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FUEGO Y HIELO por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo un nuevo capítulo de esta historia, la verdad no les diga nada aquí, el título lo dice todo, espero que les guste

Capítulo 11.- Noticias que trastornan

 

Los días que siguieron pasaron con normalidad, Seiya se mudó al departamento de Shura con una sola maleta y la promesa de buscar departamento lo que resultó mas fácil en teoría que en la práctica, el rango de los departamentos que a Seiya le gustaban estaban sobre de su presupuesto pero no quería irse a vivir mas lejos, además necesitaba un departamento amoblado porque solo tenía su ropa, el castaño tenía problemas de dinero pero primero muerto a llamar a su padre para que se los solucione, ya vería que hacer…

 

La situación de Shura era complicada, Seiya vivía en su casa lo que le facilitaba todo porque veía a su castaño todas las noches y a veces comían juntos a mediodía, la convivencia se les hizo fácil porque Seiya no era un hombre complicado, el castaño con gusto le hacía el desayuno a su novio y se encargaba de algunas cosas de la casa, iba a la florería a ayudar a Dita y escribía en las tardes y en las noches, por lo regular cuando Shura llegaba tarde lo encontraba escribiendo en el mueble de la sala con su computador portátil, Seiya no era celoso y mas que cualquier cosa confiaba en su novio el que en contra de todo pronóstico no había dejado de ver a Shaka

 

Con la excusa de su trabajo, Shura veía a Shaka casi todos los días, su relación era por demás tórrida por lo que todos los buenos intentos del abogado de terminarla quedaban por los suelos cuando el joven rubio le ponía seguro a la puerta del cuarto de copiado y se desnudaba para entregarse al abogado que lo tomaba con pasión, no era solo sexo, no era amor tampoco porque Shura amaba a Seiya pero… toda la vida le cambió al abogado muy rápido, las cosas con Seiya estaban  bien pero todo había sido un boom tras otro, no iban ni seis meses de relación y Seiya ya estaba viviendo en su casa, eso fue… fuerte, Shura sentía que había perdido su espacio y su individualidad, Seiya era genial en muchos aspectos pero el abogado no podía hacer caso omiso a lo que sentía y por eso buscaba un desfogue con Shaka el que se prestaba para todo lo que el abogado quisiera

 

Shura balanceaba su muy complicada vida con maestría y Camus le ayudaba a ello, en mas de una ocasión Seiya había ido a buscar a Shura a la oficina y el pelinegro no estaba porque se había ido con Shaka a un motel cercano o a la casa del rubio, Camus no lo sabía oficialmente pero lo sospechaba y muy hábilmente le inventaba historias al castaño de que había mandado a Shura a alguna parte, Camus apagaba los incendios y todo se mantenía como estaba, por lo menos eso era lo que pensaba Shura hasta el fin de semana antes de navidad

 

En una de las reuniones de personal a las que asistieron todos los integrantes de las oficinas legales algo extraño pasó, ya iban mas de dos horas en la sala de reuniones cuando Shaka que se había sentido cansado y mareado los últimos días, al ponerse de pie se desplomó en el suelo desmayado, todos sus compañeros se acercaron a él y le dieron aire, lo acostaron en el sillón de la oficina y alguien de por ahí trajo alcohol para ponerle una motita bajo su nariz, el rubio despertó asustado sin saber lo que le pasó o en dónde estaba, ya luego cuando le dieron un poco de espacio reaccionó de mejor manera

- Estás con la presión algo baja y estás algo pálido también, te has hecho exámenes de sangre últimamente? – preguntó el doctor del piso que lo había revisado, el rubio solo meneó la cabeza negativamente

- No… la verdad no me he hecho ningún examen en algún tiempo

- Ok., quiero que te hagas estos exámenes, es la primera vez que te pasa esto? – el médico algo escribió en su recetario y se lo dio al rubio que meneó la cabeza nuevamente antes de responder:

- La verdad me he sentido cansado, tengo sueño todo el tiempo y he estado algo mareado, pero lo de hoy no me ha pasado antes

- Bueno… de cualquier manera hazte esos exámenes en ayunas y ven a mi consultorio, hay que descartar algunas cosas antes de hacer exámenes mas profundos

- Gracias doctor…

 

Dos días habían pasado de eso en los que Shura no había visto a Shaka, el rubio llegada la hora de salida se escabullía y se le escapaba al pelinegro que estaba algo preocupado, será que Shaka tenía algo y no le quería decir???, con esto en mente un miércoles en la mañana el pelinegro abogado buscó la oportunidad y cuando Shaka fue al cuarto de copiado a sacar unas copias Shura entró también y como muchas otras veces le puso el cerrojo a la puerta pero esta vez no era para tener sexo, era para hablar

- Qué pasa contigo?, estás bien? – se interesó el pelinegro pero el rubio ni lo regresó a ver y seguía sacando sus copias, Shura no soportaba ser ignorado y tomó a Shaka de los brazos para detenerlo y hacer que lo mire, el rubio bajó la cabeza y no lo miró – Qué pasó?, si no me lo dices como puedo ayudarte?

- Quién te dijo a ti que yo quiero tu ayuda? – preguntó el rubio con lágrimas en los ojos

- Qué pasa?, porque algo está pasando verdad?, a mi no me engañas…

- Ok., quieres saber lo que estoy pasando?, en verdad lo quieres saber? – preguntó Shaka evidentemente molesto

- Si… en verdad quiero saberlo

- Muy bien…  mira que tu me lo preguntaste, lo que pasa es que estoy esperando un hijo, eso es lo que pasa – dijo Shaka mirando directamente a los ojos a Shura, el pelinegro pocas veces había visto molesto a su amante pero ahora a Shaka se le notaba un temple que no había demostrado antes, en cambio Shura sintió que el suelo se le movió debajo de sus pies, esto… no se lo esperó, no lo vio venir y ahora el abogado se quería morir

- Estás seguro? – preguntó Shura en un hilo de voz

- Claro que estoy seguro, me hice los exámenes que me mandó el doctor y luego me hice un eco y me lo confirmaron, estoy de 8 semanas…

- Shaka… - el rostro de Shura denotaba muchas cosas, sorpresa, confusión e incertidumbre eran algunas de ellas, el abogado se había quedado sin palabras lo que nunca antes le había pasado en la vida, Shaka al verlo así bajó su pose defensiva y le sonrió dulcemente

- Es tuyo…  - dijo el rubio y caminó hacia el abogado cubriendo las distancias que lo separaban y puso su mano en su aún plano vientre, el rubio sonrió y buscó los labios del pelinegro que no sabía bien como responder, esto lo cambiaba todo

- Esto… yo… cielos Shaka…

- Vamos a ser una familia, vamos a tener un hijo Shura, un hijo tuyo y mío – los ojos le brillaban al menor que acarició el rostro de su amante y lo besó otra vez en los labios, Shura no se había movido y solo recibió en sus brazos al joven que lo abrazó y reía mientras lloraba y se aferraba a él, Shaka estaba emocionado con todo esto y se le notaba, Shura en serio que se quería morir

- Shaka… esto lo tenemos que hablar, yo… - Shura no sabía como explicarse pero Shaka entendió perfectamente lo que quería decir y su hermoso rostro se ensombreció, bajó la cabeza y con voz rota se dio la vuelta y volvió a dedicarse a sus copias al tiempo que dijo

- Yo se que no eres libre, yo se que esto es lo que menos quisieras pero… mi bebé viene en camino, lo que mas quisiera en la vida es formar una familia contigo, que nuestro hijo nazca en un hogar formado pero… si no te tengo a mi lado yo… igual lo voy a tener Shura, es mi hijo y lo mas importante… es TU hijo, no hay nada que haya deseado con mas fuerza que esto, lo voy a tener Shura

- Yo no he dicho nada que vaya en contra de eso Shaka, yo no podría pedirte algo así especialmente si el niño es hijo mío yo… yo solo… no se que hacer, esto me ha caído cual bomba, yo… necesito pensarlo un poco, me darías un poco de tiempo yo… esto es algo grande y muy importante – Shura no sabía que hacer, lo único que quería era salir de ese pequeño cuarto de copiado y huir

- Lo es… tómate el tiempo que quieras, nada me haría mas feliz que te decidieras por mi… por nosotros… - Shaka puso su mano en el vientre y sonrió maravillosamente, Shura salió del cuarto de copiado y sin decir nada a nadie salió de las oficinas y se fue a caminar por el centro de Londres, el ambiente festivo no ayudaba a aclarar su mente porque a donde dirigía sus ojos miraba a niños pequeños que iban en brazos de sus padres o de la mano de ellos, familias que iban a comprar los regalos navideños, niños que miraban embelesados las tiendas que tenían montones de adornos navideños, Shura no sabía que hacer y se le comprimía el corazón, él sabía que algo como esto podría pasar pero ahora que había pasado se sentía el hombre mas desgraciado de la faz del planeta

 

Shura siempre había deseado una familia, hijos… él no tenía mucha familia mas que una hermana que vivía en España a la que no veía nunca por lo que solía decir que quería una casa llena de niños cuando se casara, en sus sueños últimamente sus niños tenían los cabellos negros y los ojos cafés, él había imaginado sus hijos con Seiya, de esto no había hablado con el castaño aún pero, no había duda en su mente ni en su corazón, él quería que Seiya fuera el padre de sus hijos, y ahora???, rayos…

 

Esa noche a lo que el abogado llegó a casa fue recibido por un delicioso aroma, Seiya no necesariamente cocinaba pero ahora la casa olía a galletas recién hechas, el pelinegro no pudo evitar sonreír al ver a su novio sentado en el mueble de la sala con su computador portátil en su regazo, el castaño sonrió al ver entrar al mayor a casa y enseguida puso por ahí el computador y descalzo como estaba caminó hasta Shura y lo recibió con un cálido beso en los labios

- Llegas temprano que genial, mira… te gusta? – Shura no lo había notado pero ahora había un árbol de navidad armado en su sala, Seiya se había dado modos y había colgado luces navideñas en el techo y hasta un pesebre había armado, Shura lo miró todo y sonrió abrazando a su pareja y besando sus labios

- Mi departamento nunca había estado tan festivo, hiciste galletas?

- Me dio un antojo de galletas de avena que no podía con él, fui al supermercado pero ninguna de las que ahí venden estaban lo suficientemente buenas, es que yo quería galletas como las hacía mi abuela así que de las iras compré lo necesario y yo mismo las hice, pruébalas… si me quedaron bien, no tan buenas como le quedaban a ella pero si están mejores que las de la tienda – dijo el castaño acercándole el platón en donde estaban las galletas a Shura que tomó una y en verdad estaban buenas

- De repostero no te mueres de hambre – bromeó el mayor, el castaño le dio un golpe suave y juguetón en el estómago y dejó el platón en la mesita para poder continuar con sus besos

- Y que tal te fue? – preguntó Seiya mientras le sacaba el abrigo a Shura sin dejar de besarlo, el pelinegro disfrutaba mucho cuando Seiya lo recibía así todo romántico, que era la mayoría de las noches, Seiya era en extremo complaciente y muy comprensivo cuando llegaba tarde, esa era una de las cosas que no le dejaba vivir, él lo engañaba y el castaño no se lo merecía

- Bien… tengo vacación el día de noche buena pero hay una cena con todos los de la oficina, quieres ir a la cena o quieres quedarte en casa?

- Mmmmm… mejor vamos a la cena, me gustaría quedarnos en casa pero ya casi no salimos, quisiera que acabaras ese negocio de los vinos para recuperarte un poco, me gustaba mas al inicio en donde salíamos mas… te acuerdas?

- Claro que me acuerdo, yo también extraño salir contigo pero me encanta llegar a casa y encontrarte en mi cama, esa es la mejor recompensa luego de un día de trabajo

- Hoy no estaba en tu cama… - dijo el castaño en tono divertido zafando los botones de la camisa del mayor que estaba entretenido acariciando sus caderas

- No… pero podemos ir no? – Shura empezó a caminar con Seiya en sus brazos con dirección a su habitación mientras el menor le seguía sacando la ropa

- Genial… no tienes hambre?

- No… quiero comerte a ti

- Uyyyy… - Shura levantó a Seiya del suelo y lo cargó sosteniéndolo de las nalgas, el menor le abrazó el cuerpo con las piernas y entre risas cayeron en la cama que habían compartido el último par de meses, entre besos se acabaron de desnudar pero había un problema, Shura no se acababa de concentrar en lo que estaba haciendo por lo que esa noche estaba como… ausente, recibía los besos y caricias de Seiya pero en su cerebro martillaban las palabras de Shaka, su situación era crítica y ahora ni siquiera le podía hacer el amor a su novio el que se dio perfecta cuenta de la situación por lo que detuvo sus infructuosos intentos de poner de “humor” a Shura y se sentó en sus caderas, con sus manos tomó el rostro del pelinegro para que lo mire y muy directo le preguntó:

- Dónde estás?

- Estoy aquí… - respondió Shura sin entender la pregunta

- No… no estás aquí, qué te pasa? – Shura se incorporó un poco y Seiya se sentó a su lado acomodando las mantas tapándose un poco, la noche estaba fría

- No me pasa nada, bésame… - Shura trató de distraer a Seiya y besarlo pero el castaño se hizo el quite y se sentó un poco mas lejos en la cama girando para poder ver a su novio frente a frente

- No no no, a ti te pasa algo y desde hace algunas semanas, estás siempre distraído y pensando en otras cosas, es como si no me escucharas o si no estuvieras conmigo, cenamos pero casi ni tomas en cuenta lo que te digo, hablamos pero el que habla soy yo, tu no me cuentas tus cosas como solías contármelas, cuando hacemos el amor cierras los ojos y no me miras, qué está pasando Shura? – el castaño si había estado preocupado por esto pero Dita lo había tranquilizado en varias oportunidades, a la final el cambio le tomó a Shura desprevenido y todo su mundo se puso de cabeza al tener a Seiya ahora en su casa, eso había que entenderlo y Seiya había sido paciente pero se estaba preocupando por este cambio en su relación

- No me pasa nada mi amor, ven mas acá… - Shura tomó la mano de Seiya y lo jaló haciendo que se acueste a su lado, el castaño se acomodó en su pecho y suspiró, Seiya se sentía inseguro porque no quería ser un estorbo en la casa de su novio ni quería que su relación se viera afectada, las primeras semanas que habían vivido juntos fueron geniales pero ahora… Shura estaba distante y eso era preocupante, en cambio Shura además de sentirse abrumado por la situación con Shaka, se sentía la peor cucaracha del planeta por lo que Seiya estaba pensando, y el castaño tenía razón, claro que había estado distraído y distante si estaba en los romances con otro, cómo esta situación llegó a esto?, Shura suspiró y Seiya se incorporó un poco e hizo moción de levantarse de la cama pero el pelinegro lo detuvo, tomó su mano y lo jaló otra vez pero Seiya se zafó del abrazo de su novio, se levantó, tomó los pantalones de pijama suyos que por ahí estaban y salió de la habitación, Shura se dejó caer en la cama y se cubrió el rostro con las manos, se levantó también y cuando se puso igual unos pantalones de pijama fue al salón y vio a Seiya de pie junto al árbol de navidad en el que brillaban las luces intermitentes que estaban conectadas, el castaño miraba ausentemente por la ventana, aún no había nevado ese año pero hacía un frío que helaba los huesos

- Regresa a la cama mi amor – dijo el pelinegro que abrazó al joven por la espalda y besó su hombro

- Te voy a preguntar algo y quiero que me digas la verdad, pero prométemelo Shura – dijo el castaño volteándose para mirar a su novio a los ojos, en ese momento a Shura se le unió el cielo con la tierra al ver la expresión del castaño, Seiya tenía los ojos tristes

- Pregúntame lo que quieras

- Ok., el que yo esté aquí es lo que te está molestando???, no me contestes a la ligera que yo entiendo, se que estamos saliendo hace no mucho y por las circunstancias yo impuse mi presencia aquí, pero si tu necesitas tu espacio, si no quieres que vivamos juntos todavía yo veré que hacer, no quiero que lo nuestro se deteriore y si se está deteriorando por mi culpa pues… ya encontré un departamento que es amoblado y puedo pagar, el problema es que es bastante lejos, tengo que dar la respuesta mañana sobre si lo voy a tomar o no, lo tomo?, respóndeme sinceramente que yo no me voy a ofender ni voy a terminar contigo – todo esto Seiya  lo dijo muy rápido por lo que Shura primero sintió alivio y luego sonrió abrazando de mejor manera al castaño y besándolo en los labios

- No… no tomes ese departamento, yo se  que las cosas no se dieron como me hubieran gustado pero eso no es lo importante, tu no me has impuesto nada, la verdad has llegado a alegrar mi vida, no quiero que te vayas, me sentiría muy solo si no estuvieras aquí y menos aún si te mudas lejos, no no no… esta es tu casa ahora – Seiya sonrió y abrazó al mayor, las palabras de Shura le sonaron sinceras y eso le alegró el alma al castaño

- En serio?, lo dices en serio?, es que mira que me costó sangre encontrar ese departamento, si lo pierdo no te podrás deshacer de mi – dijo el castaño con una sonrisa la que Shura compartió, Seiya siempre lo ponía de buen humor y lo hacía reír, el abogado tomó la mano de su novio y fueron a la habitación otra vez, en el segundo intento Shura si se pudo concentrar y le hizo el amor a su novio como lo mandan todos los dioses

 

Esa noche Seiya durmió profundamente en los brazos de su amor mientras que Shura pasó la noche en vela, por todo lo que le había pasado no podía dormir, aún no sabía que hacer y eso lo estaba matando, el castaño se acomodó de mejor manera y quedó totalmente recostado sobre su espalda y bajó su brazo apoyándolo sobre su vientre, algo dijo Seiya que no se le entendió y siguió durmiendo, Shura se acomodó de lado y acarició el rostro que tenía expresión serena, el mayor bajó la mano hasta el pecho del muchacho y tomó el dije que él mismo había puesto en el cuello de Seiya, lo sostuvo en sus manos y sonrió

 

La primera noche que Seiya se quedó a dormir en su casa cuando ya llegó con sus maletas, el pelinegro quería tener un detalle con él y le compró un dije muy hermoso que eran un par de manos que sujetaban una piedra, el dije era de oro y la piedra era una amatista, Seiya lo había aceptado feliz y nunca dejó su cuello, lo llevaba siempre con él, Shura suspiró y volvió a sentirme morir, no merecía a Seiya pero tampoco a Shaka, si seguía a su corazón y se quedaba con Seiya al que amaba, abandonaría a un hijo suyo, un hijo… eso lo cambiaba todo… eso pesaba mas que cualquier cosa…

 

Shura estaba consciente de que no amaba a Shaka, no lo amaba como amaba a Seiya pero… Shaka iba a darle un hijo, esa fue la idea que le martilló su cerebro todo el día, un hijo…, sería padre y no estaba en su carácter ignorar este hecho, no podía simplemente alegar demencia para romper con Shaka y nunca ni ver al niño, no… eso no lo podía hacer, él tenía que hacer lo que le dictaba su consciencia, él tendría que hacerse responsable por ese niño que no tenía la culpa de su estupidez, pero si lo hacía… en dónde quedaba Seiya???...

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, no se pueden perder el capítulo del viernes, si Shura pensaba que tenía claro el camino pues no, hay muchas cosas que aún le tiene reservada la vida y la suerte

Muchas gracias por leer, nos vemos el viernes en el capitulo nuevo, saludos, bye 


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