Capítulo 5
Lo que despertó a Kuroko al día siguiente no fueron los tiernos besos de su esposo; si no una llamada de Akashi que estaba furioso porque el peli celeste no había asistido a la reunión. Aunque algo así se espera su ex-compañero, realmente le molestó que ni si quiera le avisará.
Kuroko escucho todos los reclamos y regaños que bien merecidos se los tenía, pero su mente estaba más ocupada pensando a que médico acudiría; la condición la había dicho sin pensarlo pues creyó que su marido no accedería… Pero ahora estaba en problemas.
Cuando terminó la llamada, buscó en su celular el número de cierto médico y después de haber hecho una cita, tomó una ducha y subió a su auto para conducir al hospital.
Demoró poco más de una hora en llegar al lugar, en cuanto cruzó la puerta se encontró con uno de sus amigos más cercanos.
-¡Ah! Cuanto tiempo, Kuroko- dijo el chico muy animado.
-Un gusto verte, Takao-kun- respondió el otro con una sonrisa en el rostro.
-Supongo que lo vienes a ver- sonrió el azabache y lo llevó al consultorio, Tocó la puerta y en seguida abrieron.
-Es bueno verte, Kuroko- dijo una voz seria e imponente-
-Lo mismo digo, Midorima-kun- dijo a modo de saludo y luego entraron los dos.
-Shin-chan, no tienes por qué ser tan serio- se rio Takao que era el enfermero.
El ojiverde lo ignoró y paso directo al asunto con Kuroko.
-¿A qué se debe tu inesperada visita?- cambió un poco el semblante y sonrió con suavidad, ciertamente aunque odiaba reconocerlo Midorima se preocupó igual o un poco más cuando su excompañero se deprimió.
-Vine a una revisión general- aseguró el de piel nívea.
-Acompáñame, te daré una bata y luego te pesaré- lo condujo Takao al cuarto trasero. Pronto regresaron los dos, el azabache le extendió una hoja a Midorima, y éste quedo un poco frío con los números escritos en ese papel.
-Entiendo que siempre has estado bajo de peso, pero esto es demasiado- el médico mencionó preocupado pero sin perder la seriedad.
-Disculpa que lo pregunte de nuevo… ¿Pero en serio a que se debe tu visita?- preguntó Takao interrumpiendo la charla –Sé que necesitas una revisión, pero tu cambio emocional puede ser temporal- dudó, aun cuando era bueno sacando conjeturas.
-Kagami-kun está preocupado, y aunque quizá tengas razón, espero que este cambio sea duradero. Quiero recuperar a mi esposo y mi proyecto en puerta es tener un bebé con él- el de ojos celestes ocultó su rostro ligeramente sonrojado.
-Tener un bebé no es un juego- dijeron al unísono los expertos en el tema.
-Lo entiendo, pero creo que les toca comprender que al igual que ustedes quiero formar una familia con mi esposo- dijo muy seguro el paciente.
Tanto Takao como Midorima se miraron fijamente, dedujeron que lo decía en serio y hasta cierto punto entendieron los sentimientos del chico que tenían en frente.
-Antes que nada, debes recuperar peso y todos los nutrientes que has perdido; y lo más importante es que te mantengas estable- dijo el médico anotando algunas cosas en el expediente de Kuroko. Luego lo revisó con minuciosidad y por último el enfermero lo acompañó nuevamente a que se cambiara.
Cuando regresaron, el peliverde tenía lista una receta con las vitaminas, complementos y medicamentos adecuados, y una estricta dieta que su amigo tenía que seguir.
-Cuando completes el tratamiento haces una cita para que tratemos lo del embarazo, para entonces tendrás que haber ganado el peso suficiente. No olvides de tomar todos los medicamentos; Kagami debe ser capaz de cocinar la indicado en la dieta y queda estrictamente prohibido que realices algún deporte- terminó por decir el de cabellera verde.
Kuroko tomó las hojas y las colocó bajo el brazo -¿Cuánto tiempo tengo que esperar?- pregunto luego de ponerse de pie.
-El tratamiento dura aproximadamente seis meses, pero cuando lleves cuatro puedes hacer una cita y veremos si lo podemos adelantar- Midorima volvió a sonreír.
-Gracias, Midorima-kun- le devolvió la sonrisa. Takao abrazó al de ojos claros, lo felicito por haber recuperado el ánimo y luego lo acompaño hasta la puerta del gran edificio.
-Takao-kun… Lamento las molestias pero… Quiero preguntarte algo- Kuroko miró al exterior del edificio.
-No son molestias, ¿Qué necesitas?- sonrío feliz el azabache.
-Deseo que me recomiendes a un psicólogo- admitió apenado el peli celeste.
-¡Ah!- el enfermero quedó contrariado y se puso a pensar. –También pertenece a las clínicas de Shin-chan y además es un viejo amigo tuyo- rápidamente sacó su celular y le envió el número del susodicho. Después ambos se despidieron y Kuroko regresó a casa. […]