- No sabía que te gustaba jugar a las escondidas, Sanji-ya.
Dio un respingo de sorpresa y dirigió su vista al dueño de esa voz.
- L-Law.
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Capítulo 10: Confesar y descubrir.
- Hola.- saludó lo más normal que se pudiera oir.
- H-hola.
- ¿Qué estas haciendo?- se sentó a su lado a lo que Sanji se encogió "discretamente" un poco a la vez que se alejaba de igual manera.
- B-bueno, se puede decir que me escondo.
- Se puede saber de quién.
- Bueno, es un chico nuevo; lo siento Law me tengo que ir.- se levantó e hizo ademán de irse, pero Law lo detuvo de una mano.- ¿Q-qué sucede?
- Necesito hablar contigo.- se puso a la misma altura que el rubio y lo comenzó a jalar.
- Espera Law, detente.
- No, cuando hablemos te podré soltar.
Salieron a los jardines de la Universidad y fueron lo más lejos que pudieron.
- Bien hemos llegado, ahora dime ¿De qué quieres hablar?- soltó la mano de Law.
- Primero que nada, este... Me quiero disculpar por lo de la otra vez, ya sabes lo que pasó en tu habitación.
- Si, no me lo tienes que recordar, así que mejor por qué no nos quedamos como estamos, ¿Qué te.....
- Sabes lo difícil que es para mi verte y saber que no eres mío.- lo interrumpió el peli negro.- podría pelear por ti aunque tuviera que pelear con Roronoa-ya.
- Law, no es necesario meter aquí al marimo.
- No lo defiendas Sanji-ya, estoy más que seguro que se puede defender solo.
- No lo estoy defendiendo.- le contestó Sanji enojado.
- ¿A no? Entonces cómo le llamas a eso.- le respondió de igual manera.
- ¿Qué quieres que sepa? No sé nada, así que no me preguntes.
- Basta, te traje hasta aquí para sincerarme contigo no para pelear o comenzar a gritar.- suspiró cansadamente, no quería perder la paciencia con Sanji, pero el rubio no lo estaba ayudando demasiado. Se le estaba acabando y eso no era bueno.- ¿Me vas a escuchar o no?
- Bien, pues dime lo que tengas que decirme.
- Me gustas.- aunque para decir esas dos simples palabras tuvo que tragarse su orgullo completito.
- ¿Q-qué? D-déjate de bromas quieres.- le dijo el rubio un poco sonrojado.
- No es ninguna broma Sanji-ya.
- Vamos Law se qu.....
- Te he dicho que no.- lo tomó del brazo y lo acercó hacía él.- si no me cres te lo mostraré.
Lo tomó de mentón y le plantó un beso en los labios, Sanji aun con su asombro, comenzó a empujarlo. El moreno lo tomó de la cintura uniendo más sus cuerpos.
- L-Law.- alcanzó a decir cuando sus labios se separaron de los de Law, o más bien cuando Law se separó de él.
- ¿Ahora me cres?
-Te creo completamente, pero si vuelves a besarme te mandaré a volar de una patada.
El moreno tragó duro y trato de cambiar el tema.- bien entonces, te quiero preguntar algo, ¿Tú y Roronoa-ya están juntos?
- Si."Creo". Sonrió nervioso, se habían besado, ¿Eso contaba? Pues para él ese beso fue el que los unió.
- Aunque yo sé que lo amas, no me voy a rendir en conquistarte.- Sanji abrió la boca para replicar, pero Law le detuvo.- antes de que me digas algo, sabes que puedes confiar en mi, aun seguimos siendo amigos ¿no?
El rubio le regaló una sonrisa.- claro.
- Sanji-ya no vuelvas a sonreír por favor.- se cubrió la cara un poco sonrojado.- ¿Sabes algo? Por qué no me pláticas algo sobre ti.
- ¿Personal?
- Como quieras.
- Mmm bueno, veamos, cuando era pequeño vivía con mi abuelo y mis papás, después nos fuimos a vivir al barrio donde vivía Zoro y ahí fue donde lo conocí, después de eso Zoro se ocupó de mi cuando mis padres murieron y creo que es todo.
- Entonces desde pequeño ¿Zoro te cuidó?- Sanji asintió.- ¿Desde cuándo?
- Desde que tenía cinco años.- Law abrió los ojos sorprendido, aunque no lo creyera, Zoro podía ser responsable de otra personal él solo, aunque seguía siendo un tonto para Law.
- Entonces sabe todo de ti.
- No, no todo.
- ¿Cómo?- preguntó un poco incrédulo.
- No sabe todo sobre mi, hay algunas cosas que son como secretos para mi.- bajó un poco la cabeza, si Zoro aun no lo sabía; entonces el pelinegro tampoco debía seberlo, era su más grande"secreto", sólo por así decirlo.
Aunque simplemente lo habían sabido sus padres y también su abuelo, ya que esté lo supó por medio de sus padres. Pero dudaba que Zoro lo supiera, tuvo cercanía con sus padres y obviamente creía que también lo sabía.
Law lo regresó de sus pensamientos moviendo su mano frente a la vista de Sanji. - ¿Me quieres decir qué es?
- Law no creo poder decírtelo, si Zoro no lo sabe, no puedo decirlo.- Law comenzó a reír nerviosamente mientras se tocaba la nuca, obviamente era un signo de que estaba apenado.
- L-lo siento, si no me lo quieres decir esta bien, no te preocupes.
- Aaaah, Law espero no ofenderte, pero me has dado un poquito de lástima.- le regaló una sonrisa y Law la correspondió aun sin salirse de su pena anterior.
Cuándo había dejado que una persona le tuviera lástima y encima que se lo dijiera, no recordaba ni una vez; pero Sanji si se la había jugado.
- Bien cómo te lo digo para que me entiendas.- lo pensó un poco.- etto.... Pues yo traigo vidas al mundo.
- ¿Qué?- preguntó confundido.
- No me hagas repetirlo, que no me gusta hablar de este tema.
- Me estas tratando de decir que puedes em-embarazarte.- dijo incrédulo.
- Law no quiero hablar de eso, pero si te digo que si le dices a alguien mato.- amenazó comenzando a caminar seguido de Law.
- Tranquilo Sanji-ya no tienes que tener pena ni mucho menos vergüenza, el treinta por ciento de los hombres sufren tu caso así que no hay de que preocuparse, tienes a un Trafalgar a un lado.- le sonrió con sus típicas sonrisas de lado y Sanji aun sorprendido por las palabras del peli negro, la correspondió.
- Gracias....- susurró.
---------Con Zoro---------
Llegó a la casa cansado, aun seguía dando clases en el mismo bachillerato y le había tocado un grupo pesadísimo, hasta parecía que eran niños de guardería, porque tan siquiera los de kinder tenían un poco más de respeto.
Empezó a subir las escaleras, con cada paso que daba sentía desmoronarse poco a poco. Llegó hasta su habitación y se acostó en la cama sin quitarse los zapatos. Cerró sus ojos un momento, los abrió y volvió a suspirar.
¿Cuántas veces había suspirado ese día? Ya hasta se le había perdido la cuenta. Fijó su vista en su armario y observó un maletín de cuero color café, ¿Desde cuándo lo tenía? Ni idea.
Se paró rumbo a aquél maletín. Lo tomó y de nuevo se dirigió a su cama. Lo abrió y había un montón de papeles de Sanji y también carpetas de distintos tamaños, ahí estaba la acta de nacimiento y la cartilla de vacunación, asi como exámenes médicos y una y que otras cartitas hechas por Sanji cuando era pequeño.
Miró un dibujo en el cual estaban dibujados los padres de Sanji, obviamente mal hechos ya que se trataban de dibujos de un niño de kinder, también estaba Sanji y en la esquina de la hoja estaba un círculo coloreado de verde y con una cara de enojo.
Sonrió con ternura cuando leyó los papeles que representaba cada dibujo; mamá, papá, Sanji y por último marimo.
- Ése idiota.
Removió unas carpetas más y se encontró con una de nombre "Tratamientos y cuidados de Sanji".
¿De qué estaba enfermo el rubio? No lo sabía. Por pura curiosidad lo abrió, y vio que era un diagnóstico médico. Comenzó a leerlo; a medida que pasaba la lectura sus ojos se abrían de la sorpresa.
- ¿Q-qué es esto?- se dijo así mismo.
Cómo estaba eso de que Sanji podía embarazarse. ¿Por que no lo sabía? Los padres de Sanji no se lo habían dicho, ni mucho menos Sanji.
Se perdió completamente en sus pensamientos. Cuando Sanji regresara, ¿Aun le amaría? A veces se paraba a pensar, si en todo ese tiempo que estuvo allá ; se haya enamorado de Trafalgar.
Movió de un lado a otro negando rápidamente sus pensamientos, cada vez que pensaba esas cosas se enfurecia.
Sanji era sólo suyo, sonaba egoísta; pero así era la realidad.
Sus pensamientos viajaron un poco cuando se detuvo de nuevo a pensar. Ahora si, Sanji haría completamente el papel de la mamá ¿Qué más podía pedir?
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Cuatro años después.
Al fin, cuatro turturosos años habían pasado, pues al menos ser paciente ayudaba mucho, pero lo único que no se le quitaba eran las ansias por verlo.
Cómo sería ahora, en qué cambio, le seguiría amando, porque el aun lo hacía. Pero había un pequeño problema la suerte no estaba de su lado ahora, faltaba un mugroso día para verle de nuevo.
Tal vez sería una mala pasada del destino...
~Continuará~.
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