Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Superficially famous por parku

[Reviews - 176]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Este es el capi más largo hasta ahora :3

Espero que les guste y puedan dejarme sus opiniones n-n

Superficially famous
Capítulo 9

 

- ¡Kai!- exclamé por sexta vez, golpeando la puerta nuevamente. Mi tío y JungMin, el mánager de Kai, me habían prácticamente obligado a ir a la casa de Jongin a buscarlo y hacerlo volver al trabajo. Según ellos ya había faltado a dos entrevistas y cinco sesiones de fotos. A diferencia de la nula respuesta que había recibido durante los últimos cuarenta minutos, esta vez se escuchó movimiento del otro lado de la puerta -¡Sé que estás ahí! ¡Abrime la puerta o vengo con la policía!- mentí. Claramente no tenía intenciones de armar semejante escándalo.
- Andate, JungMin, no pienso… vol- un fuerte eructo retumbó al otro lado -…ver- finalizó la voz extremadamente pastosa de Kai.
- No soy JungMin, por favor abrime- le rogué. Tenía ganas de dormir y comer. Y el frío del pasillo del edificio estaba empezando a entumecer mis pies y manos.
- ¿Kyung?- aventuró.
- Tampoco, soy…- me interrumpió de nuevo.
- ¿Mamá?- preguntó. Abrí mis ojos con molestia, casi ofendido.
- ¡Mi voz no es tan aguda como la de una mujer!- exclamé indignado, sin importarme el obvio hecho de que el hombre al que le hablaba estaba borracho -Soy LuHan… abrim…- antes de poder seguir hablando, la puerta se abrió. Kai estaba vestido solamente con un pantalón de pijama gris, que lo llevaba caído en su cadera. Su cabello muy despeinado y sucio incluso a la vista. La mirada perdida indicaba que el nivel de alcohol en su sangre era alto.
- LuHan... vos no sos mi mamá- sonrió, y me adentré rápidamente por si se le ocurría cerrarme la puerta en la cara y, después de girar la llave en la cerradura, me dediqué a observar el chiquero que era su hermoso departamento. Botellas tiradas por todos lados, algunos potes de ramen instantáneo, ropa, colillas de cigarrillos y cajas vacías de éstos adornaban el piso de madera. Unos brazos rodearon mi cuello desde atrás -¿Viniste porque me extrañabas?- cuestionó, su aliento golpeando mi oreja y haciéndome estremecer a pesar del asqueroso olor a alcohol y cigarrillo que desprendía. Con delicadeza me alejé de él, buscando a Wendy con la mirada: Esperaba que no lo hubiera dejado morir de hambre por perderse en su depresión. Sí, había dado por hecho de que había sufrido una depresión después de enterarse del semi fraude que era sin su consentimiento. Todo en él y todo en su hogar lo indicaba. Con alivio, vi al gato caminar rápidamente hasta nosotros maullando con mucha fuerza, llegando hasta mí y parándose en sus patas traseras para arañar mi pantalón con las delanteras. Sin volver a mirar qué hacía Jongin, me adentré en la cocina y busqué con rapidez el alimento balanceado, volcando una gran cantidad en su plato que estaba a un costado de la mesada al encontrarlo. El felino corrió y comenzó a comer tan desesperadamente que probablemente terminaría vomitando. Le acaricié la cabecita antes de pararme y llenar su otro platito con agua fresca. Lo más importante y fácil estaba hecho. Ahora llegaba la parte difícil: Kai.

Volví a la sala, encontrando a Jongin recostado en la mesa y tomando de una botella como si fuera una mamadera. Corrí hacia él y se la quité, volcando algo del alcohol en su cuello accidentalmente. No me detuve a pensar en cuánto me hubiera gustado secar eso (y no con una servilleta precisamente), y lo obligué a sentarse con mucha dificultad de parte de ambos. Lo miré preocupado como apenas podía mantener sus ojos abiertos.
- Jongin…- susurré -¿Estás bien?- me sentí tonto al finalizar la pregunta: era obvio que no. Que no se sentía para nada bien. Negó con su cabeza y puse uno de mis brazos bajo la parte de atrás de sus rodillas, y la otra en su espalda, trabando la mano bajo la axila. Ignorando el lugar donde estaba mi mano, el sudor y el olor (parecía que hacía días que no se bañaba), hice uso de toda mi fuerza y lo cargué hasta el baño.
Lo senté en el suelo, que me pareció el lugar más seguro. Estaba ebrio. Muy ebrio y tenía que sacarle el alcohol como fuera. Abrí la ducha, regulando la temperatura a una agradable y me acerqué a él. Lo ayudé a arrastrarse hasta el inodoro (por suerte me hacía caso sin quejarse), levanté ambas tapas y coloqué su cabeza sobre este, sosteniéndola para que no la apoyara en el borde. Respiré hondo antes de hacer algo que me iba a dar mucho asco. Estando en cuclillas, deslicé mi mano por su rostro, dejando una sutil caricia en su mejilla antes de adentrar dos dedos en su boca, llegando lo más adentro posible. Su cuerpo se convulsionó violentamente antes de comenzar a vomitar todo lo que había tomado. O parte al menos. Por suerte había logrado sacar la mano a tiempo, por lo que lo que Kai estaba expulsando no llegó a tocarme. Acaricié su cabello suavemente para relajarlo.

Cuando parecía que ya no tenía más para vomitar, se sentó por sí solo, apoyando su espalda y cabeza en mi pecho, provocando que cayera hacia atrás quedando yo sentado en el suelo con él entre mis piernas. Nos quedamos en esa posición unos minutos hasta que decidí que era hora de seguir con mi plan antes de que se durmiera. Lo moví con delicadeza, no queriendo hacerlo moverse muy brusco y que le entraran náuseas de nuevo. Me paré, obligándolo a él a imitarme, aguantando casi todo su peso yo, y lo hice meterse en la bañadera y sentarse en ella. Me miró desde abajo del agua como si fuera un nene chiquito en busca de consuelo y sonreí con ternura y preocupación. Sentí mucho alivio al saber que había llegado a tiempo, que su recaída fuerte fue cuando yo ya estaba ahí. Le lavé la cabeza con champú y enjuague, y enjaboné bien su torso para sacarle ese fuerte olor a transpiración que tenía hasta hacía unos minutos. No iba a negar que había aprovechado un poquito para grabar en mi mente la suavidad y firmeza del cuerpo de Kai; aunque en ningún momento se me ocurrió sacarle el pantalón, esas partes ya las lavaría él cuando estuviera consciente de nuevo.
Lo ayudé a salir de la ducha, él simplemente siguiendo mis órdenes. Mi ropa estaba empapada al igual que su pantalón. Suspiré con fuerza y alcancé una toalla que estaba colgada a un costado de la bañera. Volví a respirar con fuerza por la nariz mientras la envolvía alrededor de su cadera, y colaba mis manos debajo buscando el borde de su pantalón por los costados de sus torneadas piernas, encontrándolo a los segundos de estar hurgando bajo la toalla. Un dedo se deslizó por mi mandíbula y miré a Jongin sorprendido sin sacar mis manos del elástico del pijama. Él me sonreía, todavía con una expresión perdida aunque ya se veía mejor. Ignorando su clara insinuación, deslicé hacia abajo la prenda, mirando la pared por las dudas de si la toalla se caía o corría de lugar. Para mi suerte eso no pasó.
Apoyé su brazo izquierdo en mis hombros y lo guié hasta su habitación. No quería arriesgarme más ni jugar con mi propia paciencia (Porque tener a un Jongin prácticamente desnudo y tan accesible era tentador hasta para alguien tan decente como yo. ¿Decente? En ese momento no me lo creía). Levanté las mantas para hacerlo acostarse y cuando logré acomodarlo, lo abrigué bien, arropándolo como si fuera un bebé. Sonreí, corriendo algunos mechones de pelo de su frente. Decidí robarle algo de ropa ya que la mía estaba empapada.
- ¿Lu?- murmuró, ya casi dormido.
- ¿Sí?- me incliné hacia adelante, viéndolo abrir un ojo y sonreír.
- Te ves lindo todo mojado- sentí mi rostro calentarse de golpe con su comentario, y me dirigí tambaleante hasta el armario. Saqué un pantalón de gimnasia, un par de medias, una remera, y un buzo, y fui al baño para cambiarme. Me dijo lindo. 

 

***

 

Mientras Jongin dormía, aproveché para limpiar todo el departamento, incluyendo el baño. Wendy dormía plácidamente sobre el sillón, ronroneando. La frase "Panza llena corazón contento" se aplicaba fuertemente a ese relajado y satisfecho gato.
Al terminar miré la hora: eran las nueve y media de la noche. A pesar de verme tan desarreglado, corrí a un almacén antes de que cerrara. Salí con dos enormes bolsas llenas de alimentos justo cuando estaban por bajar la reja y cerrar el negocio. 

De vuelta en el departamento, acomodé las compras y tomé un vaso y una botella de agua mineral. Iba a salir de la cocina cuando una idea cruzó mi mente y dudé unos segundos.
Hice una intensa búsqueda por toda la cocina, sacando todo el alcohol que encontraba y dejándolo en la mesada, para después volcarlo en la pileta para lavar los platos. Satisfecho por mi hazaña, y seguro de que Kai se iba a enojar cuando se diese cuenta, volví a agarrar el agua y el vaso y fui a la habitación.

Lo encontré con los ojos entreabiertos y su cuerpo totalmente cubierto por las mantas. Adorable.
- Hola- susurré.
- Hola- respondió con voz ronca.
- ¿Cómo te sentís?- pregunté, sentándome en la cama a su lado.
- Mareado…- sonreí al ver que ya estaba más consciente -¿Y Garfio?- o tal vez no tanto. Suspiré.
- Está en la sala, durmiendo- lo vi sonreír tontamente.
- Después le voy a pedir que me haga un café- se me escapó un bufido mezclado con risa.
- Dudo que pueda hacerlo- comenté, tomando la botella y sirviendo en el vaso -¿Querés agua mientras?- asintió, intentando sentarse pero fallando miserablemente y soltando risitas tontas cada vez que volvía a caer sobre el colchón. Dejé el vaso en la mesita de noche y lo ayudé a quedar semi sentado contra el respaldo, apoyado en unas mullidas almohadas. Le di el vaso y tomó el agua con ganas, dejando caer un poco por la comisura de sus labios.
- LuHan…- empezó a hablar, dejando el vaso en la mesita. Nos miramos unos segundos y él estiró su mano, indicándome con señas que me acercara. Me saqué las zapatillas y lo hice, quedando sentado sobre mis talones a su lado -Me gusta que me trates como a uno más…- me removí algo incómodo, ajustando la muñequera que cubría mi tatuaje -Que me trates como un igual, como si… fuera un humano, alguien normal, no inalcanzable- me sorprendía lo bien que estaba llevando la conversación, aunque su forma de mirarme y cómo salía su voz revelaran que seguía estando ebrio -También me gustó darme cuenta de que no te acercaste a mí por fama, ni dinero, ni por ser un fanático… sino que por genuina preocupación y deseo de ayudarme- básicamente, él se había acercado a mí, y yo le había seguido la corriente y ayudado de buena voluntad. Sin ningún interés oculto. Así que lo que decía era verdad a medias, aunque no pensaba romper esa pequeña buena imagen que Kai se había creado sobre mí -Pude notar eso cuando me di cuenta de que no te acostaste conmigo esa noche. Eso también me gustó… mucho- desvié la mirada, sintiendo mi rostro enrojecer. Muy en el fondo de mi mente me preguntaba qué hubiera pasado si no me hubiera acostado con Kris y enterado de la apuesta esa noche ¿Habría aceptado la propuesta de Kai? -A pesar de que apenas nos conocemos, me gusta cómo me siento a tu lado... como si pudiera ser yo sin reprimirme- comentó, hundiéndose nuevamente en el colchón. No podía quitar mi vista de él, que me devolvía la mirada con intensidad. Una leve sonrisa algo traviesa cruzó su rostro. Mi corazón latía con fuerza contra mi pecho y creí que podría morir de amor y ternura. Es tan tierno. Un loco impulso, que tuve que reprimir, de abrazarlo y besarlo me abrumó mientras mi mano se apretaba en un puño para resistirme. Sus hombros y clavículas expuestas me llamaban casi a los gritos y tuve que humedecer mis labios con mi lengua al sentirlos repentinamente muy secos. Era hermoso. No había palabra que pudiera describir esas largas y espesas pestañas negras, esa piel tersa y bien cuidada. Esos labios gruesos e irresistibles y ese pelo sedoso que en ese momento estaba alborotado. Todo él era hermoso. Sentía que podría sobrellevar esas partes complicadas de su personalidad sólo por pasar más tiempo con él y poder admirar su belleza y esos breves momentos en los que abandonaba a Kai en alguna parte de su cuerpo. Cerró sus ojos lentamente -Y además, estás buenísimo- declaró en un murmullo. Abrí mis ojos con sorpresa ante eso último: Nunca en mi vida hubiera creído llegar a escuchar esas palabras provenir de Kim Jongin. Ignorando la sensación de que mi corazón saldría de mi pecho y se pondría a rebotar por la habitación, decidí cambiar de tema.
- ¿Seguís mareado?- pregunté.
- Sigo borracho- declaró sin abrir sus ojos -¿Te acostás a mi lado?- pidió -Tengo frío…- lentamente me dejé caer a un costado suyo, a una distancia prudente. En ningún momento quité mi mirada de su rostro, y pude apreciar una sonrisita cuando sintió que me recostaba en la cama -Más cerca- susurró, todavía sin abrir los ojos. Obedecí automáticamente a su orden. En el fondo de mi mente no olvidaba que él estaba desnudo y, a pesar de no querer, me ponía nervioso -Apoyá tu cabeza en mi pecho… Hace… tanto frío- con delicadeza coloqué mi cabeza sobre sus pectorales y mi mano a un lado de mi cara, con la palma sobre la ardiente piel de Jongin. Y me di cuenta de que el frío era o una mera excusa, o un producto de su nublada y ebria mente.

Notas finales:

Este capítulo lo escribí el mismo día que subí el capítulo anterior, está esperando a ser subido desde entonces :3

¿Alguien quiere un especial (ya sea one-shot, POV o capítulo) del HunLay? :D

El capítulo 10 no está escrito, pero si veo lindos reviews lo empiezo hoy mismo -nochantajeaanadie- (?) Okno, comenten si quieren :P Yo voy a intentar empezarlo lo antes posible :D

 

Gracias por leer (:

Todas/os ustedes son lo más y me hacen re filiz. -Henryteamo-

¡Las/os adoro!

Contacto de Facebook

Contacto de Twitter

Contacto de Tumblr

Mi cuenta de Blogger

Mi cuenta de Asianfanfics

Mi cuenta de EXOpanic 

Mi cuenta de LiveJournal

XOXO <3

Parku~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).