TU INFAME ENGAÑO
24 HORAS PARA ENCONTRARTE.
HXD
Duo caminaba por los extenso pasillos del mercado, sus manos se encontraban metidos dentro de los bolsillos de ese pantalón de mezclilla negro, su mirada se perdía entre tanta genta que pasaba a un lado de el con tanta prisa “demasiada monotonía” pensaba para si mismo, a un lograba adaptarse a todo aquel lugar, a todas aquellas hermosas mujeres atosigadoras y asfixiantes, como todas las mañanas salía a caminar a aprovechada cada segundo de su estancia logrando procesar cada uno de los acontecimientos que se presentaran en el pasar de los días y pronto el rugir feroz de su estómago lanzo señales alarmantes de comer cada parte de su intestino su recibía sagrados alimentos en ese bello cuerpo, de su pantalón saco su cartera conto dólar por dólar inteligentemente administro el poco dinero que traía consigo y se dirigió a buscar un local sin ver que muy cerca de el sus pasos eran seguidos cuidadosamente desde el salir de su casa hasta ese punto crítico donde el podría jurar que moriría si no era alimentado, no tardó mucho en ser iluminado encontrando un restaurant bufete donde comería todo aquello que le pusieran enfrente ante una cómodo y accesible presupuesto no podía negar que el lugar era realmente hermoso y elegante sus amatistas ojos buscaron un lugar apartado
Bienvenida –hablo un joven de origen oriental bastante peculiar dejando en el joven trenzudo un menú llamativo dejándole por unos segundos para observar y decidir su orden-
Tan concentrado en su pedido estaba que no noto aquella fura frente a el –d..disculpe s..señorita –susurro bastante apenado un chico acomodando sus anteojos-
“Señorita”-dentro de su pensamiento bufo, si por cada vez que le confundieran con una dama le dieran un dólar, hoy en ese instante el seria el hombre más rico de esa colonia, enarco una ceja y al ver al joven no pudo evitar más que soltar una pequeña sonrisa- perdona… pero no soy una dama –susurro al ver el manojo de nervios que el chico era en ese momento-
Definitivamente más rojo no podía estar, aquel joven no supo si salir corriendo o rogar porque la tierra se lo tragara en ese instante – y..yo l.. lo siento mucho, es solo que usted realmente es muy guapa..guapo –termino por corregir a lo que Duo solo mantenía una sonrisa-
No te preocupes, agradezco tu valentía ya estoy acostumbrado a que me confunda…- no termino de decir nada porque aquel joven más rojo que nunca salió corriendo- que tipo más extraño…-desde la mesa al lado un teléfono insistentemente empezó a sonar, por más que volteaba a todos lados nadie se dignaba a coger ese celular, más altera que nunca y lleno de curiosidad tomo el teléfono entre sus manos el cual seguía sonando insistentemente, logro desbloquearlo y lo llevo a su oreja- “Escucha… no hay mucho tiempo Duo Maxwell tienes aproximadamente 24 horas para dar señales de vida, una vez cortada la llamada recibirás en un mensaje la direcciona la cual tienes que ir
Esto no es una broma Maxwell… tu decide esta por juego tu vida… así que corre el tiempo” –y como si fuese magia una vez terminada la llamada un sonido aviso un mensaje nuevo-
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Retirado del lugar en un enorme edificio un pequeño rubio terminaba por guardar su celular mientras su vista se posaba sobre aquella enorme ventana de cristal dejando escapar un gran suspiro que fue cortado por unos brazos que le rodeaban de forma dulce atrayéndole hacia el
Crees que el realmente venga? –Pregunto el moreno alto buscando los labios de su joven amante-
No lo sé y si lo hace me matara –susurro con una pequeña sonrisa terminar por corresponder al beso tierno de su pareja-
Te amo Quatre –termino por separarse del pequeño rubio quien solo termino por darle una de sus mejores sonrisas- bueno pasare más tarde a un hay muchas cajas que bajar
Si, está bien –termino por robarle un tierno beso al ver que se marchaba-
Ejem.. tortolitos hay trabajo que hacer –paso una chica bastante alegre dejando una pequeña caja en lo que pronto seria la oficina de Quatre R. Winner-
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A un seguía realmente pasmado… no… a un en shock no sabía en qué momento había tomado un autobús, a un buscaba lógica de como aquel celular llego ahí, no… a un buscaba logia de porque esa voz le era tan familiar y porque sabía su nombre y sobre todo… que él estaría ahí, la idea de ser secuestrado por tercera vez era desechada sabiendo de antemano que él podría defenderse y salir plenamente a salvo y con un enorme suspiro al ver el enorme edificio se decidió por entrar “un día… esta curiosidad realmente terminara matándome”
Puedo ayudarle en algo? –pregunto la hermosa mujer frente a él acomodando unos documentos en cajas su largo cabello atado en una coleta y ese uniforme que le hacia pensar que era una secretaria –
Bueno… sonara algo loco pero alguien llamo a un celular y me dieron esta dirección –termino por decir a lo que la mirada verde parpadeo un poco tratando de buscar un rastro de mentira recordando al pequeño rubio haciendo una llamada-
Pase por aquí por favor le deben estar esperando – la joven guio a Duo por el elevador hasta el quinto piso dejándole frente a unas enormes puertas- que pase un bien día –termino por sonreír amablemente terminando de retirarse-
Realmente lo pensó varias veces antes de tocar con sus manos esas manijas la idea clara de salir corriendo paso dos veces por su brillante mente, trago duro y termino por empujar las enormes puertas de madera la luz dio directo a sus ojos cerrándolos un poco notando el enorme lugar vacío y frente a el una figura borrosa que con forme se acostumbraba a la directa luz se hacía cada vez más clara
Hola Duo –susurro bajito el rubio llenando sus ojos aqua de lágrimas saltando hacia el chico frente a el aferrándosele – tanto tiempo te extrañe!!! Y tu que no dabas señales de vida
- aun en estado de shock trato de descifrar todo aquello no fue hasta que las lágrimas de Quatre mojaron su hombro para corresponder al abrazo- y..yo también te extrañe Q chan!!! Eres un maldito demente amigo pero te extrañe!! –hizo un pequeño puchero al recordar aquella llamada que seguramente más adelante podría comprender mejor- pero como…
-no termino de hablar cuando una figura conocida por ambos les interrumpió recargado en el marco de una de las puertas- puso informes sobre ti por todos lados ya sabes… sus contactos… como fiel acosador te siguió todo fría mente calculado por un ángel del mal
Trowa!! – Duo termino por abalanzarse a Trowa dejando al rubio a un limpiando aquellas lagrimas- los extrañe tanto a los dos!! Y esa llamada me dejo tan lleno de dudas que la curiosidad termino por atraerme aquí
Duo… solo estaremos poco tiempo solo tenemos 24 horas para hablar y si que lo necesitamos pero venga vamos a casa – Quatre no dejo terminar de hablar a Duo y emocionadamente termino por arrastrarlo hacia su coche para literalmente secuestrarlo-
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En aquellas calles solitarias y oscuras por la hora un hombre cubierto por una gabardina larga y negra miraba insistentemente el reloj de pulso empezaba a desesperarse su semblante lo decía al golpear con el pie de forma suave el suelo, un taconar de zapatillas y un camino muy femenino se posó sobre su vista baja subiendo de forma lenta su mirada escaneando a la mujer la oscuridad no dejaba ver bien su rostro pero no le importaba su objetivo estaba en esa mano blanca, un maletín de cuero negro, retiro el cigarrillo de sus labios y piso dos veces con el pie
Hasta que apareces, pensé que no vendrías –su vista no se alejaba de ese maletín- lo traes?
Puedes contarlo si gustas –termino por darle el maletín a aquel hombre-
Confiare en ti –
Idiota –susurro viendo como aquel hombre se retiraba alejándose ella también quitándose aquella peluca larga negra a un bote de basura limpiando con un paño el maquillaje recargado sobre su blanco rostro- ha… cuando se den cuenta ya no estaré en este maldito lugar
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Esa noche parecía nunca terminar se habían aclarado mal entendidos en la mesa, Quatre lloro de nuevo el recuerdo de la partida de Duo y rio ante su locura de buscarlo como persona extraviada ya era bastante tarde la cena transcurría normal… si bien tan solo tenían café en sus manos su charla era bastante amena y seria
Duo tu sabes que siempre nos consideramos como parte de una familia los tres, eres como un hermano para Trowa y para mí –sus ojos a un mostraban una profunda tristeza llena de resignación –
Trowa solo podía tomar su café en silencio escuchando lo que su rubio tenia para decirle a su amigo trenzudo – me pondré celoso de ti Duo mira que Quatre seguro te elegiría primero que a mi –bromeo-
Trowa! No seas malo – regaño Quatre mientras dejaba su taza de porcelana después de un pequeño trago- El día de hoy fue perfecto – vio las fotografías que se tomaron, la ropa que compraron, junto con alguno que otro detalle que guardarían como recuerdos-
Realmente no quiero que se vayan –termino por hablar el trenzudo-
No será por mucho tiempo, veras ahora estamos por independizarnos de mi padre, y abriremos nuestra propia compañía – los ojos de Quatre se iluminaron junto con la mirada amatista- a un a distancia existen las cartas – Quatre se aferraba ahora a Duo quien fue salvado por Trowa-
Duo… -hizo una pausa- Wufei… no se quedara sin hacer nada –pudo ver el semblante serio y la tención en su amigo- Estoy seguro que tarde o temprano el dará contigo pero tu eres el único que sabe lo que hace yo solo quiero verte feliz…- todo aquel lugar quedo en completo silencio-
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MALDITA SEAS RELENA!!!! ESTUPIDO INCOMPETENTE!!! TE ENGAÑO!!! –su cabello largo y rubio le cubría el rostro sus manos sostenían el cuello de aquel hombre que horas antes obtuviera el maletín lleno de papeles en blanco en sus manos- COMO MIERDA DEJASTE QUE TE ENGAÑARA IDIOTA!!!
y..yo l..lo siento n..no v..volvera a pasar –el aire empezaba a faltarle apretaba sus ojos por el dolor a que aquellas manos que ejercían presión sobre su cuello-
claro que no volverá a pasar –termino por lánzalo al suelo- de eso me encargo yo – susurro para alejarse de aquel hombre dándole la espalda- mátenlo y desaparezcan su cuerpo –dio por terminada la orden seguida de dos hombres arrastrando aquel cuerpo que dio guerra hasta desaparecer- termino sentarse sobre aquella silla de cuero negra mientras tomaba sobre una de sus manos mirando una daga que observaba con algo de locura- y a esa perra… búsquenla y acaben con ella –termino por enterrar aquella daga e el escritorio-
si señor – terminaron por asentir para retirarse de ese despacho a cumplir una orden-
Nadie…Nadie se burla de un Catalonia –bufo una pequeña sonrisa llena de algo que nadie podría descifrar-