Superficially famous
Capítulo 14
- ¿Sabés?- hice un sonido, dando a entender que lo escuchaba. Yo tenía mi rostro escondido en su cuello y él su brazo alrededor mío, acariciándome la espalda suavemente -Besarte me da una sensación de déjà vu- me removí para mirarlo.
- La noche en que me conociste, antes de encontrarnos en la plaza, me agarraste en la esquina del boliche y me diste un beso- alzó una ceja, sorprendido -Casi te pego en el rostro, pero cuando vi que eras vos… me sorprendí y me olvidé que estaba enojado- se rió brevemente y apoyó su pulgar en mi labio inferior.
- Cómo pude olvidarme de eso- susurró, observando mi boca y sonrió, inclinándose para darme un breve beso.
***
Un rato después estábamos en la cocina, yo estaba cortando un poco de verdura para hacer arroz salteado, y Kai estaba a mi lado observando curioso lo que hacía. Reí al recordar su alimentación de hace un poco tiempo a base de ramen y whisky.
Al estar tan ensimismado en mis pensamientos, fui torpe al manejar el cuchillo y me lastimé un dedo. Siseé de dolor y puse mi mano abajo del agua de la canilla. Después de envolver la herida con una servilleta de papel, Kai me tomó de la cintura y me giró para que quedara de cara a él y comenzó a besarme con fuerza y dedicación. Le correspondí, acalorado por la fogosidad de su candente beso y confundido por su insistencia en continuar cada vez que intentaba apartarme para respirar.
- Jongin…
- Un beso puede ser diez veces más eficaz que la morfina para aliviar el dolor- explicó para después volver a besarme. Esta vez lo separé antes de que pudiera siquiera mover sus carnosos labios contra los míos.
- ¿Ah?
- Un beso activa analgésicos naturales del cuerpo- se encogió de hombros, restándole importancia y volvió a intentar unir nuestras bocas. Fruncí el ceño, extrañado y lo empujé de los hombros para mirarlo.
- ¿Cómo mierda sabes eso?- quise saber, divertido.
- Soy cantante, no tonto- dijo como si nada, sonriendo, para después juntar sus labios con los míos una vez más.
- ¡Ey! Yo no soy tonto y no lo sabía- me quejé cuando él me dio un respiro. Me ignoró unos segundos antes de volver a hablar.
- Twitter- dijo entre besos, casi sin separarse de mí.
- ¿Qué?- me mordió suavemente el labio superior y me observó divertido.
- Que lo saqué de twitter.
- Tonto- sonreí y esta vez yo lo besé.
- ¿Puede este tonto quedarse a dormir?- pidió, poniendo cara de perro que fue regañado por su dueño. Me reí.
- Sí… Pero mirá que mi cama no es tan cómoda como la tuya…- le restó importancia a ese hecho con un gesto de su mano, sin quitar la otra de mi cintura -Ni tan grande- Sonrió con picardía.
- Mejor- guiñó un ojo y yo me aclaré la garganta, avergonzado.
- Te dejaría usar la de Lay, pero realmente se va a enojar cuando se entere- expliqué.
- No importa, no me molesta compartir cama con vos, de todos modos dormimos juntos un montón de veces- eso era verdad.
- Sí, pero en una cama enorme- se encogió de hombros y rodeó mi cintura con ambos brazos.
- Ya te dije, mejor. Además, ¿Para qué querríamos tanto espacio si no pienso dejar que duermas lejos de mí?- apoyó su rostro en mi hombro y yo sonreí, totalmente feliz por descubrir este lado tierno y casi romántico de Kai.
***
- ¿Me prestás algo para dormir?- preguntó cuando estábamos en mi habitación.
- Sí, buscá en ese armario- respondí, señalando con la mano para seguir haciendo la cama con sábanas limpias. No quería que durmiera en las sábanas que yo había usado por una semana.
- Wow…- dijo bajito y yo me acerqué a él para ver qué era lo que estaba mirando. Su mano sostenía la parte de arriba del poster roto de él, mirando la foto. Sentí mi cara calentarse por la vergüenza de que descubriera eso. Le hice sacar la mano y, tomando la primera prenda de ropa que encontré, cerré la puerta del armario.
- Estaba enojado… No lo tomes mal- le pedí sin mirarlo. Soltó una carcajada.
- No lo tomo mal, sólo me sorprendió. Y… esa foto es tan vieja…ni siquiera recordaba esa época ya- comentó, tomando entre sus manos la ropa que yo le pasaba.
- Es una de mis favoritas… Eras tan… Jongin- susurré antes de carraspear y volver a ordenar la cama.
- Me gusta mucho eso- murmuró, lo miré confundido -Que sepas diferenciar a Kai de Jongin- sonrió y se acercó a mí.
- Bueno… No es algo muy difícil de hacer para mí- sonreí antes de pasar mis manos por su cintura y abrazarlo.
- Sin embargo sos el único que puede, sin contar a KyungSoo- juntó sus labios en una fina línea y le di un beso sobre esa mueca -Hay tantas cosas que me gustaría poder decirte, pero no soy bueno expresándome con palabras- negué levemente.
- No pasa nada- le di un rápido y superficial beso y tomé en mis manos la manta para colocarla sobre las sábanas.
Unas manos se deslizaron por mi cintura y un cuerpo se pegó al mío. A pesar de saber que era Jongin, y que sus intenciones no eran malas, lo único que pude pensar al sentir a alguien abrazándome desde atrás, fue en Kris y en lo mal que me había tratado esa noche en el auto. Con torpeza intenté hacerle soltar el agarre que mantenía, siendo tanta mi desesperación que terminé por hacernos perder el equilibrio y caer en la cama. Me arrastré lejos de Kai y me apoyé en la pared, juntando mis piernas a mi torso y rodeándolas con mis brazos. Lo vi acostado, observándome sorprendido y me arrepentí al instante de mi reacción. Aunque no hubiera podido evitarla ni queriendo.
- ¿Qué… qué fue eso?- preguntó, sentándose. Desvié la mirada y relajé mi cuerpo cuando se acercó para quedar enfrente mío -¿LuHan?
- Yo… Fue inconsciente, lo siento- susurré.
- LuHan…- me miró preocupado -Kris no te forzó a hacer nada, ¿no? Porque esa reacción por sólo un abrazo…- llevé mis manos a sus labios para que no siguiera hablando.
- ¡No! Por supuesto que no… Yo acepté estar con él… aunque en realidad no quería- alejé mis manos de él para acomodarme distraídamente el cabello, quitándole importancia al asunto -Supongo que me quedé un poco mal porque bueno, fue bastante bruto- frunció el ceño.
- ¿Encima de que te usó para una apuesta te trató mal?- me encogí de hombros, sin mirarlo -De verdad quiero pegarle, y de paso le arrancaría el…
- No creo que haga falta- le interrumpí y sonreí antes de dirigir mi mirada hacia él -Ya pasó, es algo del pasado- me devolvió la sonrisa y despacio, como si no quisiera asustarme, se acercó más, sentándose bien cerca mío y apoyó su cabeza en mi hombro.
- Yo… no te voy a hacer doler- levantó su mano y la colocó en mi pecho, a la altura del corazón (el cual latía muy rápido por sus palabras), sonrojándome apenas por el doble sentido de su confesión: el físico y el sentimental -No te voy a hacer daño, nunca lo haría- le sonreí levemente, con los labios juntos, observando su mirada seria y su tierna sonrisa.
- Lo sé, Dios, lo sé- suspiré al juntar mis labios con los suyos, comenzando un beso que fue profundo y duró varios minutos.
Al separarnos, Jongin volvió a apoyar su cabeza en mi hombro y me dediqué a acariciar el pelo de arriba de su oreja. Con su nariz acarició mi cuello suavemente.
- No te angusties más por YiFan, por favor- susurró.
- No lo hago- aseguré, reteniendo el escalofrío que me provocaba su respiración.
- Son muchísimos los que aman… pero poquísimos los que saben amar. Kris es del primer tipo. Él sólo cree amar, y sólo por eso supone que tiene un derecho superior sobre la persona de su afecto- suspiré, sin responderle. Tenía razón. La diferencia entre Kris y Jongin es… Que Kris no ama. No sabe hacerlo… Sólo se obsesiona y tiene un sentimiento de posesión excesivo. En cambio Jongin, sí. Lo siente, le quema el amor, lo abruma. Lo entiende. Sólo que no sabe cómo expresarse, y actúa impulsivamente -¿Hay algún lugar de la casa donde pueda fumar?- preguntó Kai, interrumpiendo mis pensamientos. Lo miré, algo distraído.
- Acá, en mi habitación- asintió y se levantó para sacar del bolsillo de su mochila una caja de cigarrillos y un encendedor. Me levanté y tomé de la estantería un cenicero, sentándome a su lado y pasándoselo. Lo agarró alegremente y encendió un cigarrillo, dándole algunas caladas. No me encontraba nervioso ni alterado, pero me dieron ganas después de mirar el gusto con el que Kai fumaba -¿Me das un poco?- pregunté inocentemente. Jongin, con una ceja alzada, dio una larga calada y soltó el humo por el costado de sus carnosos labios bajo mi mirada escrutadora. Observé cómo su cuello se tensaba al estirarlo para dar otra calada y esta vez acercó su rostro al mío hasta dejar nuestros labios a centímetros. Lo miré confundido cómo dejaba salir un hilito de humo lentamente en mi boca, entendiendo el mensaje e inhalando lo que Kai me ofrecía. Aspiré lo que pude y cuando lo exhalé, le robé un beso.
- ¿Querés ver Laberinto?- preguntó Kai emocionado mientras apagaba su ya terminado cigarrillo.
- ¿Y si… yo te muestro alguna película que me guste?- sinceramente ya habíamos visto cuatro veces esa película y estaba un poco cansado.
- ¡Sí!- exclamó. Y el Jongin con actitud de niño pequeño apareció.
***
Después de ver las dos películas de Thor que, para mi suerte, Kai amó, nos acostamos en mi cama para intentar dormir un poco. Cosa que no pudimos lograr porque comenzamos una intensa sesión de besos. Mientras nuestras bocas estaban unidas, acarició mis brazos lentamente, llegando a la muñeca.
- ¿Por qué siempre tenés esto puesto?- quiso saber, refiriéndose a la muñequera, después de separarse y darme un beso en la mejilla.
- Porque me gusta- me excusé.
- Sacátelo para dormir aunque sea- tironeó levemente para que hiciera lo que me pedía.
- ¡No!- exclamé alterado. No quería que viera el tatuaje, no todavía. Me miró confundido y decidí distraerlo de la mejor manera que podía en ese momento: besándolo.