Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Superficially famous por parku

[Reviews - 176]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Superficially famous
Capítulo 22

 

 

El viernes llegó más lento de lo que me hubiera gustado. Estaba agotado tanto física como emocionalmente. No volví a hablar con Jongin pero, a cambio de su agradable compañía, tenía al insoportable de mi tío, que estaba buscando cada día más que le pusiera unos cuantos puntos sobre sus íes.

Básicamente lo dejaba explotarme porque era mejor trabajar sin parar que tener tiempo libre para detenerme a pensar en lo que sea que Jongin tuviera para decirme o en Lay insistiendo en que volver a China era la mejor opción.

Y no, nunca iba a ser la mejor opción una en donde Jongin y yo estuviéramos separados. Y deseaba que Jongin se sintiera igual.

 

 

***

 

 

- Mierda- murmuré, guardando rápidamente mi cámara en su estuche y luego en la mochila, dejando el trípode y las luces sin acomodar. Me importaba poco la verdad, solo pensaba en que trabajando se me había pasado la hora e iba retrasado a mi encuentro con Jongin. No podía creer que, habiéndolo citado a la medianoche, yo estuviera llegando tarde por estar todavía ocupado con el trabajo.

Salí rápidamente, corriendo hasta el ascensor y mientras esperaba que éste llegara a mi piso, me ponía el abrigo desprolijamente. Estaba algo fresco y parecía que en cualquier momento se iba a largar a llover.

- Luhan- llamó mi tío, asomando la cabeza por la puerta de su oficina. Empezaba a creer que tenía un olfato subdesarrollado y podía olerme pasar. Me di vuelta, respirando profundamente para tranquilizarme.
- ¿Qué?
- Necesito que vuelvas a las cuatro de la mañana para prepararnos para una sesión usando el amanecer.- lo miré con una ceja alzada, impaciente como nunca esa semana. ¿Quién se creía? No iba a volver a trabajar a las cuatro de la mañana si me estaba yendo a las once y media de la noche.
- No.- lo vi alzar una ceja con sorpresa.
- No era una pregunta. A las cuatro acá, el auto sale puntual así que no llegues tarde.
- Y lo mío sí era una respuesta. No voy a venir a esa hora. Tengo cosas que hacer, búscate otra mula para esa sesión porque ya me explotaste lo suficiente para una semana.- lo miré duramente, siendo consciente de que estaba rozando lo insolente y que, como mínimo, iba a comerme un duro regaño -Hasta el lunes yo no voy a volver y, si me despedís, la verdad es que ya no me importa. Extraño a mi tío divertido y desconozco a este monstruo codicioso.- Lo vi fruncir el ceño, todavía mudo por mis palabras y atrevimiento. Nunca le había hablado así, ni siquiera cuando estaba en plena pubertad y sentía que podía llevarme al mundo por delante. Escuché el ascensor abrirse y me metí dentro, apretando el botón de planta baja antes de que pudiera responder algo. Eso pareció sacarlo de su ensimismamiento y salió del todo de su oficina.
- Luhan- dijo justo cuando las puertas se comenzaron a cerrar y decidí que sí me sentía un puberto rebelde que no le importaba nada, que solo quería fugarse con el amor ardiente que lo esperaba del otro lado de los problemas a atravesar. Le sonreí socarronamente y le levanté el dedo del medio a su incrédulo rostro. Las puertas se cerraron y me sentí liviano.

 

 

***

 


Llegué agotado al puente que tanto me gustaba después de haber corrido unas cuantas cuadras al bajarme del ómnibus. Para mi sorpresa, no había rastro de Jongin. Miré la hora y noté que había llegado quince minutos tarde. ¿Dónde estás?

Los minutos seguían pasando y Jongin seguía sin aparecer. No respondía mis mensajes y cuando llamaba daba directo al contestador automático. Al parecer su teléfono estaba apagado.

No sabía si esperarlo o irme, ya habían pasado tres cuartos de hora y él seguía sin responder o llegar. Dudaba de esperarlo o no, ya que él mismo me había citado, él quería hablar conmigo, probablemente arreglar las cosas entre nosotros y me estaba plantando.
Me estaba plantando cuando mis dedos todavía quemaban de haber tecleado las palabras “Te amo” dirigidas a él, y mi corazón latía con fuerza de sólo leer los mensajes que me había mandado en un claro vómito verbal.

Decidí que esto era importante y que él lo valía, que iba a esperarlo al menos un rato más.

*

Cuando pasó más de una hora de estar esperando, me acerqué a la baranda del puente y pasé una pierna y luego la otra hasta quedar del lado que daba al vacío, sosteniéndome fuerte para no caer al río que corría lentamente un poco más abajo. Observé ensimismado el agua, olvidando un poco la presión en mi pecho porque Jongin no llegaba y no sabía si debía seguir esperando. El lugar tan hermoso no logrando el efecto que tuvo en mí la primera vez que había estado ahí.

Por suerte era tan tarde que nadie pasaba por ahí, ni siquiera autos y el sonido del agua ocultaba cualquier ruido lejano que hubiera.

Tal vez debería rendirme e irme. No tiene sentido seguir esperando siendo más de la una de la mañana. Tal vez se olvidó, tal vez decidió que no le importaba tanto el asunto.

Tal vez solo está buscando impulsarme a que baje los brazos.

Tal vez no le importo tanto como creía…

Tal vez… tal vez Yixing tenga razón y…

- Que no exista una buena razón para quedarse, puede ser una buena razón para marcharse- dije en voz alta, mirando hacia abajo con un nudo en la garganta, haciendo fuerza para no empezar a llorar.

Repentinamente sentí unos brazos rodearme la cintura desde el lado interno del puente y tirar con una fuerza desmedida, arrastrándome por encima de la baranda y haciéndome agarrarme con fuerza de esos brazos al sentir tanta inestabilidad estando tan vulnerable al vacío que daba al río.

Mi espalda se chocó con un pecho firme y el cuerpo de esa persona, que me supo tan cálido y familiar, cedió ante mi peso y ambos caímos de espalda. La persona detrás mío sobre el asfalto y yo sobre él. Sabía que era un “él” por el quejido masculino que se escuchó cuando golpeó el suelo. Miré las piernas vestidas con un pantalón de jean gris oscuro y las morenas manos que tan bien conocía y tanto adoraba. Y sí, reconocería esas manos donde fuera porque ese solía ser mi deber como fan, y ahora era una de mis partes favoritas de su cuerpo como… algo más.

- ¿Qué mierda… creías que estabas haciendo?- preguntó Jongin con dificultad contra mi nuca. Me di cuenta de que seguía aplastándolo y me salí de arriba suyo, estirando la mano para ayudarlo a pararse. Lo miré unos segundos antes de responder.
- ¿Yo? ¿Qué creías que hacías vos levantándome de esa manera? ¡Podrías haberte lastimado!- exclamé, observando su transpirado rostro y su pelo revuelto. Como si hubiera corrido.
- Te tuve encima mío de distintas maneras mucho más enérgicas y que requerían más fuerza que simplemente alzarte, Lu- sonrió socarronamente y le pegué en el brazo con fuerza, ocultando lo repentinamente divertido que me sentía ante su presencia, haciendo esos comentarios tan suyos. Se frotó el golpe y perdió la sonrisa paulatinamente. -¿Qué estabas haciendo de ese lado?- se veía realmente acongojado y yo me seguía preguntando qué era lo que lo había alterado tanto, qué era lo que creía que estaba pasando cuando yo simplemente estaba mirando el agua correr y pensando en él.
- Pensaba…- respondí, encogiéndome de hombros.
- ¿Pensabas… en qué? ¿Por qué mirabas el agua tan intensamente…? Luhan- se acercó a mí y me tomó de las manos, apretándolas bastante fuerte –No me asustes.
- Pensaba en si debía o no volver a China, y pensaba en nosotros.- admití. –Llegaste muy tarde- le acusé. Jongin me soltó una mano para frotarse los ojos rápidamente y volvió a mirarme.
- Luhan… desde que te conozco que usás esa muñequera y la verdad es que creía que te cortabas, por eso tenía la manía de agarrarte de ella, quería… averiguarlo. Ayudarte.- inspiró profundamente antes de seguir su relato -Cuando descubrí el verdadero motivo, a pesar del shock inicial, fue un verdadero alivio darme cuenta de que no era así. Pero recién, creí que se me iba a salir el corazón por la boca. Nunca en mi vida tuve tanto miedo.- confesó, mirándome a los ojos.
- Jongin…- susurré al entender de qué iba su alterado estado –No iba a tirarme. Simplemente es algo que hago desde chico. Me siento libre, solamente me siento, cuelgo las piernas y pienso… Si fue por lo que dije me refería a volver a China. No a… eso.- asintió levemente, comprendiendo y volvió a mirarme con los ojos repentinamente más vidriosos. Una alarma saltó al fondo de mi cerebro. ¿Qué?
- ¿Pensabas en volverte a China?- preguntó con la voz tomada. Alcé un hombro con algo de pena y me quedé observando el suelo sin interés.
- Está perdiendo sentido… quedarme- me lamí los labios y alcé la mirada a tiempo para verlo pasarse la mano por la cara en lo que pareció un intento rápido de secarse una lágrima. –Me puse como tope esta noche para tomar esa decisión, y vos no aparecías ni respondías mis mensajes. Son casi las dos de la mañana, Jongin. Habíamos quedado a las doce. Me parece que esperé bastante, hace frío y en cualquier segundo se va a largar a llover.
- Sé que llegué tarde, pero vine…- me tomó de las dos manos nuevamente, llevándolas a su pecho y juntándose más a mí –Por favor…- levanté mi mirada de nuestras manos entrelazadas contra su pecho y me sorprendió ver que caían lágrimas silenciosas –Hablemos. Por favor no… no te vayas- besó torpemente mis nudillos, y sentí la humedad de sus lágrimas y la textura suave de sus carnosos labios mezclada con una necesidad apremiante. Quería responderle pero sus palabras, como siempre me dejaban sin habla, siendo tan carnalmente sincero que me daban ganas de besarlo, pegarle en la nuca e incluso tirarlo al suelo ahí mismo y arrancarle la ropa. –Disculpame por lo que dije el otro día, sé que estuve mal en volver a tomar, sé que lo que dije te lastimó y tal vez lo hice porque me hirió creer que me querías ocultar. No es excusa pero no estaba en mis sentidos. No te vayas, por favor, Luhan… no hay un antes en mi vida ahora que te conozco, solo puede existir un hermoso después, a tu lado, porque te amo demasiado… Esta semana por momentos sentía que iba a estallar simplemente del pensamiento de no tenerte por ser un estúpido con problemas de adicción- deshizo el nudo de nuestras manos para tomarme delicadamente de las mejillas y hablarme y mirarme a los ojos muy de cerca -Te necesito en mi vida, conmigo, en cada aspecto- susurró.
- Bueno…- me aclaré la garganta, que estaba repentinamente seca –Esa era una de mis dos opciones…- susurré viendo sus labios y luego de nuevo a sus ojos.
- ¿Y la otra?- cuestionó suavemente, ya no lloraba.
- Quedarme e intentarlo con un idiota egocéntrico.- susurré sobre sus labios.
- Entonces... ¿Eso buscás en un chico? ¿Que sea un idiota?- sonrió, repitiendo las palabras que me había dicho en una de nuestras primeras conversaciones reales.
- Puede ser... Si me enamoré tan profundo de vos, debe ser eso.- alcé una ceja, desafiándolo y apoyé mis manos en sus bíceps.
- ¿Me estás diciendo idiota?- preguntó mientras sentía sus brazos rodear mi cintura.
- Sí.- respondí mientras las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer suavecito.
- ¿Eso fue una confesión?- recorrí con mis manos desde sus hombros hasta su nuca donde mantuve una leve caricia en el pelo de ahí.
- Sí- sonreí abiertamente y junté mis labios con los suyos en un beso suave, superficial e inocente –También te amo y te necesito, Jongin- acaricié su nariz con la mía delicadamente –No me voy a ir a ningún lado, te lo prometo- Y entonces sucedió. La sonrisa del principio de su carrera, esa que yo tanto atesoraba en un viejo poster que ahora estaba roto pero remendado con cinta de pegar, apareció. Iluminó su rostro la sonrisa más sincera que había visto en mi vida en cualquier ser humano y podría jurar que, bajo la suave lluvia, él era un sol cálido, brillante y bonito.

Nos dimos un beso corto, sólo juntando los labios sin moverlos y volvió a mirarme. Nuestros cabellos ya estaban empapados.
- Llegué tarde porque estaba terminando de acomodar todo en mi nuevo departamento y cuando me di cuenta se me había pasado terriblemente la hora. Bajé corriendo y me había olvidado las llaves del auto arriba y no quise perder tiempo buscándolas. Así que vine corriendo hasta acá- explicó rápidamente. Me separé un poco para mirarlo mejor y le pegué en un hombro con el puño cerrado.
- Idiota, me hiciste esperar mucho con este clima de mierda y el corazón en la boca- él tiró de mi cintura para acercarme de nuevo a él y yo reí.
- Pero este idiota te gusta.
- Egocéntrico.
- Pero este egocéntrico te gusta.- me mordí el labio inferior, divertido.
- Me encanta- aclaré sobre sus labios antes de besarlo.

 

***

 

 

Estábamos alejándonos del puente bajo la copiosa lluvia cuando Jongin se desvió del camino para asomarse tras un árbol. Miré con curiosidad qué era lo que estaba haciendo y vi a un hombre cubierto con un enorme piloto negro y una cámara en mano. Un paparazzi había presenciado nuestro reencuentro y, a pesar de que ya no me importaba la prensa, mi tío, o lo que pasara mientras Jongin y yo estuviéramos bien, me molestó saber que había habido un entrometido presenciando un momento tan lindo e íntimo entre nosotros.
Estaba por hablar para pedirle no muy amablemente que se fuera si realmente apreciaba su cámara, pero Jongin fue más rápido.
- Escuchá muy bien lo que te voy a decir. Este hombre- me tomó de la mano y me hizo pararme al lado suyo, mostrando nuestras manos unidas –Es el amor de mi vida y no pienso arruinar nada porque ustedes nos estén acosando. Me quiere con todos mis desastres, pudo y puede con Kai y con Jongin, y un molesto sacando fotitos con su cámara como vos no nos va a afectar en nada.- sentí mi rostro calentarse un poco ante su declaración pública porque era la mayor prueba de lo mucho que me amaba y lo en serio que iba. Entonces noté que la cámara del hombre estaba con una lucecita roja al costado. Desde el ángulo mal encajado que estaba colgando de su cuello, la cámara filmaba lo que Jongin decía. –Y cuando nos casemos espero no verlos por ningún lado- ¿Cuándo nos casemos? Lo miré con los muy abiertos y él me miró unos segundos con una sonrisa.- Y una última cosa- agregó, acomodando la cámara para enfocar su rostro. Jongin simplemente me encantaba, era tierno, sexy, torpe, infantil y muy astuto a su vez. No se le pasaba una.- Alguien por favor hágale saber a esa estúpida que ambos somos hombres y que no podemos quedar embarazados. Pero que cuando decidamos adoptar, va a ser la última en enterarse.

 

 

***

 

- Me gusta tu nuevo hogar- comenté luego de que llegáramos y Jongin me hubiera hecho un recorrido por su nuevo departamento. Sentí sus brazos rodear mi cintura por atrás y su respiración contra mi oreja.
- Ahora es el primer momento en que lo considero un hogar y no simplemente el departamento en donde vivo- susurró, rozando levemente su nariz contra mi nuca, haciéndome estremecer por su respiración chocando con mi cuello. -¿Sabés por qué?- susurró. Sacudí mi cabeza en negación. –Porque vos sos mi hogar. Y como estás acá, conmigo, lo transformás en uno.- me giré entre sus brazos para estar de frente a él y, rodeando su cuello con mis brazos, abrazarlo fuerte apenas pudiendo contener la emoción que me habían dejado sus dulces palabras.

 

*

Nos cambiamos la ropa por algo seco y nos tiramos abrazados en el sillón bajo la manta que habíamos tejido juntos. Sonreí, feliz y calentito entre sus brazos y con Wendy en mi regazo. Al parecer él me había extrañado también.

Esa noche hablamos mucho: Jongin insistió en explicarme que él nunca había pensado mal de mí, que nunca creyó que me acercaba a él por algún motivo raro o interés.

Que no creyó que yo hubiera filtrado las fotos. También se puso feliz de saber que había ido a casa de Kris a decirle todo en la cara y casi saltó de euforia cuando le conté que le había pegado un puñetazo.

Que nunca pensó mal de mí por ser su fanático. Que lo que dijo borracho era justamente por eso, porque el Kai borracho se empeñaba en poner a prueba a cualquiera que se pusiera delante suyo dispuesto a pasar un rato con él, sobre si querían estar con Kai o conocer a Jongin.

Y que lo primero en gustarle de mí fue eso, ver que no era un fanático buscando sexo con él. Que se dio cuenta enseguida de eso no sólo por despertarse y darse cuenta de que no habíamos hecho nada, sino porque, a pesar de su actitud desdeñosa y mostrar abiertamente que era alcohólico y adicto al tabaco, yo seguí ahí. Firme en que dejara de tomar y reticente a verlo fumar. Y al parecer había sido la primer persona, además de su familia, KyungSoo y su mánager, en mostrar esa clase de preocupación por él.

Se empeñó en mostrar los últimos retazos de Jongin que me faltaban por conocer.

 

*

 

En algún momento nos habíamos empezado a besar, primero suave y tierno, aumentando la fuerza e intensidad a medida que el tiempo pasaba y el calor subía. Jongin se había sentado en mis piernas, meciéndose levemente sobre mi entrepierna que comenzaba a sentir el efecto de su trasero directo sobre ésta.
- ¿Entonces me perdonás por lo que dije y por hacerte esperar hoy?- preguntó, luego de separarse con una succión en mi labio inferior.
- ¿Mi lengua en tu garganta no es suficiente respuesta?- pregunté roncamente debido a la excitación. Sonrió socarronamente, sin dejar de mecerse sobre mí y, después de empujar mi remera fuera de mi cuerpo, negó –Sí, te perdono- respondí, complaciéndolo –Agarrate fuerte- ladeó levemente la cabeza.
- ¿Qué?
- Te voy a llevar a la habitación y hacértelo como nunca te lo hicieron- prometí contra su oído, dejando salir mi respiración y notando cómo se estremecía.
- Pero sólo con vos ocupé ese papel…- respondió, lamiendo el contorno de mi oreja.
- Por eso sé lo que te digo- lo tomé por los muslos y me paré de golpe, sintiendo sus piernas aferrarse con fuerza y sus brazos sostenerse de mi cuello casi con miedo, poco acostumbrado a estar de ese lado.

Hice una breve parada contra una pared para besarnos a gusto, largo y tendido, antes de terminar el pequeño recorrido sobre su cama para cumplir mi promesa.

Y con cada roce, cada beso, cada caricia, cada embestida y cada sonido de placer, reafirmaba lo mucho que me gustaba la idea de tener tatuado a Kai sólo en la muñeca pero a Jongin en todo el cuerpo.

 

*

 

Un rato largo después, Jongin seguía encima de mí, acurrucado en mi pecho y dibujando figuras sin sentido en éste mientras yo acariciaba suavemente su pelo. Ambos tranquilos, respirando lentamente, relajados y en casa. Me sentía seguro teniéndolo entre mis brazos, y estando entre los suyos. Sentía que todo estaba bien de nuevo y sabía a ciencia cierta que todo iba a estarlo a partir de ahora.

- Jong…- susurré bajito.
- ¿Mmhh?- levantó su rostro para mirarme con los ojos somnolientos. Aproveché para pasar mis nudillos suavemente por su mejilla en una suave caricia.
- ¿Qué era lo que me querías contar?- frunció el ceño, acomodándose para cruzar los brazos sobre mi pecho y, apoyando su mentón sobre estos, me miró –En el último mensaje de texto del otro día me dijiste que querías contarme algo…- le expliqué al ver que no entendía de qué hablaba. Su rostro se iluminó cuando, al parecer, lo hizo.
- Voy a entrar en un hiatus de tiempo indefinido- declaró. Alcé una ceja, sintiendo el viejo fanboy que de algún modo seguía en mi interior retorcerse en agonía.
- ¿Q-Qué?- lo vi sonreír con ternura.
- Lo necesito- explicó –Voy a cerrar todas mis redes y alejarme un poco de este mundo… pero sólo por un tiempo. Voy a ir a terapia, a rehabilitación y mientras tanto voy a seguir entrenando y practicando para volver en algún tiempo con todo. Pero quiero curarme primero. No puedo permitirme volver a tener una recaída y cobrármela con vos por ser la única hermosa persona que me aguanta cerca en ese estado.- le sonreí levemente, con cariño -Quiero ser mi propio ídolo antes de ser el de otros- siguió diciendo, estirando una mano para acariciar mi mejilla de la misma manera que yo lo había hecho antes- Pero no te preocupes, que puedo cantarte y bailarte cuando quieras- guiñó un ojo, coqueto, y yo sonreí.
- Me hace muy feliz que te encargues de vos… Ya era hora... Sabés que voy a estar apoyándote en todo lo que decidas- sacudí su muy despeinado pelo con orgullo y me sonrió.
- Sabía que iba a poder contar con vos…- se estiró para juntar sus labios con los míos, y cuando quise profundizar, simplemente lamió mi lengua con la punta de la suya y se alejó juguetonamente. Dejándome con las ganas de compartir un buen beso y no solo ese suave roce de labios y lengua. –Te amo- agregó, sonriendo sobre mis boca.
- Yo también te amo… Y me encantaría que me cantes y bailes- dije, poniendo énfasis en la última palabra. Jongin soltó una carcajada.
- Pervertido- acusó con diversión.
- Con vos, siempre- le saqué la lengua infantilmente y él volvió a besarme, esta vez de verdad.

 

*

 

- Gracias por no rendirte conmigo- susurró antes de caer rendido entre mis brazos, aferrado a mí como nunca lo había sentido, como si creyera que yo me iba a ir mientras dormía. Y no podría estar más equivocado. No me iba a ir.

Me quedaba con él, a su lado, por y para siempre.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).