Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Only For Love... por Death Lust

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí el segundo capítulo, para un buen inicio de año :)

Capítulo II. "Decisiones y Escape"

Deidara estaba acostado boca abajo, aún sin poder sacar aquello que había hecho con Itachi, aunque éste no lo recordara, o al menos eso parecía.

Se levantó con un poco de dificultad, pues aún su trasero estaba algo resentido por el dolor, aunque hubiese pasado más de una semana. Quedó sentado sobre su cadera, empezando a divagar en sus pensamientos.

Lo primero que cruzó su mente como un rayo que cruza el cielo tormentoso, fue la posibilidad de quedar embarazado. Aunque era una idea muy bella, no era lo indicado en ese momento, y menos siendo miembro de Akatsuki, no sabía lo que podía llegar a pasar si descubrían que esperaba un hijo.

Apenas había pasado una semana y media, por lo que aún no podía saber si estaba en estado o no. Necesitaba esperar una dos o tres semanas más para poder saber si se había embarazado.

Pasó una mano por su estómago, dejándose caer en el colchón, estirando su cuerpo con pereza. Vaya que sería hermoso tener un hijo de la persona a la que más amas.

De un momento a otro, su sonrisa fue borrada al recordar que, si su embarazo resultaba positivo, tendría que escapar de Akatsuki, lo cual sería considerado traición. Tenía que pensar en algo si de verdad estaba embarazado.

Podría escapar hacia la aldea de Flores donde le acogerían perfectamente y sin ningún problema, incluso estaba la posibilidad de quedarse con Ayame. Era muy poco probable que lo buscaran allí.

 

Pasó otra semana de pensar en si estaba o no embarazado. No tenía nada qué hacer, de nuevo, aunque en parte agradecía, ya que no sabía cómo o qué haría con ese dolor de espalda que se tenía.

No había comido nada desde la mañana, y ya su estómago le pedía comida, por lo que, como puedo, se levantó a buscar algo para llenar el agujero negro que se empezaba a formar en su panza vacía.

Cuando llegó a la cocina, se encontró con Itachi, quien estaba comiendo un emparedado, recostado en uno de los muebles de la cocina. Sin poder evitarlo, se sonrosó ligeramente, recordando lo que había hecho hace más de dos semanas, y de que sólo faltaba una semana para poder confirmar su estado de embarazo.

 

Pasó otra semana. Por fin podría confirmar si sus sospechas eran ciertas. Acumuló un poco de chakra en la punta de sus dedos, colocándolos en su vientre, por encima del ombligo. Una pequeña marca roja empezó a aparecer en la piel de su panza, justo donde estaban sus dedos, confirmando lo que esperaba: estaba embarazado.

––No, no, no ––dijo, poniendo ambas manos en su cara––. Esto no…

 

Itachi, quien curiosamente pasaba por allí, pudo oír los lamentos de Deidara, y decidió oír a ver qué pasaba.

–– ¿Por qué a mí? ––lo oyó sollozar––. Embarazado… y de Itachi…

¿Había oído bien? ¿Deidara estaba embarazado? ¿Y de él? Pero eso era imposible, en ningún momento se acostó con Deidara, sólo en un sueño que tuvo hace semanas… ¿O no había sido un sueño? Eso significaba que… ¡Se había acostado con Deidara! ¡Y para rematarlo, lo había embarazado! No podía sentirse peor. Tenía que hacer algo para tener a salvo a su hijo.

Entró a la habitación de Deidara sin pensarlo dos veces, mirando al rubio acostado de espalda en la cama.

–– ¿Qué quieres, Uchiha? ––preguntó, sin muchos ánimos, rogando porque el pelinegro no hubiese escuchado nada de lo que dijo; sin embargo, ¿por cuál otra razón entraría de esa manera a su cuarto?

Itachi no respondió. Cerró la puerta con llave, y se acercó a Deidara.

––Si no quieres nada, Uchiha ––se incorporó, mirando directamente a los ojos negros del mayor–, sal de mi cuarto y déjame en paz.

–– ¿Es cierto eso que escuché? ––preguntó, una vez estuvo lo bastante cerca del rubio como para sentir su respiración.

––Depende de lo que escuchaste ––respondió, alejando su rostro del de Itachi.

–– ¿Estás embarazado?

––Eso no te importa ––frunció el seño, sintiendo las lágrimas escocer sus ojos––. ¿Desde cuándo te preocupas por lo que me pase?

––Desde que sé que el niño que estás gestando en mío.

Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Itachi lo sabía, y no había vuelta atrás, tenían que escapar.

––Ahora que sabes eso ––empezó Deidara, tirándose en la cama––, creo que debes saber que debemos escapar.

––No soy tonto ––dijo por respuesta––. Sé que debemos irnos, o te matarán junto a mi hijo.

––Debemos escapar cuanto antes, entre antes nos vayamos mejor ––miró al pelinegro––. Yo ya había trazado un pequeño plan para escapar a la montaña que quedaba cerca de la aldea de la Flores.

––Eso queda a dos días de aquí ––dijo, pensativo––. Más bien serían tres ––se corrigió––. En estado de embarazo no podrás viajar tan rápido como antes.

––Cierto ––le dio la razón––. ¿Cuándo no iremos?

––Ten todo listo para ésta noche.

 

Deidara estuvo inquieto toda la tarde. No sabía si esto resultaría bien, pero escapar era mejor que morir.

 Revisó que tuviera todo para un viaje de tres o cuatro días, dependiendo de cómo estaría su cuerpo. Se alegraba de que los típicos síntomas del embarazo no se presentaran hasta que tuviera los dos meses. Tal vez tendría uno que otro mareo, y un excesivo cansancio, pero nada más, sólo eso.

–– ¿Estás listo? ––preguntó Itachi, entrando a la habitación del rubio. Éste estaba sentado en la cama, y su cabello suelto caía en su espalda.

––Más listo que nunca… ––asintió, mirando al suelo.

––Vámonos.

Lograron salir de la base sin mucho problema. A esa hora costaba mucho encontrar a alguien rondando por los pasillos, por lo que no tuvieron problema alguno en salir e irse en un extremo silencio.

 

El sol empezaba a aparecer en el cielo, sustituyendo a la luna que sólo hacía unos minutos estuvo en lo alto del cielo.

Deidara e Itachi seguían su camino hacia las montañas de la aldea de Flores sin ningún problema hasta ahora, excepto el pequeño cansancio del rubio.

–– ¿Puedes seguir, Deidara? ––preguntó Itachi por enésima vez, mirando al rubio que hacía su mejor esfuerzo por seguir en pie y caminar.

Ésta vez, Itachi no recibió un "¡Claro que sí, idiota! ¡Deja de preguntarme!" y un golpe en su cabeza. Deidara se desplomó en ese mismo momento, siendo atrapado por el pelinegro.

––Tendré que cargarlo ––lo alzó en brazos, y empezó a adentrarse más en el espeso bosque.

 

––Estás bromeando, ¿verdad? ––preguntó Konan, mirando a todos los presentes, aún sin creerse lo que había oído––. ¿Saben que Pain los va matar?

––Sólo debemos buscarlos ––dijo Kisame.

––Cómo si fuera tan sencillo ––volvió a hablar Konan––. Tú mismo sabes el calvario que es buscar a Itachi.

––Si es tan difícil como dices ––habló Kakuzu––, empecemos la búsqueda desde ahora.

––Creo que es lo más conveniente ––la peliazul le dio la razón––. Empezaremos a buscar ésta misma tarde. ¿Me oyeron? ––preguntó, mirándolos a todos con su típica frialdad––. Me retiro, entonces ––dijo, dando media vuelta y yéndose por donde llegó.

 

Itachi encontró un árbol bastante grueso, el cual sus raíces daban un pequeño refugio debajo de él. Puso a Deidara debajo del árbol, dedicándose él a cuidar que no hubiera peligro a los alrededores.

Estaba más que atento, sabía que para ahora, el resto ya se debió haber dado cuenta de su falta, y deben de estar buscándolos.

Captó movimiento detrás de sí, justo donde estaba el rubio. Cuando volteó, vio que Deidara ya tenía los ojos abiertos y se había movido de la posición en la que lo había puesto.

–– ¿Te sientes mejor? ––preguntó, agachándose.

––Sí ––asintió, aún medio atontado por el sueño.

––Debemos seguir ––dijo, ayudándolo a salir de allí––, no me fío de éste lugar.

Itachi lo cargó en la espalda, notando lo liviano que era, y empezó a correr a todo lo que daban sus piernas.

Notas finales:

Rhu: Wee-chan se escondió debajo de la cama porque dice que la matarán porque siempre los deja a medias

Keith: Pobesita...

DL: T-T

Los tres: Bye!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).