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Desire por carina_mew12

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Notas del capitulo:

Hola peques, ya les traje más capis, espero que los disfruten

 Cap II. Safely ·:A salvo:·

Yugi aún seguía intentando soltarse, pero sus esfuerzos eran totalmente en vano, simplemente no podía hacer nada. Las lágrimas no paraban de brotar y su desesperación se hacía más grande con cada segundo que pasaba. El hombre que lo sujetaba seguía pasando su lengua por el cuello de peque, deleitándose con cada centímetro de esa tersa piel. El otro sujeto comenzó a acercarse peligrosamente a él, en ese momento dejó caer el cuchillo, sabía que no iba a necesitarlo para esa “ocasión”.

Puso sus manos en la hebilla del cinturón del chibi, quien comenzó a moverse y a tirar patadas desesperadamente, intentando alejar a ese hombre de él. Éste no hizo caso de sus esfuerzos y comenzó desabrochar lentamente el cinturón, para después quitárselo de un tirón. Bajó sus pantalones lentamente, para después erguirse y despojarse del pañuelo que cubría su rostro, dejando que el tricolor viera por unos segundos su cara. El sujeto se inclinó una vez más para quitarle la prenda que aún mantenía cubierto su objetivo. El peque cerró los ojos, sabiendo lo que iba a suceder. Por alguna razón comenzó a sentirse mareado, abrió los ojos levemente, pero su vista estaba nublada; comenzó a debilitarse hasta que se quedó sin fuerza y quedó inconsciente.

******************

Lo despertó la alarma de su reloj. Se levantó rápidamente, aún con la idea de lo que le había sucedido. Apagó la alarma y comenzó a tantear todo su cuerpo, asegurándose de que todo estuviese bien; para su fortuna parecía que estaba bien, y dejó salir un suspiro. Fue entonces que notó que tenía puesta su pijama y que de hecho estaba sobre su cama,  en su habitación; estaba confuso,  no tenía ni la más remota idea de cómo había llegado ahí.       

- [[¿pero qué… habrá sido un sueño?]] Inspeccionó con la mirada su habitación, en donde encontró su uniforme  escolar sobre una silla que estaba junto a su cama. Se estiró para tomar su ropa y la desplegó un poco para verla mejor; la camisa estaba rasgada y toda la ropa estaba manchada de algo que parecía ser sangre. El peque se asustó y volvió a revisarse una vez más, pero no encontró señas de heridas- no… no fue un sueño… pero entonces qué fue… ¿qué… fue lo que sucedió?- se levantó de la cama aún aturdido y puso la ropa dentro de una bolsa.

Se dirigió al baño y ahí tiró la ropa, después se metió la ducha para poder aclarar su mente, cosa que no le resultó muy bien, ya que su mente se había inundado de más preguntas sin respuestas; ¿cómo había regresado? ¿De quién era la sangre que había en su ropa? ¿Por qué esos hombres no consiguieron hacerle nada? ¿O sí lo hicieron? Sacudió su cabeza para quitarse esas ideas y salió de la ducha, secándose con una toalla. Regresó a su habitación a vestirse y peinarse, y luego bajó a desayunar. En la cocina estaba su abuelo, lo que le pareció inusual, porque a esa hora él ya estaba afuera.

- ¡buenos días hijo!- le saludó con una cálida sonrisa 

- buenos días abuelito- dijo mientras se sentaba en una silla- abue, tal vez esto te suene extraño pero… ¿sabes cómo llegué a casa anoche? 

- ah, cierto, ayer te noté un poco extraño, por eso te esperé aquí. Bueno…- y su abuelo comenzó a contarle todo con lujo de detalle

--flash back—

- ¿dónde podrá estar mi nieto? Está muy retrasado y ya es muy tarde, espero que esté bien…- decía Salomon mientras esperaba en la cocina, ya alarmado por la tardanza del chibi. En eso, oyó que la puerta principal se abría, y por ella entraba Yugi, cabizbajo, ocultando su mirada con sus rubios mechones- ¡¡Yugi, por fin llegas!! Me tenías muy preocupado…- exclamó desde su asiento

···Lo siento Sr Motou, pero hubo un accidente en el laboratorio y tuve que quedarme a limpiar- le respondió el peque, aún sin mirarlo

- ¿qué es eso que está en tu ropa? ¿Acaso es sangre? ¿Estás bien hijo?

···Sí Sr Motou, estoy bien. Esto… es sólo un residuo de lo que estaba en el laboratorio… estoy cansado, me voy a mi cuarto… buenas noches- siguió avanzando y se encerró en su alcoba, dejando a su abuelo muy confundido.

--end flash back—

- pero lo que no entiendo es por qué me llamaste “Sr Motou”- profirió el abuelo al terminar su explicación. Después de transcurridos unos segundos, el peque decidió hablar

- creo que me aturdió un poco lo del laboratorio, jeje- trató de excusarse Yugi

- ah, bueno. ¿Quieres que lave tu ropa hijo?

- eh, no. Yo ya lo intenté y… esas manchas no se quitan, así que las tiré a la basura- odiaba mentirle a su abuelo, pero no quiso asustarlo, así que le siguió el juego. Desayunaron y luego el peque subió por sus cosas (N/A entre ellas el rompecabezas) y se fue a la escuela.

Ya ahí, empezaron las clases como de costumbre; una sarta de clases que de por medio eran aburridas, tediosas y confusas para la mayoría. Yugi aún seguía dubitativo, no se explicaba qué había sucedido, sus hipótesis no encajaban en lo que le había dicho su abuelo, y eso también hizo que nuevas preguntas surgieran; ¿por qué llamó a su abuelo “Sr Motou”? nunca le había dicho así. ¿Por qué no recordaba nada antes de desmayarse? Eso es, todo se volvió confuso cuando se desmayó. Al terminar la escuela, Yugi y sus amigos caminaban juntos, más o menos, porque el peque iba hasta atrás, ajeno de lo que sucedía a su alrededor.

- ¡¿oíste Yugi?!- le llamó la voz de Tristán, quien se había detenido con los demás para esperar al chibi.

- ¿eh, qué pasa?- respondió al incorporarse

- dijimos que vamos a ir al centro comercial a dar una vuelta,… ¿vienes?- le sugirió Tea, que lo miraba contenta.

- etto… sí, voy con ustedes- articuló un poco más alegre, lo que le sorprendió a los demás, hace mucho que Yugi no iba de paseo con ellos. Éste, por su parte, sólo quería alejarse un poco del asunto que lo aquejaba.

****************

Recorrieron varios lugares, mirando con curiosidad y entusiasmo las tiendas, y comprando en ocasiones algo. Yugi se veía más relajado, se había olvidado de lo que le había pasado anoche por completo. Ya estaban a punto de irse cuando Tristán recordó que debía comprar algunas cosas en la tienda de electrodomésticos, y sus amigos decidieron acompañarle. Entraron al establecimiento y todos comenzaron a seguir al castaño, Tea, Yugi y Joey, en ese orden. Cuando pasaron cerca de unos televisores, lo que se transmitía en ellos llamó la atención del tricolor. Retrocedió unos pasos, haciendo que el rubio también se parara. El peque se plantó ante ellos para mirar con más atención:

“… según las personas que estaban cerca del lugar no vieron nada extraño. El paradero del asesino de los dos hombres cerca del bar “Walk Heaven” aún es desconocido. Le advertimos a los televidentes que las siguientes escenas pueden ser muy fuertes, así que alejen a los menores y personas impresionables  del televisor…”

Yugi aún no podía creerlo, era el mismo lugar que había visto la noche pasada, el mismo nombre, “Walk Heaven”,no había ninguna duda. El lugar estaba salpicado de sangre, en las paredes, el piso, en todos lados. Las noticias mostraron los cuerpos de dos hombres; uno era de gran tamaño y corpulento, le habían arrancado totalmente el brazo derecho y tenía dislocado el hombro. Al parecer había muerto por desangramiento. El otro tenía torcido el cuello, parecía como si la cabeza estuviera a punto de desprenderse;  tenía varias cortadas en los brazos y un cuchillo estaba incrustado en su pecho, ambas piernas estaban quebradas, pero lo que más le asombró fue cuando mostraron su rostro, lo conocía, era el mismo sujeto del pañuelo, eran los mismos tipos que habían intentado violarlo… pero eso no era lo más aterrador, lo que lo aterió completamente fue sus expresiones de dolor y angustia en sus rostros, hasta parecía que habían llorado…

“… a pesar de esta trágica situación, los dos hombres asesinados eran criminales buscados desde hace tiempo por la policía, los agentes suponen que fue una pelea entre otra banda de criminales… más adelante seguiremos con esta noticia… en otro asunto,…”

- ¿oye viejo, estás bien?- preguntó un muy preocupado Joey al ver la cara de pánico del más pequeño. Éste no respondió, su impresión fue tan grande que se desmayó- ¡¡YUGI!!- gritó asustado el ojimiel, quien logró sujetarlo antes de que tocara el piso

··· ¿Joey, puedes llevarme a casa? No me siento bien- profirió el peque con un hilo de voz, casi inaudible para el otro

- ¿no preferirías ir a un hospital? Te vez muy pálido

··· No, sólo quiero ir a casa…

- sí, está bien- pasó el brazo alrededor de la cintura del menor y lo sacó de ahí. Prefirió no avisar a los demás que se iba, ya que el estado del chibi podría empeorar.

****************

Al llegar a casa de Yugi, sacó las llaves del bolsillo de éste y abrió rápidamente la puerta, para su suerte Salomon no estaba, así al menos no lo preocuparía. Cargó al pequeño en brazos y lo llevó hasta su habitación, donde lo recostó suavemente sobre la mullida cama. Le retiró los zapatos y se sentó junto a él, esperando a que se recuperara. El chibi cerró su ojos, aparentemente se había quedado dormido. El rubio acomodó sus mechones rubios tras su oreja y lo miró un buen rato, preocupado por su estado. Al cabo de un rato, Yugi comenzó a despertarse y se irguió rápidamente, asustado y confundido.

- ¿Joey, qué hacemos en mi habitación?- inquirió al verse en aquel cuarto junto con el ojimiel, quien lo miró sorprendido

- ¿qué? Pero si tú me dijiste que te trajera… te sentiste mal en el centro comercial y me pediste que te llevara a tu casa ¿no recuerdas?

- [[en el centro comercial… ah, ¡las noticias!]] ¡¡La televisión!! ¡¡Joey, enciende la televisión!!- le ordenó desesperado. El rubio tomó el control de la T.V. y encendió el aparato. El peque le arrebató el control y comenzó a buscar desesperadamente las noticias.

Al encontrar el programa, lo miró atentamente, no perdiendo cada detalle, quería saber qué era lo que le había pasado. Al estarlo mirando, Joey notó su preocupación por la noticia, pasó su brazo por la espalda del tricolor y lo atrajo hacia sí, tratando de que se tranquilizara. Así se quedaron hasta que la noticia concluyó; Yugi apagó el televisor y soltó un suspiro.

- ¿qué pasa Yugi? ¿Por qué te inquieta tanto esa noticia?- exclamó el rubio aún sin soltarlo

- es que…- no, no podía contarle lo sucedido, aunque fuera su amigo. No quería preocuparlo más- bueno, es una historia que intrigaría a cualquiera…

- ¬¬ me estás ocultando algo…

- no, yo te escondo nada Joey

-… no tiene sentido que te preocupes por esos tipos, en las noticas lo dijeron, eran unos criminales. Quién sabe cuántas personas hayan lastimado y cuántas personas hayan matado… se lo merecían…

- sí… tal vez- Yugi se quedó callado un poco, por supuesto que eso no era lo que lo preocupaba, sino el hecho de que él tal vez fue el último en verlos con vida… además de que la sangre que tenía su ropa pudo bien haber sido de esos dos. Aún no podía darle explicación a su situación, todo indicaba que él los había asesinado, pero él no pudo haber sido, simplemente por el hecho que no pudo zafarse de ellos cuando lo intentó, tuvo que ser alguien más. Entonces se dio cuenta de que el rubio lo estaba abrazando, además de que estaba muy pegado a él, esto hizo que un tono rosado se dejara ver en sus mejillas- Joey ya… ya  me puedes soltar… ya estoy mejor- le hizo ver el peque

- n///n jeje, gomen- lo soltó rápidamente- Creo que me distraje, ¿pero seguro que estás bien?

- hai ^.^ no te preocupes

- ok, entonces me voy… nos vemos mañana- se levantó de la cama y abrió la puerta de la alcoba

- adiós… ne, Joey… gracias

- no hay de qué- cerró la puerta y salió de la casa.

Yugi se quedó pensando una vez más, había algo que no estaba bien, algo le sucedía. Reflexionó, todo lo que le había pasado había comenzado cuando se desmayó, lo de esos tipos, lo de su abuelo, también lo de Joey. Así que la única explicación que encontró fue que era sonámbulo o algo así, aunque no estaba del todo convencido. Tomó el rompecabezas entre sus manos y lo miró un buen rato.

- no… no puede ser- dijo en voz alta mientras soltaba el artículo. Pero en su corazón quería creer eso, que su yami aún estaba con él y lo había salvado; pero Atemu no pudo haber asesinado a esos hombres, él no era un asesino a sangre fría, era alguien con un buen corazón; entonces pensó que algo más le pasaba. Tal vez había otro espíritu que trataba de controlarlo, y al recordar los cuerpos mutilados de sus agresores empezó a asustarse de nuevo. Esa otra presencia no podía ser buena, pero ¿por qué lo había ayudado?

Continued…    


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