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FUEGO Y HIELO por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen solo tomo sus nombres para hacerlos sufrir 

Notas del capitulo:

Hola, les traigo una nueva historia que es basada en un rol genial

Este fic está dedicado a Alex y May que lo vivieron esto conmigo, espero que les guste 

Capítulo 1.- Un nuevo inicio

 

Una lluviosa mañana de invierno en donde el cielo se presentaba nublado y amenazaba tormenta, un joven muchacho castaño de 21 años estaba con la mirada perdida mirando como las primeras gotas de agua caían sobre su ventana, el tren en el que estaba embarcado cuyo destino final era Londres iba a paso regular dejando la campiña francesa atrás, Seiya sentía que dejaba su vida atrás con parte de su alma y su corazón

 

El castaño cerró los ojos y suspiró, se arropó un poco mejor con su chompa porque hacía frio y tenía las manos heladas, poco a poco el movimiento del tren, el ruido que éste hacía le ayudaron a conciliar el sueño, hacía días que el muchacho no dormía y cuando lo hacía le asaltaban sueños crueles de tiempos en los que fue feliz

 

El castaño soñó muchas cosas en ese viaje, su sueño consistió básicamente en un conjunto de imágenes de la vida que dejaba atrás, en ese sueño se pudo ver a si mismo sentado en la pileta de la plaza del pueblo en que vivió su infancia y dibujaba a las palomas cuando al frente de la plaza se bajó de un autobús un muchacho alto, de contextura atlética, bronceada piel, azules cabellos, era un extraño muy atractivo que al sentirse observado miró al castaño y le sonrió

 

El sueño cambió y ahora Seiya se vio a si mismo recostado en el pasto con su cabeza apoyada en las piernas del muchacho de cabellos azules, ambos hablaban y sonreían para luego besarse suavemente y rodar por el pasto entre besos y risas

 

El sueño cambió nuevamente y ahora Seiya se vio a si mismo entre los brazos del muchacho de cabellos azules mientras hacían el amor en su habitación y se besaban con pasión diciéndose lo mucho que se amaban y como querían pasar el resto de sus vidas juntos

 

Seiya abrió los ojos cuando saltó asustado en su asiento y al darse cuenta de en dónde estaba una tristeza y amargura bárbara le invadieron y solo susurró el nombre de su amado más para él mismo no para que nadie lo oyera: “Ikky…  maldito pollo del infierno”, Seiya se acomodó al otro lado y se dedicó a observar a las personas que también viajaban en el tren, ya no quería pensar en él, ya no quería recordarlo, quería dejar todo atrás y por eso sin importarle nada, ni su hermana, ni su trabajo o su padre armó una pequeña maleta y se embarcó hasta esa fría ciudad en la que una mano amiga le iba a prestar ayuda… ahora todo sería diferente para él

 

Cuando finalmente el tren llegó a Londres llovía, Seiya al bajarse a la plataforma miró para todos lados hasta que vio el conocido rostro que sonrió al verlo, era su amigo Dita de la Universidad estaba de pie al extremo de la plataforma y sostenía un paraguas bastante grande, Afrodita era un poco mayor a él pero eran muy buenos amigos, el muy hermoso joven de celestes cabellos y ojos, blanca piel y mirada tierna ayudó mucho a Seiya a adaptarse a la vida universitaria y la relación de amistad con el tiempo no se había perdido

- Buen viaje? – preguntó Dita con una sonrisa divertida al ver la cara de fastidio que Seiya tenía

- Un poco accidentado la verdad – contestó el castaño masajeando suavemente su adolorido cuello

- Se nota que no has dormido nada, tienes hambre o solo quieres dormir?

- Tengo hambre pero quiero comida real, no quiero la comida de conejo que tu comes, podemos buscar una hamburguesa o algo? – preguntó Seiya, el joven de cabellos turquesas era vegetariano pero Seiya no, el castaño era carnívoro hasta la médula al extremo de que los días que no comía carne se ponía mal genio

- Mi comida de conejo como tu la llamas es buena para ti, pero está bien… vamos por tu bomba de tiempo que llamas hamburguesa… pero cuéntame cómo estás tu?, cómo están todos por allá?, y tu hermana? – se interesó Dita a lo que Seiya sonrió, Dita no los conocía pero era como si los conociera porque ellos dos siempre hablaban de todo

- Están bien, y tu?, cómo va la florería? – se interesó Seiya, una de las cosas que su amigo Dita siempre quiso hacer era tener una florería y ahora en el edificio que era de su padre pudo abrir el negocio que siempre quiso

- Va bien, como tengo un puestito cerca de unos de los parques mas bonitos pues me va bien, todavía hay romance en el mundo – Dita dijo esto con una sonrisa soñadora, su buena vibra era contagiosa e hizo sonreír al castaño que contestó con un dejo de tristeza en su voz:

- Tu siempre tan optimista, extrañaba eso la verdad

- Que pasó Seiya?, por teléfono no me dijiste mucho – Dita solo había recibido una llamada de su amigo pidiéndole asilo pero en verdad que el castaño no le había contado nada sobre sus reales motivos, pero ahora que ya estaba en Londres no tenía sentido ocultarlo y prefirió sincerarse finalmente así que empezó a hablar

- Te conté sobre Ikky verdad?

- Ajá…

- Bueno pues, eso se fue al diablo de la peor manera y… yo no me podía quedar allá, yo… necesitaba cambiar de ambiente además odio trabajar en el viñedo y lo que en verdad quiero hacer es escribir y si me quedo en casa no lo voy a hacer nunca, yo creo que los planetas se alinearon y pues… yo necesitaba un cambio

- Bueno, si lo que buscabas es un cambio viniste al lugar indicado, esta ciudad te dará todo lo que necesitas y mas, lo único que no ofrezco es sol porque no estamos en época y necesitas sol porque estás pálido

- No estoy pálido, solo estoy en franca necesidad de una hamburguesa – eso no era cierto, Seiya si estaba pálido porque había estado enfermo las últimas semanas, no comía y no dormía y eso ya estaba empezando a afectar su salud de varias formas, por eso quería un cambio de ambiente con urgencia

- Ok., ok., hamburguesa para ti

 

Seiya sonrió y cargó su mochila dejándose abrazar por Dita para guarecerse un poco mientras caminaban por las atestadas calles de Londres cubiertos solo con el paraguas que el mayor había llevado, el florista le contaba a su amigo de su vida los últimos 6 meses que se había mudado a esta ciudad, de sus nuevos amigos, de su negocio hasta que llegaron a un patio de comida y fueron por la hamburguesa prometida, luego del refrigerio y cuando ya dejó de llover igual a pie fueron hasta la casa de Dita que estaba en el segundo piso de donde funcionaba su florería

 

Esa noche ya no se habló de nada mas, Seiya estaba cansado por lo que luego de un baño y un jarro de té caliente se fue a dormir en la habitación extra del departamentito de Dita, el castaño al acostarse igual no pudo dormir, estaba cansado hasta la médula pero todo lo que había pasado con el amor de su vida no lo dejaba dormir, por qué tenía que ser Ikky tan imbécil???, por qué no había movido un dedo para detenerlo y evitar que se vaya???, por qué no pudo quedarse a su lado???, por qué no lo amaba lo suficiente???... con todo esto Seiya pudo conciliar el sueño al amanecer, por lo menos ahora había cambiado de escenario y tal vez la vida le traiga nuevas oportunidades

 

A la mañana siguiente Seiya se levantó como zombie para encontrarse solo en el departamento, había una nota de Dita pegada en la refrigeradora que decía que fue al mercado artesanal a ver a su proveedor de flores y que no tardaría en volver, que desayunara y que luego le haría el tour por la ciudad, Seiya sonrió y se hizo un café, estaba por acabarlo cuando Dita regresó con varias fundas de cosas en las manos, el peliceleste no le dio tiempo de nada a su invitado y se lo llevó por todo Londres en plan turístico, Seiya en medio de todo lo que le estaba pasando se sintió bien consigo mismo y se olvidó de todo por una tarde, con Dita fueron por todos los lugares históricos, a Seiya le pareció fascinante visitar la tumba de Ana Bolena y pasearse por los hitos de la historia y la realeza de Inglaterra, ya tarde en la noche cuando estaban en casa finalmente Seiya habló con Dita de lo que había pasado con Ikky

- Me vas a contar o no?

- Es simple la verdad, yo me enamoré como un estúpido y él… él, creo yo que  no me amó lo suficiente – respondió Seiya con un dejo de tristeza

- Por qué lo dices?, te engañó o algo?

- No… no me engañó pero… hemos estado juntos por casi dos años, me gradué de la universidad y la verdad yo pensaba que íbamos a hacer nuestra vida juntos, Ikky consiguió trabajo en una compañía disquera ni siquiera se de qué fue que consiguió el empleo porque no me lo dijo, si es cierto que yo estaba trabajando en el viñedo de mi papá pero eso no era impedimento para… - Seiya hablaba rápido cuando estaba molesto y aurita mismo el castaño de haber tenido a Ikky enfrente le hubiera lanzado algo, Dita lo miraba como pocas veces lo había visto

- Para qué? – preguntó el peliceleste cuando su amigo se quedó callado de pronto

- Ikky me dijo que por su trabajo iba a viajar mucho, yo la verdad lo sabía y no le veía el problema hasta que me dijo que aquí quedaba todo entre los dos porque a él no le gustan las relaciones de larga distancia

- Ohhhhh…

- Dita… yo quiero ser escritor, tengo el borrador de mi primera novela terminado, si Ikky quiere ser nómada por mí no hay problema, yo solo necesito un computador portátil para trabajar pero él… ni siquiera me dio la opción, yo quería un compromiso, yo quería formalizar las cosas entre nosotros, yo quería empezar nuestra vida juntos y él me sale con que se va a ir de viaje y no le parece conveniente llevarme a mi a todos lados, como si fuera una maleta pesadísima que el tuviera que llegar a cuestas o algo – el tono con el que hablaba Seiya denotaba profunda ira y decepción, el verdad que Ikky lo había botado de la peor manera y con una excusa muy floja, era lógico que el castaño estuviera tan mal

- Cielos…

- Ikky tiene un carácter difícil y es muy arisco pero… yo pensé que me amaba, te juro que estaba convencido de que me amaba

- Seiya… lo siento…

- Entiendes ahora por qué me vine hasta acá?, yo no podía estar mas allí, todo me lo recuerda y me quería morir, literalmente me quería morir así que… te llamé y el resto es historia

- Y que dijo tu padre?

- Pues no está contento con mi decisión pero en todo caso la respeta, me dio un dinero y me dijo que si necesitaba mas solo le avise, dentro de todo él vio que me estaba muriendo en el viñedo, eso de quedarse solo con los pensamientos propios por mucho tiempo no es bueno

- Bueno… si quieres trabajo puedes trabajar a medio tiempo en la florería hasta que encuentres algo mas, el ciclo escolar ya empezó así que si querías ser maestro pues va a estar difícil

- Gracias Dita, qué haría yo sin ti?

- Te pasearías solo por Londres amigo mío pero… estarás bien, verás que pronto vas a conocer a alguien que alegrará tu corazón, te lo puedo asegurar – Dita le sonrió a su amigo que solo meneó la cabeza y sonrió con tristeza, ahora Seiya no estaba para nada la verdad, no quería conocer a nadie, no quería saber nada de nada, solo quería escribir… tenía muchas ideas en su cabeza, por lo menos en sus historias escribiría los finales felices que quisiera ya que en la vida real eso es muy difícil de lograr, por lo que se encogió de hombros y respondió:

- Bueno… esperemos que si pero aurita yo la verdad no quiero nada

- No te preocupes amigo, cuando menos te lo imagines del cielo te cae alguito – la sonrisa cómplice de Dita lo delató por lo que Seiya con una sincera sonrisa le codeó para preguntarle en un tono muy divertido

- A ti ya te cayó del cielo verdad?

- Pero por supuesto, mañana lo conocerás

- Genial

 

En los días que siguieron Seiya se dedicó a ayudar a Dita con las cosas de la florería en las mañanas y en las tardes se dedicó a pasear por los parques cercanos y los barrios aledaños, Dita era un guía turístico fantástico y en poco tiempo el castaño estaba aclimatado a su nueva rutina y los amigos de Dita pasaron a ser amigos suyos también, Seiya iba mucho por la Biblioteca Central en donde con una taza de café se acomodaba a leer tranquilamente, las novelas eran sus favoritas y en las noches se acomodaba en su rincón junto a la ventana y en su computador portátil escribía sus historias que poco a poco iban tomando forma, estaba buscando editor para su primera novela pero aún no lo había conseguido, no perdía las esperanzas porque tenía fe en su historia pero… tiempo al tiempo como Dita le sabía decir

 

El magullado corazón de Seiya iba sanando poco a poco al distraerse en su nueva vida pero igual muchas noches en las que no podía dormir sus pensamientos iban junto a ese peliazul del que se había enamorado, será que Ikky también pensaba en él???, será que lo recordaba?, tal vez así era… pero Seiya no tenía forma de saberlo por lo que mejor optó por alejar a su fallido amor de su mente, el castaño iba a aplicar el dicho de. “Lejos de los ojos, lejos del corazón”, Seiya estaba decidido a empezar una nueva vida y lo conseguiría, Ikky ya no sería el centro de su universo

 

Las mañanas Dita llevaba a rastras a Seiya a correr en el parque, el castaño nunca se las dio de atleta ni mucho menos, mas bien como todo buen escritor era super vago pero su peliceleste amigo no lo dejaba vagar mucho que digamos, Dita decía que ya le hacía el suficiente daño a su cuerpo con toda la chatarra que comía y por lo menos debería hacer algo de ejercicio y jugar wii no era cuenta, por lo que con el pasar de los días a Seiya no le quedó mas remedio que acostumbrarse a correr en el parque aunque no todo era malo, siempre se encontraban con un hombre muy atractivo de blanca tez y negros cabellos, siempre había un cruce de miradas entre Seiya y el extraño pero nunca se habían saludado siquiera, Dita se daba perfecta cuenta de que su amigo estaba en los coqueteos y lo alentaba, siempre un nuevo amor ayuda a un corazón herido, bien dice el dicho de que un clavo saca otro clavo

 

Dita decía que si aquel muy sexy corredor mañanero no era su hombre ideal  por lo menos se divertirían juntos, que se de una oportunidad y deje de hacerse el estrecho, pero a esto Seiya no se decidía y además nunca estaba solo como para corresponder a los coqueteos del corredor, pero todo eso cambió una tarde en la que Seiya estaba con antojo de algo dulce y sin pensarlo mucho se arropó y salió del departamento para cruzar el parque y llegar hasta una pastelería que estaba en la esquina, el dueño era un hombre grandísimo pero sumamente amable, Aldebarán era su nombre y en este punto ya sabía los postres favoritos de Seiya

 

El castaño caminaba por el parque e iba distraído mirando todo sin mirar nada hasta que se chocó de frente con otra persona que venía igual de distraída que él, Seiya hubiera caído sin remedio pero aquel extraño lo sujetó y al hacerlo le sonrió

- Lo siento… no… no lo vi… - dijo el castaño sonriendo también, cuál era la posibilidad que se chocara con el sexy corredor mañanero?

- Yo no lo siento, hoy ha sido un muy buen día y ahora me choco contigo???, los planetas se alinearon o algo, mi nombre es Shura por cierto – el hombre de cabellos y ojos negros estaba vistiendo un traje y lucia impresionante

- Seiya… mi nombre es Seiya – respondió el castaño con una sonrisa acomodándose un poco la bufanda que estaba usando, él llevaba unos jeans a medio uso, zapatos deportivos y un buso sencillo, nada que ver con Shura que lucía sobrio y profesional

- Mucho gusto Seiya, y dime a dónde ibas tan distraído? – Shura no perdió tiempo y rompió el hielo tratándolo de tu, era cierto que a simple vista él era mayor a este muchacho de dulce sonrisa pero no por mucho, así que era mejor tratarse con familiaridad

- Ohhh… a la pastelería de la esquina, hay un pie de piña fantástico y tenía antojo de un dulcito, yo… quieres pie? – Seiya contestó con sinceridad cuando el mayor le preguntó a dónde iba y cuando lo dijo le pareció que lo mas cortés sería invitarlo, será que lo acompañaba?

- Pie de piña?, suena delicioso, te gustan las cosas dulces eh?

- Si… es mi falla de fábrica, me puedes envenenar con un chocolate

- Eso… es bueno saberlo – el pelinegro sonrió y juntos caminaron hasta la panadería de la esquina y entraron, Aldebarán sonrió y solo señaló a su cliente favorito una de las mesas de la esquina, Seiya guió al pelinegro y se sentaron allí, la panadería era pequeñita y presentaba un ambiente íntimo y familiar, cuando el dueño se acercó pidieron dos pies de piña, un café y un chocolate caliente y entre bocados la inusual pareja entabló conversación

 

- Y dime… en que trabajas? – se interesó el castaño

- Soy abogado y trabajo en una firma aquí cerca pero estoy pensando en abrir mi propia firma, me va relativamente bien y quiero tener mi lugar propio, y tu?, estudias? – por la facha tan relajada y juvenil de Seiya, Shura había asumido que estudiaba en la universidad o algo

- No… ya acabé la Universidad – contestó el castaño tomando un bocado de su chocolate

- Te he visto en la florería frente al parque… de que te graduaste si no es muy metiche de mi parte el preguntártelo – si este muchacho ya se graduó de la universidad por qué trabajaba como dependiente en una florería?, eso le parecía extraño al mayor

- Me gradué en filosofía y letras, la verdad… escribo – esto lo admitió Seiya con algo de vergüenza

- Eres escritor… wow… he leído algo tuyo?

- No lo creo, terminé mi primera novela y estoy buscando casa editora pero aún no he tenido respuesta, ya estoy escribiendo la segunda y trabajo a medio tiempo en la florería de mi amigo Dita, él es el dueño del edificio y es suya la florería, vivo con él aquí hasta que pueda establecerme pero es algo difícil

- La vida de los artistas es complicada -  dijo Shura con una sonrisa

- Artistas?

- Para mi, escribir es un arte, como la pintura o la música, necesitas inspiración y muchas cosas mas, la verdad yo admiro a las personas que lo pueden hacer, yo como soy negado para eso estudié leyes – Shura siempre fue un hombre práctico al que el dibujo, la poesía, la pintura nunca se le dio, disfrutaba de ello pero… no todos lo podemos hacer

- Y cuantos años tienes Shura? – Seiya estaba curiosísimo con la edad de Shura, lucía joven pero era serio y se lo veía imponente

- 26 y tu?

- 21

- Y ya te graduaste de la Universidad? – Shura arqueó una ceja y sonrió, él también se había graduado antes que todos sus compañeros, este detalle le pareció muy interesante

- Aquí donde me vez era buen estudiante, me gusta mucho leer por lo que se me hacían fáciles las materias, lo que no tengo es buena memoria, por eso nunca podría ser abogado – Seiya miró su reloj disimuladamente y apuró lo que le quedaba de su chocolate, entre charlas y risas habían estado en la cafetería cerca de dos horas

- No es tan complicado… y de aquí ya volvías a tu casa? – el pelinegro igual apuró su café que en este punto estaba frío e hizo señas al dueño para que le trajera la cuenta

- Si… solo quería algo dulce

- Puedo acompañarte?, está empezando a caer la noche y quiero asegurarme de que llegues bien a casa

- Claro…

 

Shura y Seiya se pusieron de pie y luego de que el abogado pagó la cuenta ambos salieron al frío de la tarde que en verdad ya estaba cayendo en la oscuridad, la casa de Seiya no estaba lejos, solo había que cruzar el parque y cuando llegaron a la puerta de la floristería, en la corta caminata Seiya tenía la nariz y las manos heladas otra vez

- En verdad fue un placer charlar contigo hoy, puedo llamarte o venir a buscarte?

- Si… eso me gustaría mucho – dijo el castaño sonrojándose un poco, Shura sonrió y le acomodó la bufanda de mejor manera para cubrirlo mejor y aprovechó para poner un mechón de su cabello tras su oreja, eso a Seiya le pareció fantástico, las manos de Shura estaban tibias y cuando el mayor se acercó para besar suavemente su mejilla el castaño no se hizo el quite

- Mañana pasaré por aquí entonces, que duermas bien Seiya

- Tu también

Shura sonrió por última vez y caminó calle abajo, Seiya estuvo de pie en la puerta hasta que aquel sexy pelinegro se perdió al doblar la esquina y cuando el castaño subió las escaleras tenía una sonrisa única en su rostro, hacía mucho tiempo que no se sentía como se sentía ahora, Shura se había mostrado muy interesado en él y la química en ellos fue palpable

 

Dita estaba sentado en el mesón de la cocina con una copa de vino en las manos mientras charlaba alegremente con su novio que estaba picando los vegetales para hacer una ensalada, su novio Ángelo era de ascendencia italiana, además de tener un restaurante era profesor universitario al que sus alumnos y demás miembros de la facultad apodaron Death Mask porque tenía una colección de máscaras que había traído de todo el mundo y erran horrorosas, él decía que eran hermosas pero aparentemente solo él les veía la belleza, además Dita sabía decir que un punto extra de Ángelo es que cocinaba con gusto y las pastas eran su especialidad por lo que usualmente le hacía la cena a Dita, ellos estaban saliendo por algunos meses con sus altas y bajas, su relación era algo tormentosa pero se notaba que ellos por sobre todo se amaban y en medio de sus charlas estaban cuando Seiya entró al departamento y Dita notó su sonrisita

- Y a ti que te pasó? – se interesó el dueño de casa

- Pues… el cielo se abrió y boom – dijo Seiya, Ángelo no entendió la referencia pero Dita si por lo que saltó del mesón y se acercó a su amigo

- Y quién es él?

- El sexy corredor de la mañana, es abogado y se llama Shura, me lo encontré en el parque aurita y fuimos por un café, va a venir mañana, lo puedes creer?

- Eso es genial… - mientras Dita le pedía todos los detalles de la nueva conquista a Seiya, Ángelo solo meneó la cabeza y siguió con su ensalada, en eso estaban cuando el teléfono celular de Seiya sonó, al ver la pantalla era Ikky el que llamaba, el castaño miró el teléfono y suspiró, luego lo apagó, Ikky era parte de su pasado y si todo salía bien Shura sería su futuro

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer y nos vemos el miercoles en la continuación, si por si acaso se estaban preguntando que pasó con mi otro fic el que ha estado detenido este tiempo y que se llama "Sueño contigo", mañana hay capítulo nuevo de ese fic también

Nos leemos pronto, saludos, bye 


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