4to sueño.
El castaño se sentía extraño, desde hace días que soñaba cosas muy raras, empezando porque todos sus sueños iniciaban con aquella rutina de la carpa, y después pasaron a ser sobre él quedándose dormido en distintos lugares, lo raro es que se veía a sí mismo en los sueños como un hombre joven de cabello negro, muy distinto de él, realmente. Pero lo que más le preocupaba era que este “joven” pensaba mucho en su vida con el albino, era tan raro, era como si dentro de sus sueños él joven soñara que era él y él soñara que era aquel joven. Sonaba como aquel cuento de Zhou y la mariposa, pero comenzaba a sentirse perdido con ello.
Y había otras ocasiones que siendo él mismo, sentía como si estuviese viendo todo desde el punto de vista de un observador, aunque aun dentro de sí, a veces sus acciones y palabras las sentía ajenas a él mismo, como despersonalizado.
Lo que le pareció aun más raro y que quizá le estaba prestando demasiada atención, era que se sentía molesto, celoso de sí mismo, porque aun cuando él era quien disfrutaba del cuerpo del albino y aun cuando no tenía prueba alguna, no podía soportar la idea de que alguien más estuviese disfrutando de ver el níveo cuerpo de su pareja, más en aquel deseable estado: desnudo y temblando de excitación.
Era como estar celoso de sí mismo sin realmente estarlo, no podía explicarlo, pero quería detenerse a toda costa o mejor dicho a ese moreno inexistente, de seguir disfrutando a costa suya de su amante.
No dejaba de pensar en esas cosas, no podía, no había dormido en 2 días por lo mismo, no quería hacerlo, quería asegurarse de que ese hombre no volviera a disfrutar de su pareja…Y de la nada, mientras pensaba en esas cosas, sintió que el sueño le embargaba, así como en sus sueños a aquel joven, una profunda somnolencia que lo jalaba al interior de un océano tranquilo.
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Últimamente ya no estaba tan cansado, pero había comenzado a obsesionarse con aquella persona que aparecía en sus sueños, le parecía un poco extraño soñar que era ese peculiar hombre castaño, pero dejando eso de lado, solo deseaba verlo a él, a ese sexy albino, aun no escuchaba su nombre en sueños, pero era algo que anhelaba. En todos y cada uno de los sueños que había tenido hasta ahora, soñaba como él, en el cuerpo de aquel castaño convivía y se excitaba con el joven de nieve que tenía por amante, pero para su desgracia, siempre que estaba por penetrarlo, algo sucedía que lo despertaba y no lograba jamás tener sexo con él, en cierto modo le perturbaba porque en primer lugar: nunca había sido bueno en las relaciones interpersonales y otra era que las veces que solía interesarse en alguien o que tenía sexo con alguien, ese alguien era mujer, así que realmente lo tenía un poco extrañado esto, de modo que decidió consultarlo con su amigo Sasayama.
- Y bueno, mis sueños han sido así últimamente –terminó de narrar, viendo su reflejo en el contenido de su taza de café, seguía sintiéndose extraño viéndose al espejo o en alguna superficie que lo reflejase, pero no podía hacer nada al respecto.
- Entonces, déjame ver si entendí: últimamente sueñas que eres un hombre de mediana edad de cabello castaño que siempre está con una exótica belleza albina que resulta ser hombre, que además parece estar en celo y que para tu desgracia siempre que estás a punto de follarlo te despiertas y no logras ver el resto y ahora estás obsesionado con ello, ¿entendí bien?
- Amm….sí- contestó incomodo- algo así…
- No entiendo cual es el problema, ¿y qué si nunca lo has hecho con un hombre? diviértete con el gatito sexy mientras sueñas, si tiene un cuerpo tan erótico como lo describes, hasta yo lo haría- mencionó dándole un trago a su bebida, pero al ver la expresión de inconformidad del otro ante su respuesta prosiguió- Pero, si tu curiosidad es mucha, busca un compañero de juegos, quizá te despiertas antes porque nunca has experimentado eso, se dice que los sueños sirven para reacomodar la memoria, ¿o no? así que bien podría ser que solo te falta experiencia.
El moreno reflexionó por algunos segundos lo último que le había dicho el castaño, y aunque tenía sentido, se dio cuenta que realmente no era precisamente lo que deseaba.
- Pero no quiero hacerlo con un hombre – “solo con él” aunque claro eso no lo diría en voz alta.
- Pues tus sueños dicen otra cosa- le molestó un poco- o será que solo te gusta ver. Wow Kou, no te conocía ese lado- mencionó en son de burla y alborotándole el cabello amistosamente, a lo que el otro de inmediato alejó la mano del castaño un tanto molesto y encendiendo un cigarrillo, quizá para ocultar su vergüenza.
- No seas tonto- dijo soltándole todo el humo en la cara, a lo que el otro rió ante la acción tan infantil de su amigo.
- O quizá solo es la forma de tu cerebro de avisarte que necesitas conseguir una novia –dijo intentando aminorar el pesar que el otro parecía estar sintiendo- Aunque me da curiosidad, ¿qué harías si te encontraras con alguien así?
- ¿Qué? – por alguna razón, sintió no haber entendido la pregunta, de modo que su amigo volvió a hacerla.
- Sí, ¿Qué harías si un día, no sé, estás en un centro comercial y ves a tu gatito en celo haciéndote señas para que vayas a follar con él? ¿Lo seguirías?- el moreno reflexionó un poco a la pregunta del castaño, esa era una de las cosas que le gustaba de hablar con él, le hacía plantearse nuevos escenarios que él no había imaginado, además de ser una persona de mente muy abierta, aunque siempre decía las cosas de manera “inapropiada” en opinión de varios de sus conocidos.
- No lo sé, quizá y sí.
- Entonces ¿por qué no me haces caso? Ve a algún cabaret y busca a alguien similar o busca una novia, creo que la necesitas.
- Tal vez…pero – prefirió no continuar.
- ¿Pero qué? Te aseguro que no te comerán si vas a un- fue interrumpido.
- Me siento algo inquieto de que el hombre que se supone que soy es como si se hubiese percatado mi, y piensa que soy él, pero cuando sueño también sé que yo soy él y lo odio, ver mi reflejo me causa malestar por el mismo motivo- llevó su mano a su frente para pasarla por su cabello con pesar- pero siento que hay algo igual o más oscuro en él que en mí.
- ¿Oscuro?- le alentó a continuar.
- Yo por alguna razón creo que puedo encontrar al albino que es mi pareja en el sueño, pero, siento que él es capaz de destruirnos a ambos con tal de lo contrario- al decir esto vio directamente a sus ojos reflejados en el contenido de su taza.
- Con ambos te refieres ¿a ti y al exótico?
- Me refiero que es capaz de destruirse a sí mismo para destruirme…
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El castaño se despertó angustiado, sintió como ese joven moreno lo había visto directamente a los ojos, había sido algo realmente estremecedor. Y aun más importante, lo que estaba diciendo ¿Qué él quería destruirlos? Quizá tenía razón, pero, ¿qué tal si era al revés? ¿Qué tal si el moreno quería enloquecerlo para que se autodestruyera y ocupar así su lugar? Estaba tan concentrado que no notó cuando su pareja se sentó a su lado.
- ¿Guseong?- le llamó extrañado por su comportamiento- ¿Todo bien?- apenas terminó la pregunta, sintió la mano del otro en su rostro y sus labios siendo presas de los ajenos, entonces pudo sentir como paulatinamente lo iba recostando en el sillón- ¿Sucedió algo?- inquirió entre los besos.
- ¿Sólo conmigo haces esto, no es cierto?- inquirió alejándose un poco para poder ver el rostro ajeno. La pregunta descolocó un poco al de hebras plateadas, pero decidió no darle importancia, lo empujó al otro lado del sillón y se posicionó sobre él, el albino besó anhelante los labios ajenos, y depositó un beso en cada parpado el castaño, mientras le aseguraba lo que tanto deseaba saber. En tanto sus caderas se friccionaban con las del contrario y comenzaban a desvestirse el uno al otro, para empezar con su ritual.
Continuará en otro sueño...