Capítulo 2: El poblado de Forks
Antes de cumplir 7 años había vivido por completo creyendo ser una persona común y corriente, solo Harry. Después de los 7 años descubrí que no era simplemente Harry sino un mago; el porque no sentía encajar en el mundo normal era gracias a que yo no era tan normal como me habían hecho creer. Personas que jamás había conocido sabían mi nombre Harry potter el niño que vivió, ahora después de vivir muchos años como un mago tenía que regresar nuevamente a mi vida muggle sin magia.
Esperaba no fuera un brusco cambio para los señores Weasley. Estábamos frente a una casa de entrada Blanca con el tejado sucio y desgastado, al parecer no habia sido ocupada en ya un par de años. Comenzamos a meter nuestras cosas a la casa, seria un dia de limpieza extensa. Nuestro auto viejo se quedaría frente a la casa, aquel mismo que nos había ayudado años atrás a escapar de mi adorada casa; un hombre de cabello castaño oscuro y rizado -seguramente nuestro vecino- estaba a un par de metros de nosotros, nos saludaba con una gran sonrisa en el rostro mirándonos con aquellos ojos color chocolate.
- Buenas tardes, mi nombre es Charlie Swan, vivo justo a lado -Nos fue dando la mano uno a uno sin quitar su carismática y calida sonrisa.
- Nosotros somos los Weasley, él es mi hijo Ron, Harry, Hermione, mi adorada esposa Molly y por último yo, Arthur. Es un placer - Este hombre no era invadido por la curiosidad de examinarnos como normalmente la gente hace al conocer a alguien.
- El placer es todo mío, les esperaban desde ayer, este es un pueblo pequeño así que no se sorprendan porque se sepan muchas cosas nuevas. Somos una unida comunidad. Cualquier cosa en la que pueda servirles pueden decírmelo y ¡bienvenidos a Forks! - Muy amable nuestro vecino. Antes de que siquiera se oscureciera terminamos de acomodar y limpiar la casa, algo agotados decidimos descansar esta noche. Aquella profecía estaría guardada en mi buro envuelta en aquella tela esperando los sucesos que la a completarían.
Mis sueños fueron confusos como si alguien estuviera buscándome, no era Voldemort él ya no estaba y quien me buscaba despedía un aura diferente a la de Tom. Me había adentrado al bosque uno común ligeramente parecido al bosque prohibido, seguía caminando escuchando mis pisadas junto con mi aliento convertido en vapor intentaba no empañarme los lentes; el frio calaba, me transpasaba la ligera ropa que llevaba.
Los latidos de mi corazón se hacían más sañudos, yo estaba seguro de que el sonido podía viajar, salir de mi cuerpo y ser audible para quien se encontrara rondando. Comencé a correr buscando mi varita en mis bolsillos, al no encontrarla supuse que se me debía haber caído en el suelo ¡No estaba!, en vano seguía buscándola como si de pronto fuera aparecer en mi bolsillo.
Alguien me seguía podía sentirlo. Una playa desolada sin luz alguna más que la del nublado cielo apareció frente a mi, el bosque había terminado; apenas alcance a darme la vuelta, no podía observar a aquel ser por completo, solo veía sus ojos color sangre y afilados dientes.
Desea mi sangre, beberá mi sangre.
Anhela matarme.
Observa a su presa.
La huele, la asecha.
Me deja sin escapatoria…
Yo era su presa.
- ¡Harry! –Ron estaba frente a mi mirándome preocupado, yo estaba sudando un poco, ya era otro día; con mis dedos índice masajee mis sienes intentando relajarme y que el dolor de cabeza que tenia se fuera.
- Estoy bien Ron, esta vez solo ha sido una pesadilla – Le asegure, me apresure a levantarme algo mareado yendo a tomarme un baño, eso me relajaría estaba seguro. ¡Me dolía la cabeza horrible! Y sentía un cansancio que en hacía pensar que realmente yo había estado corriendo por el bosque.
Enjabone mi cabello que había querido dejarme en gran parte crecer hasta la cadera –ventajas de ser mago-, mis anteojos se habían empañado les veía encima de la pequeña cesta de ropa. No quise quedarme mucho tiempo y arrugarme como una pasa así que me limite a ducharme bien y luego bajar a la sala; la señora Molly había preparado el desayuno, la verdad no tenía mucha hambre aun mi cabeza aun dolía un poco –por lo menos la migraña se había ido- y solo quería salir de casa para caminar y conocer más este lugar llamado Forks.
Ron decidió llevarnos a dar un recorrido en el auto, yo me sentaba atrás por mi cabeza -el dolor- y para dejarle delante con Hermione, nuestro viaje en el auto no transcurrió en silencio gracias a Hermione que mantenía la conversación junto a Ron; las ráfagas de viento helado irrumpían el ambiente. Observaba la vegetación de diferentes familias de árboles que soportaban el desastroso clima común en mi nueva vida en Forks.
Me quede callado solo asintiendo a algunos comentarios por parte de mis amigos, ya habían captado que no estaba de ánimos para hablar, me disculparía luego con ellos pero realmente el dolor en mi cabeza no había desaparecido. Miraba por la ventana como si se tratara de una película frente a mí. El tiempo transcurría tan lentamente, entonces pude ver un sendero cercano desapareciendo entre la seca y verde vegetación del bosque.
- ¡Ron detente! -Ron freno bruscamente ante mi grito mirándome interrogante y preocupado, todo este tiempo habíamos conducido a este lugar, ¡era el mismo tramo que había recorrido en mi sueño!.
- Iré a ver –Abrí la puerta del auto adentrándome al bosque, olvide a mis amigos y comencé a correr entre los árboles haciendo caso omiso al sendero marcado, corría a todo lo que podía y entonces ¡Por fin divise la playa asomándose por el horizonte!; todo paso muy rápido, había tropezado y en cuanto lo note estaba cayendo por el precipicio hacia las rocas, cerré los ojos solo sintiendo como era envuelto por la fría agua salada.
Momento número uno en que me siento totalmente torpe.
La luz del día se esfumaba y me adentraba más a la oscuridad ¿Había sangre a mi alrededor? Aquella pregunta tenía una respuesta afirmativa, el frio me invadió.
Capítulo 2: El poblado de Forks JB
>>Mi padre me había sacado de mi habitación prácticamente a rastras, no tenía ganas de salir, desde que Bella se había ido con Edward ya no tenía sentido mi vida. Me encontraba en la Push rodando la silla de mi padre esperaríamos a Charlie quien según traería a unos nuevos habitantes a pescar o algo por el estilo, no había prestado mucha atención.
- Sabes hijo, debes salir adelante. Bella no era para ti ya te lo he dicho muchas veces – ¡Se que me lo ha dicho millones de veces!, tantas que se me salían por las orejas; cuantas veces me había dicho: Lo que sientes por Bella no es lo que crees ni siquiera realmente has imprimado en ella.
No mencione nada ante sus palabras me limite a detenerme y observar por el horizonte, los recuerdos me invadían ¿Cuántos momentos había pasado con Bella? Muchos y con un gran significado, ¡Edward eres un estúpido afortunado!.
Alguien corto mis recuerdos repentinamente, ¡me había molestado!; apreté mis puños con ira, una ira que se esfumó al ver caer a aquella persona hacia las rocas en la helada playa. Sin pensarlo corrí dejando a mi padre, me lance al agua y nade rápidamente hasta toparme con su cuerpo tomándolo con mis brazos arrastrándolo a la orilla.
Tendí su cuerpo en la arena a escasos metros del mar, toque su mejilla con mi mano, estaba frio como el agua de la cual acabábamos de salir.
- ¡Vamos respira! – Con mis manos empujaba en su pecho y debajo de sus costillas, ¡No lo podía perder!; de su boca salió el agua que había ingerido, solo unos segundos de desesperación viví; abrió sus ojos, ojos brillantes de un hermoso color esmeralda, lo deseaba, ¡Deseaba que solo fuera mío!.
- ¡Harry! –Un auto se había estacionado a unos metros dos jóvenes salieron y corrieron junto a nosotros.
- Estoy bien, él me salvo – Sonrió agradecido hacia mí, note un sonrojo en su rostro, un hermoso tono rojizo en su piel – Estoy bien gracias, ¿podrías darme permiso? – Me levante rápidamente al notar que aun estaba sobre él, le tendi la mano desviando mi vista. Hace unos momentos estaba deprimido perdido en mis recuerdos sobre aquellos momentos con Bella y ahora me encontraba con este chico, mi imprimado.
- Gracias… Mi nombre es Harry, Harry Potter… ahh… -Se agarró de mi brazo fuertemente para no caer mientras tocaba su costado izquierdo, olí su sangre ¡Se había lastimado al caer!.
- Harry… Lo llevaremos al hospital –La chica hablo preocupada, cargue a Harry en mis brazos llevándolo al auto.
- No es necesario... Yo -Le interrumpí sin siquiera dirigirle la palabra.
- Yo les diré dónde está el hospital. Padre, Charlie vendrá en unos minutos ¿Puedo dejarte? -Él asintió, estaba seguro que después de esto iría directo a mí, para vigilarme. Conduciendo rápidamente llegamos en poco tiempo, intentaba no respirar tanto su aroma, incluso él estando a mi lado era demasiado para mí, tuve que abrir un poco la ventanilla para respirar aire fresco.
Lo cargue nuevamente llevándolo dentro, por desgracia seria atendido por el doctor Carlisle Cullen, observe con recelo como se lo llevaban, le tendría que esperar a fuera. De no ser por la llegada de sus amigos estaba seguro que le hubiera llevado a mi casa para curarle.
- Muchas gracias por salvar a Harry –Un joven pelirrojo pecoso se sentó a mi lado siendo seguido por aquella chica de cabello alborotado.
- Fue extraño, salió del auto sin decir mucho y corrió hacia el bosque, le intentamos seguir con el auto por la carretera – Aún parada observando hacia a puerta lanzo aquel comentario mas que explicar.
- Soy Ron Weasley y ella es Hermione Greanger un placer –
- Jacob Black – Harry Potter, ese era su nombre; una mano se posó en mi hombro, mi padre junto a Charlie habían llegado, mis puños estaban cerrados apretándose.
-Tranquilízate – No haría caso al lobo dentro de mí, ansiaba estar con Harry de una manera más fuerte de la que alguna vez desee a Bella.
- Quiero ver que este bien- Tan solo decir esto le hizo aparecer por la puerta siendo seguido por el doctor Cullen, me levante y mire con enojo al doctor. ¡Esperaba que esta fuera la última vez que le dejara con Harry!
- Su amigo Harry está bien, la cortada no fue profunda, solo un par de puntadas bastaron. –
- Gracias, nos vamos –Tome a Harry del brazo aun molesto porque ese frio hubiera tocado a Harry.
- Espera –Su voz me hizo detenerme y soltarle apenado ¡Me había dejado llevar! - ¿Cuál es tu nombre? –
- Soy Jacob Black, nos vemos Harry – Comencé a rodar a mi padre caminando junto a Charlie, quien se había tomado la molestia en traer a Billy aquí. Recupérate Harry, fueron sus palabras de despedida de Charlie. Estaba seguro que si me quedaba mas no podría contener a lobo dentro de mi. <<
Luego de haber caído del precipicio y ser invadido por la oscuridad una confortable calidez me atrapo y cuando regrese nuevamente a la luz vi su tez bronceada ojos profundos color negro y una azabache oscura cabellera corta.
Mis ojos no se apartaron de él, me había atrapado. No tenía idea si era por su calor envolvente pero mi rostro estaba caliente; apenas y pude contestar a mis amigos que me habían encontrado. ¡Me sentí un idiota! Seguramente había notado mis nervios, de mi boca apenas logre emitir mi nombre junto a un intento de agradecimiento.
¡Por si fuera poco me cargo en sus brazos! , no me permitió objetarle nada ¡¿Qué me estaba pasando?!.
El tiempo que pasamos camino al hospital ¡era de nervios!, estaba sentado a mi lado evitando mirarme, posiblemente la primera impresión no fue nada buena ¿Qué pensaba de mí? ¿Por qué me evitaba?.
Luego de llegar y ser atendido por el Doctor amable Cullen, intente mantener la calma para no salir del consultorio y correr a ver si quien me había salvado aún estaba aquí. Al pasar por la puerta sentí su mirada de furia, me tomo repentinamente del brazo; solo me atreví a preguntarle su nombre, no me iría sin saberlo.
- Soy Jacob Black, nos vemos Harry - ¿Qué pasaba con este sujeto? Se fue sin decirme alguna otra palabra junto a su padre y Charlie.
- Harry casi nos das un susto de muerte. – Les debía muchas explicaciones y no les ocultaría nada de lo que había hecho a excepción de lo que sentí al encontrarme con ese sujeto, Jacob Black.
Las pocas horas que restaban del día las pase en casa, haciendo una llamada a mi primo Dudley; él se había ido el mismo día que nosotros pero nuestros caminos se separaron en el aeropuerto, seguramente ya estaba con tía Petunia.
- Hola Harry, si estoy con mamá, finge estar enojada pero está feliz de que este con ella -
- Ya veo, siento que esto haya pasado tan repentinamente –
- No hay problema, pero me debes la tarea de un mes Potter – Soltó una risita amigable del otro lado del teléfono, no deseaba hablar mucho con él solo quería saludarle y disculparme nuevamente, una llamada de no más de cinco minutos.
Camine por mi habitación lentamente, dando vueltas hasta llegar a la ventana. Este día había avanzado con una lentitud estresante, apenas iba a anochecer; lo que me mantenía de un buen modo impaciente era una persona: Jacob Black.
Giny apareció en mi mente, desde algo de tiempo había creído que ella era de quien estaba enamorado, si la amaba ¿Por qué sentía estas sensaciones por Jacob?. Solo debía ser el repentino cambio y extraños acontecimientos en mi sueño junto al bosque, mañana entraría a la escuela de Forks junto a mis amigos, todo sería normal y estaba seguro que estas sensaciones provocadas por mi salvador se irían.
¡Solo hemos venido por aquella profecía!
Salvaríamos la magia, es lo único que importaba, por esto habíamos venido a Forks.
Dejaría de pensar en él y concentrarme en nuestra misión, aun después de estos pensamientos me costaba demasiado hacer a un lado todo esto, las emociones y a Jacob.
Solo es la impresión del momento, estaba seguro que en un par de días él se alejaría de mi, de mis pensamientos. No me dejaría envolver por su calor, simple calor humano confundido con la calidez después de ser invadido por el frio que poseía el agua.
¡Basta de enredar mis pensamientos! Cerré la ventana recorriendo la cortina y me dispuse a cambiarme a mi ropa de dormir. Mañana sería un nuevo día, era suficiente por hoy. Después de este día comenzaría la verdadera búsqueda según mencionaba la profecía.
Y no habría un Jacob cálido, solo magia y una profecía; en eso creeré.
