Superficially famous
Capítulo 8
Antes de irme, pasé por el baño para lavarme la cara. El extraño y agotador día parecía ser el primero de muchos y necesitaba despejarme.
Salí, caminando por los desérticos pasillos hasta el ascensor. Después de pulsar el botón para llamarlo, me concentré en un ruido que provenía de una de las oficinas que estaba un poco antes de la mitad del pasillo. Caminé sigilosamente, viendo la puerta entreabierta.
Sin poder evitar escuchar e intentar mirar, noté quiénes estaban dentro: Kai y su mánager. Discutían furiosamente por algo que tardé poco en entender.
Kai estaba enojadísimo porque, al parecer, se acababa de enterar que desde sus comienzos, le pagaban y le pagan a un cierto número de personas para que vaya a sus conciertos y compre sus álbumes. Claramente él no lo veía necesario (Así como yo tampoco). Al menos no a esta altura de su carrera. Sin embargo una ola de decepción me golpeó, y tuve que apoyarme en la pared y apretar con fuerza mi pecho ante la posibilidad de que él fuese un fraude. Mi único consuelo era que Kai no parecía haber estado al tanto de esto hasta ahora. Y sobre todo que no lo consentía. Para nada.
Queriendo huir antes de que me descubrieran espiando, me apresuré a recomponerme para volver al ascensor, siendo interrumpido en mi camino por el ruido de la puerta al cerrarse con fuerza. Me giré de golpe, cruzando miradas con Kai que estaba estático frente a la puerta de la habitación donde había estado hasta hacían segundos.
- ¿Escuchaste algo?- cuestionó con brusquedad, mirándome fijamente.
- No- mentí, desviando la mirada. No quería hacerlo sentirse peor de lo que probablemente ya se sentía. Sus pupilas estaban dilatadas, su respiración acelerada y la mandíbula tensa. Claramente, y con motivos, seguía enojado. Se dirigió al ascensor y lo seguí de cerca. Al entrar apreté el botón de la planta baja y él del subsuelo, donde estaba el estacionamiento.
El ascensor llegó a mi piso y, antes de bajarme, una mano me retuvo de la muñeca. Lo miré confundido.
- Te llevo a tu casa- informó. Fruncí el ceño al notar su tono de orden y no de sugerencia.
- No hace falta…- levantó su mano, señalando afuera. Observé lo que me quería mostrar notando que, a través de las puertas de vidrio de la recepción, se veía una fuerte tormenta.
- Llueve mucho y es muy tarde. No me cuesta nada alcanzarte hasta tu casa…- dudé unos segundos. No tenía ganas de correr a la parada del autobús bajo la lluvia y llegar a mi casa empapado y con un potencial resfrío. Bufé por no haber pensado en traer un paraguas cuando desde la mañana el cielo amenazaba con explotar en una torrencial lluvia.
- Bueno- sonrió con una triste expresión de victoria mientras esperábamos a que las puertas automáticas se cerrasen de nuevo.
***
Me guió hasta un precioso y moderno auto negro con vidrios polarizados, y lo abrió para después hacerme un gesto de que entrara y luego meterse él dentro con una elegancia desmedida.
Cuando me deslicé en el asiento del copiloto y lo miré, se veía serio. Mirando al frente con una expresión perdida. No lo había pensado antes, pero el hecho de que le pagaran a personas para que asistiera a sus conciertos y comprara sus discos, debía decepcionarlo más a él que a nadie. Era un golpe a su orgullo. Se removió bruscamente para buscar algo en la parte de abajo del asiento, sacando una pequeña botella de whisky. Fruncí el ceño, alterado, y se lo arrebaté de las manos. Me miró molesto.
- ¿Qué hacés?- quiso saber, mirándome a mí y después a su preciada botella.
- Si vas a manejar, no tomes. Al menos no si estoy yo en el auto...- guardé el alcohol en mi mochila -Me gustaría llegar con vida a mi casa- aseguré. Bufó, para después poner en marcha el auto y salir del estacionamiento. Le dije mi dirección cuando me la pidió, y manejó atento al tráfico.
El viaje transcurrió en un agradable silencio entre nosotros, con la radio de fondo. Él tarareaba las canciones que le gustaban y se sabía, y mi lado fanboy golpeaba con fuerza en mi mente por eso. Casi como un concierto privado, pensé. Terminó una canción de una banda pop femenina, y empezó un tema de él, mi favorito. Enseguida estiró su brazo y apagó la radio, enojado. Lo observé unos minutos en silencio. Su perfecto perfil distrayéndome del camino. Su labio inferior más sobresalido que el superior en una expresión de concentración.
- Llegamos- susurró, para después devolverme la mirada, haciéndome consciente de que hacía un buen rato que no quitaba mi vista de él.
- Gracias por traerme- dije, finalmente dejando de mirarlo y abriendo la puerta, saliendo del auto a la lluvia. Me cubrí la cabeza con mi campera que colgaba de mi brazo mientras él cerraba la puerta y abría la ventanilla.
- LuHan…- me agaché y lo miré por la ventana de la puerta ya cerrada -¿Me devolvés mi whisky?- fingí pensarlo unos segundos, aguantando la lluvia que caía en mi espalda.
- ¡No!- exclamé con diversión. Frunció el ceño -Espero que llegues bien, nos vemos en la empresa, Jongin- le sonreí a su expresión molesta y caminé rápidamente para adentrarme en mi edificio y protegerme de la lluvia. No pensaba devolverle el alcohol, no quería que lo tomara y corriera el riesgo de tener un accidente. Observé el auto a través de la puerta de vidrio. Tocó la bocina una vez antes de arrancar. Lo tomé como una despedida e, inevitablemente, sonreí.
***
- ¿Qué tal tu día?- quiso saber Lay cuando me vio aparecer por la puerta.
- Primero contame cómo te fue con Sehun y después te cuento de mi día… pasaron varias cosas- comenté sonriendo. Nos sentamos en la cocina y, mientras yo me servía algo para cenar, él comenzó a hablar.
- Fue estupendo. Fuimos a todos lados, creo que no siento mis piernas… pero valió la pena- con un plato lleno con un poco de carne y algo de ensalada, me senté en la pequeña mesa frente a Lay. Él sonreía contento por su día.
- Entonces lo pasaron bien- sonreí también -¿Los agarró la lluvia?
- Sí, pero fue muy al final, mientras volvíamos. Sabés, es muy inocente… cada tanto hacía comentarios con doble sentido y seguía hablando como si nada. Comentarios que juraría que sirven para insinuarse a alguien… Y yo, inevitablemente, le tiré algunas indirectas- explicó mientras yo devoraba mi cena.
- ¿No las entendía?- negó con la cabeza.
- No, pero no importa. Ya voy a llegar a él… estoy seguro de que le gustan los hombres- se sirvió jugo en un vaso y tomó un trago -Y me va a enseñar algunas cosas de lo que le gusta… de arte.
- Pero a vos no te interesa eso- comenté con una ceja alzada.
- No. Pero él sí me interesa- guiñó un ojo -Así que no importa… no sé qué me va a enseñar, pero va a ser divertido- asintió con la cabeza, confirmando su comentario.
La noche terminó después de una larga charla donde le conté todo lo que había pasado en el día, omitiendo la parte de Kai y el idiota de su mánager que no confiaba en su talento. Eso no era tema mío y prefería no divulgarlo a nadie. Ni siquiera a Yixing, que le confiaba absolutamente todos mis secretos.
***
Unos días después, cuando ya había terminado mis tareas del día, caminaba por la empresa para buscar mis cosas e irme. Doblé en una esquina y vi a mi tío, al mánager de Kai y un chico bajito de piel clara y labios gruesos hablando acaloradamente.
- No me atiende el teléfono, no me abre la puerta- se quejó el mánager de Kai -¡No sé qué hacer!- exclamó.
- Fue tu culpa. Nadie te dijo que le pagaras a la gente para que Kai tuviera éxito. Fuiste vos y tu desconfianza en el artista que se supone que deberías haber cuidado- dijo mi tío duramente -Cuidarlo incluye sus sentimientos, JungMin, y lo sabés. Agradecé que no te eché- antes de que JungMin pudiera replicar algo, el chico bajito los interrumpió.
- ¿Para qué me necesitan acá?- quiso saber.
- KyungSoo, necesito que vayas a lo de Kai y le insistas para que vuelva- el chico, KyungSoo, soltó una carcajada.
- Ni loco- sentenció -Cuando está terco, testarudo, enojado o triste, es insufrible. No pienso tener que lidiar con él cuando está así. Me va a gritar y maltratar- finalizó. Nadie había notado mi presencia a pesar de que estaba parado en la mitad del pasillo.
- Pero sos algo así como su mejor amigo- le dijo mi tío. Parecía que había confianza entre ellos dos, mientras que con el mánager se mostraba tenso.
- Por favor, no me obligues a hacer eso sólo por ser su amigo- pidió KyungSoo. Mi pariente suspiró y el más chico de los tres hizo una reverencia -Tengo que ir a buscar a ChanYeol para hacer una sesión de fotos y después practicar nuestro nuevo álbum. Con su permiso- y se fue a paso rápido para el lado que yo estaba, mirándome de reojo con curiosidad al pasar.
- ¡LuHan!- exclamó mi tío -Sobrinito, vení- caminé lentamente hasta alcanzarlo.
- ¿Qué pasa?- ambos adultos sonrieron y un escalofrío me recorrió.
- Me dijeron que te vieron hablando con Kai…