CAPÍTULO 9: La semilla de la duda.
–¿A dónde vamos? –Preguntó Kyuhyun, divertido.
–Oh, ya verás.
Y Changmin continuó con el misterio hasta que finalmente detuvo su camioneta frente al parqueadero de la torre Namsam, y le pidió al menor que se bajara.
Así, ambos bajaron del auto y Changmin cubrió los ojos de Kyuhyun parado detrás de él.
–Vamos, ¿de qué se trata, Min? –Preguntaba Kyuhyun, sin borrar su sonrisa.
–No seas impaciente –sonrió, aun cubriendo los ojos del menor, quien caminaba trastabillándose de vez en vez. – ¡Ta-da!
Changmin descubrió los ojos de Kyuhyun, quien observó un hermoso auto convertible de color rojo justo frente a él.
–Wow… –Logró articular Kyuhyun, más que embelesado con el auto –es hermoso, es fantástico…
–¿Te gusta?
–¡Por supuesto!
–Pues me alegra –sonrió –porque es para ti.
–¿Qué? –Lo miró incrédulo. – ¿Por qué?
–Ah –se encogió de hombros –se me ocurrió que no podías ir de un lado a otro pidiéndole a tu primo que te transporte, y tomar el autobús puede llegar a ser peligroso.
–No… pero yo no puedo aceptarlo.
–¿Por qué?
–¿Estás loco? ¡Es un auto carísimo! Sería muy vergonzoso aceptar un auto en estas condiciones de parte tuya. Gracias, pero no puedo aceptarlo.
–¿Cuál es el problema? –Increpó con tranquilidad.
–Que no puedo, simplemente no puedo recibirlo.
–Oh, Kyuhyun –lo miró serio – ¿Tienes idea de lo que me tardé escogiéndolo? Además, no te lo tomes como un favor, simplemente se me vino en gana comprarte un auto, y sabes bien que siempre hago lo que se me viene en gana, ¿está bien?
Kyuhyun lo pensó unos minutos más, pero conocía a Changmin lo suficiente como para saber que era un obstinado que no se rendiría, así que se “resignó” y asintió con la cabeza.
–Está bien… –Declaró el rubio –gracias, Changmin.
–¿Sólo me agradecerás así?
–¿Eh?
Changmin le extendió las llaves del auto.
–Sígueme.
Fue lo último que dijo Changmin antes de subirse a su auto, y a Kyuhyun no le quedó de otra que aceptar. El mayor lo condujo hasta la casa de reposo que les pertenecía a él, a su esposo y a sus dos amigos, Jaejoong y Yoochun. Y nuevamente un juego erótico comenzó cuando Kyuhyun le “pagó” el valor del carro a Changmin, sí, se lo pagó en “especie”.
Los recuerdos regresan, el rostro sonriente flotando
Llorando, y las lágrimas decidieron caer
Quiero llorar, y lloro si pienso, y digo algo sobre eso
Honestamente, no lo admito…
Entretanto, Jaejoong y Yoochun estaban en su hogar, el menor preparaba la cena como de costumbre y el más alto le ayudaba en lo que podía, incluso el estar cocinando podría llegar a ser divertido para estos dos tontos enamorados.
Finalmente terminaron de cenar, hablando de cómo les había ido en el día.
–Y no te imaginas –decía Jaejoong con una gran sonrisa –cuando me di cuenta, Yunho traía un traje de teletubbie, fue la nueva idea que se le ocurrió para la clase de hoy –rió divertido – ¡¿Puedes creerlo?! –Decía entre risas –un teletubbie bailando break dance y pop.
–Me imagino… –Contestó el mayor, terminando de masticar sin despegar la mirada de su esposo –debió haber sido muy divertido.
–¡Lo fue! Ah, pero eso no es todo –se emocionó aún más –y luego…
Park Yoochun seguía sin entender por qué, pero el sólo hecho de escuchar el nombre de Jung Yunho lo cabreaba, mucho más si era SU Jaejoong quien lo mencionaba.
Continuaron así hasta que se fueron a la cama. A Jaejoong le fascinaba ver la transformación que tenía Park Yoochun cada noche, la transformación del hombre centrado, confiable y serio en el hombre sensual, pasional y a veces salvaje pero tierno cuando estaban en la cama; nadie podría imaginarse que bajo la piel de ese apuesto caballero de porte elegante y varonil, se escondía una bestia salvaje que sabía complacer muy bien a Kim Jaejoong.
Jaejoong, apoyando una mano en la cama y semi recostado en ella le miraba divertido, Yoochun le sonrió sensualmente, y comenzó a gatear en la cama hasta llegar a su esposo quien lo recibió ansioso. Un suave beso se hizo presente, Jaejoong acariciaba la espalda del mayor, mientras que poco a poco sus deseos y pasiones aumentaban y su beso se tornó lujurioso. Se amaban, no cabía duda, y eso fue algo que se dejaron en claro cuando poco a poco comenzaron a desvestirse entre caricias y besos.
–Hmm… –Decía Yoochun, entretenido en el cuello blanquecido de su esposo, sin dejar de quitarle la camisa –quiero hacerte el amor….
–Ah… –A Jaejoong se le escapó un jadeo cuando le mordió levemente el cuello y terminó de recostarse en la cama con Yoochun sobre él. –Házmelo, Chunnie.
Y el mayor siguió así, acariciando y pellizcando los botones rosados y ya erectos de Jaejoong, causando que arqueara la espalda con cada caricia. Y una vez estuvieron por completo desnudos, Yoochun tomó el miembro erecto de Jaejoong y comenzó a mover su mano desde la base hasta la punta, dándole un exquisito placer, encargándose de su miembro con verdadera lujuria. Y una vez se hubo derramado, Jaejoong soltó un grito triunfal.
–Chunnie… –Musitó con las mejillas arrebatadas de rosa –por favor penétrame ya…
Y Park Yoochun no dudó en acomodarse entre las piernas de su esposo, levantando las del menor sobre sus propios hombros, y después de preparar brevemente su entrada, la cual ya estaba acostumbrada a sus constantes intromisiones, simplemente ingresó en él, llenándolo por completo. Esperó unos segundos, hasta que fue Jaejoong quien comenzó a mover las caderas, haciendo que Yoochun comenzara a mover las suyas de manera precisa, embistiendo al menor mientras éste seguía moviendo sus caderas, causando que las embestidas fueran más precisas. Jaejoong se revolcaba de placer bajo Yoochun, sintiendo que volvería a correrse en cualquier momento, y eso fue precisamente lo que pasó cuando llevó una mano a su miembro desatendido el cual se había vuelto a poner erecto. Se besaban y acariciaban cada tanto y Yoochun no detuvo sus embestidas sino hasta que ambos llegaron al orgasmo.
Se sonrieron y Yoochun salió del interior del menor, recostándose a su lado para luego cubrir sus cuerpos con las mantas mientras seguían regulando sus respiraciones.
–Te amo, Jaejoong –confesó, acariciando sus negros cabellos que debido al sudor causado por el recién acto sexual practicado, se habían pegado en su rostro –eres mi todo…
–También te amo, Chunnie. –Besó delicadamente sus labios.
Te tuve
Honestamente, ¿aun continuaste sonriendo?
La razón por la cual pretendí ser fuerte antes
Y ¿Cómo obtenerlo y seguir de pie?
–Mi amor… –Yoochun lo miró fijamente, dándole a entender que lo que estaba a punto de decirle era importante.
–¿Qué pasa, Chunnie?
Yoochun suspiró.
–¿No crees que es hora de que tengamos un hijo?
Jaejoong lo miró sorprendido.
–Chunnie… creí que ya habíamos hablado de esto… sabes lo que pienso acerca de tener un bebé…
–Mi amor –lo miró con ternura –tu sabes lo mucho que anhelo ser padre, lo mucho que anhelo estar contigo y tener un maravilloso hijo para que lo criemos juntos.
–¿Tan importante es para ti lo del bebé?
Yoochun asintió con la cabeza.
El castaño lo pensó un momento. Era cierto que su trabajo en el Conservatorio era muy importante y no quería dejar las cosas así, pero amaba a Yoochun y solo quería verlo feliz. Y si tener un hijo iba a ser que su esposo estuviera feliz… lo haría, haría todo por ello. Después de todo, traer una nueva vida al mundo es algo especial, y como un secreto… él siempre quiso tener un hijo.
Tú no tienes una luz de tristeza
No tienes tiempo de disfrutar
Tú eres mi amor, yo no te necesito más
–Está bien –aceptó al fin. –Hagámoslo.
Yoochun aun no lo podía creer.
–¿E-en serio, mi amor?
–Sí –le sonrió –prometo no tomar más anticonceptivos, así podré concebir más rápido.
–Gracias, Jae –lo besó suavemente.
–Hmm… –Musitó sobre los labios ajenos –adoro cuando me besas así…
–Y yo adoro hacerte el amor así…
Yoochun comenzó a besar a Jaejoong, solo que había más pasión en sus acciones.
–Chunnie… –Susurró Jaejoong, recibiendo entre jadeos las caricias de su esposo.
–Hagamos la tarea cabalmente –le sonrió divertido –así nuestro hijo será concebido más rápido.
Una pequeña risita se le escapó a Jaejoong y no dudó en dejarse hacer.
Una nueva ilusión estaba naciendo en los Park-Kim y sólo podían esperar toda aquella felicidad les durara... ¿Sería así? ¿Podría su felicidad durar? No podían tener la certeza de que sería así porque sin que lo supieran, su felicidad estaría ligada a otras cuatro personas con las cuales el destino se estaba encargando de unirlos.
A veces me pierdo, me siento incompleto
Al igual que dos parejas mirando el sueño…
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Como pocas veces, Junsu había llegado a casa antes que Changmin.
–¡Mi amor! –Junsu corrió hasta el menor en cuanto lo vio – Ya llegaste –lo abrazó.
–No sabía que habías llegado temprano –contestó Changmin sin mostrar demasiado entusiasmo. –Siempre has tenido demasiado trabajo junto Yoochun en la clínica…
Junsu apretó los labios, se sentía fatal frente a las frías palabras del menor…
–Hoy logré salir antes –contestó, intentando parecer animado –Yoochun y yo decidimos dejar un poco para mañana y repartimos algunos pequeños trabajos a otros doctores.
–Ya veo –suavemente lo apartó, encaminándose a la sala de estar mientras se des aflojaba el nudo de la corbata –yo, en cambio tengo mucho trabajo, así que he traído un poco a casa.
–¿Tanto así? –Indagó sorprendido.
–Oh, sí –se quitó el saco y dejó ambas prendas recién sacadas sobre uno de los sillones –no te sorprendas si un día de estos hago que Niiummy se quede para que me ayude.
–Vaya…
Min tomó su maletín y antes de encaminarse al estudio, le explicó a Junsu:
–Iré a trabajar en el estudio, estaré ocupado y necesito concentración.
–B-bien… –Contestó débilmente –prepararé la cena.
–Bien –le sonrió –gracias, Su.
Junsu no dejaba de sentirse como un idiota, se daba cuenta de que Changmin no era el mismo de antes, e internamente se culpaba a sí mismo por lo que sucedía.
Entretanto, Min había comenzado a redactar unos informes en su laptop, lo que decía no era mentira: tenía mucho trabajo, pero es que inconscientemente también quería evadir a Junsu, no era capaz de mirarlo a la cara y fingir naturalidad, no después de lo que había estado haciendo con Kyuhyun.
Fue en ese momento cuando su celular vibró en su bolsillo, y al sacarlo de éste, descubrió que se trataba de un mensaje texto de Kyuhyun, como Junsu estaba en la cocina y él estaba encerrado en el estudio, lo leyó con la tranquilidad de que nadie lo vería:
Quiero verte… ¿te parece si nos vemos en el hotel Versailles de Gangnam?
Changmin guardó su celular en su bolsillo. ¿Qué debía hacer? Le estaba abriendo la puerta al pecado, le estaba abriendo la puerta a la infidelidad, que era la segunda causa de divorcios después del alcoholismo según los estudios. Esta era la última oportunidad que tenía para intentar salvar su matrimonio, el matrimonio que poco a poco se estaba yendo al traste. Era la última oportunidad para dejar de verse con Kyuhyun y arreglar las cosas con Junsu.
Pero… ¿Por qué en ese momento sentía que quería estar con Kyuhyun? ¿Por qué sentía que ya no tenía ganas de luchar por su matrimonio?
Y ya no lo pensó demasiado, simplemente se puso de pie, salió del estudio y se encaminó a la cocina.
–Lo siento, JunSu, me tengo que ir. –Le dijo al mayor, quien lo miró extrañado.
–¿Por qué? ¿A dónde?
–Surgió un asunto relacionado con la empresa y debo ir ya.
–¿A éstas horas?
–Sí, ya mismo debo estar allá, surgió una crisis con un contrato de construcción y es mi deber solucionarlo de inmediato.
–Ya veo… –Hizo un gesto de preocupación –entonces deberías ir ya.
–Sí –tomó una chaqueta colgada en el perchero –adiós.
Y sin más, Changmin salió de su hogar sin siquiera besar a Junsu como lo hacía de costumbre.
Shim llegó hasta aquel hotel para encontrarse con Kyuhyun, ahora sus salidas a hurtadillas se estaban convirtiendo en un hábito que sería difícil de dejar. El sentimiento de hacer algo indebido con un chico más joven y la sensación de engañar a su esposo lo atormentaban, pero podrían ser equilibrados con la emoción de estar con Kyuhyun, con la excitación que a todos nos provoca lo prohibido.
Te tuve
¿Y cómo decir algo como eso?
¿Si sólo sonrío y lo digo?
Como una promesa
Aquí
¿Te diste cuenta?
–Días después–
Kim Junsu quería ver a Changmin y no pensaba esperar todo el día para hacerlo, así que después de dejar en claro ciertos asuntos en la clínica junto a Yoochun, salió con destino a “DongBang Resort” con la intención de darle una sorpresa a su flamante esposo.
Para confirmar que el menor estaría en su oficina, quiso llamarlo mientras conducía a la empresa.
–¿Aló? –Changmin contestó divertido, como si se hubiese estado riendo de algo.
–¡Min! –Exclamó Junsu sonriendo –mi amor, ¿Cómo estás?
–Colmado de trabajo, Su. No tienes idea…
–Ah… ¿es así?
–Hmm. ¿Tú dónde estás?
–En la clínica… –Mintió, sonriendo para sí.
–Ya veo… Este… Su… te dejo, estoy supremamente ocupado ahora.
–Bien. Adiós mi amor, ¡te amo!
–Vale, yo igual.
¿De cuándo acá un “Yo igual (Te amo)” sonaba tan vacío y sin sentido?
Cuando llegó no hubo necesidad de anunciarse, la recepcionista bien sabía quién era, así que lo dejó ingresar sin problema alguno. Ascendió hasta el último piso y notó que la puerta de la oficina de Niiummy Sarang estaba abierta y se percató de que estaba colmada de trabajo, así decidió no molestarla y simplemente siguió de largo, llegando hasta la oficina de Changmin. La puerta estaba entreabierta, así que ingresó en seguida. Pero cuál no sería su sorpresa al descubrir que Changmin no se encontraba en aquel lugar.
Nuevamente llamó a Changmin, quien tardó un rato en contestar, pero al fin lo hizo.
–¿Su?
–Min, mi amor, ¿Dónde estás? –Indagó mientras recorría la oficina del mencionado.
–¿En dónde más? Pues en la empresa.
–¿Qué?
–¡Estoy en mi oficina! ¿Dónde más crees?
Kim Junsu sintió cómo algo dentro de él se rompía, su esposo le estaba mintiendo con quién sabía qué motivo. Pero si aún quedaban partes de su corazón en buen estado, se terminaron romper cuando halló aquella fotografía que se habían tomado el día de su boda en el suelo; el cristal que la protegía estaba hecha pedazos.
¿Qué era lo que estaba sucediendo en realidad? ¿Changmin realmente lo engañaba? ¿Por qué…?
–¿Su? ¡Su! –Decía Changmin desde el otro lado de la línea – ¿Sigues ahí?
¿Por qué aquella valiosa fotografía que tanto apreciaba el Changmin de antaño yacía rota en pedazos como si no tuviera ningún valor? ¿Era esa la manera en la que veía su matrimonio junto a Junsu ahora? Todos sus sueños de pasar sus días juntos… ¿se habían roto en mil pedazos también…?
La semilla de la duda se había plantado en su corazón, y la firme sospecha de que su esposo lo engañaba se hacía cada vez más fuerte.
Nada más que egoísmo
No seamos egoístas
Yo olvido algunas veces
Lo que tuviste
Una pieza del rompecabezas del sueño
La última pieza desapareció en la última parte…
FT ISLAND –Yume.