La exhibición había sido un rotundo éxito, todos querían conocer el auto que era capaz de ser manejado a través de las ventiscas de arena eso sumado a las habilidades de negociación de Heero, las 100 unidades que se fabricarían de Sandrock ya estaban vendidas en su mayoría a jeques y millonarios árabes interesados por las cualidades del vehículo. Por otro lado, Duo estaba como una fiera enjaulada pero feliz, jamás habría imaginado que su primer Gundam se vendería tan bien, eso lo animaba para comenzar la creación de los demás modelos; pero él quería salir, no era justo no poder disfrutar de su logro, no poder estar junto con su "bebé".
Quatre casi literal lo había encerrado en su propio departamento para que no saliera de este, diciendo que él asistiría como su representante para el evento. Sabía perfectamente la razón por la que no podía salir además, de cierta manera el mantener en secreto quién era el creador de tan fantástica máquina, creaba aún más fanatismo por la nueva marca.
Pero Duo Maxwell era el gran Shinigami y, aunque tuviera que enfrentarse al mismísimo demonio, que era lo más probable, iría a ver a su Sandrock en gloria y majestad. De ante mano había conseguido un traje de mujer previendo lo que su sobre protector amigo haría, el vestido era de estilo árabe, una túnica color lila con un hijab a juego, si iba a vestir de mujer por lo menos iría bien vestida.
Antes de salir dejó su móvil en el departamento, sabía que Quatre lo tenía monitoreado por GPS, así que más valía prevenir en caso de que al rubio le diera por verificar que estuviera bien.
La fiesta era realizada en un gran salón de eventos con vista al mar, donde los tres autos ganadores de la carrera de exhibición estaban en el centro. Cubriéndose de pies a cabeza, Duo solo dejó sus ojos al descubierto, en la entrada se acercó a un grupo de chicas que iban entrando así le fue muy fácil ingresar. Ya adentro quedó maravillado con todo el lujo que aquella ciudad podía ofrecer.
A una distancia discreta para no ser descubierto, podía ver a Quatre junto a Heero hablando seguramente con empresarios como ellos, podía ver la sonrisa de falsa amabilidad que ponía Heero cuando de negocios se trataba. Se le escapó un suspiro sin querer, debía admitir que se veía guapísimo vestido con ese traje negro, donde su corbata azul cobalto combinaba con sus ojos. Se acercó a la barra de bebidas, ahí pudo escuchar varios comentarios elogiando a su querido auto y tuvo que morderse la lengua varias veces para contenerse de decir que él era el creador revelando así su identidad , aunque ya de por sí era extraño ver a una "mujer" sola en una fiesta de aquel lugar y más que estuviera en la barra de bebidas.
Heero, que terminaba de hablar con uno de sus futuros compradores, se disculpó un momento para poder ir a llamar a la nana de su hija para ver cómo se encontraba, sus pasos le dirigieron a un lugar más apartado del bullicio. Mientras hablaba, su mirada comenzó a pasear por el lugar fijándose en algo un tanto peculiar, una mujer estaba sola en la barra de bebidas , era raro para ese lugar con tantas restricciones para las mujeres, pero lo que más llamó su atención fueron sus hermosos ojos violetas. Colgó la llamada después de saber que Relena estaba bien, su "sexto sentido" le decía que era Duo, si era ese estúpido, él mismo lo encerraría por hacer estupideces.
Podía sentir una mirada pesada sobre él haciendo que Duo se sintiera cada vez mas nervioso , comenzó a mirar por todas partes para ver de dónde provenía esa mirada. Se quedó en blanco por algunos segundos, las manos comenzaron a sudarle y su pulso aumentó, podía sentir como su corazón quería salir de su cuerpo. Era Treize Khushrenada quien lo devoraba con la mirada sin pudor alguno frente a tanta gente, cuando pudo controlarse se levantó, tenía que salir de inmediato de ahí, ya que él no podía enterarse de que seguía con vida; no podía pedirle ayuda a Quatre ni acercarse a él ya que lo delataría mas rápido, se sentía acorralado y sabía que todo era su culpa por no escuchar a Wufei y Quatre.
Se sentía preso de su propias acciones, aunque ya habían pasado dos años desde que se había alejado de Treize, aún su mera presencia lo descomponía; estaba cerca de la salida, unos metros más para poder ir a la seguridad de su departamento. Treize había desaparecido de su vista, comenzó a caminar lo más rápido que pudo, simulando que no estaba huyendo para no levantar sospechas, pero de la nada apareció ante él.
_Me disculpa señorita _ se dirigió a él con una leve reverencia y una sonrisa torcida en el rostro _ No sé si se ha dado cuenta, pero la he estado observando y sus ojos con de un color realmente cautivador y peculiar_ le dijo en forma de halago el castaño.
Se maldijo una y mil veces por no ponerse lentillas de contacto de colores.
_Disculpe, tengo que retirarme_ puso su voz o más fina posible, sin levantar la mirada, apretando sus puños para que no temblaran por debajo del vestido, si los chicos se enteraban de esto de seguro lo encerrarían por su "propia seguridad" y no los culparía por hacerlo.
_solo pido compartir con usted un momento y saber su nombre_ se acercaba peligrosamente a él, sentía como lo desnudaba con solo su mirada, a pesar que estaba cubierto de pies a cabeza incluido su rostro .
Estaba apunto de entrar en una crisis de pánico, le costaba controlar el temblor de sus manos, sentía su pecho oprimido, estaba a punto de comenzar a hiperventilar...
_ Te estaba buscando, querida _ de la nada apareció Heero, abrazándolo por los hombros y acercándolo a él de forma posesiva _ Ya podemos irnos.
_disculpe, ¿es su acompañante?. Le comentaba lo hermoso que son sus ojos, déjeme presentarme, soy Treize Khushrenada_ intervino ofreciéndole su mano en forma de saludo.
_ Yuy, Heero Yuy _ le respondió, dándole una mirada fría y casi asesina bajando su mano de los hombros de Duo hasta la cintura de este, podía sentir como temblaba.
_Yuy, de empresas Yuy? _le preguntó
_así es, y usted es el dueño de empresas Oz. Discúlpeme pero tenemos que retirarnos_ tomó la mano de Duo, sin soltarlo ni voltear atrás salieron de la fiesta, afuera estaba su limosina esperando, ya que la había llamado para poder salir de ahí inmediatamente.
_ Tú me debes una muy buena explicación de todo lo que esta pasando aquí_ fue lo único
que Heero le dijo a Duo al subir a la limosina.