Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AKIRA. por ChizuruTakachan

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Pues nada...

El one-shot se extiende un poquito, por la simple y sencilla razón de que entendí a canción superficialmente. ¡Ojalá hayan escuchado la canción! Creo que aquí se nota el sentido real de la canción. :D 

 

¡Ojalá sientan ese gustito lindo de MARIA! 

 

 

—¡AKIIIRAAAAAA…!

 

Los gritos de  su mejor amigo le despertaron, haciendo que el rubio se quejara por su mala fortuna.

 

—¿Algún día dejara de hincharme los huevos con esos gritos de ex del infierno? —Akira se cubrió la cabeza con las mantas intentando hacer oídos sordos de su amigo.

—Dejará de hacerlo cuando tú y yo dejemos de follar libres por el departamento. —Aoi le abrazó comenzando a lamer una de sus tetillas al tiempo que la puerta se abría estruendosamente.

—¡Aoi, más vale que te largues ahora mismo! Akira, te dije mil veces que hoy invitaría alguien a cenar. ¡¿Y llego y te encuentro recién follado por este imbécil?! —Kouyou estaba rojo de ira al ver que sus amigos salían de debajo de las mantas, ambos con una sonrisa de autosuficiencia.

—No estoy recién follado, esta vez le tocó a Yuu. Y si tanto te molesta nuestra presencia… ¡¿Por qué invitas a alguien a cenar cuando sabes que estoy en casa?! Ahora salte para que podamos vestirnos en paz.

—Te quiero en la sala en 15 minutos Akira, o soy capaz de no volverte a hablar en mi vida.

—Cómo si no lo hubieras hecho antes Kou…

 

El castaño simplemente salió dando un portazo. El moreno comenzó a reír a carcajadas y se vistió lo más rápido que pudo.

 

—Ese Kouyou es como mis ex del infierno. Aunque creo que es diez veces peor. ¿Nos vemos el viernes?

—Tengo cosas qué hacer. Mejor te llamo cuando me desocupe.

—¿Desde cuándo eres tú quien decide cuando follamos?

—¿Cuándo dije yo, que estaría a tu libre disposición? También tengo vida Yuu, y si no te parece, bien puedes regresar a la vagina de tu esposa. ¡Qué para eso por lo menos debe servir!

 

Akira se vio atrapado en unos brazos fuertes, y seducido por esos labios que acariciaban sus hombros y su nuca. Suspiró sabiendo lo que el moreno intentaba. Se giró para besarle apasionadamente y poder quitárselo de encima.

 

—Te prometo que sólo tú me la metes. Ahora lárgate si no quieres que Kouyou te deje estéril.

 

Akira se metió a la ducha aseándose lo más rápido posible. Aunque no pudo ignorar esa sensación rara en el pecho, pensar en Aoi no le producía nada, Akira tenía muy claro que esa relación con el pelinegro era sólo un capricho del mismo, y que él, al no tener nada que perder se dejaba guiar como a Yuu le convenía. Pensar en su vida le causaba un poco de angustia. A sus 23 años era un hombre que sólo convivía, que no sabía relacionarse con nadie sentimentalmente. Había notado unos cambios muy grandes en la actitud de Aoi a lo largo del año, Kouyou se los había confirmado tiempo después, cuando una noche Yuu llegó a altas horas de la madrugada con un ramo ridículamente grande de rosas rojas, una botella de champaña de la más costosa reserva y un reloj carísimo de la mejor marca disponible. Todo eso para celebrar su ascenso en la empresa de su padre, y que a su corta edad mandaba sobre más de cien personas.

 

Sólo había pasado un año desde que se reencontró con Kai, otra vez era 13 de marzo y Yuu había ido a “celebrar” su primer aniversario juntos. “¡¿Acaso eres idiota?!” Esas fueron las palabras del rubio entre besos y unas manos impacientes que le desnudaban de camino a su habitación. Para Akira, no había un aniversario que celebrar, porque no había una relación entre ellos. Pero si Yuu se ponía tan meloso y le consentía, él no se negaría.

 

Salió apresurado para no hacer enojar a su amigo y al detenerse en la sala descubrió que Kouyou no estaba.

 

—Ah… Supongo que eres el invitado de Shima. —Akira observaba a un chico castaño y que al escucharle hablar se giró para saludarle.

—Sí… ¡Yamada Naoki, mucho gusto!

—Suzuki Akira. El gusto es mío. Kou esta semana ha hablado bastante de ti.

—¡Qué pena! Pero a mí también me ha hablado mucho de ti. Sólo no me había mencionado que tenías novio… Aunque probablemente lo mencionó y lo omití. —Naoki con una sonrisa en el rostro, le hablaba con suma confianza. Aunque era evidente su nerviosismo, ya que se sobaba las manos en el pantalón ansioso—. Debo admitir que es bastante guapo… Aunque creo que se excede de celoso.

—¿Cómo…? ¿Aoi…? ¡No qué va! Él no es mi… eso. Sólo… ¡Tú me entiendes! —Akira no supo explicarse y sintió vergüenza de sí mismo. Caminó hacia la cocina seguido del castaño—. ¿Te ofrezco algo de beber? ¿Por qué dices que es celoso, lo conoces?

—Bueno… es que Uruha le dijo algo si como: “No quiero que lo vuelvas a joder.” Y el tal Aoi me miró bastante molesto. De esas miradas que dicen: “no te metas con lo mío”.

—Jajajajaja ¡No les hagas caso! Esos dos dicen y hacen cosas raras. —Akira muy nervioso le entregó una cerveza y regresaron a la sala—. ¿Y dónde se metió Kou?

—Acompañó a tu amigo al auto.

—Mm…

 

En ese momento un furioso Kouyou entró azotando la puerta. Dirigiéndose directo al rubio con un dedo en alto a la altura de su rostro.

 

—Te vuelves a dejar coger por ese hijo de puta y te juro… ¡Te lo juro Akira, que cuando el imbécil te haga una de las que se gasta, estas solo! —Kouyou le empujó ligeramente y pateó el sofá a su paso.

—¡No me amenaces, Kouyou! ¡Te he dicho mil veces que no te metas donde no te importa! ¡No me vuelvas a amenazar con algo que ya has hecho antes! ¡Y estuve solo! Así que disfruta tu cena… —Akira le siguió hasta su habitación y cogió una chamarra que estaba a la mano—. Si a mí no me molesta que Aoi sea un puto de clóset declarado, a ti menos tiene porqué importarte.

 

Akira salió a paso decidido con un Kouyou que ahora le seguía pisándole los talones.

 

—¡Me importa porque ese imbécil no te da tu lugar! ¡Me enerva que venga con su cara de borreguito enamorado y salga de aquí hablando sus planes con su esposa! ¡Detesto que sólo seas su puta!

 

Akira estaba a punto de ponerse las botas en la entrada cuando Kouyou lo dijo. Enderezó su cuerpo lentamente y sus ojitos grises, abiertos a más no poder expresaban todo su sentir. Kouyou sintió que retrocedían el tiempo, como aquella tarde en que él mismo le dijo que Takanori le había dicho de su relación con Kai. Esa expresión dolida en su cara, esa mirada de asombro que poco a poco se apagaba… Kouyou entendió que la había vuelto a cagar.

 

—Yuu no tiene ningún lugar que darme. Yo acepté ser su puta, ¿y qué crees…? Yo estoy bien con eso. Si a ti te molesta que tu mejor amigo sea la puta que todos dicen siempre fue, entonces el que debe de buscarse nuevas amistades eres tú. Y metete una cosa de una vez Kouyou,  no necesito que busques quien me rescate. Mejor busca quienes estén a tu nivel y puedas presumir de ellos. Yuu tarde o temprano se irá, y por mí puede ser mañana o dentro de diez años... ¡No me interesa! Yo tengo bien claro mi lugar. —Akira terminó de ponerse las botas y al levantarse gritó—. ¡Un gusto conocerle, Yamada-san!

 

Kouyou nunca antes se sintió más idiota. Tras ver a su amigo salir con la cabeza erguida, se giró viendo a su compañero sonrojado e incómodo por el numerito armado.

 

—Tenías razón al decir que Akira era una persona muy especial. —Naoki terminó su cerveza y dejó el envase sobre la mesita de centro—. Es una pena que se sienta tan solo y perdido. Deberías empezar por hacerle sentir aceptado en lugar de buscarle novios. Ahora entiendo porqué te llevas tan mal con Kai. Sí, fue un imbécil al dejarlo, pero eres más imbécil tú que esos dos juntos, creyendo que tu amigo necesita de alguien más. ¿Ya le dijiste que quieres vivir con tu novia? —Uruha negó con la cabeza escondiendo su mirada humedecida—. Que le consigas novio fijo a Akira, no quiere decir que se lo llevará a vivir con él y Akira acepte de inmediato. Primero deja de sentirte culpable y entonces sí, habla de frente con él.

 

Akira esa noche sólo salió a despejarse. Como siempre terminó en ese árbol, sólo que esta vez no esperaba nada. Ahí de pie, viendo como las luces del alumbrado público iluminaban los juegos infantiles, vio a Kai que se acercaba a paso lento. Akira simplemente se dio la vuelta y se fue. Por más que Kai le habló, él simplemente se fue a paso decidido.

 

Entró en silencio para no despertar a Kouyou. Ambos se habían dicho cosas hirientes y él no quería pelear más, no le veía el caso. No era tan tarde, así que la luz en la habitación de su amigo aún seguía encendida. Quiso pasar desapercibido pero algo le detuvo.

 

—Mei, necesito que comprendas que de buenas a primeras no puedo decirle a mi mejor amigo, “vete porque mi novia vendrá a vivir aquí mañana…” necesito un poco de tiempo. ¡Yo le dije que se viniera a vivir a mi casa, no le puedo decir ahora vete! —Kouyou guardó silencio escuchando los argumentos de su novia. Akira le alcanzó a ver por la puerta entreabierta, con el teléfono entre su hombro y su cabeza. Ahora sí, sintió un dolorcito en el pecho—. ¡Pospongámoslo un mes! Es un buen plazo para que yo hable con Ue-chan y consiga donde vivir. Si tú no me apoyas, entonces vivir juntos no será lo mejor para nosotros. Necesito de tu apoyo…

 

Akira le dio su espacio a Kouyou. Los días siguientes se dedicó a buscar un nuevo lugar y empacar durante el tiempo que Kouyou no estuviera en casa, para no hacerle saber que ya sabía sus nuevos planes. Salió a comprar algunas cajas y de paso algo para desayunar. Ahí se encontró con alguien que no esperaba.

 

—¡Suzuki-san! —Akira giró su rostro y por un momento no reconoció al castaño—. No esperaba encontrarle aquí. —Cuando Naoki sonrió fue que Akira se acordó y se sonrojó por su torpeza—. ¿Cómo está?

—¿Naoki, cierto? —el nombrado asintió y volvió a sonreír—. Por favor, dejemos los formalismos, siento que conoces más de lo que debieras. Sólo falta que me veas desnudo y ya seríamos íntimos amigos. —Akira sonrió y siguieron caminando.

—Veo que Kouyou ya te dio la noticia. —Akira clavó su vista en Naoki haciéndole sentir incómodo—. Creo que el que ha metido la pata esta vez, fui yo.

—Sé lo de que vivirá con su novia, pero no porque él me lo haya dicho. Como siempre todo mundo sabe las cosas menos yo. —Suspiró aflojando sus hombros—. Escuché que me daban un mes para mudarme, aunque ya llevamos una semana y él no me ha dicho nada. Es tan idiota que seguramente está buscando departamentos de poca renta para decírmelo y ya tenga donde ir. —Comenzó a reír acomodándose las cajas bajo el brazo—. Pero esta vez me le adelanté. Ya casi termino de empacar y he conseguido un buen lugar. Yo espero poder mudarme el próximo fin de semana.

—¡Eso es una buena noticia! Al menos no te sentirás despojado cuando el tonto de Uruha te diga.  

—A veces me desespera la forma tan lenta que hace las cosas. O cómo según él, para no dañar a las personas termina haciendo todo al revés.

—Supongo que ese es el significado de la amistad. Aunque quedarse callado por no tener tacto, si creo que en él, sea un defecto.

 

Naoki era un chico bastante alegre. Sin darse cuenta Akira y él tenían conversaciones muy amenas, mientras ambos se reían de la desesperación de Kouyou por no encontrar un buen lugar para su amigo, sin saber que Naoki le ayudó incluso a mudarse al rubio.

 

—¡¿Dónde te tenía escondido Kou?! No recuerdo que me haya hablado de ti antes. —Akira dejó una caja a sus pies, para revisar su móvil que comenzó a timbrar.

—¡Discúlpame un segundo!

 

 

DE: AOI

 

¡¿DÓNDE ESTÁS?! ¡ESTOY AFUERA DEL DEPARTAMENTO Y LA LLAVE NO ABRE! ¿CAMBIARON LA CHAPA…?

 

 

 

Akira soltó el aire y luego de rodar los ojos, siendo observado por Naoki que fingía mirar por la ventana mientras bebía agua, le llamó.

 

¿Akira…?

—¿Qué haces ahí? Se suponía que me ibas a ayudar con algo y ni siquiera tuviste la delicadeza de avisarme que no podrías.

Bueno, ya estoy aquí. ¡Ahora explícame por qué mi llave no abre!

—¡Porque me mudé de casa, idiota! Así que le dejé la chapa cambiada a Kou, para que tenga intimidad y justamente no llegaras como si fuera tu casa de ahora en adelante.

¿Y no podrías haberme avisado que te mudarías? Dame la dirección. Ahora mismo voy.

—Pues estoy muy ocupado. A menos de que vengas con la intención de lavar el baño, no creo que te sea grato venir. Mejor te aviso cuando ya esté todo ordenado. ¡Además ni siquiera tengo cama! No creo que te guste dormir en un futón.

Lo de la cama lo podemos arreglar… Me encanta cogerte de pie... Akira dame la dirección y ya veré si me quedo o no.

—No. Hoy no estoy para tus guarradas, Aoi. Y tengo visita, te llamo después.

 

Akira cortó la llamada antes de que Aoi comenzara a ponerse histérico. Naoki y él se rieron y siguieron limpiando y sacando cosas. Para cuando Kouyou llegó, ya todo estaba ordenado y ellos listos para cenar.

 

Al principio, Akira se sentía muy nostálgico, había pasado un año escuchando a su amigo como si fuera su conciencia noche y día, y ahora que volvía a vivir solo la soledad era muy palpable. Muchas noches estuvo tentado de llamar a Aoi, pero curiosamente esas noches su móvil timbraba con un mensaje en especial.

 

 

DE: NAOKI

 

¡Conéctate! No tengo sueño, ¡juguemos un partidito!

 

 

 

Akira no tardaba nada en conectar su videojuego, y ver que Naoki ya le enviaba la invitación de jugar un partido de fútbol virtual.

 

No llevaba ni un mes en su nuevo hogar, cuando su mala fortuna se hizo presente. Aoi parecía recién salido de un castigo, debido a que por la mudanza Akira no había tenido ganas de intimar, y después a causa del trabajo excesivo del pelinegro. Así que meloso era una palabra que le quedaba corto, besaba y acariciaba a Akira como si fuesen novios recién enamorados. El rubio en momentos le seguía la corriente, en ratos prefería no reparar en ello. Así llegaron al departamento del menor y en el pasillo se toparon con una sorpresa.

 

—¡¿Yuu…?! ¡¿Qué haces aquí?! ¿Akira…?

 

Akira tenía su cuerpo apresado entre la puerta de su departamento y el cuerpo de Aoi, que entre risas traviesas manoseaba al rubio y mordisqueaba sus delicados labios. Akira por supuesto no veía que una pareja se acercaba por el pasillo, hasta que esa voz les interrumpió. Akira sintió su cuerpo helarse al ver la mirada fría de Kai y la dolida de Takanori. ¡Hacía años que no veía al pequeño y así tenía que descubrirlos!

 

—Takanori… Kai. —Respondió Aoi abrazando posesivamente por la cintura al rubio, al ver que Kai no despegaba su mirada de él—. Supongo que ustedes también viven en este piso. —Mordisqueó descaradamente la oreja de Akira.

—Sí… Justo en la puerta que sigue. Yuu… ¿Engañas a  mi hermana? —Takanori veía sumamente dolido al moreno, con quien hasta ese momento había tenido una buena relación familiar.

—Engaño sería si ella no supiera. Pero Nana conoce perfectamente a mi perra. Así que no. No la engaño…

—¡Eres un puto desgraciado! —Esta vez fue Kai quien habló atrapando a Yuu contra la pared y jalándolo del cuello de su ropa—. ¡Está esperando un hijo tuyo! Y tú revolcándote con cualquiera. ¡Por lo menos respétala!

 

Akira no quiso escuchar más. Era sólo la “perra cualquiera”, no tenía porqué meterse en problemas familiares. Así que con sigilo, abrió la puerta y se adentró sin siquiera mirarlos. El pecho le dolía y sólo se le ocurrió una cosa para distraerse.

 

 

 

DE: AKIRA

 

Naoki… ¿Querrías jugar al fútbol?

 

 

 

Por supuesto Akira no pensaba mudarse de nueva cuenta, pero tampoco podía esconderse de sus vecinos. Así que optó por no poner atención a las miradas de la pareja vecina, Aoi siguió con sus visitas, de hecho se hicieron más frecuentes conforme la fecha del parto de su esposa se acercaba. Akira tenía una sensación extraña, pero estaría loco si negara que esa forma en la que Aoi le poseía fuera la gloria misma. Pero muchas cosas pasaban sin que Akira se diera cuenta. Esa mala costumbre que tenía de no querer saber.

 

—Kai-san… ¿Vas para tu casa? —Naoki había alcanzado al moreno antes de que subiera a su auto.

—Sí. ¿Necesitas algo, Naoki-kun?

—¿Podrías darme un aventón? Voy a visitar a un amigo que vive justo en tu edificio.

—¡Claro! Sube.

 

El trayecto lo hicieron charlando cosas sobre su trabajo en el equipo de fútbol, como siempre Kai comentaba alguna cosa sobre su pareja, y el hecho de que últimamente estaba algo angustiado por un problema con su cuñado. Naoki, como era común, daba su punto de vista sin adentrarse más de lo que le comentaban. Así llegaron hasta el piso indicado.

 

—Ya llegamos hasta mi casa y no te dejé ir a la de tu amigo… ¿A qué piso vas? —Kai sacó sus llaves mientras Naoki seguía sonriendo por su conversación.

—Aquí. —Señaló la puerta vecina—. Akira es una de las personas más fascinantes que he conocido. Tengo entendido que tú también lo conoces.

—… —Kai soltó las llaves al caer en cuenta de lo que estaba pasando. Se giró con un claro gesto de molestia hacia el castaño. Acercándose a él al hablar—. No sabía que también le frecuentaras… De hecho, no sabía que te gustaran esa clase de putas. Debería plantearme el probar qué cosas nuevas ha aprendido. Es una lástima que no supiera la clase de perra en celo que era cuando fuimos novios. ¡Quién sabe! Tal vez y desde entonces ya se dedicaba a esto.

—¡¿Cómo te atreves?! —Naoki lo empujó sin darse cuenta que Kai chocaría con la puerta de Akira—. No te agarro a golpes porque Akira en el fondo te sigue teniendo estima. Pero no te atrevas a insultarlo en mi presencia, porque yo ni me quedo callado, ni me quedaré de brazos cruzados si te vuelves a meter con él. ¡Yo no soy Kouyou, ¿me entendiste?!

 

En ese momento la puerta de Akira se abrió viendo como caían ambos cuerpos al piso. Sus ojos grises por un momento se entristecieron al ver a Kai.

 

—Cuando termines Naoki, entras. La pizza se enfría, la próxima vez te diré que la traigas de camino.

 

Akira dejó la puerta abierta y se encaminó a la salita. Su pecho seguía doliendo al ver a Kai, sus ojos seguían enrojeciendo al notar su mirada encolerizada con él. En menos de un minuto Naoki entraba disculpándose e inventándose excusas del motivo por el que estaban en el suelo.

 

—Akira… ¿Te encuentras bien?

—Lo evito… A los dos. Cuando salgo, primero pego la oreja a la puerta para saber que no se escuchen sus voces fuera. Cuando Aoi llega nunca me asomo por si ellos van pasando cuando él entra. Él me odia… —Naoki sólo le miró con atención y le escuchó—. Yuu tiene miedo. No está listo para ser padre, nunca estuvo listo para decirle al mundo que era gay y por eso me utiliza. Yuu no sabe cómo dejarme. En el fondo, creo que se siente culpable a su modo de que yo ahora sea quien soy. ¡Pero no lo culpo! No lo veo como mi amante, ni lo veo como mi pareja… ¡Sólo es alguien que me hace compañía! Yo… yo estuve enamorado cuando adolescentes, pero apenas Kai me enamoró, yo dejé de tener sentimientos por Aoi. Y ahora Kai… ¡Él se fue! ¡Él me tiene asco desde la vez que me utilizó igual que Aoi! Yo sólo he estado con ellos dos y… ¡¿Ahora soy la peor puta de la ciudad?! —Akira dejó de ver a la nada y posó esos ojitos grises que hicieron que el pecho de Naoki doliera. Sus lágrimas llenas de impotencia bañaban su pálida piel, haciendo notar cómo se enrojecía poco a poco—. ¿Por qué Kai tiene que odiarme? ¡¿Que no se da cuenta que así sólo me hace sentir peor?! ¡NO FUE MI CULPA QUE AOI ME DROGARA CUANDO NIÑOS! ¡YO NO PEDÍ SER QUIEN SOY! —Naoki le abrazó con fuerza sintiendo los espasmos causados por el llanto—. Yo sólo estaba enamorado de Kai… Yo sólo le esperé porque pensé que él sentía lo mismo y no fue así. Yo sólo quiero que de verdad me perdone…

—Lo que tienes que hacer Akira, es comenzar a ser tú, olvidar que alguna vez amaste a Kai, y aprender a vivir sin la compañía de Aoi. Ellos sólo te hacen daño. Mientras no dejes de pensar en ellos, no podrás ser feliz.

 

Si Akira hubiera notado la forma desesperada en que Naoki le abrazaba, en que dejaba pequeños besos en su pelo al tiempo que le acariciaba. Se habría sentido feliz, por primera vez en muchos años.

 

El tiempo como siempre transcurrió. Fue casi en un abrir y cerrar de ojos que los meses pasaron y Nana, la esposa de Aoi dio a luz.

 

—¿Diga…?

Akira… ¡Es preciosa! Te juro que es preciosa…

—¿Aoi…? —Akira parpadeó un poco para poder ver la hora que era—. Son las cinco de la mañana. ¿Qué sucede?

¡Ya nació! Mi hija es hermosa… Por favor, ven. ¡Quiero que seas el primero en conocerla!

—Yuu… Yo no creo que sea lo correcto. Yo con gusto la conoceré cuando tú puedas sacarla de casa y me la muestres, pero Nana… Ella merece su espacio y no…

¡Por favor, Aki! Te necesito… Necesito que estés conmigo en estos momentos. Ven, por favor…

 

Akira en menos de 10 minutos ya estaba de camino al hospital. Sabía que era absurdo, ya que era probable que no le dejaran pasar, pero como siempre, nada perdía si se trataba del pelinegro. Apenas llegar, vio que Aoi le esperaba, tenía una sonrisa boba en el rostro y se notaba que había estado llorando. Akira se asustó y le abrazó con fuerza como saludo, se dejó guiar por el pelinegro hasta donde se suponía quedaban los cuneros.

 

—Mírala… es esa de ahí. —Aoi señaló a una bebé que estaba algo alejada del ventanal—. ¿No es preciosa?

—Lo es… —Akira sin darse cuenta ya lloraba. Esa sensación extraña en su pecho se hizo más fuerte, fue casi impulsivo que tomara al pelinegro de la mano y le apretara con fuerza—. ¿Sigues teniendo miedo? 

—No. —Aoi besó la mano de Akira sin despegar su mirada del bebé—. Cuando la tuve por primera vez en mis brazos, supe que era el mejor momento de mi vida. Sólo me hacías falta tú.

 

Akira abrió los ojos desmesuradamente. Sintió que su cuerpo temblaba y de pronto sólo quiso alejarse de ahí.

 

—Sólo hay una cosa que me habría gustado en esta vida. —Continuó Aoi, ahora mirando al rubio con amor—. Que ella tuviera tus hermosos ojos. —Aoi le sujetó del rostro con delicadeza, acercándole por la nuca con una mano, y le besó con ternura. Sus labios y sus lenguas se acariciaban sin prisa, aunque Akira sintiera que se ahogaba, no hizo ningún intento por separarlo—. Siempre me gustaste Akira. Fui un estúpido al preferir ser capitán del equipo en la escuela, y alardear de mi popularidad con las chicas, en lugar de simplemente hacer lo que tanto deseaba… Besarte cada vez que te veía detrás de Kouyou. Aquella tarde del vestido rojo, cuando te encontramos destrozado en el parque, tuve miedo que alguien más te haya hecho algo, pero yo sólo era un cobarde. Has sido el único hombre en mi vida, y al ver que tu relación con Kai era tan perfecta, sentí la necesidad de por lo menos una vez tenerte para mí. Nana encontró ese video… —Akira abrió los ojos asustado pero Aoi le impidió separarse, abrazándolo con fuerza y hablándole casi al oído—. Lo encontró mientras revisaba mi computadora en un arranque de celos. Fue mucho antes de que tú y yo comenzáramos nuestra relación. Pero ella piensa que tenemos años de vernos. Perdóname Akira… Yo sólo te quiero para mí. Te he amado todos estos años…

 

Akira se abrazó fuertemente llorando desconsolado. El fin había llegado. Akira no sentía nada al saber que Aoi le amaba, sólo pensaba en lo distinto que habría sido su vida si Aoi le hubiera propuesto una relación desde ese entonces. No habría sufrido dos veces por amor, no viviría culpándose de ser el error de esos hombres. Nada de todo lo malo habría pasado y él simplemente habría sido feliz.

 

—Yuu… yo también te amo… pero ya no de ese modo. Has sido mi única compañía por casi dos años… —le dio besitos cortos y llenos de ansias al hablar, sujetando su rostro enrojecido y lloroso entre sus manos pálidas—. Pero ella te necesita. Será tu más grande tesoro, no vale la pena que la pierdas por un amor escolar. Ya no hay modo de que haya un “nosotros”, no ahora que ella ha llegado a tu mundo. Si Nana no se hubiera embarazado, tendrías la oportunidad de divorciarte y tal vez, sólo tal vez, podría haberte esperado. Ahora ya no. No podría seguir con una relación clandestina, sabiendo que hay una pequeñita esperando la llegada de su padre. Ámala como ella se merece, aprende a ser valiente por ella, y si algún día sientes la necesidad de contarle sobre nosotros, que sepa que siempre fue tu prioridad. Incluso yo ahora la amo porque es tuya. Muéstrame tu verdadero amor cuidándola y siendo muy fuerte por ella.

 

Un último beso que les dejó sin aliento, un abrazo donde podrían haberse arrancado la ropa sólo por sentirse juntos, y una mirada resignada ante la promesa de un futuro verdadero. Akira soltó lentamente la mano de Yuu, al tiempo que miraba a esa pequeñita que torpemente se estiraba y bostezaba. Sonrió pensando que la niña a tan pocas horas de nacida, tenía una expresión igual a la de Aoi al dormir.

 

Akira estaba tan agotado mentalmente, que de camino a su casa compró un café y un Panini en el Starbucks que quedaba a pocas calles de su departamento. Se adentró y apenas dejar su desayuno sobre la mesa, el timbre le hizo regresar unos pasos. Apenas abrir se encontró con la furiosa expresión de Takanori.

 

—¡Eres una maldita puta! —Ni siquiera cruzar palabra, Takanori le asestó un golpe en pleno labio con toda su fuerza—. ¡No tardaste ni medio día para ir corriendo a ofrecértele aún frente a su hija! —Un golpe más le hizo caer de sentón—. ¡Me das asco! ¡Tanto mariconeaste que amabas a Kai, pero bien que puedes vivir ofreciéndole el culo a Aoi! ¡No quiero que te le acerques a mi hermana ni a mi sobrina! ¡Aoi podrá hacer de su vida una mierda! ¡Pero a ellas las va a respetar! ¡Así que ni se te ocurra ir de ofrecido porque te juro que Aoi no vuelve a saber de la niña nunca! ¡¿Te quedó claro?!

 

Un azote de puerta y Akira se encontraba con el labio partido y tirado en el piso sintiéndose la peor basura del mundo. Estaba ofuscado, estaba exhausto. Sólo se dejó caer de espaldas contra el piso y dejó fluir todas esas lágrimas que no salieron frente al pelinegro. Las palabras de Aoi retumbaban en su mente, recordó los buenos momentos junto a Aoi en la escuela y las pocas miradas que llegó a cruzar después del incidente del vestido rojo. Ahora entendía esas miradas que no supo comprender en su momento, o era eso, o ya se había hecho ideas. El timbre volvió a sonar después de quien sabe cuánto tiempo tirado en el piso. No se quiso arriesgar a que esta vez fuera Kai el que le gritara lo mal parido que era. Se levantó con cierta dificultad al estar entumido, y se acostó en su cama que ahora le resultaba tan vacía. Dormiría por días de ser preciso. La buena noticia era que no tenía llamado en su trabajo hasta la siguiente semana. 

 

 

 

Notas finales:

 

¡Pufff! ¡Que difícil ha sido esto de volver a escribir de ellos, luego de 3 meses en lo que no me atreví tocarles ni con el pensamiento! Pero luego de recordar la sesación que tuve al verlos sin gota de maquillaje... ¡Cómo me hubiera gustado ver a Reita en esa edad! :D 

 

¡Gracias por tantas leídas! ¡Son rápidas! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).