CAPÍTULO 2: ¿Cómo te saco de mi cabeza?
Eran las 6:30 pm, y Kim Jaejoong aún no llegaba a su hogar.
Su esposo, Park Yoochun se precipitó contra uno de los sofás de cuero presentes en su sala de estar, cruzó los brazos sobre su pecho y se dejó llevar por las dulces melodías que resonaban en su equipo de sonido.
¿Desde cuándo Jaejoong llegaba tarde a casa? No tenía idea. Y no lo sabía porque desde hacía algún tiempo ya, él llegaba tarde a casa debido a las operaciones que debía realizar en la clínica, muchas veces llegó a discutir con Jaejoong porque este decía que pasaba más tiempo en el quirófano que en su propia casa. Nunca lo había pensado antes, pero todas aquellas veces que discutió con Jaejoong, siempre terminaba refugiándose en Kim Junsu, el encantador rubio que siempre le sonreía cálidamente.
Un hombre te ama.
Él te ama con todo su corazón
Todos los días te sigue como una sombra
Él está sonriendo pero llorando
Dejando de lado todas aquellas conjeturas, se encogió de hombros al pensar que seguramente el castaño había tenido mucho trabajo como maestro en el Conservatorio de Seúl.
Park Yoochun era un exitoso médico cirujano de 28 años, casado con uno de los mejores maestros de música en el conservatorio de Seúl desde hacía ya 5 años.
Siguió esperando en silencio, hasta que la puerta de la casa sonó, indicándole que alguien acababa de entrar.
–¡Chunnie! –Jaejoong sonrió al verlo sentado en su sillón favorito – ¿Ya estás aquí?
–Hoy llegué temprano –contestó el pelinegro, y el menor notó que había estado bebiendo whisky –y te estuve esperando –ladeó la cabeza para mirarlo – ¿Qué sucedió?
–Verás –Jaejoong se sentó a su lado –hoy llegó un nuevo maestro al conservatorio, y nos quedamos hablando montones… –Estiró los músculos de los brazos y el cuello –no me di cuenta en qué momento se pasó el tiempo…
–¿Así que me dejaste esperándote porque te quedaste hablando con un nuevo maestro? –Indagó con ironía.
–Chunnie, lo lamento –Jaejoong se le acercó los suficiente como para besarlo –de verdad que no sé en qué momento se me pasó el tiempo.
–Pues más vale que me recompenses el tiempo que te estuve esperando –medio sonrió.
–Oh –Jaejoong sonrió de lado al entender a lo que su esposo se refería –de seguro que te recompensaré…
–¿En serio? –Se fue tumbando sobre el menor, haciendo que se recostara en el sofá –eso me gustaría verlo, he estado pensando en ti todo el día, y la verdad es que me traes deseoso…
Y ver al mayor mirarlo con lascivia y besarlo con sensualidad sólo provocó que Jaejoong se sonrojara violentamente.
–¡Chunnie…!
–Esta noche definitivamente dormiremos juntos. –Dijo palpando por sobre la tela, el miembro del castaño.
Jaejoong rió.
–Te amo… –musitó en los labios ajenos.
–Y yo a ti, Jaejoong-ni –le sonrió – ¿Te parece si vamos a cenar ya?
Jaejoong asintió con la cabeza.
–Y después dormiremos juntos –remató Yoochun.
–¡Park Yoochun! –Exclamó más que sonrojado – ¡cállate ya!
Yoochun se largó a reír y Jaejoong hizo un puchero.
¿Cuánto más
cuánto tiempo más
tengo que tan sólo verte, solo?
Este amor sin sentido,
este amor desgraciado
Si sigo con esto, ¿me amarás?
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Jung Yunho llegó al nuevo apartamento que compartía con su primo Kyuhyun, y éste último lo estaba esperando, preparando algo en la cocina.
–¡Estoy en casa! –Anunció Yunho, descalzándose en la entrada.
–Hoy llegas un poco tarde, hyung –contestó Kyuhyun, lavando los vegetales, cosa Yunho distinguió con claridad porque había una pequeña ventana en la cocina la cual permanecía abierta. Kyuhyun salió de la cocina y caminó hacia su primo – ¿Mucho trabajo en tu primer día?
–En realidad no fue demasiado –contestó con una sonrisa, dándole un abrazo al menor en señal de saludo –la verdad es que me quedé hablando con otro maestro.
Kyuhyun enarcó una ceja y sonrió de lado.
–Con que un profesor, ¡eh! –Movió traviesamente ambas cejas de arriba hacia abajo.
Yunho no pudo evitar sonrojarse levemente, pero agradecía infinitamente que su piel fuera más bien oscura y el sonrojo no se notara.
–No es nada, solo hablamos un poco –explicó –además… –Se sentó en un uno de los sillones del recibidor –está casado… –Desvió la mirada, parecía pensativo, quizás triste. – ¿Qué hay de ti? –Cambió repentinamente el tema –pasé por tu salón en una de las clases, y parecías especialmente distraído… ¿sucedió algo?
–¿Desde cuándo me espías? –Fingió enojo.
–No te espié, y si lo hiciera, tengo todo el derecho –se cruzó de brazos –no olvides que ahora no sólo soy tu hyung, sino que también seré tu maestro en el conservatorio.
–Lo sé –viró los ojos –mis padres me han dicho quinientas mil veces que debo obedecerte ahora que vivimos juntos –hizo un gesto –no se me olvida.
–Como sea… ¿Qué sucedió?
–Nada en especial –Kyuhyun se sentó en otro de los sillones –lo único fuera de lo común es que yo también conocí a un ahjussi hoy, y también es casado, no sé qué pasa con nuestras suertes.
Sólo ven un poco más cerca
sólo un poco.
Cuando me acerco, te alejas
Yo, él que te ama,
incluso ahora, estoy a tu lado.
Ese hombre está llorando.
Yunho volteó a mirar a Kyuhyun rápidamente; su instinto paterno se había despertado.
–¡¿Un ahjussi? –Repitió – ¿Cuántos años tiene? –No le dio tiempo de responder porque de inmediato continuó: –Sabes bien que esos ahjussi están llenos de mañas y…
–Hyung –interrumpió el rubio –no es lo que crees… supongo que no me expliqué bien, en realidad tiene 26 años, es sólo que lo conocí en una situación algo extraña…
–¿26 años? –Frunció el ceño –si él es un ahjussi con 26, entonces yo soy todo un anciano con 28 años.
Kyuhyun rió sonoramente, y Yunho se limitó a sonreírle.
–Pero, entonces… –Yunho lo miró fijamente –ese ahjussi del que hablas –el mayor parecía interesado – ¿Te gusta?
Kyuhyun guardó silencio y desvió la mirada, ni siquiera él lo sabía.
Ese hombre es muy tímido
Así que aprendió a sonreír
Hay tantas cosas que no puede compartir con su mejor amiga
El corazón de ese hombre está lleno de lágrimas
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Changmin llegó a casa y Junsu caminó hacia él con una sonrisa.
–Min –Junsu sonrió –al fin llegas… –Se irguió para alcanzar los labios de su esposo y besarlo suavemente.
–Te traje esto –Changmin le mostró las flores astromelias que había comprado para él –tus favoritas.
–Oww –se enterneció –qué lindo gesto, Min –las tomó –gracias. Ven –lo tomó de la mano –la cena está casi lista.
–SuSu, el viernes tengo la tarde libre, Niiummy ha arreglado el último contrato de la sema por mí –comentó Changmin, sentándose en la mesa junto al pelirrojo –podríamos salir, ya sabes, ir a algún bar, divertirnos un poco…
–Lo lamento, Min –contestó Junsu –pero Yoochun y yo hemos tenido mucho trabajo últimamente, y no creo que pueda estar libre ese día, lo siento…
Changmin frunció los labios en señal de resignación y no dijo nada más.
A decir verdad, Shim Changmin entendía bien que el trabajo de su esposo era difícil y agotador, pero a veces sentía que Junsu ponía a su trabajo por encima de él; no quería ser un egoísta, pero es que él sacrificaba muchas cosas por Junsu, hacía lo que fuera necesario con tal de estar con el pelirrojo, hacía cualquier cosa con tal de pasar tiempo con el mayor.
Eso es por qué ese hombre te ama
Porque tú eras tan parecida a él,
otro tonto
un tonto más
Por favor, dame un abrazo antes de dejarme
–Sin embargo, mañana… –La voz de Junsu hizo que Changmin levantara la mirada para verlo –definitivamente ni tú y yo podemos comprometernos para hacer algo más –le sonrió –ya sabes por qué…
Changmin sonrió de a poco y asintió con la cabeza.
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Se levantó como cada mañana, y notó que estaba totalmente desnudo bajo las sábanas blancas y húmedas que lo cubrían, sonrió al recordar lo que había hecho con Yoochun la noche anterior, se removió en la cama e hizo un puchero al descubrir que el pelinegro no estaba en la cama.
–¿Chunnie? –Lo buscó en toda la estancia – ¿Estás aquí?
Y se sorprendió como nunca al descubrir que Yoochun no estaba en casa, ¿a dónde podría haberse ido? Más aún, ¿Cómo pudo irse tan temprano justamente ese día?
Lo llamó un par de veces pero Yoochun jamás contestó, así que llamó a Junsu.
–¿Aló?
–Oh, hola, Junsu –saludó Jaejoong.
–¡Feliz cumpleaños, hyung! –Exclamó el pelirrojo del otro lado de la línea, haciendo que sonriera alegre, al menos no lo había olvidado.
–Gracias –su sonrisa fue desapareciendo de a poco, y se rascó la nuca mientras hablaba –lamento llamarte tan temprano en la mañana, es sólo que… me preguntaba si Yoochun está contigo.
–¿Eh?
–Es que acabo de despertar y no está en casa.
–Oh… –hubo una corta pausa –es que hemos tenido mucho trabajo, dijo que hoy iría a la clínica más temprano para resolver unos asuntos, me pidió que fuera temprano también, así que yo voy de camino a la oficina.
–¿O sea que tampoco estás en casa?
–No, dejé a Changmin en casa como un niño bueno, le preparé el desayuno desde temprano porque ya sabes cómo come –rió levemente –pero sí, yo también estaré en la clínica en unos 5 minutos.
–Oh, ya veo… bien, suerte con el trabajo. Adiós.
–Lo mismo para ti, y ¡feliz cumpleaños de nuevo! Adiós.
Jaejoong colgó el teléfono e hizo un nuevo puchero, ¿acaso Yoochun había olvidado su cumpleaños?
Los otros años, siempre lo despertaba con el desayuno en la cama, algo sencillo porque el mayor no tenía idea de cómo cocinar, pero aquellos pequeños detalles eran los que más llenaban a Jaejoong.
Como fuera… ese día decidió simplemente ir a trabajar y no molestar a su esposo.
Quiero ser amado
Eso es todo lo que quería
Él grita, sólo en su corazón
sólo en su corazón.
Ese hombre está a tu lado incluso hoy
–¡Feliz cumpleaños! –Gritaron sus compañeros de trabajo en cuanto entró a la sala de maestros en el conservatorio.
Hyunjoong corrió hacia él y lo abrazó eufóricamente.
–¡Feliz cumpleaños, Jaejoong-ni!
–Gracias –correspondió alegre a su abrazo.
Fue en esas cuando Yunho llegó al mismo lugar, y vio cómo los maestros abrazaban a Jaejoong, entregándole obsequios de toda clase.
Uno de los maestros se acercó con un pequeño pastel similar a un mofin, con una velita sobre él.
–Rápido –dijo Heechul, sosteniendo el pastelito –pide un deseo, Jae.
Jaejoong rió divertido, cerró los ojos unos segundos y finalmente apagó las velas.
Todos aplaudieron, lo felicitaron de nuevo y regresaron a sus trabajos.
–No sabía que hoy era tu cumpleaños –aseguró Yunho, caminando hacia Jaejoong –feliz cumpleaños –le sonrió –aun te debo tu obsequio.
–No es necesario –rió un poco –y gracias por las felicitaciones.
–Supongo que lo celebrarás con tu esposo, ¿no?
Jaejoong desvió la mirada.
–Eso sería lindo –contestó con una medio sonrisa.
¿Sabes que ese hombre soy yo?
No me digas que lo sabías, y aun así me estás haciendo esto
Pero no lo sabrías porque eres un tonto
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Changmin conducía al trabajo, e inconscientemente tomó la ruta que pasaba por la floristería “Together”, y al pasar por allí, se asomó a través de la ventana de su camioneta para saber si Kyuhyun estaba ahí, sí, porque queriéndolo reconocer o no, lo único que Shim Changmin quería era volver a ver al apuesto rubio que no salía de su cabeza por más que lo intentara.
Pero en su lugar, lo que vio fue a una chica que atendía el establecimiento, sin pensar muy bien en lo que hacía, aparcó su vehículo e ingresó a la floristería.
–Bienvenido –la chica hizo una reverencia.
–Sí, gracias –miró a su alrededor curiosamente –disculpa, ¿Dónde está el otro chico que atiende aquí? Ya sabes, su nombre es Kyuhyun.
–Oh… ¿es su amigo?
Changmin asintió lentamente con la cabeza, si le decía que lo había conocido el día anterior era seguro que la chica lo tomaría por un pervertido o algo incluso peor y no le daría información.
–Hoy tuvo clases más temprano en la mañana, así que hoy no vendrá a trabajar.
–Ya veo… ¿quieres decir que no trabaja aquí tiempo completo?
La chica negó con la cabeza.
–Trabaja medio tiempo y sus horarios aquí son acomodados según los horarios del conservatorio.
–Oh, ¿es así? –Sonrió –bien, gracias…
–¿Desea que le diga algo por usted?
–No es necesario, gracias.
Ambos hicieron una reverencia y el moreno salió del lugar.
¿Por qué demonios no podía dejar de pensar en Kyuhyun?
¿Cuánto más
cuánto tiempo más
tengo que amarte así?
Este amor sin sentido,
este amor desgraciado
Si sigo con esto, ¿me amarás?
Hizo un gesto y se subió a su automóvil para ir hacia el trabajo.
Se encaminó a su oficina y saludó a la chica en la oficina contigua.
–Buenos días, Niiummy Sarang.
–Oh –la pelirroja levantó la mirada para verlo –estás aquí.
–¿Ya llegaron los nuevos contratos?
–Sí –sonrió –ya los arreglé para ti, todo lo que tienes que hacer es firmarlos.
–Gracias, Niiummy –la chica consiguió que sonriera por primera vez esa mañana –eres la mejor.
–Lo sé –se puso de pie y caminó hacia él –pero… ¿Qué tienes? –Posó sus manos sobre los hombros del mayor –te ves algo… –pensó en las palabras que utilizaría – ¿decaído?
Changmin suspiró largamente.
–Sí –la chica hizo un gesto –vamos, Shim Changmin, cuéntame qué te pasa.
–No es la gran cosa –Niiummy condujo a su jefe hasta uno de los sillones de cuero en su oficina –es sólo que… ya sabes… Junsu se ensimisma demasiado en su trabajo, a veces siento que para él, su trabajo es más importante.
–No digas eso, oppa –lo miró preocupada, no le gustaba ver a su mejor amigo triste –siempre has entendido que su trabajo es complicado y requiere de mucho tiempo, la carrera que eligió es muy trabajosa –Changmin entreabrió los labios para hablar, pero adivinando sus pensamientos, Niiummy continuó antes de que lo hiciera: –sé que tu también has hecho muchos sacrificios para estar a su lado, y también sé de sobra que tu trabajo también es agotador y difícil, pero dale tiempo, Min…
Tus lágrimas, la forma en la que sufriste sola…
Sólo me di cuenta hasta ahora.
Changmin suspiró nuevamente.
–Lo sé, lo sé, lo sé… es sólo que a veces siento que él no se fija en lo que hago por él, es como si no le importara…
–No pienses tonterías –besó fugazmente la mejilla del moreno, quien sonrió débilmente –te casaste con él sabiendo que habrían muchos obstáculos por vencer –tomó su mano derecha y le hizo ver la argolla matrimonial que reposaba en su dedo anular – ¿Lo ves? –Changmin guardó silencio –No estés triste por eso, ¿sí?
Changmin asintió con la cabeza. Niiummy Sarang lo miró preocupada, no le gustaba en absoluto ver a su mejor amigo tan triste.
Si tu corazón duele, el mío también lo hará
Eso me hace querer abrazarte fuertemente por siempre
Para dejar atrás todos los errores del pasado
–Por cierto, mocosa –volvía a ser el mismo de siempre –esta noche hay un lugar al que debes venir conmigo.
Niiummy Sarang enarcó una ceja, y una sonrisa maliciosa se formó en sus labios al pensar en la nueva forma de molestar a Changmin:
–¿Qué? –Lo miró divertida – ¿Un motel? –Sonrió al ver cómo Changmin abría los ojos como platos – ¿Sexo fuera de la oficina, Shim Changmin? –Fingió desconcierto –vaya que tus alcances no tienen límites –se cruzó de brazos y negó con la cabeza.
–¡Niiummy Sarang!
Permíteme hacerte feliz, para ser el causante de tu sonrisa
El prometedor futuro nos está esperando, para dejarnos vivir nuestro amor de nuevo.
Fahrenheit - Cherish Your Heartache
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Las clases acabaron, y Jaejoong llamó a su esposo:
–¡Hola mi cielo! –Se escuchó del otro lado de la línea un animado Yoochun.
Jaejoong apretó los labios al no escuchar una felicitación por parte de su esposo, ¿realmente lo había olvidado?
–¿Dónde estás? –Indagó Jaejoong rápidamente.
–Estoy en la clínica aún… Creo que llegaré tarde a casa hoy.
–¿Pero, acaso no sabes qué día es hoy…?
–¿Huh? ¿Qué? ¿Sucedió algo?
–No… –Frunció los labios –trabaja duro.
–Bien, adiós.
Jaejoong tomó sus cosas con un semblante triste, y Yunho se acercó hacia él.
–No deberías estar triste en tu cumpleaños –le dijo de improviso –en realidad… nunca deberías estar triste –lo miró preocupado – ¿Sucedió algo?
–No… –Se esforzó por sonreír –no es nada…
Sólo ven un poco más cerca
sólo un poco.
Cuando me acerco, te alejas
–Minutos después–
Jaejoong abrió la puerta de su casa y se sorprendió al ver que todo estaba en completa oscuridad.
Encendió las luces, y cuál no sería su sorpresa cuando sus amigos más cercanos salieron de detrás de los sillones, los estantes, los muebles y las partes menos iluminadas gritando “¡Feliz cumpleaños!”
Yoochun sonrió ampliamente y lo abrazó.
–Feliz cumpleaños, mi amor.
Jaejoong entreabrió los labios.
–Pero yo… –Balbuceó –Creí que tú…
–¿Creíste que había olvidado algo tan importante? –Lo besó en los labios –eres lo más importante para mí, jamás lo olvidaría.
Todos exclamaron con ternura un “Oww…”
–Bueno, bueno –Heechul se acercó a ellos, acabando con aquella atmosfera demasiado rosa para su gusto – ¡es hora de celebrar!
–Feliz cumpleaños, hyung –Le dijo Junsu, entregándole un presente a Jaejoong para luego abrazarlo.
–Gracias –contestó Jaejoong con una sonrisa.
–Sí, feliz cumpleaños –continuó Changmin, abrazándolo con la misma efusividad que como lo había hecho su esposo –que seas muy feliz.
–Gracias.
Niiummy Sarang también lo abrazó.
–¡Oppa! –Exclamó la muchachita de rojizos cabellos – ¡Feliz cumpleaños!
–Pero si aquí estás, Niiummy –sonrió aún más, abrazándola también. –Hace un par de meses que nos veíamos e incluso parece que estás más alta –la miró de pies a cabeza. –Es increíble cómo pasa el tiempo…
–Lo increíble es que esta mocosa se ha convertido en una verdadera pervertida –declaró Changmin, haciendo que las mejillas de Niiummy Sarang se arrebataran de rojo inmediatamente –no te imaginas lo que me dice cuando estoy de buenas cada mañana.
–¿Eh? –La cara de Jaejoong, Yoochun y Junsu era un poema, mirando a la muchacha con verdadera sorpresa.
Y así fue como se celebró el cumpleaños número 26 de Kim Jaejoong, en compañía de sus mejores amigos y su esposo, aunque… por alguna bizarra razón, en su mente aparecía la imagen de Jung Yunho: Jung Yunho sonriéndole cálidamente, Jung Yunho preocupándose por él, Jung Yunho haciéndolo sentir bien…
Y se maldecía como nunca por pensar en el moreno de esa manera, y es que eso no estaba bien, por todos los cielos, ¡él estaba casado! Estaba casado con un hombre maravilloso que le había preparado una fiesta sorpresa junto a sus amigos.
Se hizo tarde, y todos los invitados salieron de la casa de los Park-Kim después de que la fiesta acabó.
–Gracias por todo, Chun –dijo Jaejoong, rodeando el cuello del más alto con sus brazos.
–¿Sabes lo que dijo mamá antes de morir? –Musitó, separándose del castaño lo suficiente como para mirarlo a los ojos –dijo que podía irse tranquila porque tú estarías aquí –lo besó –haberme casado contigo fue una bendición.
Jaejoong sonrió levemente, sintiéndose terriblemente mal por no conseguir dejar de pensar Jung Yunho, sin tener ni la remota idea de que su amigo, Shim Changmin estaba pasando por lo mismo, sin conseguir dejar de pensar en Cho Kyuhyun.
Los primos Kyuhyun y Yunho habían llegado a las vidas de estas dos parejas casadas, y después de eso, nada, absolutamente nada volvería a ser como antes.
Yo, él que te ama,
incluso ahora, estoy a tu lado.
Ese hombre está llorando.
Hyun Bin –That Man