El rubio tomó asiento al lado del peli verde y le sonrió.
- Bien chicos lo único que les puedo decir es que, ya pueden empezar a engendrar.
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Capítulo 15: Conociéndote
Después de la visita con la doctora Nico Robin, ya habían pasado tres días, pero ninguno se atrevía a dar el primer paso. Sabían que ya lo habían hecho una vez, pero esa vez fue distinto, porque fue cuando se volvieron pareja oficialmente. Pero ahora era totalmente distinto, ya tenía que llegar el día en que el bebé se formara en la pancita del rubio y eso era lo que los dos, par de tortolitos, querían; aunque Zoro al principio no quería tener un hijo, al ver a todos con pancita de embarazada le fascinaba la idea de que Sanji estuviera igual que todos ellos.
Así que cuando cayó la noche, los dos se encontraban sentados de rodillas en la cama viendo sólo las blancas sábanas y los dos en ropa interior. Era hora de que alguno de los dos diera la iniciativa, pero ninguno se atrevía, se supone que eran pareja ¿No? Entonces, ¿Por qué ninguno comenzaba? Tal vez simplemente se sentían nerviosos, aunque no sabían el por qué.
El peli verde dio un suspiro audible y se decidió a que él iba a dar la iniciativa, después de todo era él, el que tenía que hacer todo el trabajo.
- Bi-bien, no nos vamos a quedar así todo la noche, ¿O sí?- dijo en tono de broma para alejar esa incómoda atmósfera.
- Cla-claro que no...... Creo que ha-hay que empezar.- dijo el rubio con cierto nerviosismo sintiendo como sus manos comenzaban a sudar.
- Está bien.- acarició una mejilla del menor y le levantó la cara para que lo viera directamente a los ojos.- hay que empezar de una vez por todas.
Se acercó hasta él, lo suficiente como para poder atrapar sus labios, mientras se apoyaba con su otra mano, lamió la comisura de sus labios incitándole que le diera paso a su lengua, sin esperar más, el rubio abrió su boca dando paso al peli verde para jugar con su lengua, estaba más que claro que en ese momento los dos habían perdido la cordura por tan sólo un beso de aquellos labios que a los dos, desde el primer momento; les habían encantado. Sin darse cuenta de sus acciones ya los dos estaban recostados sobre la mullida cama, obviamente Zoro entre las piernas del rubio.
Se separaron un poco sólo para tomar el suficiente aire, mientras que Sanji estiraba su brazo para poder apagar la luz de la lámpara que los iluminaba.
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Un nuevo día llegó haciendo que los rayos del sol le llegaran a su cara ocasionando que frunciera el ceño por la iluminación, la cual era molesta.
De poco en poco abrió lentamente sus ojos encontrándose con la cara dormida de Zoro que de su boca salía un pequeño hilo de saliva, rió en tono bajo para no despertar al peli verde, y como un rayo, todo lo que habían hecho anoche llegó hasta su cabeza, quedando completamente rojo por todo eso que habían hecho. Realmente la noche anterior había sido magnífica, para criterio de Sanji y le había encantado, como siempre, Zoro. Tan cuidadoso y tierno con cada acción que había hecho la noche anterior, realmente lo amaba más de lo que Zoro pensaba, lo amaba como el vacío, un lugar sin límite.
Con cuidado se levantó, ocasionando que sintiera un dolor en su trasero, "Ayer salió la bestia de nombre: marimo". Rió por sus ocurrentes pensamientos y se dirigió a paso lento hasta el baño, no sin antes ponerse una bata para que cubriera su desnudez.
"Está bien -suspiró una y otra vez- si no quedo podemos intentarlo de nuevo, hay muchas oportunidades". Duró unos varios minutos en el baño cuando por fin salió encontrándose a Zoro recargado en el barandal que estaba frente al baño.
-¿Alguna novedad?- preguntó tratando de no sonar feliz, pero le era inevitable.
- Bueno, sólo te diré que, vas a ser papá.- puso sus brazos detrás de si mismo moviéndose de un lado a otro, con actitud infantil.
El peli verde al escuchar la buena nueva, sonrió como nunca y abrazó por la cintura al rubio y éste de inmediato le correspondió ese caluroso abrazo.
- Seremos padres.- susurró mientras juntaba su frente con la de Sanji.
- Lo sé.- dijo mientras soltaba pequeñas risas inevitables.
- Será un pequeño Zorito.- dijo el peli verde orgulloso.
- Sí.- le sonrió, pero al darse cuenta de las palabras de Zoro, su sonrisa se esfumó.- ¿Qué?, será una bella dama.
- Pff, será un fuerte varón.
- Marimo estás mal, estoy seguro que será niña.
- Niño.
- Niña.
- Cejas de sushi, será niño.
- Marimo, será niña.
Comenzaron una de sus peleas por ver quién tenía la razón, pero eso lo descubrirían dentro de nueve meses.
Ya había pasado una semana y aún sacaban el mismo tema de si será niño o niña y al final sólo terminaban por gritar.
Estaban en medio de su misma pelea, cuando el teléfono sonó.
- ¿Diga?- contestó Sanji.
- ¿Kuroashi Sanji?
- Sí, ¿Quién habla?
- Hablamos del hospital Merry, si el diagnóstico fue positivo, necesitamos que se dirija hasta aquí para que la ginecóloga lo confirmé, así para que ella se encargue de usted cuando de a luz.- explicó la enfermera.
- Oh, por supuesto que sí, nos dirigimos hasta allá, muchas gracias, hasta luego.- y término la llamada.
- ¿Quién era?- preguntó el mayor.
- Era del hospital, me han dicho que tenemos que ir para confirmar si lo estoy o no.
- Iremos si dices que va a ser niño.- cruzó sus brazos fingiendo molestia y volteando su cara a otro lado.
- Tch, marimo caprichoso.- susurró para que no le escuchara.- bien será un fuerte niño.
- Eso quería escuchar desde el principio.- le sonrió se lado y lo abrazó.- vamos a conocerlo.
Sanji, conmovido por las palabras del peli verde, le regaló una radiante sonrisa y asintió. Ese sin duda, era el mejor día de su corta vida ¿Podría ser mejor? Aunque ya lo era desde el principio.
Se montaron en el auto y partieron rumbo al hospital. Tardaron lo que era normalmente en llegar y se bajaron del auto, Zoro tomó la mano del rubio y éste se sorprendió.
- Vaya, si que te volvió loco la noticia.- comentó burlón mientras se sentaban en unas de las sillas de la sala de espera.
- ¿Qué dices? Me dieron ganas de tomar tu mano, ¿No puedo?
- Preguntas eso, cuando ya sabes la respuesta.- ante lo dicho, Zoro no supo qué hacer más que sólo reír.
Unos cuantos minutos más y la enfermera los llamó para que entraran.
- Hola chicos.- saludó alegre Robin.
- Hola.- los dos le devolvieron el saludo.
- Bueno en esta semana nos habías informado que el resultado había salido positivo ¿No es así?- asintió.- ¿Quieres confirmar tu resultado?- volvió a asentir.- bueno acompáñenme por aquí.
Los dos la siguieron hasta que llegaron al consultorio.
- Bien Sanji, acuéstate aquí y baja tu pantalón hasta la parte baja de tu estómago.- Sanji rápidamente acató la información y así lo hizo.
La peli negra frotó un gel transparente en la parte baja del abdomen del rubio, posicionó el sensor donde había aplicado el gel y comenzó a buscar un signo de vida.
- Mmmm. esté pequeño no se deja ver.- dijo para informarles.- mmm....... Sí, aquí esta.
Los dos voltearon hasta la pantalla y sólo vieron manchas en negro y blanco.
- ¿En-en dónde esta?- preguntó cuando sólo vio puras manchas y líneas.
- Fufufufu, aquí esta.- apuntó con su dedo índice a una pequeñísima marchita de color blanco.
- E-es tan pequeño.- cubrió su boca tratando de no llorar, estaba tan feliz de poder verlo ahí dentro de su barriga que no podía evitar llorar de alegría.
- Bueno los dejaré solos por un momento.- les entregó una impresión del examen exploratorio.- aquí tienen. -les sonrió y simplemente se fue.
- Míralo Zoro es tan pequeño.- habló con ternura mientras observaba la impresión.
- Lo sé, tan pequeño que ni se nota que está ahí.
Se quedaron en silencio observando satisfechos al pequeño que estaba creciendo en el rubio.
- Zo-Zoro.- musitó el rubio.
- ¿Qué?
- Lo-lo perdí de nuevo...
~Continuará~.