Cap III. Despair ·:Desesperación:·
Yugi seguía moviéndose insistentemente sobre la cama, tratando de buscar la mejor postura para conciliar el sueño; ya pasaban de las 2 de la mañana, y al ver que sus esfuerzos no lo llevaban a nada, encendió el radio a bajo volumen y comenzó a cambiar las estaciones, buscando algo de música que le agradara. Cuando se aburrió de estar cambiando, dejó una estación al azar y cerró los ojos para pensar un poco, y fue entonces que puso atención a lo que escuchaba:
… En esta vida obscura, absurda sin él
Siento que se ha convertido en centro el fin de todo mi universo;
Si tiene límite el amor lo pasaría por él,
Y en el vacío inmenso de mis noches yo le siento…
No supo cómo ni por qué, pero el recuerdo de su yami se hizo presente conforme avanzaba la canción; era como si esa canción fuera dirigida a él y a cómo se sentía en ese instante (N/A como odio cuando eso me pasa ¬¬)
Le amaré como le pude amar la vez primera;
Que un beso suyo era una vida entera,
Sintiendo cómo me pierdo por él…
Entonces empezó a preguntarse muchas cosas; ¿por qué seguía pensando en él? ¿Por qué lo extrañaba tanto? ¿Era porque Atemu era parte de él o… porque era especial para él? ¿¿
O quizá sentía algo más por él?
Se fue, se fue el perfume de sus cabellos
Se fue el murmuro de sus silencios,
Se fue su sonrisa de fábula…
(N/A por si no se les hace obvio, la canción se llama “se fue”, de Laura Pausini)
- que estupideces estoy pensando…- se dijo antes de apagar el aparato y tratar de dormir nuevamente. Pasó toda la noche revolviéndose entre las sábanas tratando de dormir, cosa que no pudo hacer.
***************
Se levantó pesadamente mientras soltaba un gran bostezo, debido a que no había podido descansar en toda la noche. Eran muchas las interrogantes en su mente y no pudo darle contestación a ninguna, al contrario, surgieron muchas más. Después de hacer su rutina de la mañana, se fue a la escuela. Al llegar se recargó en su pupitre y trató de descansar un poco, pero sus ruidosos amigos se lo impidieron.
- ¿ne Yugi, a dónde te fuiste ayer?- le cuestionó Tris golpeándolo en la espalda, lo que hizo que se irguiera.
- ya te lo dije Tristán, no se sentía bien- interrumpió Joey al mismo tiempo que lo alejaba del peque.
- pues parece que sigue sin sentirse bien- comentó Tea al ver la cara de cansancio del tricolor.
- oye viejo, te ves fatal ¿te encuentras bien?- le comentó el castaño.
- no es nada, es que no dormí bien anoche- respondió Yugi
- ¡ah, ya! Seguramente estuviste estudiando para el examen de historia
- O.O! ¡¿Examen de historia?!- la noticia hizo que se despertara, de verdad lo había olvidado.
- ¡¡chicos, ocupen sus lugares; es hora de comenzar con el examen!!- anunció el profesor de historia mientras entraba. Los alumnos le respondieron con un sonido de molestia (N/A es ese que hacemos todos: ahhh…)
Comenzó a repartir los exámenes y después todos quedaron en silencio, tratando de concentrarse. El chibi sí que estaba en problemas, no sabía nada y necesitaba mínimo un 8 de calificación para pasar la materia. Miró a todos sus compañeros, buscando alguien que le pudiese ayudar. Pero no encontró a nadie, toda la clase era mala en esa materia, algunos se golpeaban la cabeza, como tratando de sacarse las respuestas de la mente; otros intentaban copiarle al de al lado, y algunos más ya se habían dado por vencidos y sólo jugaban con la hoja o el lápiz, o cualquier cosa que tuvieran a la mano. Yugi sintió cómo un gran cansancio lo invadía, sus párpados comenzaban a cerrarse, hasta que se quedó dormido sobre su banca.
***************
Al despertar notó que su examen ya no estaba, y de que casi era hora del descanso. Observó alrededor suyo y vio que ya nadie tenía el examen y hablan entre sí; entonces dirigió su vista al profesor y se dio cuenta de que éste ya estaba calificando la dichosa prueba; entonces se preocupó mucho, no sólo no había contestado nada, sino que también se había quedado dormido. Ahora, además de reprobar de seguro lo expulsaban por usar la banca de cama. Al sonar el timbre que anunciaba el receso, todos los alumnos salieron en estampida.
- les entrego sus resultados después del descanso- profirió el maestro desde su escritorio.
Yugi se reunió con sus amigos para almorzar, ellos conversaban sobre el examen y cómo creían que serían sus resultados, y el peque sólo escuchaba, o eso parecía, porque la verdad ni siquiera les hacía caso, estaba muy preocupado por su situación. Una vez terminado el descanso, los alumnos regresaron al salón, y le rogaban a todos los dioses que lograran pasar la materia.
- bueno chicos, aunque sus resultados no fueron los más altos, la mayoría logró pasar
- ¡¡¡EHHHH!!!- gritaron emocionados todos
- ¡silencio! Dije que la mayoría. Los alumnos reprobados son- el chibi cerró sus ojos, esperando oír su nombre- Suichi Koji, Jazmine Ritz, Rey Tachibana, Kentarou Matsumoto, Robert Conrad, Spencer Austen y… Joseph Wheeler.
- ¡¿qué?!- reclamaron los nombrados. El tricolor se asombró de no haber sido mencionado en la lista, de seguro lo expulsaron y por eso no lo nombraron.
- ah, por cierto, Yugi Motou…- el susodicho se cubrió los ojos para recibir su fatídica sentencia- felicidades, fue el único que obtuvo la calificación más alta, un 10 perfecto- todos en el lugar lo voltearon a ver con evidente asombro. Pero de lo que no se dieron cuenta es que el mismo Yugi estaba más pasmado que ellos.
- [[¿por qué?]]- se preguntó. Él no había hecho ese examen, ni siquiera lo terminó de leer, ni siquiera le había puesto su nombre. ¿Quién respondió ese examen? Era obvio que nadie de sus amigos le había ayudado, ya que el profesor dijo que todos habían salido bajos, ¿entonces quién fue? Ya no soportaba esa presión- ¡¡¡¿QUÉ DIABLOS PASA CONMIGO?!!- gritó furioso mientras se ponía de pie. Las miradas de los demás seguían sobre él ante su reacción. Yugi salió corriendo del aula, desesperado por no saber qué le pasaba- sólo… hay una forma de saberlo…- habló para sí mientras corría.
Se dirigió a la piscina que había la escuela y se deshizo rápidamente de su vestimenta, a excepción del rompecabezas, la camisa y la ropa interior. Subió el alto trampolín y miró hacia abajo. Él no sabía nadar, así que si podía salir de esa alberca él solo significaba que había “alguien más” dentro de él, y que de verdad no lo había hecho solo. Y si no salía, hasta ahí había llegado, pero no le importó poner su vida en riesgo, después de todo había perdido las esperanzas de vivir desde hace tiempo. Brincó un poco sobre la tabla antes de arrojarse al agua, apretando sus ojos violáceos, esperando a sentir el golpe del agua en su cuerpo.
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- ¡¡Yugi, despierta!!- le habló la voz de Joey. Abrió sus ojos y se dio cuenta de que ya estaba fuera del agua, y que todos sus compañeros le miraban expectantes. Se levantó veloz del suelo y tomó al rubio por la camisa
- ¡¡Joey, dime por favor que tú me sacaste de la piscina!!- le miró fijamente a los ojos, esperando su respuesta.
- pues… no, yo no fui. Cuando llegamos ya estabas afuera- le respondió el ojimiel un poco asustado por su actitud.
- joven Motou, si no se siente bien, debería regresar a su casa- le sugirió el profesor. Yugi asintió y se puso su ropa nuevamente para poder irse.
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Al llegar a su hogar, fue directo a su habitación y cerró la puerta con violencia. Aventó su mochila al suelo y se quedó quieto un momento, escuchando su propio silencio. Pasó toda la tarde así, estático y temeroso, esperando a que algo ocurriese. Ya por la noche, su paciencia terminó por extinguirse…
- ¿por qué?- dijo a la nada- ¡¿por qué haces esto?!- tomó el radio y lo arrojó al piso- ¡¡¡¿QUIÉN ERES?!!! ¡¡¿QUÉ QUIERES DE MÍ?!!- comenzó a lanzar sus cosas por todos lados, rompiendo algunas de ellas - ¡¡¿POR QUÉ NO ME RESPONDES?!!- sus lágrimas aparecieron en sus ojos amatistas y se dejó caer sobre la cama.
Su llanto se hizo cada vez más desolador conforme el tiempo transcurría, dejando salir uno que otro grito de vez en cuando. Después de un rato sintió que sus lágrimas dejaban de brotar y que volvía a caer en un sueño profundo.
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Despertó en un lugar extraño, pero al fijarse mejor se dio cuenta de que no era extraño, es más, era un lugar que conocía muy bien. Se levantó del suelo y miró una vez más, aún no creía que de verdad estuviera ahí. Enormes y largos pasillos que parecían ser de una tumba egipcia; cientos o quizá, miles de puertas por todos lados; un sin fin de escaleras retorcidas que parecían llevar a cualquier parte; un verdadero laberinto.
No podía ser cierto, no podía estar ahí,… era el interior del rompecabezas, era la mente de su yami. Aún no comprendía por qué estaba en ese lugar, no podía estar en ese sitio… era imposible… cuando Atemu se fue, se llevó con él todos sus recuerdos, la magia del artículo y todos sus secretos,… el rompecabezas, que era usado para resguardar su espíritu, ahora era sólo un objeto sin valor alguno, él no podía estar de verdad en su interior. Recorrió los interminables pasillos, buscando explicación de lo que sucedía. Una silueta humana se empezó a formar delante suyo y a avanzar a él. Al principio era sólo eso, la silueta de una persona, pero poco a poco la sombra comenzó a tomar una forma más específica, la de esa persona que tanto quería ver desde que lo abandonó…
- [[no… no puede ser él… no puede… no puede]] At… ¿Atemu?
Continued…