Capítulo 8
Era una mañana excelente, aunque Kuroko había sufrido de mareos se animó diciendo que era algo normal después de cuatro meses de embarazo. Hasta hace no mucho empezó a notar los ligeros movimientos del bebé que se engendraba y cada día que pasaba su vientre crecía un poco más.
Sin embargo, él quería y se aferraba a la idea de encontrar un trabajo, pues estar solo en su casa lo aburría demasiado; así que salió con algunos papeles en mano y empezó su búsqueda de empleo. Para su mala suerte no contaba con ninguna experiencia laboral y no quería ejercer la carrera estudiada en la Universidad de Tokio; así que con cara larga terminó sentado en un café lujoso jugando con una taza de chocolate que tenía frente a él.
-¡¡Hmm!! Kuro-chin~ - una voz interrumpió sus pensamientos. –No sabía que visitabas mis negocios- en la silla continua se sentó el enorme chico de cabellos morados que comía un dulce.
-Buenas tardes, Murasakibara-kun- lo saludó inclinándose un poco.
-¡Ah! No tienes por qué ser tan aburrido- recargó sus codos sobre la mesa.
-No sabía que este lugar pertenecía a tus franquicias- dijo el de ojos claros ignorando el anterior comentario.
-Mmm… Este es nuevo- asintió metiendo otro dulce a su boca.
-¿Cómo esta Akashi-kun?- pregunto por mera cortesía.
-¡Bien! No tarda en llegar- dijo con tono cansado- ¡Qué lindo te ves con tu pancita, Kuro-chin!- estiró un poco su mano y con facilidad alcanzó el vientre de Kuroko, la tocó con suavidad mientras sonreía con inocencia. –Ha crecido bastante- Murasakibara continuó acariciando el vientre de su amigo platicando sombre el próximo bebé.
Como bien había dicho el gigante, su esposo no tardó en llegar; era la primera vez que Kuroko lo veía con ropa informal y quedó muy sorprendido al notar que Akashi igual estaba esperando un hijo. Platicó con su ex jefe sobre la idea de un nuevo empleo, pero luego de que el peli morado interrumpiera la conversación con un gran bostezo, eligieron otro tema para charlar.
-Tu vientre se ve más grande que el mío- protestó Kuroko acariciando su pansa.
-Yo tengo más tiempo que tú- respondió el otro en tono triunfal.
-¿Qué piensas hacer con tus otros dos hijos?- preguntó ávidamente el de ojos azules.
-Seguirán yendo al kínder como hasta ahora, y Atsushi irá por ellos cuando sea debido- admitió sereno el de ojos bicolor.
-Me enteré que Takao-chin igual esta embarazado- Murasakibara entró a la discusión luego de haberse terminado un trozo de pastel.
-¡Sí!- asintió Kuroko. –En la última consulta me contó que tiene un mes menos que yo- añadió con una sonrisa en el rostro.
-Jumpei tiene cinco meses, y yo seis- dijo Akashi sorbiendo un poco de agua.
-¡Qué bien! Tendré sobrinos y a mi nuevo bebé en cuatro meses seguidos. Primero será mi hijo, luego viene mí sobrino por parte de Teppei, luego el de Kuro-chin y al final el de Mido-chin- dijo emocionado la pareja de Akashi.
Kuroko y el peli rojo se limitaron a sonreír, pero casi al instante el rostro del peli celeste se oscureció escondiendo la mirada entre su flequillo.
-¿Qué sucede Tetsuya?- preguntó Akashi mientras se sentaba a su lado.
-Si Aomine-kun y Kise-kun estuvieran aquí, me hubiera gustado que ellos fueran los padrinos de mi primer hijo- admitió con cara triste.
-Estoy seguro de que ellos están felices de que vayas a tener un bebé- lo animó su ex jefe con algunas palmaditas en el hombro.
-Pero ellos y su bebé…- Kuroko protestó muy alterado.
-¡Ah~! ¿Cómo se llamará tu hijo?- Atsushi lo interrumpió para dejar el anterior tema de lado.
-En realidad no lo hemos pensado- el otro se calmó y optó por seguirle la corriente.
-Kagami-chin es un inútil. ¿No te ha sugerido nada?- lo miró feliz y divertido.
-No le digas inútil, por favor… Y ciertamente no lo hemos platicado- sonrió con suavidad.
-Tetsuya, ¿Te gustaría ir de vacaciones a algún sitio?- interrumpió Akashi, con los brazos cruzados y recargados sobre la mesa.
-En realidad no. Me gustaría conseguir empleo- como fue evidente, el oji azul rechazó sin dudar el ofrecimiento del peli rojo.
-Sería bueno que te relajaras antes del parto- Lo intentaron persuadir, pero Kuroko no cambiaba de parecer. Discutieron un largo rato sobre el asunto y aunque el de piel nívea lo rechazaba; Takao y Hyuga llegaron a tiempo para convencerlo. Después de todo lo que dijeron; Akashi y el resto admitieron que ya todo estaba planeado.
Los cuatro embarazados irían juntos a cuatro lugares que eligieran. Akashi pagaría todos los gastos y estarían de regreso a tiempo para que pudieran dar a luz sin complicaciones. Kuroko alegó que tenía que platicarlo con su esposo, pero Kagami, Teppei y Midorima no tardaron en llegar la café; y fue ahí cuando Kuroko se enteró de que su marido había dado la autorización desde mucho tiempo antes.
El resto de la tarde, se la pasaran hablando de los lugares y decidiendo quien de sus maridos los acompañaría, pues era peligroso que cuatro embarazados viajaran solos; aunque fuera un enfermero era mejor llevar a alguien en condiciones de ayudar en caso de cualquier incidente.
Y fue así como decidieron que visitarían Francia, Italia, E.U y Hawaii, y la persona elegida para que los acompañara sería Murasakibara; mientras que Kagami y Teppei cuidarían a los hijos del matrimonio del más alto, quedándose la niña con el peli rojo y el niño con el castaño. […]