Capítulo 4: Ruptura
Este día estaba transcurriendo sin absolutamente nada fuera de lo normal, estaba ansioso de que terminaran las clases y ver a Jacob…
Hermione caminaba por el pasillo, llegando junto con Alice, al parecer eran amigas tanto que se sentaban juntas a la hora del almuerzo. En mis pensamientos estaba preocupado, ya que las palabras de Jacob estaban presentes en mí. Alice es parte de los Cullen y la preocupación por ella no faltaba.
Ron no había parado de hablarme en cualquier clase que nos tocara juntos, desde antes de despertar e incluso me mandaba un par de mensajes cada hora; cuando por fin nos reunimos en la cafetería me miro serio, no había dormido bien se le notaba el cansancio en su rostro junto a su cabello despeinado.
- ¿Solo vas a tomar agua? –
- Sabes muy bien que me pasa, todo esto… Hermione está en peligro con esa tipa, esa la esta alejando de mi ¿Cómo me debo de sentir? Dímelo Harry –
- Tranquilo Ron, solo ha sido un par de días… Ayer y hoy… -Su mirada ahora era de molestia, tomo con su mano su vaso de agua bebiéndolo de un solo trago, se levantó y me dejo solo en la mesa. No tengo idea si estos son celos o algo mas –espero solo sean celos- ¿Pero que nos pasaba? Habíamos enfrentado dementores, mortifagos y a Voldemort pero esta situación ere inexplicable, nos habíamos dado por vencidos muy fácilmente.
Algo no me terminaba de gustar de todo esto. Después de las clases, Ron y Hermione se fueron por su lado sin decir nada a los demás; yo estaba esperando en el estacionamiento a Jacob quien no tardó en aparecer en su motocicleta, arregle rápidamente mi cabello que me parecía se había desordenado con el viento, toque mi mejilla esperando no tener tierra o algo por el estilo; me quite los anteojos sacando un pañuelo para limpiarlos. El viento arrastro mas el frio hacia donde me encontraba logrando estremecerme, el clima lograba traspasar mi ropa que no era siempre tan abrigadora.
- Harry, ¿estás bien? – Había dejado su motocicleta a casi 2 metros, lo vi tan cerca de mi aun sin colocarme mis lentes, me dedico una sonrisa y revolvió mi cabello suavemente con su mano impregnándome de su calor sobrehumano. – Tus ojos me encantan –Susurro a mi oído provocando un suculento escalofrió recorrer todo mi cuerpo.
- ¿Ja- Jake? - Su calor me atraía y cuando pude notar, lo tenía entre mis brazos sintiendo su calor, deje de pensar, solo anhelaba seguir con Jake.
- Estas frio. –
- Tu estas caliente… -Me sonroje al darme cuenta de mis palabras.
- Siempre –Soltó una risita.
- ¡Hablo de que tu piel está caliente!-
- Lo se Harry. Sin tus lentes lucen más tus ojos –Lentamente deshicimos el abrazo, me quede estático mirando a Jake a solo unos centímetros de mi.
- Lo siento Harry, no podre llevarte a mi casa. Hay problemas familiares y dudo que terminen pronto –Sonreí un poco y asentí, si eran problemas familiares lo mejor sería que los atendiera.
- No hay problema, ya será en otra ocasión. Nos vemos Jake – Camino hacia su motocicleta no sin antes disculparse por no poder llevarme a casa, pero era muy urgente lo que tenía que hacer. Luego de verlo irse me senté en el asfalto que daba al estacionamiento a unos pasos. Aun sentía su calor por mi cuerpo; solo solté un suspiro, realmente quería ir a su casa, estaba decepcionado pero comprendía ¿Qué más podía hacer?.
La neblina comenzó a descender en Forks, decidí caminar un poco rodeándome de pensamientos sobre Jake. Una semana paso y en aquel corto lapso de tiempo para mi mala suerte no había rastro de mi compañero Black, estaba ansioso de verlo nuevamente, estaba seguro que si eso pasaba no podría contenerme; terminaría por arrojarme a él sin pensarlo.
Capítulo 4: Ruptura HG
Gris, el gris color del día, no. No era un simple tono grisáceo, el color neutro del blanco perforaba como siempre el ambiente; este tipo de días extrañamente brillantes me gustaban, podía recordar Hogwarts, justo en navidad donde solíamos quedarnos Harry, Ron y yo; viéndolos jugar ajedrez, cálidos momentos frente a la chimenea, ¡y claro! Bebiendo cerveza de mantequilla –Sonreí ante los buenos recuerdos-. Observaba los vidrios reflejarme junto al pueblo, entre a la cafetería sentándome en una mesa justo en la esquina pegada a al vidrio; pedí un par de cafés y una rebanada de tarta de zarzamora. Esperaba a Alice, por suerte sabía que no gustaba de comer mucho en público. Estaba ligeramente ansiosa y por fin, la vi entrar por la puerta, el viento parecía seguirla moviendo su cabello.
- Alice, aquí –Le sonreí saludándole desde la mesa. Se acercó sentándose frente a mi y justo en el momento preciso llego el café y mi rebanada de tarta.
- Gracias Hermione, siempre tan atenta – Le dio un pequeño sorbo a su café, solo podía pensar en ¿Cómo sentiría su fría mano aquel extraño calor emanar de la taza de café?.
- No hay de que, somos amigas –Inserte mi tenedor en la tarta llevando aquel bocado a mi boca, me sonroje al ver la sonrisa y mirada de Alice, solo dirigidas a mi.
- Déjame disfrutar este momento, solo déjame verte… Que transcurra este corto tiempo leyéndonos el pensamiento – Aquello me dejo sin palabras y casi sin aliento, Alice intentaba quitarme el aliento de una inusual manera. Pasamos en silencio por un poco más de 15 minutos.
- Hermione tienes que irte, lo lamento tanto, será mejor que no nos volvamos a hablar –Su voz sonaba extraña y no me convencía en lo absoluto; se levantó de la silla yendo a la puerta, dio la vuelta y se apresuró a irse a paso rápido, sin importarme corrí y tome su brazo, apenas solo una semana llevándonos tan bien y repentinamente ella me botaba.
- No. Escúchame… No te dejare ir si no me dices ¿Por qué? –La mire con preocupación y angustia, no me iba a dejar así, por lo menos tenía que decirme lo que pasaba con tan solo una simple explicación lógica que pudiera comprender. Nos quedamos en un murmullo del rozar de los árboles y la densa neblina disipándose a un cuarto de año luz.
- A Jasper no le gustara ¡No voy a exponerte! –Se silenció al decir lo último. Un pequeño sonido de su respiración profunda le dejo terminar – Si me quedo más tiempo contigo, tú y Jasper sufrirán –
- No entiendo… -Había cometido el error de agachar la mirada y al querer devolvérsela ella logro esfumarse sin dejar rastro alguno. Alice una persona que acababa de conocer y lograba de una extraordinaria manera jalarme a su lado; la única Alice de mi vida.
Me dirigí a la carretera, estaba decidida a ir con Alice, ella me debía una explicación y su intento de explicación no era para nada convincente, solo pude observar el cielo completamente empapado de neblina y nubes que ocultaban siempre su fulgor. Harry, lo sentía por él, no podía decirle lo que planeaba dado que desconfiaba de los Cullen incluyendo a Alice.
Camine por la calle no necesitaba mi escoba para sobrevolar e ir en busca de Alice. Magia, magia, bruja, yo era eso y solo existía un motivo por el cual me encontraba aquí ¿Por qué me desviaba? Sin pensarlo me detuve mirando a mi alrededor sintiendo la fría temperatura traspasar mi abrigo.
¡Alice! Estuve apunto de gritar, me impulse de una manera que jamás comprenderé y me lance sin mas al bosque corriendo entre los enredados senderos que yacían dentro de el; solo quería estar sola y pensar, pensar que había estado haciendo todo este tiempo y si Alice era quien realmente yo creía. El viendo comenzó un lento caminar avanzando a cada segundo helándome el rostro y congelando mis pensamientos. Después de un tiempo que no quise contar, llegue a alguna parte del bosque donde las hojas secas cubrían por completo el suelo, sin pensarlo me deje caer sobre ellas inhalando todo el aire fresco despedido de los pinos.
Cerré mis ojos escuchando el murmullo de las hojas.
Una fría presencia.
Su frio tacto.
El gélido y fascinante contacto.
Sus labios sobre los míos.
Alice. <<
Estaba seguro de tres cosas, una Ron estaba celoso, dos él también se preocupaba por Hermione y tres deseaba sentir o por lo menos ver a una persona: Jacob Black.
Ron ya no se había acercado a mi, inclusive estaba distante en nuestra casa. La señora Molly había intentado obtener una respuesta a su conducta y solo logre decirle que estaba alejándose de nosotros desde la aparición de Alice en nuestros lazos. Todo esto me hacía preguntarme ¿Cómo pueden suceder estas cosas?, si nuestro lazo es tan fuerte ¿Por qué en un día se deshilo?.
No odia dejar de observar los arboles moverse por el viento, por mi ventana entro un pequeño copo de nieve cayendo sobre mi mejilla humedeciéndola. Mis pensamientos atravesaban las barreras de mi mente y mis sentimientos atravesaban mi cuerpo, si no les ponía una barrera llegarían hasta Jake.
- Lo mas extraño es que no siento esa sensación de pérdida pero tengo miedo de perderla dado que la quiero – Los leves segundos que pasamos en silencio el sonido ensordecedor de muchas cosas cayendo, sin pensarlo salimos de la habitación bajando las escaleras. Me detuve en seco. Cuadros, sartenes, trastes, utensilios de cocina y de limpieza tirados por todos lados. Ron choco contra mi casi tirándome al suelo.
Juntos caminamos lentamente por la sala, atentos, esperando que él lobo saltara por la ventana; al llegar a la cocina la tensión nos abrumo.
- ¿Mamá?... –Susurro Ron, me acerque a ella preocupado ¡Estaba hincada en el suelo con la mirada al suelo!, murmurando cosas ilegibles.
- No lo se… No se que paso, se fue… se fue… -Alzo la cabeza mirando a Ron quien le tomaba del brazo intentando levantarla.
- No te entiendo, explícame –
- Se fue… se ha ido… -Su vista se desviaba ligeramente hacia la puerta de la alacena donde yacía su varita, solo así comprendí lo que decía.
- Su magia se fue… - Sentía una astilla incrustarse en mi corazón y conciencia, ¡Maldición! Era mi culpa, ¡solo y llanamente mi culpa! Me había desviado del camino. Todos me conocerían siempre como Harry Potter el niño que vivió, aquel que venció al señor oscuro “¿Por qué no es capaz de cumplir la otra profecía?” Eso se preguntarían –posiblemente me lo preguntarían- y solo una respuesta en mi mente hacía eco, impidiéndome siquiera pensar en otra respuesta: “No lo se, no soy quien todos creen”.
Salí de la casa, ellos dos debían estar solos un momento; intente contener mis lágrimas soltando algunos sollozos, alce la vista al cielo topándome con una figura extraña. Un dementor.
Caí de rodillas al suelo, mi pulso se aceleró y los latidos de mi corazón retumbaban dentro de mi aturdiéndome, ¡No, no otra vez!.
Imágenes distorsionadas del bosque recorrían mi mente, la neblina envolviendo los arboles junto al viento invisible sofocándome.
De rojo se tiñó el agua.
Agua salada impregnada de un sabor metálico,
junto a gritos ahogados.
Llego tu tiempo.
Tu momento.
Un fragmento...
de cristal…
La profecía.
Alguien me seguía, podía sentirlo, no estaba cerca pero podía sentir su respiración en mi cuello. Comencé a correr a mí me quería, a mí me seguiría; corrí a todo lo que mis piernas me permitían, ¡No, estaba muy cercas! Cada segundo a menos distancia de mi. Me adentre al bosque intentando perderle, no iba a lograrlo y mis pisadas me descolocaban aturdiéndome; la temperatura estaba bajando rápidamente, el frio me calaba… Mi respiración se dificultaba, mi cuerpo estaba cansándose.
Mi corazón, sus latidos me delataban, los escuchaban; busque mi varita en mis bolsillos ¿Dónde está? ¡No la encontraba! Ni en el suelo estaba, en vano seguía buscándola con la mirada esperando que de pronto apareciera en mi bolsillo.
Sin darme cuenta había llegado a un lugar en el cual se notaba el cielo, los pinos habían quedado atrás ¿era el centro del bosque?. Sentí su mirada, apenas me di la vuelta me enfoque en sus ojos color sangre y afilados dientes.
Desea mi sangre, beberá mi sangre.
Anhela matarme.
Me deja sin escapatoria…
Yo era su presa.
- Este es el final –Su voz era un susurro, fríamente me soltó un golpe arrojándome al suelo, en vano tocaba el suelo buscando mi varita.
- Si no hubieras llegado, Alice… ¡Ella no me hubiera botado!-Sus ojos, podía sentir como me clavaban la mirada sin siquiera voltear, me tomo por detrás acorralándome contra el suelo, me congelaba la sangre con el odio que emanaba su mirada, ¡Jasper! Si era él.
Este era mi fin, él no era una persona ordinaria, la fuerza con la cual me sujetaba lograba marcarme los brazos. Cerré los ojos, no podía hacer nada mas, era demasiado fuerte y quería matarme; un corte en mi cuello y la sangre broto derramándose en las hojas secas, manchando mi ropa.
Mi corazón latía frenéticamente…
Jacob…
- Harry… Harry – Su voz me llamaba, y solo al abrir los ojos note un bulto café esponjado frente a mi, el olor metálico a sangre estaba en el aire, ¡Un lobo! Un lobo enorme de pelaje marrón cobrizo estaba frente a mi, me había salvado. Estaba peleando contra aquel hombre de velocidad y fuerzas sobrenaturales. Me levante del suelo, tocando mi cuello que aun sangraba; no podía seguir observando aquello. Saque mi varita y sin siquiera dudarlo le apunte, mi voz salió claramente.
- Expelliarmus– Jasper cayó contra las rocas, llevándose un par de árboles. El lobo se dio la vuelta, mirándome; mi varita estaba nuevamente en mi bolsillo, sus ojos se clavaron en mí. Me acerque a él y acaricie su pelaje, sintiendo su calor, un calor tan familiar que no deseaba apartarme de él. Me estremecí casi cayendo al lamer mi cuello evitando que siguiera sangrando.
El lobo se paralizo con sus orejas atentas, salto con agilidad sobre Jasper ¡estaba furioso!. Él mismo dementor se había acercado, dejando en el suelo a mi lobo y Jasper.
>>Corría a todo lo que daban mis patas, ¡Harry estaba en peligro! Un frio estaba tras él, ¡lo mataría, lo mataría! Nadie toca a Harry. Estaba que me hervía la sangre y en efecto, me enfurecí aún más al ver a ese imbécil de los Cullen sobre mi imprimado.
Me arroje sobre Jasper alejándolo unos metros de Harry; solo vi como algo lanzaba al imbécil contra los árboles, al voltear solo le vi a él, Harry. Se acercó a mi y sin temor alguno acaricio mi pelo, sus manos me tranquilizaron en sobremanera; su cuello estaba sangrando sin pensarlo lo lamí y pude observar cómo se estremecía cerrando los ojos, note un hermoso sonrojo en su rostro. Lo mire esperando y deseando que escuchara os latidos de mi corazón; le insistí con una de mis patas, moviendo ligeramente mi cabeza señalando mi espalda. “Vamos sube a mi lomo”.
- ¿Quieres que suba? – Me sujeto del pelaje fundiendo sus manos en mi, ahora que estaba sobre mi comencé a correr alejándolo del peligro a la vez que intentaba controlarme, maldición él estaba demasiado cercas de mi y su aroma llegaba hasta mi nariz. Me detuve repentinamente sentía una presencia oscura, pero nada aparecía.
Harry se bajó de mi lomo dándome una última caricia rozando mi pelo, note su mirada seria.
- ¿Buscado por un dementor Potter?- Salto de un árbol un sujeto de cabello rubio y lacio, de ojos azules levemente grisáceos, me puse alerta ya que no le conocía.
- Malfoy… - Parecía sorprendido, ¿Quién era ese sujeto? ¿De qué se conocían?...
- ¿Me extrañaste Potter? –Le tomo de la playera acercando sus labios a los suyos, sentí el frio colarse por mi cuerpo y el detener de mi corazón. <<
Continuara…