La hacienda de cáncer por generaciones fue reconocida por sus viñedos que eran los principales distribuidores de materia prima para vinos de la región, era la familia más acaudalada de la región de cáncer por lo que eran muy conocidos y respetados por las demás familias nobles, quienes buscaban a toda costa emparejar a sus jóvenes con alguien perteneciente a esa familia para verse bendecidos con tan buena situación económica, por ello no resulto una sorpresa el rechazo y desagrado del resto del circulo de la alta sociedad al saber que el heredero de tan majestuosas tierras y gran fortuna tomara como esposo a un doncel de dudosa procedencia. Si bien este era por demás hermoso, refinado y diestro para hablar, era bien sabido que había sido rescatado por Death Mask hace años de un mercado de esclavos en una de sus tantas visitas a las tierras del Inframundo que se encontraban al sur del territorio zodiacal, Afrodita como se llamaba aquel bello doncel había vivido en la hacienda de cáncer después de haber sido rescatado de tan tormentosa situación que su condición le había ocasionado, era bien sabido que eran pocos los donceles que nacían y que solo estos podían dar a luz a otro doncel, por lo que eran vistos como criaturas exóticas y muy bien cotizados en los mercados de esclavos en las tierras del inframundo. A pesar de ser uno de los herederos de los navíos de piscis, los cuales mantenían una buena relación comercial con las tierras de Atlantis situadas al norte de las tierras zodiacales y teniendo como división fronteriza el mar, y por ello poseer un status alto en la región de piscis, el saber que había sido secuestrado, marcado como esclavo y haber durado dos años cautivo en ese mercado de esclavos había ocasionado que su reputación y honor estuviesen casi extintos y que las familias nobles le dieran la espalda. Esto ocasiono que no pudiera volver a su región natal junto a su padre Albafika, si bien su progenitor lo amaba y deseaba tenerlo a su lado después de pensarlo muerto la vergüenza y deshonor que creía le ocasionaría a su familia ocasiono que Afrodita prefiriera permanecer en Cáncer al cuidado de DM, a quien no le importaba las habladurías y prejuicios del resto de los nobles. Tres duros años fueron necesarios para que el hermoso doncel aceptara al peliazul como su esposo ya que en ese tiempo con pequeños detalles y acciones pudo enamorarlo por completo.
El rechazo del resto de las familias nobles de la región de cáncer fue más notorio con el nacimiento de su primogénito un niño enérgico, de fuerte carácter y sobresaliente en todos los campos tanto intelectuales como físicos, Ikki como se llamaba se hacía notar a donde iba y pronto las propuestas para emparejarlo con alguna joven noble no se hicieron esperar, ya que en la región de Cáncer hacía años que no nacía un doncel, Afrodita rechazo cada propuesta ya que no quería que su hijo se volviera una especie de mercancía y se le atara a alguien que no amara, no deseaba que ningún hijo suyo sufriera como el en el pasado lo hizo al verse no dueño de su propio destino. Estos rechazos ocasionaron la ira y repudio de las familias nobles quienes veían su negativa como una deshonra y poco a poco fueron desasiendo sus negocios con la hacienda y por ende las siembras se quedaban y ocasionaban grandes pérdidas, por fortuna la fructuosa herencia que había recibido DM de su padre era más que suficiente para invertir en otros negocios y seguir manteniendo la hacienda y a su familia como estaban acostumbrados.
A pesar de las pérdidas económicas que estaban padeciendo la felicidad se hizo presente para la pequeña familia con la llegada de su segundo hijo, un hermosos bebe de cabello verde y ojos esmeraldas, quien resultó ser un doncel, el matrimonio vio este hecho como una bendición de los dioses tras tantas desfortunas por las que habían padecido. Pronto la noticia se propago por toda la región de cáncer y regiones vecinas como lo eran la región de géminis y leo, por lo que las propuestas de matrimonio nuevamente llegaron ya que era una oportunidad única para las familias nobles de estas regiones hacerse de un doncel, las cuales fueron rechazadas con la explicación que Shun dado su momento elegiría por sí mismo con quien unir su vida y formar su familia.
Shun fue un niño hermoso, de una sonrisa encantadora y cara de ángel, no había persona dentro de la hacienda que no lo quisiera por tan noble forma de ser, el pequeño doncel amaba cuando su papa Afrodita le contaba antes de dormir algún cuento de hadas, sus favoritos eran aquellos que contaban como el príncipe doncel era rescatado por un gallardo caballero en su armadura dorada y blanco corcel, de alguna bruja, dragón o penas que estuviera pasando, se imaginaba a sí mismo como el protagonista y siempre se dormía con una enorme sonrisa al escuchar como el doncel descubría que aquel caballero era su alma gemela y vivían felices para siempre. Pero de entre todas sus historias favoritas la que más amaba era la que contaba como los dioses al crear una nueva alma la dividían en dos en el momento que decidían hacerla nacer y para hacer el reencuentro más emocionante con su otra mitad decidían que la segunda parte naciera a veces después que la primera o en otro lugar con la promesa de que algún día se unirían nuevamente, como fue el caso de sus padres que a pesar de que uno nació en la región de cáncer y el otro en la de piscis la vida se encargó de reunirlos, oh como deseaba el pequeño doncel hallar pronto a su otra mitad y ser tan feliz como lo eran sus padres.
El tiempo pasaba y la situación económica de la familia iba en mal en peor, la herencia de DM era ya casi nula y si bien Afrodita recibía ayuda financiera de parte de su padre esta solo ayudaba a que pudieran mantener en las mismas condiciones la hacienda y pudieran vivir a como estaban acostumbrados pero ya no se podían dar el lujo de invertir en negocios o seguir con el sembradío de las viñeras. Situación que le ocultaban a sus hijos para no preocuparlos y sabiendo cómo eran aceptaran la propuesta de matrimonio de alguna familia noble. No ya verían como solucionarlo preferían mil veces perder la hacienda y vivir más modestamente que orillar a sus hijos a un matrimonio sin amor.
Shun creció como un hermoso doncel digno hijo de su papa Afrodita, ahora con sus 15 años de edad era por demás el joven más hermoso de la región de Cáncer, como cualquier joven de su edad e influenciado por todos los cuentos que de niño escuchaba estaba deseoso de encontrar a su amor, solía soñar despierto con cómo sería el encuentro con su alma gemela, se preguntaba si sabría identificarlo, a veces se lo imaginaba alto, fornido de piel bronceada y cálida sonrisa otras de estatura media, regordete y con grandes entradas pero con una mirada llena de amor solo para él, oh como deseaba encontrarlo pronto, solía ser invitado a las bodas de algunos nobles que aunque sabían de la situación de la familia aún tenían ese respeto por tan antigua familia símbolo de poder y riqueza, amaba ver la mirada del novio cuando le era entregada la novia, si bien sabia la mayoría eran matrimonios arreglados desde sus nacimientos se podía ver en ocasiones esas miradas llenas de amor y ternura, oh como deseaba ver esa misma mirada en su futuro esposo el día de su boda.
Si bien poseía muchos pretendientes ninguno lograba enamorarlo, el sabia ver a través de sus mentiras y deseos de hacerse de un doncel de tan noble cuna por lo que los rechazaba y andaba cautelosamente en las reuniones sociales para que no le levantaran falsos y salvar su honor y reputación. Fue un día de verano que asistió a un concierto de la sinfónica de la región de Aries que quedo enamorado de la majestuosa melodía que el piano producía por lo que al llegar a su casa no dudo en solicitarle a su padre DM le permitiese tomar clases de piano, su padre al ver la emoción de su hijo y al estar próximo su cumpleaños número 16 acepto complacerlo por lo que al día siguiente le compro un buen piano que no saliera de su presupuesto y paso la voz querer contratar un tutor para su hijo.
A la semana llego un guapo hombre solicitando el puesto de maestro de piano en la hacienda, como no había ido otra persona por el puesto y su hijo se mostraba ansioso por empezar a crear música lo contrato sin pensarlo mucho. Los días iban pasando y con ellos la relación entre el pequeño y su maestro se iba volviendo más íntima, las bellas palabras que el mayor le regalaba, los pequeños detalles que le ofrecía como el regalarle una rosa o uno de los dulces que tanto amaba, así como la pequeñas caricias que le brindaba al tomarle de la mano mientras le mostraba la tecla correcta que debía tocar o por el movimiento algún mechón rebelde se colaba por su frente y este se lo acomodaba tras su oreja, fueron conquistando el corazón del menor quien no pudo evitar mara a su tutor perdidamente, seguro de que aquel galante hombre era el dueño de la mitad faltante de su alma como tanto le contaba su papa Afrodita.
Siempre recordaría ese invierno sin duda había sido el más frio que había vivido en su corta vida y fue también a finales de este que se había entregado al hombre que tanto amaba, si bien desde que había cumplido los 12 su papa afrodita había tenido una charla con el explicándole todo lo que implicaba ser un doncel y que para evitar cualquier problema y mantener su reputación y honor inquebrantable, entregara su virginidad solo cuando estuviera casado con el hombre que amaba, porque si se entregaba a este antes del matrimonio podía correr el riesgo de ser abandonado y deshonrado, esa fría tarde de invierno se olvidó de todo al sentir a su amado dentro de él. No sabía cómo había empezado todo solo recordaba que estaban tomando un tranquilo paseo por los viejos campos del viñedo y al segundo siguiente su amado lo estaba besando apasionadamente en el viejo invernadero abandonado años atrás, solo recordaba pequeñas cosas que su nublada mente le permitía percibir, recordaba las indecorosas caricias que le brindaba el mayor y que le causaban gran placer y después un inmenso dolor en su zona intima, sintió algo tibio resbalar entre sus piernas y la sensación de que lo partían a la mitad, su vista ahora en lugar de estar nublada por el deseo ahora era por las lágrimas que no dejaban de salir junto con un pequeño sollozo, deseaba que terminara nunca había sufrido tanto, sintió como algo cálido llenaba sus entrañas y le hacía sentir ardor en su zona intima tan lastimada, escucho el gruñido casi animal que soltó su amado y tras un breve momento se alejó de él dejándolo semidesnudo tirado en el frio suelo aun sintió dolor por todo su cuerpo, vio como este se vistió y tras arreglarse le ordenaba que hiciese lo mismo a lo que obedeció rápidamente una vez listo regresaron a la hacienda, antes de entrar el mayor se acercó a él y al oído con una voz ronca le dijo:
-Ahora eres solo mío- mordiendo su lóbulo- después de esto tu padre no podrá negarse en que nos casemos- y se alejó del pequeño para dirigirse a su cuarto en aquella hacienda
Esa noche lloro mientras se bañaba, tuvo que tirar su ropa interior al ver como estaba manchada de sangre y una sustancia pegajosa de color blanco, él sabía lo que era su papa en la charla que tuvo con el de joven le explico muy bien todo, su llanto se intensifico al saber que había roto la promesa que le hizo esa vez, lloro por el dolor que sentía en todo el cuerpo si bien sabia la primera vez dolía un poco nunca pensó que fuese un dolor tan desgarrador aun podía sentir que seguía sangrando así que no salió de la tina hasta que dejo de sentir la sangre salir, siempre imagino su primera vez diferente tan romántica, lo único que lo hacía feliz y olvidar un poco el dolor fue el saber que su amado deseaba casarse con él, esa ilusión fue lo único que pudo hacer que durmiera más tranquilo esa noche.
Fue a principios de primavera que se dirigió al estudio de su padre, un día antes acordó con su amado que el sería el encargado de contarle sobre su deseo de casarse con su tutor y convencerlo de que les diera su bendición, por lo que emocionado abrió la puerta del estudio sin tocar deteniéndose en su acción al escuchar la plática que se llevaba a cabo adentro, así que retrocedió un poco y entrecerró la puerta para poder escuchar sin ser descubierto ya que escuchaba la angustia en la voz de su papa y supuso era un tema muy delicado.
-¿Cómo pudo acabarse el dinero?- pregunto el hermoso ojiturquesa- pensé aún quedaba para vivir igual un par de años mas
-Así era-contesto derrotado su padre- no contaba que este invierno fuera tan cruel, tuve que gastar más de lo presupuestado y lo poco que sembramos se perdió en la helada y perdimos gran parte de los animales
-¡Oh DM!, ¿ahora que haremos?
-Esperar que el próximo negocio con los extranjeros se concrete con éxito
-¿negocio? ¿Qué negocio? Si perdimos toda la cosecha
-Ya veré que se me ocurre- pensando un poco- como última opción será vender la hacienda e irnos a vivir a piscis a las tierras que heredaste empezar de cero sin un centavo pero al menos juntos, solo espero que los chicos sepan comprender
-Ellos son comprensivos y te aman, saben que has dado todo por ellos- abrazándolo- y te apoyaran sin importar que pase, al igual que yo
-Soy tan afortunado de tenerlos- abrazándolo más estrechamente- perdóname por no haber podido darles una mejor vida
-No hay nada que perdonar, has hecho todo lo que estuvo en tus manos, has sido el mejor padre y el mejor esposo eso nunca lo dudes
Shun se encontraba en shock total sabía que tenían problemas económicos pero nunca pensó que fueran tan graves, termino de cerrar la puerta y se dirigió al patio donde se sentó bajo la sombra de un árbol cuyas hojas apenas comenzaban a crecer para reflexionar sobre lo que había escuchado momentos antes. Fue sacado de su aturdimiento por un abrazo posesivo al voltear a ver al propietario de los brazos que le rodeaba se encontró frente a su amado por lo que no pudo evitar lanzarse a sus brazos a llorar, una vez se calmó le platico todo lo que había escuchado, el mayor tras escuchar todo se mantuvo serio y se formó un silencio algo incómodo, pero al pequeño no le importo solo quería sentirse seguro entre los brazos de su amado quien había aflojado el agarre cosa que no noto el pequeño enamorado.
Una semana había pasado desde que supiera la situación económica de su familia, en esos últimos días su relación con su tutor se había vuelto fría y distante, quiso pensar que eran cosas suyas producidas por la angustia del destino de su familia, ese día había decidido contarles sobre su futura boda a sus padres por lo que se dispuso a buscar a su amado para que lo acompañara al solicitar la bendición de estos, además tenía una gran noticia que contarle, hacia días que se sentía mal al despertar no podía evitar vomitar y se mareaba constantemente al inicio pensó era el estrés pero esa mañana había confirmado sus sospechas así que tenían que realizar la boda lo más pronto posible. Lo busco por toda la hacienda y no pudo dar con él así que se dirigió a su cuarto ya que era el último lugar que le faltaba por revisar, toco la puerta y se dispuso a entrar se quedó congelo frente a la escena que veía, su amado se encontraba dándole la espalda mientras tenía sobre su cama una maleta la cual estaba llenando con todas sus pertenencias, se acercó a él y le pidió una explicación.
-Me voy- fue todo lo que le dijo
-Pero ¿Por qué?, ¿adónde vas?
-Conseguí un nuevo empleo como el tutor de música de la hija de un noble adinerado
-¡oh!, ya veo me alegro es una gran noticia ahora sin duda no creo mis padres se nieguen en darnos su bendición
-No pequeño, no te confundas doy por terminada nuestra relación
-No, no puedes me dijiste que te casarías conmigo después de tomar mi virginidad
-Sí que eres ingenuo, que acaso tu papi no te enseño a no abrir las piernas como una cualquiera hasta que estuvieras casado
-Si lo hiso- comenzando a llorar- pero nos amamos y nos casaríamos pronto por eso no lo creí malo
-¿Amarte?-soltando una risa sarcástica- ¿Cómo podría amarte si eres un fenómeno de la naturaleza?, solo me acerque a ti porque tu condición de doncel me permitía hacerme de la fortuna de tus padres, pero tal parece que solo es una imagen que han sabido mantener muy bien ya que en realidad son más pobres que una rata
-¿Por qué eres tan cruel?, ¿Por qué me dices eso?
-¿Por qué?- acercándose al pequeño peligrosamente y tomando bruscamente su mentón para que le mirara a los ojos- porque ya no me eres de utilidad, lo único que valía la pena de ti era tu dinero el cual ya no tienes así que no veo por qué seguir con esta farsa
-¿Farsa?- su carita estaba completamente inundada por sus lágrimas- ¿acaso nunca me amaste?, pero tendremos un hijo él es el resultado de nuestro amor
-Dirás tendrás un hijo, en lo que a mí respecta es como si nunca te hubiera conocido- apretando más el agarre de su mentón- así que más te vale que te deshagas de él, es un estorbo para mis planes y no dudes que si dices que es mío vendré y con mis manos te lo sacare- soltándolo bruscamente provocando que el ojiesmeralda callera al suelo- ahora si me disculpas hay una bella dama que espera por mi
El mayor le dio la espalda y se dispuso a terminar de empacar, cerro su maleta y salió de aquel cuarto y con una última mirada de asco hacia el menor emprendió su viaje para encontrarse con su nueva víctima. Shun aún se encontraba sentado en el piso, aun no terminaba de asimilar todo lo que había pasado, lentamente se paró y comenzó a caminar fuera del cuarto testigo de su dolor, caminaba sin saber a dónde se dirigía solo caminaba como autómata, hasta que llego frente a aquel árbol en donde había estado hace apenas una semana con su amado en donde el mismo había firmado su sentencia al confesarle la situación de su familia, que tonto había sido debió haber visto las señales tan claras que evidenciaban las verdaderas intenciones de aquel sujeto, su llanto el cual no había parado en lugar de dolor se volvió de coraje e impotencia, como había sido tan ingenuo, comenzó a golpear la corteza de aquel viejo árbol con sus pequeños puños, le había dado todo, había ignorado los consejos que una vez le había dado su papa, por su propia estupidez ahora le causaría gran deshonor a su amado padre suficientes problemas tenía ya como para causarle más, cuando sus manitas estuvieron tan lastimadas que se cubrieron de sangre, se dio la vuelta recargándose sobre el tronco de aquel árbol y se dejó caer hasta que estuvo sentado en el frio suelo aun recargado en el árbol. Las lágrimas no paraban había perdido la noción del tiempo que se encontraba en esa posición, sus sollozos cesaron ahora solo lágrimas silenciosas atravesaron su faz, en ese momento quería morir, si moría todo se solucionaría, tan fácil sería colgarse de alguna rama de ese viejo árbol, fue sacado de sus ideas suicidas por una melodiosa voz, que aunque grave y seductora no dejaba de escucharse a su parecer tan cálida, giro su rostro al volverla a escuchar ahora más cerca topándose con un atractivo hombre de cabello largo, este al estar contra luz creaba un efecto como si un halo de luz le rodeara, fue sacado de sus fantasías al sentir una mano sobre su hombro y escuchar nuevamente aquella atrayente voz.
-¿Pequeño me escuchas?- moviendo su mano libre frente a los ojos del menor- ¿Te encuentras bien?
-Perdone señor, no es nada
-¿Señor?- riendo un poco- no soy tan viejo ¿sabes?- notando la sangre en las manos del pequeño- ¡oh por los dioses¡ ¿Qué te paso, por eso lloras?
-¡eh¡-viendo sus manos- a esto si- pensando una excusa- em vera tropecé al ir corriendo y al meter las manos para no golpearme la cara me las he lastimado
-ya veo así que eso paso, ven vamos a curártelas antes de que se te infecten esas heridas
-no se preocupe por mí- juntando ambas manitas sobre su pecho- pensaba ir con mi papa para que me atendiera
-¿Vives en la hacienda de cáncer?
-Si mi padre es el propietario
-Perfecto entonces te acompaño ahora mismo me dirigía una reunión con tu padre
-No se preocupe, no deseo retrasarlo mas
-Voy con buen tiempo, además nunca me perdonaría dejar a su suerte a tan bello ángel- tomándolo de las muñecas para no lastimarlo para ayudarlo a levantarse- anda vamos, además tu padre me mataría si supiera que deje a su pequeño a su suerte
Así ambos comenzaron su camino de regreso a la haciendo, el mayor aun sostenía de una muñeca al pequeño, el cual ni cuenta se daba al ir pensando en que haría de ahora en adelante, abortar no era una opción, nunca se lo perdonaría y el pequeño dentro de si no tenía la culpa de nada, ya idearía una forma de salir de este gran aprieto en el que se había metido, fue sacado de sus pensamientos al oír el grito de sorpresa de su papa al ver la condición de sus manos, al saber de boca del mayor como se había causado las heridas el hermoso peliturquesa se tranquilizó un poco y se llevó al pequeño a su cuarto mientras se despedían de aquel hombre, lo último que vio de este al girar en un pasillo de aquel hombre fue la cálida sonrisa que le dirigía mientras se despedía con una mano, lo único que pudo pensar al verlo por última vez fue que se parecía a los caballeros de doradas armaduras que su papa le describía cuando le contaba sus amados cuentos.
Poco a poco fue cobrando la conciencia, lo primero que vio fue el techo de aquel cuarto en donde se había arreglado, al girar su rostro se topó con la cara preocupada de su papa, que al verlo despierto no pudo evitar sonreírle. Se reincorporo hasta quedar sentado en el sillón en donde había estado recostado, vio cómo su papa se paraba del suelo en donde había estado sentado para tomar lugar junto a él y abrasarlo, fue acomodado en el regazo de su progenitor y no pudo evitar esconder su carita en el pecho de este, duraron un rato así solo abrasándose hasta que el mayor rompió el silencio.
-¡oh shunny!, no pensé que te encontraras tan nervioso como para que te diera un ataque de ansiedad- besando su frente- vaya susto nos diste, por suerte tu prometido pudo sujetarse antes de que te cayeras y te golpearas la cabeza contra el suelo
-Lo siento no quise preocuparlos
-tranquilo ya estas mejor que es lo importante- alejándolo de su pecho un poco para verlo a los ojos- debiste ver la cara de tu padre y hermano casi se les escapaba el alma al verte desvanecerte, pero el que si parecía que moría en ese rato era tu prometido solo cuando reviso que aun respirabas le volvió el color al rostro
-Yo…- dudando- ¿Dónde está?
-Afuera junto a tu padre e Ikki, los tuve que sacar porque solo me ponían de los nervios al verlos caminar como leones enjaulados alrededor tuyo
-Papa… necesito que lo hagas pasar… necesito hablar con el… por favor
-Claro, ahora lo hago pasar y me encargo de que mis dos peliazul no los interrumpan
Afrodita dejo que el menor se retirara de su regazo y salió de aquel cuarto, minutos después la puerta se abrió rebelando a su prometido, este al ver al menor consiente suspiro más tranquilo, se acercó hasta el peliverde y tomo asiento en donde minutos antes se encontraba su suegro, el ambiente se sentía tenso algo le decía que no era nada bueno lo que su pequeño ángel quería hablar, el miedo de perderlo le recorrió el alma por lo que en un desesperado intento de mantenerlo junto a él lo abraso lo más estrechamente que pudo, acomodando al pequeño en su regazo y haciendo que este ocultara su carita en su cuello, mientras el colocaba su cabeza sobre la del menos aspirando el dulce aroma de los cabellos verdes ahora desordenados del menor. Se mantuvieron en es posición varios minutos en completo silencio el mayor acariciaba tiernamente la espalda de su prometido dándole así ánimos para que comenzara a hablar, escucho un suspiro del menor y sintió como este colocaba sus pequeñas manitas sobre su pecho para empujarlo y alejarse así de él, levanto su esmeralda mirada y la poso en la suya, duraron largo tiempo así solo viéndose perdiéndose en la mirada del contrario, hasta que el menor se bajó del regazo del mayor y parándose frente a él a una distancia retirada por fin soltó lo que tenía que decir mientras le daba la espalda y se abrazaba a sí mismo, los ojos del mayor se abrieron sorprendidos estaba en completo shock no podía creer lo que acababa de escuchar, se lo había dicho de una manera tan firme tan segura, sin duda sus corazonadas nunca fallaban y desde que entro a ese cuarto sentía que lo había perdido, sus palabras aun sonaban en su cabeza como un eco.
-Lo siento, pero no puedo casarme contigo.