Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AMORIS CAUSA por Whisperyuki

[Reviews - 106]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola gente hermosa. Se que no tengo perdón, después de desaparecerme por 6 meses (creo) estaran en todo su derecho de licharme. En fin. Para todos aquellos que aun tengan interes en la historia les traigo un nuevo capítulo.

Advertencia1: Tiene lemmon.

Advertencia 2: NO me vayan a linchar si no es lo que esperaban (y no lo será).

Ron se estaba cansando del parloteo por parte de la mujer acerca de un libro en colaboración, una gira   y sabrá que cosas en tema del secuestro de Viktor, pero  sobre todo de su voz melosa; así que lo más cortés que pudo cortó la diatriba. -Le agradezco, pero no estoy interesado.

 

La representante  pestañeó confusa, como si le hubiera tomado desprevenida el hecho de que no cumpliera sus deseos. Luego, con una sonrisa que Ron estaba  cien por ciento seguro que estaba patentada para convencer a cuanto incauto se dejara, le sonrió encantadora. -Es una gran oportunidad. Sería famoso y rico.

 

-¿Por hacer mi trabajo? No gracias. Sí ese fuera el caso conozco a muchos compañeros que ese merito lo obtendrían con creces por su arduo labor de años.

 

-¿Hay algo más por lo que no acepte?- Alana preguntó, entre tentativa y calculadora.

 

-Ahora resulta que solo era trabajo.- Viktor se molestó al escuchar aquello.

 

Ron respiró profundo.  Merlín, un ataque a dos frentes y Viktor había dado un golpe bajo, como si tuviera el derecho de sentirse ofendido cuando él había recalcado en repetidas ocasiones que él estaba solo para cuidarlo.  No le pasó inadvertido el leve gruñido en la voz del búlgaro- No negare- esto lo dijo viendo a Viktor- que hice mi labor movido por mis sentimientos de… aprecio a su persona. Como tal no busco el reconocimiento ni fortuna.

 

-¿Entonces porque demonios fue toda esa farsa?- Los oscuros ojos de Viktor relampaguearon de algo indescifrable.

 

Los sentidos de Ron se crisparon ante la acusación ¡Eso era jodidamente rudo! Él estaba tratando de ser una persona madura, al parecer ese no era el caso de Viktor. Antes de que pudiera regresarle, aunque fuera verbalmente, el revés fue interrumpido por la llegada a la mesa de su madre, que cargaban sendos platos con comida y tarta para los búlgaros. Fueron tensos los minutos que pasaron entre que su madre  dejaba la comida y charlaba brevemente con los invitados tratando de ser una buena anfitriona, esos minutos fueron suficientes para bajar su sulfurado humor. Su má se retiró a la mesa de al lado, lo suficientemente alejada  para que continuara con el tema y no ser reprendido por “tratar mal a las visitas”. Ignoró a propósito a Viktor, solo para molestarle, y se dirigió a la representante- Precisamente esta es la razón. Estoy harto de que me acusen de trabajar en esto solo por fama o conectes. No quiero dar pie a que especulen MIS razones.- Se levantó de la silla, aupó a Albus en su regazo. –Agradezco su ofrecimiento y me siento halagado de que pensara en mí; pero le reitero, no estoy interesado.- Como si a Ron le hubiera salido otra cabeza, o fuera aquejado de un brote repentino de spattergroit, Alana  lo miro con ojos incrédulos y Viktor puso mala cara. Ron se vio tentado a reírse por las caras que pusieron los búlgaros. Que alguien los rechazara o los pusiera en su lugar era raro, por lo visto. Bueno, había sido suficiente.- Con su permiso, me retiro. Debo llevar a este niño con su madre. Que disfruten de la fiesta.- Se despidió.

Ron pasó a un lado de Viktor. En un impulso palmeó el hombro del pelinegro y le dijo en una voz baja -No fue ninguna farsa, realmente me preocupo por ti.

 

Hubiera sido lo más digno pasar sin más, pero bueno, Ron no era así. Aunque, solo para conservar un poquito la dignidad no miró hacia atrás.

 

*******************************************************

 Días después.

 

Viktor estaba completamente molido después de una jornada extenuante de entrenamiento. Recargó su frente en la puerta y suspiró desalentado. Nada le iba bien últimamente.  Como ejemplo el día de hoy; el entrenador lo había puesto verde después de repetidas fallas. El dolor sordo de su muñeca derecha le urgió a entrar a casa, lejos de las miradas ajenas para poder regodearse en autocompasión. Se quitó la capa y las botas a medio entrar y fue directo a la nevera, sacó una botella de agua mineral y bebió con avidez. La muñeca volvió a punzarle y maldijo en voz alta ¿Por qué no podía dejar de dolerle? No importaba cuantas pociones bebiera o terapia física hiciera, el puto dolor no se iba y para colmo estaba interfiriendo en su carrera. A ese paso tendría que retirarse prematuramente; algo que lo desconsolaba infinitamente, él vivía por el Quidditch.

 

La chimenea vibró y las llamas tornaron un color vivo, haciéndole saber que tenía alguien por contactarse con él. Sabiendo que la única que se contactaba con él era Alana contestó sin ganas.

 

-Por favor Alana, no hoy.

 

-Viktor, te lo reitero, tienes que ayudarme con Ronald Weasley.

 

-Solo admite que te encaprichaste con él.

 

-De ninguna manera es un capricho ¿tienes idea de la fortuna que nos está costando que él no acceda? Son, literalmente, millones de galeones. –Suspiró-No te pido nada difícil Viktor, y ya que te negaste a hablar con él.- reprochó la mujer.

 

-Te he dicho que no sé dónde vive.- Respondió cauteloso. Y no era mentira, las veces que fue al apartamento fueron en aparición conjunta y no tenía ni la más mínima idea de donde estaba el lugar. Y realmente no quería verle. Por alguna extraña razón temía de sus reacciones.

 

-Tal vez, si le preguntaras a tu amiga…

 

-Ni hablar. No meteré ha Fleur en esto.- Ella era capaz de cortar sus bolas y servirlas de cena si se enteraba que estaban acosando a alguien de su familia.

 

-¡Se me están acabando las jodidas opciones! Nadie quiere darme informes de él ¿puedes creerlo?

 

 

-Él ya dejó claro que no está interesado, Alana.- Viktor claramente estaba imaginando que para esa altura Alana estaba taconeando furiosamente el piso, molesta a más no poder por las reiteradas negativas del pelirrojo y conocidos. - Entiende, por mucho que tu red de información pueda hacer, en este país los aurores tienen seguridad adicional acerca de su vida familiar. Ahora imagina la seguridad que tiene el tan llamado “Trío de Oro”.- Viktor masajeó su sien izquierda. Explicarle a Alana las razones del porque no era fácil contactar con Ron se estaba volviendo agotador, como cuando le explicas a una niña los porqués de algo.

 

-¡No lo acepto! ¡Debe haber una manera!- La tensión era palpable en el grito frustrado.

 

Viktor abrió muy grandes los ojos. Su representante se había convertido prácticamente en una acosadora.- Cálmate. Sinceramente me estas asustando.

 

Ella reaccionó- Oh por…perdón querido. Solo que este asunto me está frustrando más de lo normal.

 

-Como cliente al que le incumbe, te pido que lo dejes esto por la paz.

 

Ella suspiró dramáticamente- Dame tres días más.

 

-Ni uno más.

 

-Muy bien. Cambiando de tema ¿Cómo te fue en la práctica?

 

-Eerr, bien, hay unos pequeños problemas de entendimiento, pero lo normal.

 

-Sigue así. Oh, mira la hora, te dejo, Viktor. Debo ir a ver al investigador.

 

-Alanaaaa…- La mujer era imposible.- Por favor, no te excedas.

 

Cortaron la comunicación. Viktor terminó con jaqueca y completamente agotado. Miro el calendario que pendía de la pared, reflexionando. Uno de sus compañeros de equipo le había invitado a salir. Viktor, no queriendo quedar como un antisocial y también deseoso de expandir su círculo de conocidos en Inglaterra, había aceptado. Eso había sido en la mañana, cuando había estado fresco como una lechuga y no imaginaba el infierno de día que iba a tener.    Podía cancelar, su compañero iba a entender que no estaba de ánimos ya que el mal día fue general, pero la temporada de Quidditch estaba a la vuelta de la esquina, lo que provocaría que no estuviera libre por un buen tiempo, debía a provechar la salida. Renovando fuerzas fue a refrescarse y ponerse ropa casual, unos jeans, remera y una chaqueta. Ya de salida regresó sobre sus pasos a por unos lentes tintados, para esconder mejor su identidad. No era necesario, ya que iban a escaparse a la zona muggle, pero el pequeño accesorio le daba tranquilidad.

 

Se encontró con Jonah Lowasky en el Caldero Chorreante y ambos salieron al mundo muggle charlando animadamente. Llegaron a una zona cerca del Támesis, llena de paseantes disfrutando la vida nocturna del lugar. Al ser magos no tenían idea de a dónde ir, así que Lowasky le pregunto a un par de chicas por algún lugar. Las chicas frente a ellos los vieron con ojos evaluadores, sonrieron y les dieron una dirección que ellos tomaron a cuenta memorizar. Sin prisas, y sin admitir que andaban un tanto perdidos, anduvieron por las calles londinenses. Llegaron al lugar, en la entrada se aglomeraban las personas tratando de llamar la atención del portero para que los dejaran entrar. Corrieron con suerte; el portero, después de avaluarlos, los dejó pasar. Dejaron sus chaquetas en el guardarropa y se adentraron.  El lugar brillaba por las luces de neón. El ambiente estaba pesado por la cantidad de cuerpos que se movían al compás de la vibrante música y el olor a incienso mezclado con un sutil olor a alcohol y sudor. Nada extraordinario, salvo por una sola cosa.

 

Era una discoteca gay.

 

Viktor no pudo decir nada por el shock momentáneo ¿Qué les hizo pensar a esas mocosas que quería ir a un lugar gay? Bueno, no es como si le molestara, pero era un tanto perturbador que ellas al solo verlos lo asumieran.

 

-Oh, vaya. Que incómodo. –Musitó su compañero.

 

Viktor se tensó.

 

-Oye Krum ¿te molesta si nos quedamos un poco?

 

-Oh, claro que no.- Carraspeó- ¿Tú no tienes inconveniente?

 

Jonah largó un suspiro de tranquilidad.- Para nada, de hecho, ejem, soy bi.

 

Viktor esbozó una sonrisa. - No hay problema, de hecho, soy lo mismo.

 

Ambos rieron incómodamente aliviados. Las preferencias sexuales de los compañeros de trabajo eran irrelevantes; pero si era incomodo venirse enterando de ellas de manera tan inesperada y poco personal.

 

Lucharon ante la marea de cuerpos hasta llegar a la barra. Ambos pidieron bebidas sin alcohol, no querían terminar ebrios en el mundo muggle. Se dejaron llevar por el ambiente,  Intercambiaban cortas palabras y escaneaban el lugar con real curiosidad. Un tipo lindo de cabello negro se acercó a Lowasky y se puso a charlar con el animadamente, raro ya que el ruido les impedía conversar fluidamente. Viktor sonrió y levantó su vaso en brindis cuando ambos hombres se alejaron, internándose en la pista de baile y sacudían el cuerpo al son de la música. Lowasky, la verdad sea dicha, sin ninguna gracia.

 

El búlgaro se apoyó en el mostrador y bebía a sorbos pequeños. Jonah sacudió su mano, invitándole a que se uniera a bailar, Viktor no iba a desairar la propuesta, dejó el vaso medio vacío en la gastada barra y fue a donde su compañero y se puso a bailar solo. Sus caderas se movieron al ritmo de la música que le envolvía. Se sintió de nuevo joven,  sus preocupaciones deslizándose fuera en cada acorde.  

 

Justo lo que necesitaba.

 

Su cuerpo seguía su propio ritmo, alzó las manos y cerró los ojos, dejándose llevar. Sintió varios cuerpos restregándose contra él, tratando de llamar su atención, él solo se dejó querer. Cuando abrió los ojos vio una particular figura que llamo su atención.  El joven que bailaba frente a si se veía delicioso con su esbelta espalda delineándose tras su camisa trasparentes y sus ajustados jeans. Si no recordara que estaba en territorio muggle juraría que el chico lo estaba hechizando con su cuerpo.

 

El chico giró su rostro y le guiñó un ojo con coquetería. Este retrocedió hasta quedar prácticamente estampado contra el pecho del búlgaro moviéndose al compás del seductor ritmo que Viktor marcó al mover sus caderas. La música vibraba a través de él como si su cuerpo fuera un instrumento de percusión tan intenso, concentrándose principalmente en su entrepierna. Empezó a sentir sus pantalones más ajustados en esa parte.

 

El joven se deslizó por su cuerpo, quedando frente a frente, paseando sus manos por el robusto cuerpo extranjero. Sus penes se sincronizaron al ritmo de lugar. El chico se puso ligeramente de puntillas, acercó sus labios a su oreja y musitó seductoramente- ¿Quieres joderme?

 

Oh maldición ¿quién era Viktor para negarse ante semejante propuesta? Una veta de lujuria que había estado oculta hace tiempo brotó en borbotones. Antes de que cualquier duda lo pudiera asaltar un empujón del lindo y redondo trasero en su miembro despierto borró toda duda. El chico tomo su mano y lo arrastró al cuarto de baño. En el  camino vio a varios hombres follando como si no hubiera un mañana. No le importo en lo más mínimo. Allí el solo era un tipo extranjero en una tierra extranjera buscando algo de diversión, diversión que sería proporcionada en breve por un malditamente caliente hombre.

 

El baño era bastante decente, para ser el baño de un club. No pudieron encontrar ningún compartimiento libre, así que por el calor del momento les importó bien poco quedarse a la mitad del servicio comiéndose prácticamente a besos y restregándose como si fueran perros en celo.

 

El chico se deslizó a través de su cuerpo hasta llegar a su entrepierna, desabrochó el pantalón y Viktor se puso tenso. Había olvidado que llevaba oculta su varita en la pernera del pantalón. Suspiró aliviado cuando solo, y como era de esperarse, su miembro semi erecto fue sacado. El chico prácticamente ronroneo cuando le probó. Con gula chupaba y jugueteaba con sus bolas.

 

Era una impresionante vista a contemplar el cómo su pene desaparecía entre aquellos rosados labios. Su miembro pulso con fuerza al notar, gracias a la mejor iluminación,  que el cabello de aquel chico era de un castaño rojizo. Deslizó sus manos por la cabeza del chico y acarició las suaves hebras,  embelesado.  Sujetó la cabeza con firmeza y empujo sus caderas con fuerza.-Eso es, chúpame.- El chico puso más ahínco en su trabajo.  Viktor solo pudo echar su cabeza atrás y gemir por lo fabuloso de la mamada. Cuando bajó la vista chocó su negra mirada con la del chico, parte de él se decepcionó al toparse con una mirada castaña en lugar de unos preciosos ojos azules.

 

Con un suave plop fue liberado de la hambrienta boca- Por favor, fóllame.- gimió el chico, que se levantó presto y bajo sus pantalones en un fluido movimiento, para inclinarse en el lavabo, exponiendo su rosado y, por lo visto, lubricado agujero. Al parecer acababa de ser jodido por alguien más o él chico era de los que sabía a lo qué iba.

 

Viktor no desperdició tiempo, solo bajó sus jean, lo necesario. –Espera.- El chico dijo. Rápido revolvió entre sus pantalones que estaban en sus tobillos y saco un pequeño sobre, con cuidado rasgó la envoltura y con cuidado, incluso con cariño, puso el condón en el pene de Viktor. Satisfecho por su trabajo el chico le dio un pequeño beso a la punta del miembro y volvió a su anterior posición.- Estaba tan ansioso de sentirte que casi se me olvida.- gorgoreó.

 

Viktor se encogió de hombros. Tomó su pene y lo guio al interior del más pequeño hombre. Tan jodidamente apretado.

 

-Aaah, tan grande.- El chico gimió, levantando más su redondo trasero- Jódeme duro.- suplicó.

 

Viktor tomó sus caderas y empujo rápido y profundo, como si no hubiera un mañana. Era sexo sucio y duro. Y le encantó.

 

-Más duro.- gritó el chico, mientras empujaba su culo en esperanza de tomar más de Viktor. Gemidos por todo lo alto retumbaban en eco en el  baño, intoxicándolo. Viktor apoyó su pecho en la espalda que le había hipnotizado. Tenía el suave cabello rojizo tan cerca, que hundió su nariz en el y aspiró el olor a champú frutal. Eróticos gañidos  escapaban de ambos y por un momento el búlgaro cerró los ojos, abrumado por las sensaciones.

 

-Ginger.- murmuró arrobado.

Jadeó pesadamente cuando el culo del otro apretó más seguido. Viktor  necesitaba más, necesitaba liberarse, necesitaba marcarlo con su semilla, tan profundo que no lo quedara duda a quien pertenecía. Estiró su mano y agarró un puñado de cabello, haló con fuerza y le plantó un beso voraz mientras empujaba más profundo y con fuerza. El chico gimió entre el beso desesperadamente. Se había corrido y su culo se contrajo  en erráticos espasmos, tan fuerte que creyó que le arrancaría el miembro. Viktor bombeó unas cuantas veces más antes de correrse al grito de ¡Ginger! Con su mentón apoyado en el pecho Viktor jadeaba pesadamente después de haberse corrido. Le dio un vistazo a su obra, el chico completamente despatarrado sobre el lavabo, respirando pesadamente, viéndose bien follado. Y él completamente contrariado después de salir de la bruma post orgásmica.

 

Como un zombi se movió, limpiando lo mejor posible el lío hecho, para salir pitando de allí. Llegó a la barra, buscó con la mirada a su compañero, que estaba a unos cuantos asientos más allá. Le deba pena interrumpirle el buen momento, pero al menos quería decirle que se largaba del club para que no se preocupara. Su compañero lo miró ceñudo, pero no puso objeción a que se fuera solo.

 

Salió del local. Una ligera brisa hizo que su piel se pusiera de gallina cuando el sudor empezó a secarse. Mientras buscaba un lugar solitario para poder aparecerse con seguridad fue pensando en lo recién ocurrido.

 

Que malditamente lento era, joder.

 

La razón porque se había dejado envolver por el chico, la razón porque se dejó llevar en uno de los mejores orgasmos de su vida fue porque lo había usado para suplantar a otro. Pero ni el cabello era el mismo, ni la blanca piel, ni el olor de su cuerpo. Había tenido que cerrar los ojos para rememorar aquellos ojos, aquellos labios, aquel cuerpo y por Merlín que después de eso se había dejado llevar con singular alegría.

 

 

La había jodido, literalmente, para darse cuenta que estaba no solo caliente por Ron Weasley, sino también un poco de lo otro por el pelirrojo.

 

Mierda ¿y ahora qué?

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por su infinita paciencia.

La vida a sido un poco complicada, en fin, no les contare mis penas, que se que ustedes tendrán las suyas y lo que quieren es olvidarse de la vida por uno rato.

 

Agradezco su lectura y sus comentarios ¿qué tal me quedo el lemmon? Ahora imaginen como estara cuando ambos cabezas duras den u brazo a torcer.

 

Byeee.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).