Superficially famous
Capítulo 18
- ¡La puta madre!- exclamó Jongin en el medio del cine, lo que provocó que le agarrara fuerte la mano, regañándolo.
- No grités- le susurré. Me miró desde mi hombro, donde había intentado refugiarse -De verdad, no puede darte miedo esto…- volví a mirar la pantalla intentando ocultar una pequeña sonrisita: la verdad era que se veía ridículamente tierno así de asustado.
- Pero ese payaso es espantoso, ¿viste sus dientes? ¡Y le arrancó el brazo al pobre y tierno niñito!- volvió a levantar la voz y esta vez directamente le estampé la mano en su boca.
- Que no grités, Jongin. Y vos lo dijiste, es tierno… carne tierna… por eso se lo comió- le saqué la lengua infantilmente mientras él se deshacía de mi mano con un movimiento brusco y metía la cabeza adentro de su buzo donde pasó el resto de la película.
***
- ¡Al fin!- festejó Jongin al salir del cine –Pensé que no iba a terminar más. Jamás voy a volver a ver esa película. Ahora cada vez que vea un payaso voy a creer que es Pennywise. ¡Horror!- solté una carcajada.
- Qué exagerado, no da nada de miedo. Hasta habían nenes en la sala- caminamos hasta la puerta de su auto -Además, aunque no parezca, el actor de Pennywise está buenísimo- me encogí de hombros al recibir su mirada seria y de interrogación. Amagué a subir al auto pero una voz femenina nos interrumpió.
- Perdón… ¿Kai?- Jongin se dio vuelta para mirar a dos bonitas chicas que se acercaban tímidamente – ¿Podemos… sacarnos una foto con vos?- agregó con la mirada baja. Jongin sonrió socarronamente y, luego de darme una mirada, asintió.
- Claro… LuHan… ¿podrías?- de mala gana agarré el celular que me pasó una de las insulsas chicas y, una vez que se pusieron en pose, con las manos de Kai innecesariamente aferradas a las cinturas flacuchas y debiluchas de esas dos, me preparé para sacar la foto con la nuca ardiendo de puros celos. Aprovechando la poca luz de la noche, puse la cámara en modo selfie y me auto saqué dos fotos con el ceño fruncido.
- Bueno, ya nos vamos- dije, devolviéndole la cámara a una de ellas y entrando rápidamente al auto, seguido de Jongin que entró enseguida. Me crucé de brazos, todavía con el ceño fruncido, escuchando el motor arrancar y unos gritos femeninos venir de afuera -¡Acelerá!- grité ya de mejor humor por haberme cobrado la situación a mi manera. Me hizo caso e inmediatamente nos pusimos en marcha.
El viaje fue silencioso e incluso seguimos sin hablar hasta que estuvimos dentro de su departamento.
***
- ¿Qué fue eso?- cuestionó. Lo miré, fingiendo no entender -¿Por qué comenzaron a gritar?- me encogí de hombros como un nene caprichoso –Luhan…- agregó en todo de advertencia.
- Tal vez… no les saqué la foto a ustedes. Tal vez se fueron con dos selfies de mi cara muy de cerca- confesé con la mirada perdida. Enseguida una carcajada muy fuerte inundó el ambiente y alivianó la tensión.
- Tonto…- me tomó de la cintura y mis brazos, casi por sí solos, rodearon su cuello –No estés celoso, sólo son fanáticas…- y por su expresión se dio cuenta de su error. Mi abrazó se aflojó, incómodo –Sabés a lo que me refiero… Estoy con vos, no con ellas- asentí, todavía inseguro y recibí un beso suyo gustoso -¿Así que Pennywise está buenísimo?
- Tonto…- sonreí con malicia –No estés celoso…- seguí repitiendo sus palabras anteriores- Sólo es un famoso –ahora fue su turno de fruncir el ceño, los labios y estaba seguro de que hasta el culo se le había fruncido con mi comentario. Afianzó su abrazo casi con violencia y sus manos bajaron enseguida a mis nalgas y las dejó ahí. Desde que habíamos tenido sexo por primera vez había notado algo que antes no era muy evidente. Parecía tener una especie de obsesión con mi trasero. Era una costumbre para él tener las manos ahí incluso si no era de manera sexual: Podía estar tomando una taza de café y su mano estar en mi retaguardia como si fuera el periódico. Noté que este no era el caso cuando las apretó con firmeza.
- ¿Qué dijiste, Luhannie?- cambió su actitud, intentando usar a Kai en contra mío.
- Que sólo es un famoso sexy- sonreí con confianza y lo empujé de los hombros suavemente. Sus manos pasaron, con pesar, de mi trasero a mi cintura –Un famoso que no conozco en persona- agregué pasando mis dedos por sus hombros y rasguñando suavemente mientras las bajaba por el pecho, pasando por su firme abdomen hasta su cadera, donde terminó mi recorrido –De todos modos estoy demasiado enganchado con otro famoso como para que Bill Skarsgård tuviera algún efecto en mí- sentencié y tiré de su cinturón para acercarlo a mí con fuerza y besarlo lenta y profundamente. Ya estaba ansioso, podía notarlo porque sus manos estaban en todos y en ningún lado a la vez. Me separé levemente y, mientras besaba su mentón, las tomé y las guié a mi cuello para que me abrazara. Enseguida bajé las mías hasta sus carnosas nalgas y las agarré esta vez yo con fuerza y seguridad –Hoy vas a superar tu obsesión con mi trasero –le expliqué –Probemos algo distinto- pedí en un ronroneo contra su oreja. Lo sentí tragar fuerte y asentir. Su emoción rozando fuerte la mía.
- Me calienta este lado dominante tuyo- confesó, moviendo su cadera contra la mía. Le sonreí, levantando las cejas y volví a besarlo mientras lo guiaba a la habitación con mi cuerpo.
No me gustaba sentir ni recibir celos. Para nada. Pero ese día el sexo que provocaron fue fantástico: rudo, ardiente, desenfrenado. Nos turnamos para ocupar ambos roles y disfrutarnos de todas las maneras posibles, finalizando la noche entre besos interminables y caricias inocentes. Nunca me había sentido tan querido como a su lado.
***
- Dale, Lu, entrá…- Jongin asomó la cabeza por detrás de la cortina de la ducha y puchereó –Mmm, perdón pero, aunque lo de anoche me encantó, no superé mi obsesión por esas jugosas…- comentó mirando mi trasero desde su ángulo. Sentí mi cara llenarse de calor por la vergüenza, contrarrestando cualquier actitud de macho de pecho peludo que pude tener la noche anterior.
- Callate- murmuré, acomodando la muñequera que cubría mi tatuaje. Entré a la ducha y me puse bajo el agua. Jongin enseguida me ayudó a mojar mejor mi pelo y puso un poco de champú, frotando con dedicación y besando mi rostro y hombros -¿Está rico el champú?- pregunté entre risitas.
- Muy- lamió mi nariz juguetonamente una vez que ya no tenía restos del producto, y le robé un casto beso antes de que se alejara. Sin pedirle permiso le devolví el favor y le lavé el pelo con cariño y dedicación. Sus ojos y su sonrisa me demostraban lo feliz que se sentía en ese momento. Una sensación cálida invadió mi pecho: el sentimiento era intensamente mutuo.
Comencé a enjabonarme bajo su hambrienta mirada y, sintiéndome algo tímido de repente, froté con torpeza y rapidez para terminar lo más pronto posible la limpieza de mi torso. Le ofrecí el jabón para que lo usara y él lo tomó en sus manos, mirando fijamente el brazo que todavía tenía estirado en su dirección. Sentí un frío invadirme de pies a cabeza: la muñequera se había corrido y mi tatuaje con el símbolo de Kai finalmente había sido revelado frente a Jongin que estaba repentinamente muy serio y tieso.
El frío se transformó en calor y con la cara completamente roja me acomodé la muñequera de nuevo para cubrir el vergonzoso tatuaje a la vez que él daba un doloroso paso hacia atrás. Evitando sentirme rechazado terminé de enjuagarme, viendo como no desviaba su mirada de mi muñeca, a pesar de que ya no estaba a la vista.
- Jongin…- intenté hablar pero me interrumpió, todavía tenso.
- Se va a terminar el agua caliente. Mejor que nos apuremos a terminar- y una alerta se encendió en mi cerebro al saber que estaba inventando eso: tenía termotanque… El agua caliente no se acababa.
- Yo ya terminé- avisé y salí de la ducha sin volver a mirarlo. Me sequé con ahínco, con un nudo en la garganta sin poder parar de pensar en que la había cagado. Que mi yo adolescente la había cagado. Suspiré y fui a la habitación para ponerme ropa limpia.
***
Cuando terminé de cambiarme fui al living, viendo a través del vidrio del ventanal del balcón que Jongin estaba afuera, fumando un cigarrillo con la toalla rodeando su perfecta cadera. Me asomé y le robé uno sin preguntar, estaba muy nervioso. Sus ojos seguían mi muñeca derecha cada vez que llevaba el cigarrillo a mis labios para darle una calada. Podía ver en su rostro que estaba pensando. Mucho. Hasta casi que podía notar sus pensamientos y sentimientos encontrados, creando un caos en su cabeza.
- Creo que debería ir yendo… Me olvidé un pendrive en la empresa. Tengo que ir a buscarlo antes de que caiga en las manos equivocadas…- hablé bajito, pinchazo en el pecho cuando asintió distraídamente –Bueno… nos vemos- y sin decir o hacer nada más, me di vuelta para buscar mi mochila que estaba sobre el sillón, cubierto por la manta deforme que una vez habíamos tejido Jongin y yo. Me picaron un poco los ojos ante el recuerdo de lo que normalmente éramos, comparando con lo que de pronto estábamos siendo.
Antes de que pudiera abrir la puerta para salir del departamento, una mano me sostuvo de la muñeca tatuada y me giró. Jongin me miró en silencio fijamente y se inclinó para dejar un suave y casto beso en mis labios, lo observé unos segundos antes de dedicarle una sufrida sonrisa y desaparecer por la puerta.
***
[Kai POV]
- ¿Sos estúpido o te hacés?- exclamó KyungSoo. Estaba en su casa, necesitaba hablar con él –Vos sos el que siempre dice que ama que Luhan pueda diferenciar entre Kai y Jongin. Eso dice mucho, Kim Jong In. ¿De verdad un tonto tatuaje de anda a saber cuándo te hace una diferencia?- el bruto de mi mejor amigo tenía su punto. Pero al ver el tatuaje, la realidad chocó conmigo y no supe cómo actuar. Ver mi símbolo hizo más real el hecho de que Luhan era fan mío. O al menos lo había sido.
- Sí, pero entonces… ¿por qué lo ocultó por tanto tiempo?- cuestioné.
- Yo que sé… ¿vergüenza? Es un poco vergonzoso que tu pareja sepa que estabas obsesionado con él incluso desde antes de conocerlo- no me perdí cómo desvió su mirada a ChanYeol al otro lado de la sala, que tocaba la guitarra muy compenetrado.
- Sí, bueno… tampoco lo culpo- KyungSoo me dio un fuerte golpe en la nuca –Era broma…- protesté mientras me frotaba la parte dañada –Pero en serio. No sé qué hacer, todo lo que me rodea, no tengo control sobre nada. Nada, KyungSoo, soy propiedad de la empresa. Ver mi poster en su casa ya me chocó, pero ¿un tatuaje?
- Sos una celebridad, Jongin. Ya sabías de su fanatismo desde antes. ¿Qué cambia esto? Seguís enamorado de él igual, ¿o no?- me quedé mirando a mi amigo como estúpido. ¿Enamorado? ¿Yo? Nunca lo había pensado así respecto a nadie, y a pesar de lo atraído y enganchado que me sentía con Luhan nunca lo había considerado así.
ChanYeol se acercó a nosotros y, sonriendo ampliamente, acarició el pelo de KyungSoo con un amor y ternura desmedida y se inclinó a darle un pomposo beso. Mis pensamientos se trasladaron a Luhan... Yo quería eso con él. No lo dudaba. Así, libres y demostrativos donde y cuando quisiéramos. Recordé todo lo que me encantaba de él, desde su sonrisa, sus caprichos, sus enojos sin sentido, la manera en que hablaba e incluso cómo apoyaba sus hermosos labios en los cigarrillos que fumaba. Su cuerpo, lo que sentía al tener sexo con él… No había sentido esa clase de conexión con nadie. Y KyungSoo era malhumorado y medio bruto, pero podía verlo con ChanYeol cómo entendía el amor. Sus palabras me chocaron fuerte con la nueva realidad: Sí, Luhan había sido fanático mío y hoy lo sabía mejor que nunca. Pero también hoy sabía mejor que nunca que estaba profundamente enamorado de ese hombre que no hacía más que hacerme sentir pleno, feliz, lleno, esperanzado. En paz.
En el medio del repentino silencio una vibración insistente se hizo presente. Tomé mi celular y al atender lo alejé inmediatamente de mi oreja debido al fuerte grito.
- ¡Hace dos horas que te estoy llamando! ¡¿Dónde estás?! Todo el mundo está diciendo cosas. ¡¿En qué te metiste, Jongin?!- me gritó mi paternal manager.
- ¿De qué hablás, JungMin? No me metí en nada esta vez. ¿Qué están diciendo?- bufó con exasperación.
- Prendé ya la televisión en el canal de noticias. YA, Jongin- se ve que estaba hablando tan fuerte que se escuchaba todo porque ChanYeol y KyungSoo me miraban expectantes y, al decirme eso JungMin, mi mejor amigo corrió a buscar el control remoto y prendió la televisión, encontrando enseguida el canal de las noticias.
Mi boca se abrió por completo de la sorpresa y sentí como si me hubieran tirado agua helada por la espalda. Horror haciéndose espacio desde mi estómago a mi pecho y el celular cayó al suelo cuando perdí la fuerza en la mano.
No puede ser.