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FUEGO Y HIELO por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, en este capítulo Seiya deja Londres pero muchas cosas pasan cuando llega a su destino, hay muchas sorpresas, espero que les guste 

Capítulo 20.- De vuelta a casa…

 

El viaje de Seiya en ambulancia fue sin mayores acontecimientos, su padre fue con él y le habló todo el camino para distraerlo, Aioros era un hombre muy complicado pero en este caso se estaba portando muy bien con su hijo, le había ofrecido su apoyo incondicional en todo lo que pueda necesitar para sus hijos, le ofreció su casa y hacerse cargo de todos los gastos que pueda representar el resto de su embarazo, básicamente le dijo: “Hijo mío… no te preocupes por nada mas que aquí está tu padre” porque en contra de todo pronóstico el mayor no le había hecho ningún reclamo a su hijo y le aseguró que con ellos tendría toda la paz y tranquilidad que necesitaba para llevar su embarazo a término con felicidad, Seiya se lo agradecía de corazón a su padre que con ojos soñadores hablaba de los muebles para la habitación de sus nietos y de cómo les enseñaría a montar a caballo de la misma manera que les había enseñado a sus hijos, Seiya sabía que su padre estaba intentando darle ánimo y al hablar de sus hijos si lo estaba consiguiendo, el único rayo de luz que Seiya veía ahora en su vida eran sus bebés

 

Al llegar a París el castaño fue internado en la clínica de especialidades de la que su familia tenía un participación accionaria por lo que le dieron al castaño la mejor atención disponible, Seiya estuvo hospitalizado por tres días y luego le dieron de alta, al salir Seiya dijo que no quería ir a la propiedad de su padre en los viñedos porque estaba lejos del hospital y que prefería quedarse en la casa de la ciudad, Seika se iba a quedar con él y Aioros los vería seguido porque estaban en medio de las cosechas y el castaño mayor tenía que estar al pendiente de eso, los viñedos no estaban tan lejos y su casa de la ciudad estaba en uno de los barrios mas exclusivos de Paris, Seiya trataba de mantenerse tranquilo siguiendo las indicaciones del médico, él viviría para y por sus hijos y eso le ayudaba a salir adelante

 

Shura en cambio, al pasar los días se iba hundiendo cada vez mas en la desesperación, el abogado estaba seguro de que Dita debía saber en dónde estaba Seiya porque junto con Ángelo habían ido a su casa a empacar el resto de cosas del castaño pero Shura no lo había permitido, el pelinegro tenía la firme esperanza de que Seiya volvería con él, Shura lo quería ir a buscar pero no tenía ni la menor idea de por donde empezar, ahí fue que el abogado se dio cuenta que su castaño nunca le habló detenidamente de su familia, ni de su hermana mucho menos de su padre, no tenía idea de cuál era su número telefónico o de cómo hacer para encontrarlo, fue Camus el que le dio la solución…

 

Camus tenía un viejo amigo de la Universidad que vivía y trabajaba en Francia, su nombre era Milo y había prometido conseguirle los datos del castaño, la familia Hyuga era bastante conocida ya que era una de las mas adineradas del país y sus vinos eran de los mas famosos, tenían una de las fábricas mas grandes y el empresario Aioros Hyuga manejaba muchos negocios mas además de sus viñedos por lo que para Milo no fue problema el conseguirle los datos que su amigo le había pedido, y cuando Shura los tuvo en sus manos se apresuró a llamar a la casa principal de la familia en París pero cuando se identificó le colgaron el teléfono, y así pasaron varios días en los que Shura llamaba a todos los números que su amigo le había conseguido sin obtener ni una sola respuesta

 

Una semana…

 

Dos semanas…

 

Tres semanas…

 

Un mes…

 

Un mes había pasado y Shura no había tenido oportunidad de viajar, con la debacle del negocio de los vinos Camus estaba endeudadísimo y afrontaba pérdidas graves, tuvo que despedir a mucho personal entre los que Shaka estuvo incluido, él había sido contratado para el negocio del vino como no se cristalizó pues lo tuvieron que dejar ir, lo mismo pasó con Mu y con quince empleados mas, Camus quería despedir a Shura inicialmente pero lo pensó mejor, lo que Seika dijo le llegó al alma, él a la final había encubierto la relación de Shura y Shaka a sabiendas de que lastimaría a Seiya, la vida tiene muchas cosas extrañas y Camus nunca se imaginó que todo ese asunto lo iba a arruinar de esta manera, Shura se sentía como único responsable de lo que pasó por lo que trabajaba a sol y sombra en todo lo posible para evitar que la firma de Camus se hundiera, era lo menos que podía hacer por su amigo

 

Shura ahora se mantenía sobrio, las dos primeras semanas estuvo en estado etílico amenazante hasta que Camus le dijo que si se presentaba a trabajar otro día mas con resaca no le iba a temblar la mano y lo despediría, Shura no tuvo opción y el trabajo le hacía bien, ahora se encontraba super atareado con todo, como Shaka había sido despedido ya no lo veía en la oficina pero el rubio en este punto al ver el camino libre con Shura no lo desaprovechó por lo que prácticamente ahora se había pasado a vivir en el departamento del pelinegro y por mas intentos que Shura había hecho por sacarlo no había podido

 

Una noche de esas el pelinegro abogado despertó de un susto, se volteó en la cama y vio al rubio dormido a su lado y al verlo se llenó de amargura, con este cambio de eventos los sentimientos que pudo haber tenido por Shaka se habían esfumado por completo, ahora lo miraba con resentimiento porque por él había perdido lo que mas le importaba en la vida, el abogado se levantó de la cama y salió de la habitación, fue a la cocina y abrió el refrigerador, hacía casi mes y medio que Seiya se había ido y aún habían vestigios suyos en su casa, allí… al rincón de la puerta del refrigerador estaba un jugo de uva en botellita individual, un posillo pequeño de queso crema y un pote pequeño de dulce de leche, cuántas veces vio Shura a Seiya pasearse por el departamento con el pote de dulce de leche en la una mano y en la otra una cuchara?, cuántas mañanas lo vio untar queso a su tostada?, esos pequeños detalles lo estaban matando en especial cuando pasaba todos los días frente a la habitación que supuestamente iban a arreglar para el bebé, el bebé…

 

Esa habitación vacía llenaba de dolor el alma del pelinegro, esa habitación vacía le gritaba de su culpa y de su traición, allí… en una de las estanterías que habían  logrado instalar antes de que la debacle se llevara a sus seres mas preciados estaba un solitario dragón azul de dos cabezas y una jirafa, Shura recordaba la emoción con la que Seiya había escogido esos peluches en la juguetería y ahora… ahora solo estaban ahí en ese frío cuarto guardando polvo, ya nada volvería a ser lo mismo, ahora ya nada sería igual

 

Shura pensaba que se estaba volviendo loco porque veía a Seiya en cada esquina, lo veía en los rostros de los extraños, veía a sus hijos en los niños que jugaban en el parque, el recuerdo de lo que puso haber sido su vida le dolía y no le dejaba vivir, ahora mismo en la noche Shura por el rabo del ojo vio a Seiya caminar por el departamento con un pote de helado en la mano, cómo le gustaban los dulces al castaño… cómo disfrutaba dárselos a él… cómo extrañaba su risa y sus charlas… cómo extrañaba su cálido cuerpo y la manera tan dulce que tenía de acurrucarse en su pecho cuando hacía frío, mierda… lo extrañaba, su alma gritaba con violencia por la forma en la que lo extrañaba…

 

Shaka despertó con frío aquella noche, se volteó en la cama y no vio a Shura a su lado, el abogado tenía graves problemas para dormir últimamente y solía pasear por el departamento, el rubio se levantó y se puso una bata que encontró por ahí y fue por los oscuros pasillos para encontrar a Shura de pie frente a la ventana de la sala y miraba algo que tenía en la mano, al acercarse Shaka vio que era una fina cadena con un dije muy hermoso

- Es para mi? – preguntó el rubio besando el hombro del pelinegro al abrazarlo por la espalda pero cuando estiró la mano para tomar la cadena y el dije Shura cerró la mano y se volteó separándose de Shaka

- No… no es para ti, pertenece a Seiya…

- Seiya… Seiya… hasta cuándo vas a hablar de él?, no te das cuenta que se fue y que no volverá?, yo en cambio estoy aquí para ti, por qué me tienes que tratar así?, yo lo único que hago es amarte – reclamó Shaka con dolor

- Lo se… y lo siento pero Shaka tu… deberías irte

- En medio de la noche?, me quieres sacar de tu departamento en medio de la noche?

- No… puedes quedarte hasta mañana si deseas pero quiero que te vayas y que no vuelvas, yo lo amo a él, al estar contigo solo te hago daño a ti y a mi, ya no puedo mas, esto debió acabarse hace mucho pero lo estoy acabando ahora

- Me lo has dicho muchas veces Shura pero siempre vuelves a mi

- Pueda ser que lo haya hecho en el pasado pero… lastimosamente no es a ti a quien quiero, lo amo a él, lo necesito en mi vida, me siento vacío sin él, nada tiene sentido ahora…

- Y yo?, yo no soy nada para ti?

- No… lo siento pero no puedo amarte, ya no quiero que volvamos a vernos, yo no te buscaré nunca mas y tu no puedes volver aquí, por favor déjame tu llave al salir

- No me puedes hacer esto Shura, yo te he dado todo!!!!!

- Yo no te lo he pedido, tu me lo has entregado porque has querido, siempre te dije que lo amaba a él, tu lo sabías, yo nunca te engañé

- Pero no me puedes botar ahora como a un trapo viejo

- Lo siento pero es así como son las cosas, nunca quise herirte, nunca fue esa mi intención pero… ya no puedo continuar con esto, quiero recuperar a Seiya, lo necesito, lo amo

- Shura… yo te amo

- Lo se, pero yo no te amo a ti… lo siento…

 

Shura tomó su saco, sus llaves y su billetera para salir de la casa, Shaka se quedó allí parado en medio de la sala sin saber que hacer, maldito Seiya… mil veces maldito… ni siquiera pudo contra su recuerdo, Shura lo seguía amando a él… a él… qué tiene Seiya que lo embobó de esa manera?, por qué Shura nunca lo pudo amar?, por qué??????

 

Shura salió a caminar para hacer tiempo hasta que Shaka salga de su casa por lo que fue al parque cercano en el que solía correr las mañanas, el sol ya empezaba a salir y las personas madrugadoras empezaban su rutina diaria de ejercicios en el parque, eso le recordó a Shura las veces que vio a Seiya corriendo con Dita, esa tarde en la que accidentalmente chocaron y fueron a tomar un chocolate caliente, el dulce inicio de su relación, sus primeros besos, sus primeras caricias, la primera vez que hicieron el amor, las tardes de lluvia que acurrucados miraban la televisión, sus cenas, las veces que Seiya lo despertaba a besos en medio de la noche para amarse bajo el calor de las sábanas… todos esos recuerdos pesaban en el alma del abogado que en ese punto de su vida daría todo… todo… por recuperar a su castaño

 

Esa mañana Camus le trajo una muy buena noticia, Milo le había conseguido el número celular de Seiya, ese número le había valido algunos sobornos al amigo de Camus con el personal de servicio de la casa Hyuga pero se lo consiguieron, Shura emocionado fue a la terraza de las oficinas para tener un poco mas de privacidad y poder hablar con Seiya cuando emocionado marcó su número

 

***

Seiya estaba camino a la consulta con su médico, Seika iba con él en la parte trasera del auto y los dos hermanos charlaban de todo un poco, Seiya estaba ya de 30 semanas y su barriga estaba bastante grande, el médico había dicho que los bebés se estaban desarrollando bien y que todo lucía normal, Seiya estaba tranquilo por ese lado, sus pequeños estaban bien pero él tenía muchas molestias, no podía dormir, tenía la presión alta por lo que su comida no tenía sal y además de eso todo le dolía, el médico le había mandado reposo por eso el castaño salía de su habitación al jardín de la casa y allí pasaba sus días, se había dedicado a escribir lo que lo mantenía ocupado y a Kanon muy contento, los niveles de venta del primer libro de Seiya eran buenísimos y ya se encontraban haciendo la promoción del segundo libro

 

A medio camino mas o menos el teléfono celular de Seiya sonó, al ver la pantalla el castaño no reconoció el número y contestó:

- Aló? – fue una simple palabra… una simple palabra que hizo que el corazón de Shura latiera con fuerza, a las varias semanas había podido escuchar otra vez la voz del amor de su vida, por lo que el pelinegro torpemente respondió

- Seiya… cómo estás? – el castaño al escuchar la voz de su ex se llenó de rabia y colgó el teléfono sin mas, Shura pensó que la llamada se cortó o algo e intentó hablar nuevamente pero no obtuvo respuesta, ahí fue que la realidad le cayó con todo el peso al abogado, Seiya no quería ni hablar por teléfono con él, pero eso no iba a impedir que lo intentara

 

Seiya había puesto su teléfono en vibración para ya no escuchar como timbraba, Shura era en verdad insistente cuando se lo proponía y esa mañana mientras había estado en el hospital lo había llamado no menos de 20 veces, el castaño le había encargado su teléfono a Seika para ni verlo pero la muchacha si lo sentía vibrar, vaya… este abogado si tenía sus métodos, cómo consiguió el teléfono de Seiya???, agallas tenía para llamarlo pero en todo caso tenía un punto, él pensaba que Seiya había perdido a los bebés, tal vez si lo amaba después de todo pensaba Seika

 

El castaño miró emocionado el ultrasonido en 3D que le hicieron de sus bebés y estaba acostado en la camilla del consultorio del médico esperando a que el galeno volviera con otros resultados de las pruebas de sangre que se había hecho, Seika estaba con él pero la muchacha al ir al baño le encargó su cartera a su hermano y ahí el castaño sintió que su teléfono vibraba otra vez, lo sacó y vio que era el mismo número que le había dejado 15 mensajes de voz y tenía mas de 20 llamadas perdidas, Shura iba a seguir llamándolo así que Seiya pensó que sería mejor hablar con él para que le deje de molestar

- Shura… - el tono de Seiya era mas bien seco pero eso no impidió el cúmulo de emociones que se le vinieron al pelinegro al escuchar a Seiya nuevamente, la verdad Shura ni siquiera tenía en claro lo que le iba a decir a Seiya, solo sabía que tenía que hablar con él

- No me cuelgues por favor, yo solo quiero saber como estás – se notaba el nerviosismo en la voz del abogado, Seiya suspiró y acarició su pancita, fue muy cruel lo que había hecho al negarle sus hijos a Shura pero en esos momentos el castaño sentía que tenía justificación, ahora… ya no estaba tan seguro, sea como sea los bebés eran de Shura también

- Estoy… estoy que ya es bastante, pasó algo?, para qué me llamas?, ya no hay nada que te ate a mi, qué quieres ahora? – Shura cerró los ojos y respiró profundamente antes de responder:

- Seiya yo… necesitaba saber de ti, saber como estabas, yo… no he estado bien estos días, te extraño como no tienes una idea… - a Shura lo que mas le dolía era la indiferencia que Seiya le mostraba, la ira con la que le hablaba, eso era lo que le estaba matando, no podía olvidar la mirada vacía que tenía el castaño en sus ojos la última vez que lo vio y eso era lo que lo tenía tan mal, la pérdida de sus pequeños era lo que lo había consumido notoriamente, y ahora al hablar estaba intentando que no se le quiebre la voz, quería sonar fuerte pero no lo estaba logrando

- Te hago falta… en serio Shura?, no me digas que estas semanas en las que yo he estado acá no has visto a tu amante? – Seiya no lo pudo evitar, los celos le ganaban, el solo pensar que el hombre que amaba lo había engañado le partía el corazón sin contar que fue un golpe muy bajo para su orgullo

- Seiya… por favor…

- No me digas que no ha ido ese… a consolarte?, no te ha hecho compañía?, no lo has llevado a mi cama para revolcarte con él? – las palabras llenas de veneno salían de la garganta del castaño y pasaban como fuego, él sabía que con ellas lastimaba a Shura pero eso era lo que quería, que lo sienta…

- Seiya por dios… ya… ya no mas… no te llamé para hablar de eso, he llamado para saber de ti, lo demás no importa, yo se y estoy consciente de mis errores, yo se que te fallé, yo lo se todo y no voy a seguir mintiéndote, siempre estaré en deuda contigo por esto pero ya no mas mi amor, ya no mas, yo… acabé las cosas con Shaka, ya no lo veré nunca mas, yo solo te amo a ti, solo veo futuro contigo, si pudiera regresar el tiempo y arreglar lo que destruí lo haría pero no puedo, dónde estás Seiya? – Shura estaba furioso consigo mismo y con la vida por todo lo que le estaba pasando, quería recuperar a Seiya y se merecía sus duras palabras pero esto no lo podían hablar por teléfono, Shura quería verlo

- Y ni siquiera lo niegas… ni siquiera lo niegas… ya no me llames mas Shura, ya no quiero seguir hablando contigo, me hace daño solo el pensar en ti mucho mas el escucharte… - Seiya iba a colgar el teléfono en ese punto pero se quedó callado porque el médico entró mirando los exámenes que tenía en las manos, y dijo en voz alta sin percatarse de las señas que el castaño le estaba haciendo para que no hable

- Seiya dónde estás?, yo solo quiero… - Shura iba  seguir hablando pero se quedó callado cuando escuchó algo que le heló la sangre, una voz extraña dijo:

- Tus exámenes están bien pero necesitamos que sus pulmones maduren así que vas a tener que estar quitecito las semanas que faltan para que tus bebés tengan  las mejores posibilidades de sobrevivir, pero el cuadro pinta bien – el médico se quedó callado en ese punto cuando miró a Seiya que había tapado el teléfono con la mano pero escuchó el grito de Shura al otro lado de la línea

- Seiya!!!!, Seiya!!!!

- No creo que te importe en donde estoy, solo espero que hayas tenido la decencia de no quemar mis cosas, pronto iré por ellas o enviaré a alguien para que las recoja, espero que esta vez si se las des a Ángelo, suerte con tu amante Shura y por favor no vuelvas a llamarme nunca mas – Seiya no esperó nada y haciendo caso omiso a los gritos de Shura en el teléfono cortó la comunicación, rayos… Shura seguramente escuchó la voz del médico y le descubrió la mentira

 

En la terracita de las oficinas legales un desesperado abogado se paseaba de un lado a otro tratando de llamar nuevamente al castaño que le había colgado, Shura juraba que escuchó algo con respecto a sus pequeños y no estaba loco, su ser sintió una descarga de electricidad que lo emocionó y a la vez le puso los pelos de punta, volvió a llamar a Seiya una y otra vez pero el castaño no le respondió, esto lo terminó de desesperara aún mas, lo que Shura quería hacer era salir inmediatamente para Francia para poder comprobar si lo que estaba pensando era cierto

- Mis hijos… - El abogado no pudo evitar sino sonreír y sus ojos brillaron como no lo habían hecho en semanas, si esto era cierto, si sus hijos aún estaban en camino no se daría por vencido y recuperaría a Seiya, cueste lo que cueste

 

Seiya estaba preocupado, Shura le había llamado incesantemente luego de que le colgó el teléfono, esto no era bueno, si el pelinegro se presentaba en su puerta no sabría que hacer, en el camino a casa de su padre el castaño estaba muy callado, su hermana le intentaba hacer conversación pero Seiya estaba perdido en sus pensamientos… ojalá Shura no lo haya oído, lo último que quería Seiya era que Shura regresara a su lado o fuera a buscarlo solo por sus niños, eso… él no lo iba a aceptar

 

Shura habló con Camus para irse a Francia lo antes posible, por Milo tenía la dirección de la casa en la que Seiya se estaba quedando, Milo había dicho que había intentado toda la semana verlo pero que Seiya o no salía de la casa o no estaba ahí, eso no era bueno pensaba Shura, tal vez Seiya al pensar que lo buscaría se fue a otro lugar, pero de cualquier manera tenía que ir a comprobarlo, Camus lo retuvo en Londres por casi dos semanas, habían algunos asuntos pendientes que no podían quedar a medias y Shura se vio obligado a dejarlo todo resuelto antes de tomar el primer avión que pudo y llegar a Paris

 

Milo, el amigo de Camus lo recibió en el aeropuerto y lo llevó a su casa, Camus lo había descrito muy bien, era un hombre alto, atlético, de cabellos azules algo largos y ojos del mismo color, muy atractivo y de fácil sonrisa, a Shura le cayó muy bien Milo y le agradecía en el alma que le diera cabida en su casa, como llegaron en la noche a la mañana siguiente irían a la casa de Seiya y así lo hicieron pero no tuvieron éxito en su misión, Seiya o en verdad no estaba en casa o se lo estaban negando

- Y ahora que hacemos? – preguntó Milo subiéndose de nuevo al auto, Shura no estaba seguro pero pensó que si Seiya estaba de encargo tendría que ir al hospital en algún punto y preguntó:

- Cuál es el mejor hospital?, si la familia de Seiya tiene dinero… Seiya debe estarse atendiendo en el mejor hospital o la mejor clínica no?

- Pues si, pero eso es incierto, hay muchos hospitales cercanos – explicó Milo señalando algunos puntos en el mapa de la ciudad que le había conseguido a Shura

- Es lo único que tenemos, llévame al mas cercano por favor, ya veremos que hacer

 

Shura pasó una semana entera de hospital en hospital preguntando por Seiya Hyuga pero no había podido dar con él, en ninguna parte le daban información al no ser familiar, el pelinegro estaba entrando en desesperación, esto estaba resultando mas difícil de lo que pensó, eso de estar en un país extraño sin ninguna amistad que le pudiera ayudar era por demás frustrante… Shura no podía hacer mas que pasearse por los hospitales cigarrillo en mano esperando ver a Seiya pero el abogado sabía que las posibilidades de ello eran algo remotas

 

Los días pasaron con relativa calma, Shura llamaba a Seiya pero el castaño ya no había contestado el teléfono, todo esto lo tenía intranquilo pero necesitaba calmarse, el médico había dicho que no emociones fuertes, no disgustos y sobre todo paz y tranquilidad, pero como lo iba a conseguir si Shura seguía presente en su vida?, y mas que todo, las cosas aún no se definían??, todo esto era muy duro, el escritor había pensado en volver a Londres, el médico le había dicho que había una muy buena posibilidad de que al tener mellizos el parto se le adelantara, Seiya estaba asustado por esto pero Seika hacía todo para calmarlo el problema es que la muchacha no estaba teniendo éxito y con cada día que pasaba Seiya se sentía peor así que una de esas mañanas decidió que lo mejor sería llevarlo al hospital, el castaño estaba presentando dificultades para respirar

 

El médico había revisado al castaño y estaba un poco preocupado, su presión continuaba alta y no lo podían medicar, no quería retenerlo en el hospital porque las veces anteriores que lo habían intentado Seiya se ponía peor, aurita el castaño estaba de 34 semanas lo que permitía que los niños de nacer tengan buenas posibilidades al salir pero de cualquier manera por su propio bienestar había que retrasar el parto lo mas posible

 

El chequeo pasó sin pena ni gloria y ahora Seiya era llevado en silla de ruedas por los pasillos del hospital hacia la salida, Seika lo dejó en la entrada hasta traer el auto y Seiya estaba con los ojos cerrados disfrutando del sol de la mañana, fueron solo un par de minutos hasta que Seika llegó, se bajó del auto y lo rodeó para ayudar a Seiya a ponerse de pie, el castaño lo hizo con dificultad y luego muy despacio bajó las pocas escaleras que habían y entró al auto ayudado de su  hermana, el viaje a casa no era largo y a Seiya le gustaba ir con la ventana bajada para disfrutar de la brisa, su hermana manejaba el auto bastante despacio y con todo y eso no se percataron de que alguien los vio salir del hospital y ahora los seguía…

 

Shura estaba de pie como todas las mañanas apoyado en uno de los árboles de un pequeño parquecito frente al hospital mas grande de Paris, el pelinegro estaba fumándose un cigarrillo y se atoró feísimo cuando lo vio salir en silla de ruedas, Shura creyó estar loco pero no era así, un conjunto de emociones inundaron su ser, una especie de alegría por descubrir lo que era falsedad al ver el abultado vientre de Seiya y por otra parte sentía desesperación y ansia porque ahora que lo había encontrado no lo dejaría ir tan fácilmente

 

Shura se subió inmediatamente al deportivo que había alquilado esa mañana para poder seguirle el rastro con sigilo, llamó a su camarada para disculparse porque había quedado de recoger a Milo a mediodía pero como estaban las cosas ya no lo haría y se enrumbó tras Seiya decidido a todo

 

Pudo ver a Seiya... lo vio... su corazón latía con fuerza y los nervios estaban matándole, pero debía manejar despacio en lo posible sino chocaría como otras veces lo había hecho con su auto anterior por distraído debido a los problemas que cargaba en su conciencia, luego de un corto trecho aquel auto se detuvo por lo que Shura se decidió a parquearse un poco mas adelante pero aún no se hizo visible ante ellos y se quedó en el auto mientras vio como Seiya era ayudado a incorporarse por su hermana para entrar a la casona y ahí pudo ver su vientre sin posibilidad a equivocaciones, en esos momentos rió para si mismo... sus hijos no estaban muertos pero... a tanto llegaba el rencor de Seiya para haberle mentido de esa manera???, tal vez si… pero ahora no era momento para hablar de eso, estaban por entrar en aquella casa, era ahora o nunca por lo que se bajó del auto y sin más gritó el nombre de su amado, del padre de sus hijos…: - ¡Seiya! - en su mirada se notaba las ansias, la felicidad, el dolor, el reproche de la mentira y muchos sentimientos encontrados en ese instante

 

Seiya estaba de pie apoyado en el auto de su hermana, le faltó la respiración por un segundo y estaba con los ojos cerrados tratando de calmar su corazón cuando escuchó un grito que le heló la sangre, al voltearse vio a Shura, de haber podido correr hubiera corrido, lo que menos quería era verlo y menos ahora que el pelinegro lo miraba intensamente, Seiya abrazó su vientre y se volteó, ayudado por su hermana empezó a caminar hacia la casa

 

Shura se sintió desvanecer cuando vio a Seiya retirarse sin mirarlo siquiera, el pelinegro intentó calmarse pero sus ansias le ganaban así que fue hasta el joven castaño y le cogió del brazo evitando que se fuera, Seiya permanecía con el rostro en sentido contrario, no se atrevía a mirarlo, Seika intento detenerlo, pero Shura solo le instó a que se fuera

- Esto nos concierne a ambos... perdona… -  dijo con la mirada intensa en la muchacha que arqueó una ceja y solo miró a su hermano antes de hacer nada, Shura no optaba por soltarlo seguía firme esperando a que Seiya pudiese darle el rostro...

- Suéltame, no te atrevas a volver a tocarme Shura, qué diablos haces aquí? – Seiya se había resistido a ver a la cara a Shura pero lo pensó mejor, y ahora lleno de determinación lo enfrentó y se soltó del agarre de su brazo, su expresión era dura a pesar de sentirse débil, al castaño le temblaban las piernas y necesitaba sentarse pero no quería dejar entrar a Shura a la casa y menos ahora que se le cayó el teatrito y el abogado ya sabía de su mentira

- No te voy a soltar… por qué?, por qué me mentiste así? – Shura no pudo evitar los reclamos y tomó al castaño de ambos hombros y lo zarandeaba, no le estaba haciendo daño solo quería respuestas pero claro eso no fue lo que le pareció a un hombre alto de cabellos azules cortos que venía llegando a la ciudad y tenía un bolso en la mano, aquel hombre estaba recorriendo las calles de aquel barrio de Paris buscando sus recuerdos cuando vio aquella escena que le llegó al alma, y no pudo mas que intervenir, soltó su bolso junto al auto de Seika y sin pensar dos veces agarró del hombro al sujeto de cabellos negros y lo volteó con fuerza diciendo:

- Qué no ha oído?, ha dicho que lo suelte

- Lárgate muchacho que esto no te concierne – dijo Shura empujando al muchacho peliazul con la obvia intención de volver a tomar a Seiya de los hombros pero aquel joven lo volvió a voltear jalándolo del hombro y diciendo:

- Qué acaso no ve su estado?, cree que está bien tratar así a alguien que está esperando? – el extraño miró a Shura de arriba hacia abajo para finalmente ladear la cabeza y sonreír ligeramente al decir: - Un viejo como usted debería  estar en otros ambientes mas acordes a su edad, no lo cree? – Shura se soltó inmediatamente, este era el peor momento para que un desconocido venga a buscarle problemas, solo esto era lo que le faltaba… así que le dijo en tono molesto:

- Mira… no quiero peleas chiquillo, estás buscando lo que no se te ha perdido, así que sigue tu camino y déjanos en paz

 

Seiya no había dicho nada aún, no podía despegar su mirada de aquel que había interferido a su favor y solo intercambió miradas con Seika, pero un dolor le vino de repente y el castaño no pudo hacer mas que sujetar su pancita y dar un paso hacia atrás buscando estabilidad, el extraño se adelantó y lo sostuvo en sus brazos

- Estás bien cosa linda? – susurró el peliazul, su expresión denotaba preocupación y ternura, Seiya solo asintió y apretó su mano al decir dirigiéndose a Shura:

- Vete Shura, no puedo hablar contigo ahora, necesito recostarme y el médico me mandó reposo, tu solo me alteras, vete por favor – Seiya se había puesto pálido y aunque estaba haciendo sus mejores esfuerzos por mostrarse decidido y terminante las fuerzas le estaban fallando por lo que le susurró al extraño: - Me ayudas? – el peliazul sonrió y sin soltar a Seiya se posicionó delante de él y enfrentó nuevamente a aquel hombre de cabellos negros al decir:

- Mira… Shura, no quiero peleas, acabo de llegar a la ciudad y tan solo quiero descansar, así que por qué no nos evitas un mal rato a todos y mejor no te largas? – el tono del peliazul era terminante y el pelinegro se quedó de pie sin moverse porque vio a Seika que salió de la casa con dos muchachos que debían trabajar allí, la joven señaló el bolso del extraño que estaba en la acera y abrió las puertas para que Seiya pasara, el castaño se sujetó del brazo de aquel peliazul que le preguntó: - Seguro que estás bien?

- Si pollito estoy bien… - la respuesta de Seiya fue automática, no lo pensó y simplemente lo dijo, cuando reaccionó a sus palabras miró a Shura que abrió mucho los ojos sin entender del todo lo que estaba pasando, ese extraño conocía a Seiya???

- No sería mejor ir al hospital para que te revisen, no quiero que te suceda nada malo cosa linda – el peliazul sonrió al escuchar a Seiya llamarle pollito, nadie mas lo hacía, Seiya lo había bautizado hace mucho tiempo con ese sobrenombre y no pudo evitar el acercarse un poquito y besar su frente mientras lo ayudaba a caminar

- Quién rayos eres tu? – Shura no lo pudo aguantar, el hecho de que Seiya le diera la espalda de esa manera y se fuera con aquel… le había llegado al alma y al orgullo al peliazul que lanzó la pregunta al aire porque nadie lo estaba tomando en cuenta, pero fue el peliazul el que se volteó y respondió con tono sereno:

- Ikky… mi nombre es Ikky, supongo que no necesito presentación… 

 

 

Notas finales:

Chan Chan Chan... Ikky ya llegó!!!!!!!!!!!!!!!!!! y ahora? qué va a hacer Shura?, cómo reaccionará la familia de Sieya?, que hará Seiya?

Seiya no podía mantener la mentira mucho mas tiempo, no era justo para Shura porque sea como sea los mellizos son sus hijos

Todo eso y mas es en el proximo capitulo, muchas gracias por leer y nos vemos pronto con el capitulo nuevo, saludos, bye


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