CAPÍTULO 30: DESPEDIDA.
–No comiences a defenderlo –Yoochun puso en marcha el auto, sacándolo del parqueadero cada vez más y pasando por una de las entradas del Conservatorio.
–No se trata de si lo defiendo o no, el que está equivocado obviamente eres tú.
Park viró los ojos cuando tuvo que detenerse en el paso peatonal para que cruzaran gran parte de los estudiantes del Conservatorio que a esas horas habían terminado sus clases. Pero se quedó preocupantemente quieto cuando vio a uno de los estudiantes que llamó su atención: un joven y apuesto peli castaño de camiseta negra y jeans, quien era abrazado por un pelinegro que parecía muy divertido.
Kyuhyun cruzó riendo a carcajadas junto a Yesung y Yoochun lo siguió todo el tiempo con la mirada, era él, sin duda era el chico de las fotografías que misteriosamente llegaron a parar en manos de Junsu, evidenciando la infidelidad de Changmin.
Yo... me siento vacío desde que me dejaste
(quiero ver tu rostro mi niña)
esto es como... no siquiera sé cómo explicarlo
tú ves lo que quiero decir (si)
El sonido de los otros autos hizo que Yoochun reaccionara, la luz del semáforo había cambiado y debía avanzar.
Llegaron a casa y la discusión no había terminado, por el contrario parecía ponerse cada vez peor.
–Deberías ser tú quien me explique por qué pasaste la noche con ese tipejo –acusó Yoochun, quien había dejado de lado el tema de Kyuhyun por un momento.
–Estuvimos bebiendo, también tengo derecho a divertirme con mis amigos.
–¿Por qué querías embriagarte?
–Hay cosas que quiero olvidar.
Yoochun se sentía mal por dentro, pero desvió el tema, no quería mostrarse débil frente al menor.
–Pues la verdad no entiendo desde cuándo ustedes dos se volvieron tan cercanos.
–En realidad tú jamás te das cuenta de nada excepto de lo que pasa contigo o con Junsu… –soltó con sarcasmo.
–Oh, vamos, Jaejoong.
–Es que realmente no te entiendo, Yoochun, ya no sé qué quieres de mí. Sólo salimos a beber y pasé la noche en su casa porque me embriagué, eso es todo.
–Sabes bien que no soporto a ese tipo, mucho menos esta clase de cosas.
–¿Y qué hay de las veces que has pasado la noche con Junsu?
–Es diferente, nosotros lo hacemos por el trabajo.
–¡Oh, por favor! Ustedes han pasado demasiado juntos… no me dirás que siempre ha sido solo trabajo.
–¿Qué quieres decir? –Pretendió no saber.
Jaejoong se revolvió los cabellos con frustración.
–Estoy harto, eres el colmo. Jamás dije nada ni mucho menos le hice escándalos a Junsu cuando salías con él, entonces ¡¿qué derecho tienes de reclamarle algo a Yunho cuando ha sido él quien ha estado a mi lado en lugar de ti?! –Yoochun abrió los ojos, sorprendido al escuchar tales palabras de su esposo –deja de ser tan infantil y egoísta. ¡Ni siquiera hicimos nada malo!
Sí, egoísta, así estaba actuando Park Yoochun y en el fondo lo sabía, solo que no lo quería reconocer.
Porque estoy tan dolido y enojado
No quería creerlo
Tus ojos y tus labios
En los que vivía, me decían que me fuera
¿Cómo puedes decirme algo así?
Estaba en shock así que solo te dejé ir
–¿A eso querías ir al Conservatorio? ¿A amenazar como un gánster a mi compañero laboral y avergonzarme frente a él?
–No fui con esa intención, Jaejoong. Yo sólo quería salir contigo como en los viejos tiempos… una cena, una charla… no sé en qué momento cambiamos tanto y nos distanciamos así.
–Tú te encargaste de distanciarnos, Yoochun.
–Probablemente es así, lo reconozco, pero ahora que también pasas tanto tiempo con Jung Yunho…
–Él sólo ha tratado de animarme y apoyarme moralmente, Yoochun, he pedido a mi primer hijo, ¿cómo supone que afronte este dolor?
–Era mi hijo también.
–Pues no pareces tan afectado al respecto, al contrario, sigues aun más pendiente de Junsu.
–No digas eso.
–Es cierto. Pero claro, debes cuidar bien de él, después de todo él sí ha sido una buena Omma y ha cuidado bien de su bebé estos meses, no como yo, una Omma inútil.
–Lo del bebé no fue tu culpa y lo sabes.
Jaejoong frunció el ceño y apretó los labios:
–No, ahora lo entiendo. –Se mordió el labio inferior, las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos y remató al final–: No fue mi culpa, sino tuya.
Yoochun no supo cómo reaccionar ante la acusación de su esposo.
–Jae… –apenas y pudo decir en su intento por calmar un poco al menor.
–Si no me hubieras hecho enojar, jamás habría tenido esa emoción tan fuerte. Si no me hubieses preocupado tanto en tu intento por proteger a Junsu, mi embarazo habría seguido su curso normal. –No le importó que sus propias palabras fueran tan frías como el hielo, y así continuó: –definitivamente es tu culpa, no mía. Todo lo malo que pasa en mi vida es por tu culpa, eres el culpable de todo.
Los recuerdos de mi amor por ti no me abandonan
Las palabras que me hicieron tan feliz, ahora me hacen llorar
Aunque pude pedirte que no te fueras
Fue tarde, habías volteado y dejado todo atrás
Hubo un cortante silencio que congeló sus huesos.
–¿Tanto me odias? –Dijo casi con un hilo de voz, completamente sorprendido y desconcertado.
–Yo… –suspiró largamente y al final negó con la cabeza –no, no te odio pero… no sé si te amo, ¿entiendes? –Bajó un poco la voz –es sólo que no sé qué siento por ti, estoy confundido. Sólo sé que esto me está lastimando profundamente y ya no quiero esto nunca más, no quiero más este dolor, no quiero seguir así…
Park Yoochun se quedó mirándole fijamente. Entonces lo entendió al fin. No quería dejar ir a Jaejoong por su orgullo, porque no quería pensar que había fracasado como esposo, que había fallado, que había hecho las cosas mal. Pero era así, las cosas se desviaron, todo se salió de control y no supo en qué momento se volvieron dos extraños, quizás él se rindió muy pronto y lo hizo todo mal, pero ya era demasiado tarde para intentar arreglarlo todo.
Además de todo, había una verdad que jamás le confesó a Jaejoong y era hora de revelarla, no más secretos ni mentiras, no más dolor.
Si pudiera retroceder el tiempo y borrar el daño que te hice
Y así te quedaras conmigo
Sería feliz para siempre
–Lo lamento, Jaejoong… –empezó, con un tono bajo y calmado –sé que tienes razón, tienes razón respecto a todo. –Masajeó lentamente su cuello –sé que no tengo derecho a exigir ni reclamar, aquí el de los errores soy yo. He creído estúpidamente que me pagarás de la misma manera, y que me harás lo mismo que te hice a ti.
–¿De qué hablas? –Las palabras del pelinegro lo confundieron aún más.
Yoochun respiró profundamente y se preparó para hablar con la verdad.
–¿Recuerdas hace alrededor de cinco meses cuando Junsu regresó de su viaje con Changmin, en el intento que hicieron por salvar su matrimonio?
–Ajá.
–¿Recuerdas también que el día que regresó me quedé con Junsu y te dije que estaríamos trabajando toda la noche?
–Sí, también recuerdo que después de eso te resfriaste e hiciste un drama por eso, como un niño.
–Y tú me cuidaste como siempre –recordó con nostalgia… Jaejoong asintió con la cabeza. –Bien, empezaré diciéndote que en realidad esa noche Junsu y yo no teníamos trabajo porque lo dejamos todo en manos de Byunghee y Seungho.
El castaño enarcó una ceja.
–¿Me mentiste?
Yoochun asintió con la cabeza y Jaejoong frunció el ceño a la espera de una buena explicación.
–Aquella mañana cuando llegamos a la clínica Junsu recibió un extraño sobre que contenía fotografías en las que Changmin estaba siéndole infiel con un chico más joven.
Chun consideró irrelevante mencionar que aquel joven era el estudiante del castaño.
El menor se cubrió la boca con una mano, incrédulo.
–¡¿Qué?! ¿Así que tus sospechas eran ciertas? ¿Changmin sí le estaba siendo infiel a Junsu?
–Sí. Esa noche Junsu se empeñó en beber cada vez más y más. Lo llevé a nuestro Penthouse y… –detectó la mirada asesina del castaño –sí, lo sé, lo siento, sé bien que ese era nuestro lugar especial pero las cosas se dieron así. En fin… ambos comenzamos a beber y… –cerró los ojos y remató: –tuvimos sexo.
Jaejoong sintió los ojos cristalinos. Apretó los puños con rabia hasta que sus nudillos se pudieron blancos y tensó la mandíbula.
Aunque pase un día o un mes, el tiempo es inútil
Aunque pudiera escuchar tu voz, no podría decirte nada
¿Cómo podría decir que te olvidé?
Mi corazón se inquieta
Por favor no me dejes
–¿Cómo pudiste…? Eres de lo peor.
–Lo sé, lo siento. –Bajó la mirada y al fin fue capaz de volver a enfrentar las orbes marrones del menor que lo escrutaban en silencio –supongo que una infidelidad conllevó a otra y todo se puso loco… creí que si nadie se enteraba de lo que había sucedido todo estaría bien, nunca quise lastimarte.
–¿Creíste que jamás lo descubriría?
–No es eso tampoco, en realidad no lo consideré así.
–Dices que no querías lastimarme pero me lastimaste desde el instante en el que me fuiste infiel con él.
Yoochun asintió con la cabeza, dándole la razón.
–Me dejé llevar, creí que sólo sería cosa de una noche y todos lo olvidaríamos. Pero no fue así –negó con la cabeza –conforme pasaba el tiempo empecé a darme cuenta de que mis sentimientos por Junsu habían cambiado y que lo veía diferente a como lo hacía antes, se estaba convirtiendo para mí en algo más importante.
Jaejoong derramó una lágrima silenciosa que intentó ocultar rápidamente pero que Yoochun vio perfectamente.
–Perdóname –inadvertidamente una lágrima también resbaló por su mejilla –no pensé que las cosas llegarían tan lejos…
–¿Entonces el bebé que espera…? –Adivinó.
–Aún no lo sabemos, pero tiene las mismas semanas de gestación que han pasado desde aquella noche.
–¿Hubo más veces?
Yoochun negó con la cabeza.
–Te juro que no volvió a ocurrir. Fue cosa de una sola noche.
Jaejoong se quedó en silencio, intentando asimilar todo lo que había escuchado de su esposo.
–¿Lo amas?
Yoochun se sorprendió por la repentina cuestión, pero tuvo que responder con la verdad, no tenía sentido seguir negándoselo.
–Lo amo.
Soy sólo un tonto con lágrimas
Y aunque permanezca así, no te puedo olvidar
No hay nada que pueda hacer
Y las lágrimas vuelven todas las noches
Por favor vuelve a mí.
El castaño desvió la mirada frunciendo el ceño y tensando la mandíbula con las lágrimas a punto de salir.
–¿Qué siente él por ti?
–Yo… no lo sé.
Silencio.
–Perdóname de verdad –retomó –Eres tú quien tiene todo el derecho, tú deberías castigas mi egoísmo reincidente, si no eras feliz conmigo no quería que fueras feliz en brazos de otro, pensar en eso me cabreaba, pero me doy cuenta de que me estaba desvaneciendo, y eres tú la corriente que me empuja y me atrae a la vez. Mereces ser feliz más que nadie y definitivamente no mereces el dolor que te causo. –Jaejoong le miró sin decir palabra. – Sé que he sido un egoísta… Lamento haber sido una carga para ti, lamento ser el culpable de tus congojas…. Ya no quiero hacerte daño ni quiero seguir viviendo en mentiras –meneó la cabeza de un lado a otro. –Así que creo que creo que lo mejor es el divorcio.
El menor le miró fijamente. En realidad él también se sentía sofocado, él también quería escapar, él también era consciente de que ese matrimonio no iba para ningún lado.
–Me parece bien.
–Es una buena decisión, ¿no?
Jaejoong asintió con la cabeza.
–Duele, pero sé que será lo mejor para ambos –reconoció.
–Lo lamento tanto... he sido un verdadero imbécil. –Tomó las manos del menor entre las suyas. –Tomé las decisiones equivocadas, elegí el camino largo y te herí en el trayecto. Aunque no lo merecías, lo hice muy difícil para ti, ¿verdad? –Acarició delicadamente su mejilla –sabes que te amé demasiado, ¿cierto?
Jaejoong asintió lentamente.
–También te amé demasiado, Chunnie.
Se sentía tan calmo que ahora sentía que era capaz de perdonar a Yoochun a pesar de todo; no, definitivamente no podría odiarlo jamás, incluso aunque quisiera.
(Porque tú eres mi amor)
Gracias por hacerme feliz
Perdóname por no dejarte amarme
Quisiera hacer algo para volver a unir nuestros corazones
Pero no hay nada que podamos hacer
–Lo sé. –Le sonrió. –Por eso debes saber que sin importar lo que pase con nosotros de ahora en adelante… –Suspiró largamente, como si eligiera cuidadosamente cada una de sus palabras –esto es como... no siquiera sé cómo explicarlo, sabes que nunca he sido bueno para expresar mis sentimientos…
–Es verdad, siempre has sido un fracaso para eso. –Le sonrió, como si pudiera desvanecer la tensión en el ambiente con su brillante sonrisa. –No eres bueno con las palabras y eso lo sé –se encogió de hombros –así que no tienes que esforzarte demasiado, te entiendo.
–Tienes razón, tú me conoces tanto… tú ves lo que quiero decir, ¿no es así? –Jaejoong volvió a asentir en silencio, sonriéndole de a poco, una sonrisa algo triste al final –sólo quiero que sepas que si pudiera retroceder el tiempo y borrar el daño que te hice, sería increíblemente feliz… pero el tiempo es una puerta que no se puede revertir. Ahora, solo puedo agradecerte por hacerme tan feliz, perdóname por no dejarte amarme y por lastimarte tanto. Pase lo que pase, siempre ocuparás ese lugar importante en mi vida y será así por siempre.
–En nuestras próximas vidas, espero que podamos encontrarnos de nuevo, entonces, no seamos idiotas y hagamos las cosas bien desde el principio. –Ahora era Jaejoong quien acariciaba la mejilla ajena –así, quizás podamos vivir nuestro amor de nuevo –sus hermosos ojos se notaban cristalinos, pero le seguía sonriendo nostálgicamente –hagámoslo así, ¿te parece bien?
Yoochun asintió con la cabeza, posando su mano sobre la del castaño, la cual permanecía sobre su mejilla. Fue entonces, cuando lo estrechó contra su cuerpo, abrazándolo en silencio; y ya ninguno de los dos fue capaz de retener las lágrimas de ahí en adelante.
–Espero que conozcas a alguien bueno, aunque creo que ya lo conociste… –musitó el mayor cerca del oído ajeno y le guiñó el ojo, divertido, ambos sabían a quién se refería –espero que seas más que feliz a su lado, o yo mismo me encargaré de romperle los huesos –Jaejoong rió bajito ante su comentario –sigue siendo ese chico valiente e increíble, del cual me enamoré –se separó un poco para mirarlo a los ojos –abrígate cuando haga frío, come bien incluso si estás ocupado, y sonríe mucho, mucho; lo harás, ¿verdad?
Jaejoong asintió con la cabeza.
–Como digas, Chunnie.
–Ese es mi JJ –lo abrazó de nuevo, con una ternura infinita.
–Y por cierto… lamento haber dicho que por tu culpa murió nuestro hijo.
–Pero ambos sabemos que yo lo propicié con mis acciones desmedidas.
–No, sólo fue algo que sucedió así, lo superaremos por completo. Quizás no era el destino que trajéramos un niño a este mundo para que viviera en un hogar destruido.
–Tienes razón, ¿entonces me perdonas? –Un sonriente Jaejoong asintió con la cabeza. –Gracias de nuevo, Jae.
–Eres un idiota pero te quiero y eso no cambiará.
Ambos rieron.
Jamás entenderían cómo era que su pequeño paraíso se había convertido en un gran infierno… pero aquello que los sofocaba, ahora era lo mismo que los estaba dejando ir. A lo mejor, su destino desde el principio siempre fue el de solo ser grandes amigos, quizás fueron ellos lo que fueron en contra de los designios de la vida.
Pase lo que pase, sólo te amaré a ti
Y aunque duela te esperaré
Sólo tienes que volver a mi
Te amo sólo a ti, te amo
Para siempre
BIGBANG –A fools tears.
Este era su adiós para su matrimonio, era hora de empezar de nuevo junto a quienes de verdad amaban.