Capítulo tres.
Intentos de escape.
Debía salir de ahí a como dé lugar y su mente misteriosamente estaba pensando cómo, hasta que vio una manera, miraba la ventana, estaban en un piso bastante alto, caer de ahí no sería nada gracioso, además aún tenía las heridas anteriores, ardían. Su mano tocó algunas y sangre seca quedaba en su palma y luego líquido caliente volvía a salir.
-Vaya.-dijo al verla, sus ojos empezaron a nublarse, definitivamente no podía más.- ¿Qué s-sucede ttebayoo…?
El piso lo recibió.
Cuando despertó, se encontraba en la cama, iba a levantarse, pero sintió que su torso estaba desnudo y vendado, le había echado algo que ardía aún más.
-No te levantes todavía.-dijo una mujer rubia, de grandes pechos, bastante hermosa la verdad.
-¿Quién eres?
-Tsunade es mi nombre, humano.
-¿Tsunade?
-Sí.
-Yo soy Namikaze Uzumaki Naruto datebayo.-se apuntó bruscamente como siempre hacía y gimió. No se encontraba nada bien.
-No te muevas o tus magulladuras volverán a abrirse.-la mujer se levantó del costado de la cama donde estaba sentada y salió de la habitación.
Naruto se aseguró de que ya no oía ningún paso para seguir con su plan de escape.
¿La puerta estaba abierta? Giró la perilla y se oyó el chillido de la libertad.
Ese lugar tenía largos pasillos, y muchas, muchas habitaciones a las cuales no entraría, debía asegurarse de salir sin que fuese descubierto. Llegó a una escalera. Daba miedo cada paso, cada escalón estaba casi debajo del otro, un tropezón y terminaría muerto ahí mismo.
Al parecer no había nadie en esa gran casona ¿vivía el solo? Al instante negó con la cabeza, recordando a la mujer rubia que había desaparecido.
Eso debía ser una broma, la puerta principal estaba justo frente a él. Una sonrisa se mostró en su rostro, corrió hacia ella, mientras cada uno de sus poros destellaba “libertad”.
Alcanzó a tocar con un dedo la perilla antes de verse levantado en una red que salía del techo.
-No te irás tan fácil.-espetó una voz detrás de él, no podía verle la cara al no poder voltearse por la trampa, pero sabía muy bien quien era.
-¡Teme! ¡Te ordeno que me liberes!
-¿Me ordenas?-rio y en un segundo apareció frente a él y tomó el mentón de su ahora amante.- ¿Tú a mí? Que broma más graciosa.
Nuevamente Naruto cayó en las manos de aquel ser no humano. Éste de la nada cortó la soga que contenía la red en el aire haciendo al rubio machucarse en el piso y luego lo arrastró escaleras arriba hasta su habitación.
Podía sonar cruel, pero era un gesto lindo de parte de Sasuke. Otro habría sido llevado por los guardias y además quien sabe lo que estos le hubieran hecho a un humano.
Lo dejó en la habitación, metido en la asfixiante red, Naruto inquieto la mordía, rasguñaba, de todo.
-¿No te gusta tu habitación?-cuestionó el Uchiha sentado cómodamente sobre el trasero de Naruto quien quería molerlo a golpes ahí mismo.
-Púdrete.
-¿Preferirías dormir conmigo?-omitió la palabra cariñosa del chico.
-¡Claro que no!-se sonrojó y luego movió su trasero botando al líder Uchiha.
-¡Dobe!-se paró, limpió sus ropas.-Ya verás serás mío.-sonrió.-Cuando quieras dormir conmigo grita “Sasuke” y vendré a buscarte para llevarte a mi cama.-dijo desde la puerta para luego cerrarla.
Sonrojado y algo enojado estaba un Naruto en el piso.
-¿D-dormir con él? Qué ni lo sueñe… Yo n-no perderé mi virginidad con ese maldito…-olvidó el tema y volvió al gran problema. - ¡Teme no me sacaste de la red!
Al ladito fuera de la puerta Sasuke estaba de brazos cruzados escuchando aquella confesión.
-Virgen eh…-una sonrisa divertida surcó sus labios.
Tuvo que pasar horas mordiendo esa porquería, hasta darse cuenta que la red tenía un agujero que era por donde la soga afirmaba, sosteniéndola.
Se acostó en la cama. Ya se había percatado que ese Uchiha lo vigilaba, que le tenía trampas, debía lograr salir de ahí, aunque fuera tirándose por la ventana…
“Ventana…”-Una idea apareció en su cabeza.
-Mala idea…mala idea…-Un Naruto atemorizado se aferraba a los ladrillos del castillo que componían las paredes. Se le había ocurrido la brillante idea de que lo difícil podía ser su salvación y decidió salirse por la ventana. Y ahí estaba a una altura que cualquier humano al caer se reventaría en el piso.
Sus uñas se enterraban en la pared, y sus pies descalzos para mayor control trataban de no resbalar. Todo iba bien, ya se había alejado un metro de la ventana.
-Voy a morir…voy a morir…-reía ya medio traumado.
Sí, tenía que suceder, uno de sus pies no fue capaz de adherirse y quedó colgando, luego el otro, ya sólo tenía sus manos. El viento parecía ir en su contra soplando y soplando.
-¡Maldición!-ya no podía más, sus manos sudorosas se soltaron y el empezó a descender. Las alturas jugaban muy mal con su respiración, sentía que sus pulmones pronto ya no aguantarían… Su cintura fue agarrada y poco a poco se fue elevando hasta llegar de nuevo al alféizar de la ventana.
-¿Eeeh? ¿Sigo vivo?
-Pensé que eras idiota pero esto ya es récord.-una voz sensual habló en su oído, un extraño escalofrío que nunca antes había sentido lo recorrió de pies a cabeza.
-S-Sasuke… ¡Teme!-se soltó azorado.
Sasuke no había notado ese acto tan sensual.
-No me h-hables tan c-cerca…
-¿Por qué?-de la nada ya estaba detrás de él abrazándolo por la espalda.
Naruto no sabía que decir o que hacer, el calor de esos brazos lo llenaba… pero por su mente aparecieron sus amigos, su madre y su padre. Y el enojo nuevamente se apoderó de él.
Lanzó lejos al Uchiha pero esta vez fue con odio verdadero ¿hacia él? No lo sabía.
-¡Aléjate de mí!-vociferó y lo sacó fuera de la habitación.
El azabache no entendió que ocurrió.
-Debo salir de aquí… no puedo… caer ante mi enemigo…