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AMORIS CAUSA por Whisperyuki

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Notas del capitulo:

He vuelto!

 

Ron estaba tras bastidores, sentado con una pierna cruzada cómodamente en un pequeño lounge, solo, esperando entrar a la rueda de prensa por la presentación del Año Dual.

-...y estrechar las relaciones entre ambos países.- Musitó por enésima vez la última frase de la hoja que sostenía como si fuera un bicho. Crispó el labio. En serio ¿Qué los discursos los escribía la misma persona? Sonaba tan rutinario y común que pensó que cualquier otro lo podía leer y nadie se daría cuenta.  Estrujó el papel hasta hacerlo una bolita. Estuvo tentado a botarla sobre su hombro, pero mejor  la vio reducirse en minúsculos pedazos tras trocearlo. Mucho mejor. Miro en rededor para ver si nadie había visto cómo se deshacía de los pedazos. Todo bien.  Reconoció a algunos de sus compañeros del Ministerio, un par de cantantes famosos ingleses y un escritor. Si estiraba un poco el cuello podía ver, a la  que suponía, era la comitiva búlgara ya que estaban hablando con Krum y su representante. Todo mundo estaba tan tranquilo conversando. Maldición, era un jodido pez fuera del agua. Todo solitario sentado literalmente en un rincón.

Bufó. Como si eso fuera el mayor de sus problemas actuales. Tratar con la criptica actitud que había tomado Said tras la visita a sus padres sí era un real problema. Visita que de hecho había sido corta y toda secretos. Esto lo desconcertaba profundamente; porque de algo que podía jactarse de su novio era su actitud sincera y abierta, tanto que a veces lo metía en problemas. O al menos eso creía. Al caso.  Ahora le tenía que sumar  hablar frente a una multitud de invitados nacionales y extranjeros, sumando a los periodistas.

Podía hacerlo. Pan comido. Se repitió su nuevo mantra mientras masajeaba su sien.

A la mierda, no podía hacerlo.

¿Cuándo él, en todos sus años, había podido manejar a las multitudes? Nunca.  De solo recordar Hogwarts, cuando era guardián y moría de pánico escénico en cada partido, se le erizaba la piel.  Él se dedicaba a cazar a los malos y castigarles; el papel de ser porta voz  siempre se lo había dejado a gente más capaz, como Hermione o en su defecto Harry. Era un trato justo y que había funcionado de maravilla. Hasta ese bendito día.

El plan original era estar de cuerpo presente en la conferencia; no ver, no hablar, no escuchar. Poner una sonrisa tipo reina de belleza y ala, ya está. Ese era el acuerdo al que había llegado con Harry. Pero Rogers, en toda su jodida existencia, se le acercó a solo unos minutos de que empezara “el show”,  le había dado un pequeño discurso y  le pidió “amablemente”que lo memorizara “por si las dudas”. Ron le reclamó que ese no era el acuerdo, pero Rogers había pinchado en su orgullo de no ser capaz de manejar la presión. Ron había respondido, de manera bastante previsible cabe decirlo, que él lo haría.

Estúpido ego.

Ahora estaba atrapado en un lugar donde no deseaba estar hasta pasar el circo. Tenía mejores cosas que hacer, como irle a patear el trasero a un delincuente para sacar toda la frustración que traía encima.

-Señor Weasley ¡Que agradable verle!

Ron se enderezó en un acto reflejo. Merlín  y todo su corte, no podía ser posible. ¿Acaso era el día de jodan al pelirrojo? No iba a disimular su  disgusto, pero tampoco iba a ser grosero. Respiró hondo, se levantó por educación   y se enfrentó a la pesadilla búlgara.

-Buen día, señorita Isacova. Señor Krum.- Cabeceó en saludo a la mujer, que iba escoltada por su representado.

-Oh, por favor, llámame Alana.

-No es ético.- Y porque no le daba la gana, quiso agregar.

-Insisto.-Reiteró la terca mujer

Apenas se percató que del otro lado escoltando a la mujer, ofreciendo su brazo de apoyo era el mismísimo jefe de Cooperación Mágica búlgaro. -Oh, querido, que descuidada soy. Histro Drobev, este es Ronald Weasley. Ron, querido, este es nuestro jefe de Cooperación Mágica. Es un placer para mí presentarlos personalmente.

-Un gusto.- Saludo Ron cortés, extendiendo su mano para estrechar la del político ya maduro. Lejos del formal apretón de manos que esperaba, fue halado para recibir un beso en cada mejilla, el ultimo siendo mucho más largo que el primero a la par que el hombre ronroneaba-El placer es todo mío.- Ron quedo pasmado ¿Qué diablos? Quería tallar  su mejilla para quitar la espeluznante sensación.

- Su Ministerio ha hecho una magnífica labor.- El hombre dijo con su sonrisa de político. Daba repelús.

-Eso he visto.- ¿Qué más podía responder Ron? Sinceramente era ignorante sobre la logística del evento; después de todo él era un simple auror que ni siquiera estaba allí en el equipo de seguridad, donde seguro le hubieran explicado algo.

-Esperamos que sea una gran conferencia. Lo necesitamos para mejorar nuestros pobres lazos.-El tono condescendiente del hombre  fue molesto.

– Hacer eso va más allá de meramente un acto protocolario; se necesita de la voluntad y  la calidez de la gente para lograrlo.- Ron no pudo, ni quiso, evitarlo.  Por lo visto el tipo tenía la misma  fastidiosa  opinión de la clase política, donde todo se componía con pomposas ceremonias y rimbombantes discursos. Machacó sus molares y manos al ver la jodida  sonrisa del rostro de los tres búlgaros. 

El chico del staff organizador se acercó, pidiéndole que lo siguieran al salón para acomodarles ya que todo estaba listo. Bien, hora del show. Ron no objetó, es más, lo siguió con gusto que caminaba dando pasos fuertes. Sus plegarias habían sido escuchadas y solo terminando el bendito mitote saldría pitando del lugar alegando trabajo. O lo que fuera, todo en pos de no estar allí.

 

*****************************

Todo terminó para bien. La multitud se iba dispersando quedando cada vez más solo el lugar. Diablos, Ron en serio quería largarse pronto, pero esperó un poco para no quedar atrapado en el gentío.  Iba camino a la salida cuando divisó a solo unos metros de la puerta  al grupo búlgaro. Eso no iba a ser bueno, no quería quedar atrapado en otra incómoda charla con ellos. Dio media vuelta para buscar otra salida, así fuera la de emergencia de ser necesario. Oportunamente se topó con los aseos, así que se metió al baño para perder algo de tiempo. Sus rígidos hombros protestaron cuando se inclinó sobre el lavabo para lavar su rostro. El agua fría se sintió grandiosa en su cara. La puerta se abrió, debía ser algún rezagado porque el lugar estaba prácticamente solo. Abrió un ojo y a  través del espejo vio, oh tan mala suerte la suya, a Rogers junto con Viktor. 

Rogers sonrió tal como el gato que se comió al canario, para después disimularlo  hábilmente. De no ser un auror entrenado el hecho hubiera pasado desapercibido. Ron se secó y chascó la lengua de disgusto al percatarse que  no había sido fortuito el encuentro. Sus sospechas, antes débiles, hicieron click. Jodido vendido.

Krum pasó a su lado para entrar en un cubículo. Rogers  llegó a su altura y rodeó los hombros del pelirrojo en una confianza que no tenían.- Weasley ¿verdad que no estuvo tan mal? ¿Por qué no nos acompañas a mis amigos búlgaros y a mí a almorzar?- El tono falsamente amigable lo superó.

Suficiente.

En un fluido movimiento de su cuerpo se deshizo del indeseado agarre, giro a Rogers sobre su eje, tomó el brazo derecho y lo torció limpiamente tras la espalda. Estampó al hombre contra la pared y lo acorraló allí.- Lo que sea que te hayan prometido, Rogers, no cuentes con ello. - Gruñó.

-No sé de qué hablas.- Farfulló el hombre. El tono agudo de la voz de Rogers lo desmentía.

-Sé que me tomas por idiota, por decir lo menos. No te confundas. No me interesa  lo que pienses de mí, es más, si después de esta charla piensas que soy un imbécil adelante, mejor para mí. Pero mi vida y mi tiempo no están a la disposición de tus patéticas maquinaciones de poder. Créeme, he tenido mi justa medida de ellas y en comparación eres un pequeño chiflado con ínfulas de grandeza.

El tono carmesí de la vergüenza se mezcló con el purpureo por falta de oxígeno del jefe de Cooperación Mágica. Era una locura hablarle así al hombre, por muy conocido de Hogwarts seguí siendo una persona de mayor rango en el Ministerio. Pero Ron estaba harto de ser tratado como un juguete que se podía manejar al antojo de quien quisiera.

Rogers rio, en una risa corta y asmática.- Como no pensar que eres idiota si haces esto. Te hundiré, Weasley; esto es abuso de autoridad.

Ron azotó un poco al tipo, que gimió de dolor.- Juguemos un poco, ya que te gusta pensar en los demás como juguetes. Adivina ¿Quién pierde más: un simple auror con una sanción en su expediente o el gran Jefe de Cooperación Mágica, acusado de corrupción y nepotismo?

Rogers se tornó de un tono grisáceo. Ron sonrió con satisfacción – Deja de jugar al Dios, Rogers, te puedes topar con el Diablo. – Ron soltó al hombre y se echó hacia atrás. Rogers, en un desplante de dignidad socavada enderezó su túnica y salió del baño no sin antes gruñir – Jódete, Weasley.

-Ya quisieras, Rogers.- Rio Ron.

La puerta cerró de un portazo. El pelirrojo suspiró –Siento que vieras eso, Krum.

Los oscuros y penetrantes ojos aparecieron como si los hubiera conjurado. Viktor cabeceó, restándole importancia. Llegó al lavabo y se aseó.  

Silencio, y muy incómodo. Ni una reacción por parte del búlgaro. Ron torció los labios, dio media vuelta dispuesto a largarse. Tomó el pomo de la puerta -Sabes, no es cierto.- Ron confrontó a Viktor, no iba a tener otra oportunidad.-  ¿Tanto deseas publicar eso?

El movimiento del buscador lo tomó realmente por sorpresa por la velocidad. En un parpadeó lo tenía atrapado contra la puerta, la mano  del búlgaro apoyada en la madera para evitar que se fuera.

-Yo no lo pedí.- Las palabras le salieron roncas a Viktor.

-¿Esto es consecuencia de los locos movimientos de tu representante?- Llámenlo escéptico  pero el pelirrojo no creía eso.

La mirada del búlgaro era intensa -Sí.

El pelirrojo habría  bufado en desacuerdo de no ser por ver la verdad en los ojos de Krum. Derrotado, porque todo lo que tenía por decirle a Viktor se esfumó.- ¿Acaso no entiende un no?

-Es bastante tenaz.

-Eso veo. Bien Krum, eres su jefe ¿no puedes controlarla? Realmente no quiero llevar esto más lejos; pero de ser necesario conseguiré una orden de restricción y demandaré por acoso.

Una sonrisa sesgada se dibujó en Viktor, sus ojos se iluminaron con diversión.- Oh, ¿el grande y malo auror no le teme al jefe de Cooperación Mágica pero si a una mujer?

-Se diferenciar a un bufón de una reina; y tu representante es toda una reina. Así que toda previsión no está de más.- Y era la verdad.

Viktor rio,  haciendo que sus facciones se vieran más suaves y atractivas.- Seguro que ella le encantaría escucharte decir eso. Tiene una extraña fijación contigo.- La sonrisa se esfumó al decir aquello.

-Me halaga, pero estoy en una relación por el momento.- Ron se escurrió por debajo del brazo del búlgaro –Bien Krum, aunque la charla ha sido amena, temo que debo ir a trabajar. Te agradecería enormemente que tomes acción con este tema.- Tomó el pomo de la puerta nuevamente y tiró suavemente de ella, dando señal que la plática había terminado definitivamente.

-Eso haré.-Viktor abandonó su posición, saliendo primero, Ron poco después.

Ambos iban por el mismo camino, pero no juntos, el búlgaro iba a unos buenos cinco pasos delante. Al llegar a la puerta vio como este se reunía con su grupo, sin señales de Rogers. Isacova lo miró y estuvo a punto de hablarle, pero Viktor le dijo unas palabras es su idioma. Ron no estaba seguro de que había dicho, pero agradeció que atajara la mujer para que pudiera salir  sin contratiempos. Apresuró el paso, por si acaso y no volteó.

Libre, aunque solo fuera para ir a trabajar.

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El restaurante del hotel en donde se alojaba el Jefe de Cooperación  Mágica era ostentoso, muy rococó. Aunque Aún con su aguda visión Viktor no alcanzaba a distinguir el elaborado patrón de decoración, y eso realmente le daba manía.

-En serio Viktor, hiciste que perdiera una oportunidad de oro.- Refunfuñó Alana mientras acomodaba la servilleta en su regazo. Reclamando que su representado no le permitiera invitar a Weasley a acompañarles.

-Aquí no, Alana.- Reprendió Viktor. No quería tocar el tema frente a un ajeno.

-No te preocupes por Histro, él está al corriente de todo.

– En serio Alana, involucrar a dos Ministerios para un libro sobre mí es un poco demasiado ¿no crees?

Alana y Dobrev rieron.-Cariño, no eres tan importante como para montar un acto internacional solo por ti. Simplemente se presentó la oportunidad y me monté sobre la ola.

-Una ola que arrastró a un hombre. No me extraña que Rogers haya salido huyendo después de lo que vi.- Ya que todos sabían que estaba planeando su representante, Viktor les platicó lo que había pasado en el baño.

-Es una lástima que Ron se diera cuenta.- Alana parecía fastidiada de ser atrapada en su plan.

Viktor no sabía si estar sorprendido o irritado por la desvergüenza de la mujer.- ¿Qué esperabas? Es un auror.

-Y uno muy bello, debo decirlo.- Aportó Dobrev, bebiendo de su vino

- Alana, quiero que termines con esto y sin discusión. No estoy interesado y por Morgana, Weasley menos. Es más, me dijo que de  persistir  con el tema,  tomara acciones.-Pasó por alto el comentario.

-Oh ¿en serio? – Allí estaba el brillo de interés de la mujer.

-Dijo algo acerca de no escatimar en contra de la reina.- A su pesar, Viktor satisfizo la curiosidad de Alana.

-Ooww ¿eso piensa de mí? Tan dulce. Quisiera tenerlo atado en mi cama para ver si ese fuego también lo tiene en la alcoba.

-Quisera ver eso.- Acotó Dobrev. -Te aseguro que su cabello debe verse precioso desparramado en una cama de sábanas blancas.

-¿Verdad que sí? Tiene tanto fuego.- Alana dijo  soñadora.

-¡Basta! Quisiera comer de ser posible antes de que mi estómago se vuelva un agujero.- Viktor se incomodó por esa aportación. Él no tenía por qué enterarse de las fantasías ajenas.

Aunque…No, nada. Se reprendió mentalmente.

Alana soltó una risita –Celoso.

Viktor la ignoró olímpicamente.  Tomó la carta y fijó su interés en ella, para calmarse ya que realmente estaba molesto de  que hablaran del pelirrojo. Aunque no podía culparlos porque él estaba sintiendo ese embelesamiento. Y eso que no lo vieron en el baño cuando  había puesto en su lugar a Rogers, no dejándose intimidar, no dejando que los demás lo mangonearan. O cuando le confrontó y Viktor lo había atrapado contra la puerta. Esos ojos azules llenos de determinación, fuerza y un poco de sorna, enmarcados por esas largas pestañas, los suaves mechones de cabello húmedos que se pegaban juguetonamente a su rostro después de lavarse el rostro, los labios entreabiertos mientras pensaba en que decirle a Viktor, la rosada punta de la lengua asomándose para pasar por los llenos  labios, humedeciéndolos.  La entrepierna empezó a apretarle y se maldijo.  Parecía un adolescente empalmándose con eróticas imágenes, pero sin el  valor para hablarle a la persona que le gustaba; como justo en el baño, se reprendió. Había estado tan anonadado viendo cuan caliente se veía Ginger pateando la mierda fuera de Rogers que se quedó mudo cuando se quedó solo con el pelirrojo. Patético, mil veces patético. Había perdido una enorme oportunidad para interactuar con él y estaba tan ansioso, que no podía esperar a que se reunieran para las otras dos conferencias. Una idea cruzó en su cabeza, no se vería tan forzado ni tan desesperado. Era un buen plan. 

Notas finales:

Bueno gente, no quise demorar la lectura, así que por eso no me explayado. Han sido meses dificiles y de muchos muchos cambios, he perdido familia de tres maneras diferentes: muerte, distanciamiento y por mudanzas. Si no fuera lo suficientemente duro perder a una persona por fallecimiento sumenle a que la gente saque las garras y muestre su verdadero rostro y todo por dinero, horrible y tremendamente triste. Perdonen por la tardanza, en serio me apena mucho, pero tenía que darle prioridad a otras cosas. En fin.

Quejas, tomatazos, bombas molotov y demás en review, ahora si vengo preparada para el lincheamiento. 


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