Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SI TÚ TE ATREVES por Niiummy Sarang

[Reviews - 145]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a todos!

Ay me alegra tanto estar de vuelta, y sus reviews me tienen feliz! Muchas gracias por todo.

Sé que algunos ya me odian y lo merezco, pero no me odien demasiado. Aunque, bueno, después de lo que se viene no sé si pueda ser capaz de pedir lo mismo.

En fin... con más de 5 REVIEWS ACTUALIZARÉ EL SÁBADO! ASI QUE NO DEJEN DE LEER Y COMENTAR.

GRACIAS POR TODO!

Canción recomendada: UKISS –End of the road.

CAPÍTULO 12: Matrimonio, Infidelidad y… ¿Divorcio?

Un día de trabajo había acabado para Yoochun y Junsu.

–Es hora de ir a casa –dijo el más alto sin expresión alguna.

–Es cierto. Pero no sé ni a qué hora llegará Changmin, últimamente llega muy tarde, ¿sabes?

–Jaejoong también –confesó desganado –cuando no es el trabajo, es su dichoso compañero laboral.

Junsu hizo un gesto y negó con la cabeza.

–¿Qué vamos a hacer, Chun? Nuestros esposos llegan tarde de trabajar y terminamos cenando solos la mayoría de las veces.

Yoochun hizo una mueca.

–Es verdad. Pero no esta vez.

–¿Huh?

–¿Qué te parece si cenamos juntos esta noche?

Una pequeña risita se le escapó al menor.

–¿Hablas enserio, Yoochun?

–¡Por supuesto! ¿Qué tiene de malo?

Dejando al fin de reír, negó con la cabeza.

–Supongo que nada.

–Bien, entonces hagámoslo.

 

Nos pertenecemos mutuamente

Y sabes que estoy en lo correcto

¿Por qué juegas con mi corazón?

¿Por qué jugar con mi mente?

 

Así, se dirigieron a la casa de los Park-Kim y Junsu se encargó de preparar una deliciosa cena con la ayuda que Yoochun le pudo brindar. Y entonces se sentaron juntos a cenar tranquilamente. Lo que ellos no sabían, es que esa noche Jaejoong había decidido llegar temprano para preparar la cena como antaño, y compartir tiempo con su esposo. Y cuando estacionó su auto y llegó hasta la entrada de su casa vio a través de la ventana a Junsu y a Yoochun cenando y riéndose a carcajadas, hizo un gesto de extrañeza y en seguida ingresó a su casa. Los médicos cirujanos estaban tan ensimismados en las anécdotas recordadas, que no fue sino hasta que Jaejoong se acercó al comedor que notaron su presencia.

–¡Jaejoong hyung! –Exclamó Junsu en cuanto lo vio.

–Oh, Jae –el mayor sonrió de los tres –llegaste temprano.

–Logré hacer un espacio en mi horario y llegar más temprano –contestó con seriedad.

–Oh, claro, justo como hacías antes de que llegara Jung Yunho, ¿no es así? –Soltó con sarcasmo.

Jaejoong enarcó una ceja.

–¿Ya le has hablado también de eso a Junsu? –Su tono de voz era molesto –digo –fingió inocencia –por si las dudas.

–Junsu ha venido a prepararme la cena. –Declaró con simpleza.

–¿Acaso no tienes un esposo que te prepare la cena?

–¿Acaso estabas aquí? Ah, no… estabas –usó un tono de voz que se tornó lleno de sátira –trabajando. –Remató.

–¿Tienes que echarme en cara esas cosas delante de nuestros amigos?

Yoochun guardó silencio y desvió la mirada, el ambiente estaba demasiado tenso como para seguir con la cena, por lo que Junsu se puso de pie.

 

Dijiste que estaríamos juntos por siempre

Dijiste que nunca moriría

¿Cómo podrías amarme y abandonarme,

Y nunca decir adiós?

 

–Bien, gracias por todo, Yoochun hyung –hizo una pequeña reverencia frente a Jaejoong –Jaejoong hyung… yo me voy.

–¿Te vas tan pronto? –Indagó Yoochun, haciendo un puchero.

–Sí, es tarde y debo irme ya.

–Pero si aún es temprano –insistió el pelinegro.

–Pero Junsu está casado y debe ver cómo está su esposo –interrumpió Jaejoong con un tono de voz cortante.

Yoochun tan sólo hizo una mueca de molestia.

–E-es cierto –concordó Junsu –me tengo que ir…

–Al menos deja que te lleve a casa –pidió Yoochun.

–¿Acaso no trajiste tu auto, Junsu? –Indagó Jaejoong antes de que el rubio pudiera contestar a la petición de Yoochun.

–Por supuesto que sí –contestó al fin el menor de los tres –y es hora de irme, no los molestaré más. –Se acercó al perchero cerca a la entrada y tomó su abrigo –gracias por todo y adiós.

Junsu salió prácticamente huyendo de aquel lugar, y en cuanto quedaron solos, los reproches no se hicieron esperar.

–No sabía que te divirtieras tanto con Junsu –soltó con ironía y cierto desdén.

–¿Qué querías que hiciera? –Rebatió –Tú no llegabas y él se ofreció a hacer la cena.

–No me digas…

–¿Por qué llegaste tarde?, ¿Otra vez te quedaste con el señor Jung Yunho?

Jaejoong frunció el ceño.

–¿Qué?

–Pregunté si te volviste a quedar con ese infeliz.

–Basta ya, Park Yoochun –lo encaró –yo también tengo trabajo y cosas que hacer, debo preparar mis clases como el maestro que soy, y hoy hubo una reunión con el decano del Conservatorio y otras directivas, estábamos decidiendo acerca de la  posibilidad de implementar becas para las personas de bajos recursos. –Explicó vehemente –así que por favor abstente de hacer esa clase de comentarios y no te hagas ideas erróneas.

–Oh… ¿te ofendió lo que dije? Eres tú quien me da motivos para pensar lo que pienso y decir lo que digo.

–No es cierto, yo no te he dado motivos para que me trates así. –Quizás fue el conjunto de emociones encontradas, o el recuerdo de las recientes discusiones con su esposo, pero inevitablemente un par de lágrimas se le escaparon a Jaejoong para rematar: –Yo simplemente no he hecho nada, no entiendo por qué te comportas así.

 

Cuando no puedo dormir por la noche sin que te abrace con fuerza

Chica, cada vez que lo intento, simplemente colapso y lloro

Me duele la cabeza y prefiero estar muerto

Revoloteando de un lado a otro

 

 

Y así como a veces Yoochun podía llegar a ser cruel y desmedido en sus palabras, siempre fue muy débil cuando se trataba de Jaejoong, por lo que se puso de pie, y sin estar muy seguro de qué hacer, y con tontos movimientos algo torpes, consiguió rodearlo con sus brazos y atraerlo a su pecho, ¿Qué palabras podía decirle, qué cosas querría escuchar su esposo? Yoochun nunca fue bueno para expresar sus sentimientos, y cuando su orgullo estaba de por medio –como en ese momento– le costaba mucho más sincerarse.

No le dijo nada, sólo lo envolvió en sus brazos silenciosamente, mientras el menor poco a poco calmaba su llanto. ¿Por qué iban pelea tras pelea? ¿Por qué las cosas tenían que ser tan difíciles en ese momento? Era difícil decirlo, pero a esas alturas del partido, ciertamente parecía imposible volver a ser como antes.

 

Aunque hemos llegado al final del camino

Todavía yo no puedo dejarte ir

Es tan natural, tú me perteneces, yo te pertenezco

 

 

Había ido a visitarlo a su oficina, y en cuanto lo hizo, Junsu notó de inmediato que sobre el escritorio de su esposo reposaba la fotografía de su matrimonio, la misma que hacía unos días había hallado rota, ahora se encontraba completamente intacta, como si nunca se hubiese roto aquel vidrio.

–Veo que las cosas han cambiado desde la última vez que vine –comentó, parándose frente al escritorio del menor.

–Las cosas cambian –contestó, encogiéndose de hombros.

–Tú debes ser experto en eso de cosas que cambian.

–¿Qué quieres decir?

–Nada, sólo decía eso… –Mencionó con un sarcasmo que el moreno supo detectar perfectamente, pero que prefirió ignorar.

Changmin hizo una mueca y se sentó frente a su ordenador, del otro lado del escritorio.

–Me enteré de que ahora incluso vas a la casa de Yoochun para prepararle la cena. –Comentó, sin dejar de mirar el ordenador.

–¿Hay algo malo en eso? –Indagó con sequedad.

–No conocía esa faceta tuya. –Señaló con el mismo sarcasmo antes usado, sin llegar a ser específico con la respuesta a tal pregunta.

–Últimamente llegas muy tarde a casa –se defendió el rubio, señalando otra cosa, encaminando la conversación a otro reproche –y Yoochun dijo que Jaejoong también llegaría tarde esa noche, así que decidimos cenar juntos, no le veo nada de malo.

–Oh, bien, entonces eso es bueno, es bueno que no le veas nada de malo. –Continuó con aquel molesto tono lleno de reproche, disimulado con una sátira de palabras que trataban de desviar el tema.

–¿Qué demonios estás insinuando?

–¡No insinúo nada, maldición! –Se exasperó –Sólo digo que a veces pasas demasiado tiempo con Yoochun, ¿no te basta con verlo todo el día en el trabajo? Y luego me reclamas a mí que llego tarde a casa o que no estamos mucho tiempo juntos como matrimonio.

–Ah, ¿no insinúas nada? –Decidió ignorar aquel último reclamo y ahora fue su turno para reclamar –Bien, entonces yo tampoco insinuaré nada y te preguntaré directamente por qué demonios el vidrio del marco de la fotografía de nuestro matrimonio estaba roto hace apenas unos días.

 

Ven al final del camino

Todavía yo no puedo dejarte ir

Es tan natural, tú me perteneces, yo te pertenezco

 

Changmin se sorprendió ante aquella pregunta, sin embargo, se escondió tras una coraza de autodefensiva, haciendo una pregunta que podría cambiar el rumbo de la conversación.

–¿Cuándo entraste a mi oficina?

–¿Eso importa ahora? –Contestó con otra pregunta –no puedo creer que las hayas dejado caer quién sabe cómo –recriminó –ya veo cuánto es lo que te importa nuestro matrimonio.

–Fue un accidente –desvió la mirada, intentando no pensar que fue por haberle hecho el amor de manera salvaje a Cho Kyuhyun sobre su propio escritorio. –Ya lo reparé.

–Sí, eso veo, pero, ¿Por qué no me dijiste nada?

–Oh, vamos, Junsu, no es algo importante.

–¡Bien, entonces! El que yo cene con Yoochun tampoco es algo importante, empezando porque lo que ocurra conmigo hace mucho dejó de ser importante para ti.

–¿De dónde sacas eso? –Lo miró indignado.

–¿Me dirás que es mentira?

Hubo un momento en el que el Changmin llegó a vacilar en contestar aquella pregunta, pero no, no es que su matrimonio no le importara, ¿pero, entonces qué era?

 

Nena, sé que realmente me amas,

Tú simplemente no te has dado cuenta

Nunca has estado allí antes

Es sólo tu primera vez

 

–No es que no me importes, Junsu –lo miró decidido –ni tampoco que nuestro matrimonio haya dejado de importarme.

–¡Y entonces qué es! ¿Cómo puedes decir que no es cierto? –Reprochó –ya no sé qué es lo que pasa, ¡no sé por qué ya no te interesas en nada!

–¿Cómo quieres que me interese en algo si lo único que haces es quejarte y reprocharme todo?

–No tendría que reprocharte nada si actuaras como es debido.

–¿Y qué quieres entonces? ¿El divorcio?

Aquello hizo que Kim Junsu apretara los labios y juntara el entrecejo, no podía creer que Changmin fuera capaz de llegar a tanto. Sin embargo, él tampoco pensaba seguir mostrándose como el débil de la situación, y aunque le doliera, lo enfrentaría.

 

Quizás te perdone,

Quizás lo intentarás

Debemos ser felices juntos

Para siempre, tú y yo

 

–¡Haz lo que se te plazca!

–¿Entonces eso es realmente lo que quieres, Kim Junsu, el divorcio?

 

Los gritos de tan acalorada discusión entre Junsu y Changmin ahora se escuchaban fuera de la oficina, y entretanto Niiummy Sarang permanecía parada junto a la puerta, escuchando en silencio todo lo que allí se decía, cosa que empezó a hacérsele demasiado fácil cuando subieron la voz. Fue en esas que Park Yoochun llegó hasta el último piso del edificio de “DongBang’s Resort”, y sin anunciarse ni decir palabra, sonrió divertido al ver a Niiummy, curiosa y entrometida, husmeando la conversación. Yoochun caminó hacia ella sigilosamente y la sorprendió, asustándola a morir, hasta que lo reconoció.

–¡Oppa! –Musitó, agitada. –Me has dado tremendo susto…

–¿Qué haces chismoseando conversaciones ajenas? –Reprochó, sin dejar de sonreír – ¿Nunca te enseñaron modales?

La pelirroja negó con la cabeza y lo miró preocupada.

–Esto es serio –juntó el entrecejo en señal de desesperación –Junsu y Changmin oppas está discutiendo, y acaban de mencionar el divorcio. –Remató, aterrada con la sola idea.

De inmediato la sonrisita burlona de Yoochun desapareció de su rostro, y guardó silencio para escuchar lo que decían los otros dos.

 

Puedes amarme nuevamente como antes

Esta vez quiero que me ames mucho más

Ahora, en su lugar sólo ven a mi cama

 

–¿Qué haga lo que me plazca? –Repitió Changmin, indignado –y dices que es a mí a quien poco le importa nuestro matrimonio…

–Si es lo que quieres, no pienso detenerte. –Lo miró inquisitivo – ¿Eso es lo que quieres?

–¡Basta, ya, maldición! ¿Por qué actúas así?

–No seas ridículo, no intentes pintarme ahora como el malo de la historia.

–No te estoy pintando como nada. Déjate de tonterías.

–Ah… ¿ahora resulta que el tonto soy yo?

El silencio reinó unos instantes.

–Junsu… –Fue lo único que pudo pronunciar.

–Estoy desesperado –se sinceró –no sé cuánto más tenga que soportar esto –juntó el entrecejo –siento que es demasiado para mí –sacudió la cabeza de un lado a otro –mucho menos cuando sé que ya nada te importa –se dio media vuelta con la intención de salir del lugar –esto no es lo que quería para nuestro matrimonio…

Junsu lo amaba, y por ende aquello no podía causarle más dolor. No era justo, lo que sucedía no estaba siendo justo para nadie. Todos somos humanos, todos cometemos errores, ¿cierto? Entonces, por qué Changmin sentía que su error era irreparable, que ya no había salida; peor aún, era cuando en ocasiones llegaba a sentir que su aventura con Kyuhyun ni siquiera era un error, sino algo para lo que estaban destinados. ¿Qué sentía exactamente por el menor? No estaba seguro, le aterraba imaginárselo con certeza. Mucho más cuando sentía que no había dejado de amar a Junsu, y era en momento como ese cuando sentía que no podía perderlo.

 

Solo, no me dejes…

Aunque hemos llegado al final del camino

Todavía yo no puedo dejarte ir

Es tan natural, tú me perteneces, yo te pertenezco

 

Y en cuanto Junsu salió de la oficina, sus lágrimas corrieron libres por sus mejillas, sin siquiera notar que Yoochun y Niiummy estaban cerca de la puerta, seguramente escuchando lo que acababa de decir, su discusión con su esposo. A Kim Junsu no le estaba importando nada, sentía que el dolor que estaba experimentando jamás sanaría, le dolía profundamente aquel amor.

Entretanto, Park Yoochun sintió que algo dentro de él se rompía al ver a Junsu correr con desesperación hacia el ascensor del recinto con la única intención de abandonarlo sin que nadie lo viera llorar. El mayor tomó el otro ascensor, sin siquiera despedirse de una Niiummy confundida, asustada, temerosa, y se apresuró a alcanzar al rubia, quien en el ascensor contiguo lloraba como si no hubiese un mañana.

Ven al final del camino

Todavía yo no puedo dejarte ir

Es tan natural, tú me perteneces, yo te pertenezco

 

Niiummy Sarang lamentó como nunca el momento en el que decidió alcahuetear la aventura de Shim Changmin con Cho Kyuhyun, porque aquello fue lo que abrió la puerta a la infidelidad, y ahora, aquella misma aventura estaba desmoronando las vidas de muchas más personas que de las dos principalmente involucradas. Necesitó un par de minutos antes de armarse de valor para enfrentar a la oficina de Changmin y hablar directamente con él, tenía que persuadirlo de que acabara con su aventura de una buena vez y para siempre.

 

Mientras tanto, Yoochun logró llegar a la primera planta justo después de que Junsu lo hiciera, caminando apresuradamente con el rostro inexpresivo, no permitiría nunca que los demás lo vieran llorar. El pelinegro lo alcanzó del brazo justo después de que el más bajo saliera por completo de la compañía y llegara al parqueadero. Junsu reaccionó sobresaltado, pero se calmó de inmediato al reconocer a su amigo. En ese preciso instante, ambos se detuvieron justo antes de alcanzar el auto del menor. Sus miradas se encontraron, la de uno era de profunda tristeza y dolor por un desamor, y la del otro era la de empatía hacia su amigo, hacia quien tanto quería.

 

Yeah chica, todas esas noches

Cuando corrías con esos otros sentimientos

No sabía qué estabas haciendo

Tú simplemente no sabes cuánto te amo

 

–¿Qué voy a hacer ahora…? –Musitó Junsu, apenas audible a Yoochun.

Ni el mismo Park Yoochun, quien siempre tenía una palabra de ánimo en cualquier ocasión, pudo ser capaz de decirle algo. Así, lo único que pudo hacer en ese momento fue estrecharlo precipitadamente contra su cuerpo y rodearlo con la profunda calidez sus brazos. Eso fue suficiente para que Junsu se soltara a llorar libremente en sus brazos, temeroso, dolorido, despechado… y permanecieron así hasta que se separaron para abordar el auto de Junsu con Yoochun como conductor.

Ninguno de los dos habló mientras conducían, Junsu lloraba en silencio y Yoochun no despegaba la vista de la carretera, mordiéndose el labio inferior mientras meditaba en lo ocurrido y creaba en su mente hipótesis de lo que ocurriría después.

 

Todo lo que quiero es sólo para amarte baby

Aunque me hieras y me engañes

¿Me entiendes?

Todo lo que quiero hacer es simplemente amarte con todo mi corazón y toda mi alma

Así que por favor, sólo regresa…

 

Y finalmente se detuvo en un edificio en el cual él y Jaejoong habían comprado un Penthouse, especialmente pensado para ambos, cuando quisieran cambiar de rutina o simplemente para sus huéspedes. Pero en ese momento definitivamente Yoochun no pensó en nada más, sólo quería estar con Junsu, acompañarlo en ese momento con su dolor.

Y una vez en el Penthouse, se sentaron en la sala de estar para beber, Junsu sólo quería olvidarse de todo aunque fuera por un momento, y el licor era un buen amigo que ayudaría a olvidar, un amigo del cual Yoochun no pensaba privarlo.

Junsu empezó a contarle amargamente a Yoochun lo que estaba viviendo con Changmin, en el infierno a fugo lento en el que se estaba convirtiendo su matrimonio. Era una suerte para el rubio tener un amigo como el mayor, quien siempre estaba ahí para animarlo, aconsejarlo o simplemente escucharlo. Pero lo que Junsu jamás se imaginó es que con cada una de sus palabras estaba consiguiendo hacer que Yoochun sintiera un profundo desprecio que se incrementaba hacia Changmin, por comportarse de manera tan vil, por hacer sufrir de esa manera a su esposo. Pero de lo que Park Yoochun no estaba siendo consciente, es que él mismo tenía también un esposo de quien debía ocuparse, una persona que lo amaba profundamente, quien lo necesitaba, quien necesitaba desesperadamente que se diera cuenta a tiempo de su distancia para no perderlo.

 

Así, Jaejoong llamó a Yoochun repetidas veces pero jamás obtuvo respuesta. Al final le envió un mensaje de texto que decía <<¿Dónde estás? Ven a casa, sigo esperándote.>>, pero Yoochun sólo fue consciente de los textos y las llamadas hasta un buen rato después. Al final, ya lo suficientemente ebrio, escribió un texto para Jaejoong que decía <<Hoy no iré a casa, tengo unos asuntos de los que debo encargarme con Junsu. Lo siento, Jae>>. Y aquello fue suficiente para que los celos y la molestia crecieran en Jaejoong, ¿Por qué tenía que pasar tanto tiempo con Junsu? Jamás lo dijo, pero ahora, eso lo cabreaba más que nunca. Se enojó tanto que sencillamente tomó su chaqueta, sus llaves y su billetera para dirigirse a un bar –ciertamente exclusivo y elegante– con la única intensión de embriagarse, estaba enojado, se sentía solo y no quería saber de nada más.

 

Nos pertenecemos mutuamente

Y sabes que estoy en lo correcto

¿Por qué juegas con mi corazón?

¿Por qué jugar con mi mente?

 

Llegó al bar e hizo tal y como había pensado, lo que jamás se imaginó, es que a aquel lugar llegaría también Jung Yunho, quien estaba acompañado de sus amigos y se había sentado en una de las mesas cercanas a la barra, en la que él se encontraba sentado. Pero por instinto, ambas miradas se encontraron y ya les fue difícil dejar de mirarse en los minutos siguientes. Esa noche Jung Yunho fue quien tomó la iniciativa, y después de avisarles a sus amigos que hablaría con su compañero laboral, se acercó a él.

Ya nada los detuvo cuando una nueva conversación se inició entre ambos.

A Kim Jaejoong le gustaba mucho charlar con Yunho, se sentía tranquilo, seguro a su lado, no sabía cómo explicarlo, pero la manera en la que lo hacía sentir, era diferente a cómo se sentía con el resto, aquella era una sensación que antes sólo consiguió despertar en él Park Yoochun. Pero Park Yoochun se encontraba en un lugar remoto para su esposo, del otro lado de la ciudad, bebiendo con Kim Junsu, compartiendo con él sus penas.

 

Aunque hemos llegado al final del camino

Todavía yo no puedo dejarte ir

Es tan natural, tú me perteneces, yo te pertenezco

 

Seis vidas.

Dos corazones rotos.

Dos jóvenes solteros y seductores que entraron sin saberlo, a un juego de infidelidades.

Dos hombres casados, que ahora se encuentran vulnerables y solitarios.

Un matrimonio casi destruido.

Matrimonio, infidelidad, ¿divorcio?

Nadie sería capaz de decir a ciencia cierta lo que ocurriría con estas seis personas que le habían apostado al amor, sin saber que luego se involucrarían en una aventura más que peligrosa para todos.

Ven al final del camino

Todavía yo no puedo dejarte ir

Es tan natural, tú me perteneces, yo te pertenezco

U-Kiss –End Of The Road

 

 

Notas finales:

Y bien, qué puedo decir? Espero que no hayan llorado tanto, espero no haber sido demasiado cruel, t también espero que no me odien. Pero, supongo que todos sospechaban que algo así sucedería, ¿o no?

RECUÉRDENLO: CON MAS DE CINCO REVIEWS ACTUALIZO EL SÁBADO!

GRACIAS POR TODO!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).