno- hablaba Vivi –Ustedes son muy buenos tocando la guitarra así que decidí invitarlos también.
-¡Acepta Kid! ¡Así iremos todos juntos!- decía emocionado Luffy.
Atrás de Vivi, Luffy, Kid y Killer, venían los demás chicos.
-Nunca creí ir a la casa de Luffy- decía Nami.
-Quisiera hablar con Law-San- decía Chopper –Doctorine me ha dicho que es un gran doctor, tal vez pueda pedirle consejos.
-En ese caso yo igual hablare con él- decía Kaya.
-Me pregunto si será tan amigable.-comento Usopp.
-Por favor, es solo un humano, ni que te fuera a morder- hablo Zoro.
-Hablando de morder- Perona levanto la mirada a Zoro -¿Qué tanto fue lo que hicieron tú y Sanji?
Las chicas del grupo voltearon maliciosamente hacia ambos hombres.
-¡Que parte del que no hubo nada ustedes no quieren entender!- grito Zoro.
-Entonces ¿porque Sanji-chin dijo que tu mano estaba en su boca?- pregunto Camie.
-El marimo lo hizo para que no gritara.
-¿Gritar? No me digan que en serio pensaban hacerlo en una tienda- hablo maliciosamente Nami.
-¡Nada de eso!- gritaron ambos.
-La cabeza de algas solo se estaba escondiendo de Perona.
Más adelante con los otros chicos…
-Oye Luffy- susurro Killer –No sé si te habrás dado cuenta pero…
-Lo sé- hablo serio Luffy –Algo está pasando.
-Sera mejor que nos adelantemos- hablo Kid.
-Muy buena idea, además si es lo que estamos pensando no podemos transfórmanos delante de ellos- continuo Killer.
-Oigan chicos- hablo Luffy, los demás dejaron el asunto de la tienda para dirigirse a su amigo –Tengo que decirles que…
¡BOOM!
Una explosión ocurrió muy cerca de donde estaban.
Kid, Killer y Luffy se pusieron en alerta y corrieron lo más rápido posible hasta el lugar. Los demás no se quedaron atrás e igual fueron tras los tres chicos.
Cuando todos llegaron al lugar, una gran nube de humo oscurecía toda la vista.
-¡Serás idiota! ¡Acabas de destruir media casa!- gritaba una voz.
-Él ataco primero- se defendió otra voz.
-¡¿Quién me aventó esa bola de fuego?!- gritaba alguien más.
-¿Acaso ellos son…?- pregunto Killer.
-No me digas que ya llegaron- pregunto Kid, si la respuesta era correcta, ahora entendía porque el destrozo.
-Esas voces son de… ¡Law! ¡¿Te encuentras bien?!- grito Luffy.
Antes de que alguien se percatara Luffy estaba siendo abrazado familiarmente por un hombre joven, no sobrepasaba los 29 años, pelo rubio, y vestía unos pantalones azules, camisa blanca y saco azul.
-¡Luffy! ¡Has crecido mucho!
-¿Sabo? ¿Eres tú?- preguntaron Luffy y Killer.
-¡Kid! ¡Killer! Ustedes sí que se ven muy cambiados. Killer te vez genial con el cabello largo.
-Jejeje, gracias Sabo, pero ¿podrías dejar de abrazar a Luffy?- preguntaba con temor Killer.
-¿Ah? ¿Por qué?
-No creo que te guste ser cortado y después incinerado- contesto Kid.
Sabo se dio cuenta de que un par de miradas lo estaban matando. Así que con todo el cuidado del mundo soltó a Luffy, quien rápidamente fue abrazado por otro joven pelinegro, que igualmente no sobrepasaba los 29 años, tenía pecas en la cara y solo vestía unas botas y un short negro, no traía camisa, por lo que se podía apreciar su perfecta musculatura.
-¡Qué bueno es verte de nuevo!- decía el joven.
-Ahí tienes a otro tonto- comento Kid.
-¡Chicos que gusto volver a verlo!
-Igualmente Ace- saludo Kid.
-Oí- hablo Law –Ni creas que te salvas de haber destruido la casa.
-¿Ustedes dos destruyeron la casa?- pregunto Killer.
-Ja, como en los viejos tiempos Killer, tendremos que volver a ser niñeras- sonreía Sabo.
-Y con que ya me bastaba con el tonto de Kid- suspiro Killer.
-¡Oye! ¿Qué quisiste decir con eso?- pregunto en un tono fastidiado Kid.
Entre que los seis chicos empezaron con una extraña reunión familiar, otras personas estaban contemplando el extraño cuadro.
-Cof, cof, Luffy…
-Ah, lo siento chicos- se disculpó Luffy –No creí que nos seguían.
-¡Pero si ustedes se echaron a correr como locos!- gritaron todos.
-¿No nos presentaras a tus amigos?- pregunto Chopper.
-Claro, ellos son Sabo y Ace.- presento respectivamente Luffy.
-Es un placer- contestaron ambos –Gracias por haber cuidado de nuestros hermanos.
¡Paren el mundo!
-¿hermanos?- preguntaron todos.
-Bueno- hablo Killer –No somos hermanos, pero fuimos criados juntos.
-Por lo tanto los seis nos consideramos hermanos- continuo Sabo.
-Fuimos criados por… ¡Auch!- Ace se hinco de dolor, el maldito de Law le había pisado el pie.
-Una mujer, eso es todo- decía para entrar a su casa, o bueno lo que quedaba.
-Vamos Law, no seas tan arisco- le susurro Kid –Únete al divertido encuentro.
-Si por divertido es ver cómo nos matamos Ace y yo, mejor lo intento contigo- respondió secamente Law.
Kid se alejó rápidamente del mayor.
-Wow, Luffy tu cada vez me sorprendes más- decía Sanji.
-No sabía que eran como tus hermanos- comento Kaya.
-Bueno pues así es. Law, Ace y Sabo son los mayores, después es Kid, luego Killer y por ultimo yo.
-Tienes una familia muy extraña- decía Usopp.
-Shishishi, oh, cierto. ¡Law!- el mencionado volteo a verlo -¿Quieres ir a la fiesta con nosotros?
-¿Fiesta? ¿Qué fiesta?- pregunto curioso Sabo.
-Veras, cada año hay una fiesta de Halloween- empezó a explicarles Vivi.
-Se oye interesante.
-A que si shishishi, además Kid y Killer aceptaron venir.
-Luffy- hablo Law –Te recuerdo que soy doctor y…
-¡Nosotros iremos!- comento emocionado Ace, quien volteo hacia donde estaba Law y le sonrió superiormente.
-¿En serio Ace?- preguntaba Luffy.
-Por supuesto, nada como pasar el tiempo perdido con tus hermanos menores.
-Luffy- hablo Law –Igual iré.
-¡Es genial Law! ¡Sera muy divertido si vamos los seis juntos!
-Lo dudo- pensaron Kid, Killer y Sabo. Pero no lo dirían, querían demasiado a Luffy y apreciaban su vida como para decirles algo a ese par de locos.
-Es genial Luffy, así irán más personas al saber que Kid y Killer estarán- hablo emocionado Coby.
Los chicos se quedaron un rato más, los hermanos de Luffy eran muy divertidos y cuando los conocieron bien, podían decirse que incluso con mejores modales que Luffy.
-Nos vemos entonces chicos- se despidió Luffy de los demás.
-¡Los esperamos el Domingo, Luffy!- grito Nami.
El grupo mayor de los chicos se fueron dispersando hasta quedarse solo Zoro y Perona.
-Así que no querías ninguno de mis trajes.
-Sabía muy bien el tipo de traje que querías ponerme.
-Te hubieses visto muy lindo, pero bueno, como te desviaste de tu camino compre uno, espero y sea de tu agrado.
-¡Si me compraste uno de peluche te juro que…!
-Calma, calma, no es de ese tipo. Pero bueno, sacaste algo bueno de esta experiencia ¿no?- sonreía pícaramente.
-¿De qué hablas?
-No me digas que no viste el cuerpo de Sanji.
Zoro se puso rojo al instante.
-¿Y? ¿Qué tal se siente? Tocaste su cuerpo ¿no? Vamos cuenta.
-Eso… n-no es de tu in-incumbencia, loca mujer.
-Oh, pero si te pusiste todo rojo, entonces si le hiciste algo.
-¡Que no ocurrió nada!
Zoro empezó a caminar más fuerte, Perona lo observo divertida. Al parecer se divertiría de ahora en adelante. Observo al sol ponerse, sería mejor que se diera prisa, si Ace y Sabo estaban aquí, quiere decir que hay algo importante que decirles a todos.
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La noche llego y con eso una nueva junta.
Todos los demás demonios ya estaban en el punto de reunión.
-Bien, es hora de iniciar con todo esto- hablo Law.
-Sí, pero debemos decirle que Ace está aquí, tal vez eso les de alguna esperanza.
-Ya escuchaste Ace, puedes cambiar tu apariencia real, tu igual Sabo- hablo Kid.
Cuando los seis chicos llegaron, todos se sorprendieron.
-¿Por qué esta él aquí? ¿Sucedió algo malo? ¿Qué ocurrió en el Inframundo?
-Antes de que se alteren- hablo Ace –No estoy aquí por algo malo.
-Como todos se habrán dado cuenta, el Rey Demonio ha venido personalmente a Seichi.
Todos se inclinaron ante Ace.
-¡Por favor! Solo soy yo, la mayoría me conoce desde que soy un niño, no soy la gran cosa.
-Ace- una voz femenina se acercó –Me alegra ver que Sabo y tú han crecido bien.
-Gracias Robin.
Law aparto la mirada del encuentro entre las tres personas.
-Repórtese el Schichibukai Dracule Mihawk, la señorita Dracule Perona y Hanauta Brook- hablo Jinbei.
Los mencionados se acercaron hacia el centro de la multitud y contaron todo lo que habían hecho y visto la semana.
-Eso quiere decir que Donquixote está vivo- hablo Pell.
-Por la forma en que estaba el cuerpo de Bellamy, sí- hablo Perona
Pero también al momento de examinarlo no encontramos ningún órgano desecho- continuo Mihawk.
Al parecer solo asesino lo exterior de Bellamy, como si fuera un cascaron de huevo- termino Brook.
-Eso es un método muy peligroso, usado por los Schichibukais- dijo Ace.
-Tu padre tuvo siete Schichibukais: Mihawk, Hancock, Kuma, Jinbei, Doflamingo, Crocodile y Moriah- hablo Luffy.
-Y de ellos solo tengo a Mihawk, Hancock, Kuma, Jinbei y también a Buggy, VegaPunk y a ti, Law- explico Ace.
-Tres de los antiguos Schichibukai supuestamente murieron, si piden mi opinión, yo presiento que están en algún lugar cerca de aquí- hablo Robin.
-Solo nos queda esperar el siguiente cuerpo y confirmar nuestras dudas- hablo en un tono calmado Law.
-¡No digas cosas tan tétricas, Law!- hablo Galdino.
-Nunca cambiaras- pensaba Robin.
-Habrá que seguir con el turno de guardia- comento Killer –No podemos dejar que sea quien sea, se salga con la suya.
-Bueno, Ace-San, eso ha sido todo por hoy- hablo Jinbei.
-¿De verdad? Pues fue muy entretenido, la verdad haya abajo rodeado de tanto guardia es muy aburrido- decía Ace despreocupado. –Ah, cierto- pareció reaccionar -¡Todos!
Los demonios que estaban planeando retirarse se detuvieron ante la llamada de su Rey.
-No subí al mundo humano solo para estar presente frente a cualquier ataque, tengo otra noticia muy importante que darles- decía mientras sus hermanos se acercaban. –Estoy aquí, porque la noticia es esta.
La mayoría se acercó a escucharlo. Law se alejó de la multitud, a él que le importaba lo que su hermano menor diría. Tenía cosas mejores que hacer.
-Anuncio oficialmente mi compromiso con Monkey D. Luffy.
