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¿Quién eres realmente? por SunaLove51

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Notas del capitulo:

 Los personajes de Naruto no me pertenecen sino a Masashi Kishimoto que trolleó a Sakura nuevamente XD

 

Solo diré perdón por la tardanza y al final haré mi descargo XP

Espero que lo disfruten!

 

 

 

 

  Todo se veía paradisíaco esa tarde, el sol brillaba en lo alto como anunciando lo maravilloso de ese día y que debía disfrutarlo. Por el contrarío, si no tuviera que acudir a esa cita, podría darle la razón al astro rey que  cubría todo con su calor desde lo alto. Y para reforzar esa creencia, divisó a lo lejos la gran entrada a la mansión principal de los Uchiha que era resguardada no solo por un sistema de seguridad de última generación, sino por rejas y un alto pórtico de hierro forjado en el cual se entrelazaban intrincados diseños formando en el centro el paipai característico del escudo de su familia, que servía de presentación a los visitante y que había sido erigido desde los tiempos de su abuelo.

 Detuvo su marcha frente al mismo, pues a pesar de que estaba acostumbrado a ser llevado por su chofer personal, cuando se trataba de algo realmente importante e intimo, optaba por conducir el mismo. Es por eso que en ese momento se encontraba manejando su última adquisición, un Mercedes-AMG GT negro que lo había deslumbrado.

 Un guardia de seguridad había salido a su encuentro y estaba a punto de comenzar con las preguntas de rutina, cuando la ventanilla bajó y dejó ver los claros rasgos del Uchiha. El hombre solo hizo una reverencia y dijo

 — ¡Sasuke-sama, bienvenido!

 El pelinegro solo asintió como de costumbre y retomó su marcha a través del amplio y espectacular parque que precedía a la mansión, rodeándola de rosales de todos los colores (ya que eran las flores preferidas de su madre), y fuentes de estilo Griego que le recordaban la fuerte admiración de su abuelo por todo lo occidental. Al contrario de su bisabuelo, que lo aborrecía y que claramente lo demostró al levantar la clásica mansión Japonesa en Konoha. Aún así, ni una ni otra eran consideradas por él un hogar y ya no recordaba si alguna vez lo habían sido.

 Dejó esos pensamientos que no llevaban a nada y estacionó frente a la entrada de la gran edificación que era rica en detalles de arquitectura neo clásica. Bajó del auto esperando ser recibido por varios de los sirvientes, pero se llevó la gran sorpresa de encontrar a su madre esperándolo en la entrada, con los ojos brillando de emoción. Eso lo molestó, porque hizo que se removiera algo incómodo en su interior. Sabía que si se dejaba llevar por cualquier sentimiento, ya sea positivo o negativo, las cosas acabarían mal.

 — ¡Sasuke, hijo! —La hermosa mujer de largo cabello negro bajo la escalera que formaba parte de la entrada de manera apresurada, pero sin perder la elegancia y lo envolvió en un abraso— No sabes cuánto te extrañé... -- Musitó a su oído al borde de las lágrimas.

 En ese momento Mikoto sintió que había tomado la decisión correcta en regresar al que en su pasado creyó su hogar hasta la debacle de su familia y abandonar el departamento que había estado habitando desde su llegada a Tokio. Ese lugar era ideal para la reunión que había planeado con su hijo menor, rodeada de ese maravilloso escenario sería más fácil abordar esa charla que se había pospuesto por largos años.

 El joven se separó de ella sin devolver el abrazo y Mikoto trato de pasar eso por alto. Esta oportunidad de estar cerca del moreno era única y no se daría por vencida tan fácilmente.

 —Hola Okâ-sama —contesto de manera seca.

 —Ven, acompáñame —Lo tomó del brazo sin esperar a una contestación y avanzaron hasta una glorieta que se encontraba en medio del hermoso parque. Esta como lo demás, tenía toques neo clásicos pero en menor medida. Era de forma hexagonal, su cúpula ascendía en punta y sobre esta se encontraba una réplica (pero de menor tamaño), de la Afrodita de Arles. Era sostenida por columnas de mármol y quien se situara dentro de la glorieta podría mirar hacia todas las direcciones y sentirse rodeado del aroma de las flores. Fue por ello que la mujer había dispuesto, al despertarse esa mañana y ver el día tan radiante, que prepararan una mesa hermosamente adornada para tomar el té con su hijo.

  Mikoto dio inicio a una larga perorata a ojos de Sasuke. Hablaba sobre cosas que a él no le interesaban y se veía claramente que los nervios la consumían. De todos modos trataba de animar la conversación, pero que su hijo no hiciera el mínimo esfuerzo por continuarla no ayudaba en su propósito.

 —Me sorprendió que el jardín se encontrara tan hermoso después de tenerlo abandonado por tanto tiempo. Se nota que Itachi se ocupó de que siguiera siendo atendido en mi ausencia —Lo miró de reojo mientras él veía las rosas—. Diría que es más hermoso que antes... —Ya no sabía si hablaba de las flores o del perfil del joven.

 —Solo tú puedes preocuparte de algo tan simple con esa devoción —Agregó el pelinegro sin mirarla—. Si tan solo hubieras sido así en otras cosas... —Y al terminar de hablar se mordió la lengua— Por suerte tienes a Itachi.

 —Es cierto, pero eso no es suficiente... —Susurro— Quiero a mi familia completa.

 — ¿De eso se trata toda esta farsa? —Sasuke la miró con desdén— Si quieres ver a Fugaku, solo pídele la dirección a tu perfecto hijo. Sé que está enterado de su ubicación.

 — ¡No es eso! —La situación se le estaba yendo de las manos. Debería haber previsto que la más pequeña palabra podría provocarlo— ¡¿Solo quiero saber por qué me odias?!

 —No te odio, simplemente no quiero estar cerca de ti ¿Por qué no lo entiendes y me dejas en paz?

 — ¡Dame una razón por la que no puedo estar cerca de mi hijo!

 Sasuke, que se había estado auto controlando desde su llegada, ya no pudo contenerse.

 Desde la noche anterior se había mentalizado de no dejar que nada de lo que dijera la mujer lo afectara. Sin embargo, una cosa era planear y otra llevarlo a cabo. Y es algo que debió tener en cuenta luego de los constantes encontronazos con su hermano.

 — ¿Tu hijo? —Se paró en actitud desafiante— Ahora soy tu hijo... —Aplicó sarcasmo a sus palabras.

 —Se que no fui la mejor de las madres —Sollozó—. Que debería haber tenido más carácter frente a tu padre...

 —Si lo sabes, no hagas preguntas tontas... —dijo el moreno sin conmoverse por sus lágrimas.

 —Lo hago porque tu rabia es tan intensa que no lo comprendo.

 —Que suerte tienen algunos en olvidar tan fácilmente... —Las ganas de sacarle todo en cara a aquella mujer, que lloraba haciéndose la victima delante suyo, iban en aumento— No hay instante en que yo pueda olvidar...

 — ¿Hablas de ese día? —preguntó Mikoto con la voz quebrada.

—¡Sé valiente por una vez y dilo!

 —El día en que Fugaku te entregó a Madara —Sus ojos lo contemplaron con tristeza a la vez que retorcía entre sus dedos la servilleta que se encontraba en su regazo—. El día que por culpa de mi sumisión te perdí.

 —Fue incluso antes de eso "Okâ-sama". Pero si tan solo me hubieras abrazado, podría haberlo superado por difícil que fuera... —De pronto su postura indiferente se quebró y estalló— ¡SOLO ERA UN NIÑO DE 10 AÑOS! —Golpeó la mesa haciendo que el contenido de las tazas manchara el inmaculado mantel de hilo blanco.

 — ¡LO SÉ! ¡NO HAY MINUTO EN QUE NO ME ODIE POR ESO! —Dejó que su cabello cubriera su rostro al inclinarse— ¡Perdón! Perdón hijo... —El desconsuelo la embargaba y el llanto bañaba sus mejillas.

 El pelinegro la miró con culpa. Era por eso que no quería tener contacto con su familia. Solo deseaba olvidar...

 —Hay algo más, ¿Verdad? —preguntó con contrariedad.

 Sasuke tomó las llaves del auto que se encontraban sobre la mesa.

 —Si quieres una respuesta visita a tu esposo. A pesar de lo que crees, no quiero herirte —Avanzó hasta descender las escalinatas que formaban parte de la glorieta e hizo unos cuantos pasos por uno de los tantos caminos que atravesaban aquel parque hacía la salida. Se volvió de medio lado—. Aunque no te lo recomiendo. Deja las cosas como están, eres experta en hacerlo —Y entre cerró los ojos mirando a la distancia—. El Sasuke que quieres murió hace años...

 La mujer alzó la vista para ver la espalda de su hijo alejarse. Su llanto volvió a ser desesperado y su cuerpo temblaba. Estuvo en ese estado por largos minutos y cuando pudo recomponerse un poco, decidió enfrentar a su marido.

 No era la primera vez que lo pensaba, pero ese hombre al que una vez había amado le provocaba temor, al haberse convertido en un tirano y abusivo. Y en ese momento un nuevo miedo se sumaba, pues presentía que el motivo del odio entre él y Sasuke era algo que no deseaba saber. Sin embargo, ya no podía apartar la mirada de la realidad.

 Si la verdad la destruía, que así fuera.

 

 

 

 

=*=*=*=*=*=*=*=

 

 

 

 

 —Está bien Otousan, llamaré a Naru y le diré lo que me dijiste. Pero te recuerdo que me debes una explicación.

 —Lo sé, te explicaré todo con lujo de detalles después. Gracias por tu ayuda cariño. Adiós —Y se cortó la comunicación. Konan no sabía que pensar del pedido que le había hecho el peliblanco.

 Se encontraba en el Izanami haciendo el inventario del lugar y la llamada de Jiraiya la sorprendió, aunque no más que su extraño pedido.

 — "¿En qué se habrá metido esta vez? —Se preguntó— Lo que me preocupa, es que Haku está de por medio... —Porque siendo realista, su preocupación no hubiera sido tanta si solo se tratara de un problema en donde estaba implicado su padre.

 El hombre, aunque mayor, era un hombre de mundo que sabía adaptarse a cualquier ambiente. Eso le daba la habilidad de zafarse de cualquier situación por más comprometida que fuera. Su larga lista de problemas de faldas y escaramuzas en el bajo mundo daba fe de ello. Incluso había salido bien librado de haber osado meterse con algunas de las amantes favoritas de altos cargos Yakuzas y salvado su pellejo. Pero al saber que uno de sus amados "hermanitos" (Naruto era el otro), estaba inmiscuido en la situación no la dejaba tranquila— Si le pasó algo me va a oír".

 Dejando eso a un lado (porque debía atender asuntos importantes como lo que estaba haciendo en ese momento), decidió que debía enfocarse en el presente. El Izanami era un negocio que desde su apertura se desarrollaba de excelente manera y a pesar de que tenía ya varios años de marchar viento en popa, acababa de darse cuenta de que estaban teniendo pérdidas.

 —"Que extraño... —Se puso seria— Hasta ahora jamás me percaté de esto" —Y la razón era sencilla, una vez al mes hacía el recuento de las ganancias y las perdidas del negocio. Jamás habían sido considerables, ya que el lugar era el más concurrido, al no haber en Konoha muchas alternativas y poner de su parte para que el bar fuera de calidad. Sin embargo, por primera vez los números estaban en rojo. ¿Qué estaba pasando?

 —"Kami, porque justo ahora" —pensó.

 Podría haber llamado a Yahiko, ya que sabía que aún no comenzaría con las grabaciones del primer disco de Rinnegan y tenía tiempo libre. Pero muchas razones la detenían de hacerlo. La primera, que la relación entre ambos no era la mejor y eso se había acentuado en el último mes. No obstante la más poderosa, es que se había auto impuesto dejar de depender tanto de su consejo y sobre todo dejar de girar a su alrededor. Ella no era una mujer débil y podría con ello. Además la distancia serviría para poder olvidar de una vez por todas, el amor que sentía hacia su amigo de la infancia.

 Por un momento pensó en pedir consejo a Itachi. Estaba segura que el moreno podría ayudarla, pues era un genio para los negocios, pero pronto rechazo esa idea. En este momento seguro se encontraba cargado de trabajo y no solo con los preparativos del próximo disco de sus amigos. No podía olvidar que él era el presidente y fundador del más afamado sello discográfico del país y que tenía bajo su cargo a muchos más artistas.

 —Si tan solo Nagato estuviera aquí... —Susurró mientras se recargaba en la silla detrás del escritorio (que a pesar de pertenecer a Pain), era empleado la mayoría del tiempo por ella.

 Su desánimo dio paso a una pequeña sonrisa al recordar que eso cambiaría al día siguiente, cuando su gran amigo pelirrojo regresara de Europa.

 Un golpe en la puerta la distrajo.

 —Adelante.

 La puerta se abrió lentamente y por ella se asomo el rostro de una pelirosa que conocía muy bien.

 —Perdón por molestar, pero no sabía a dónde ir —dijo Sakura con un rostro serio mirando hacia abajo.

 —No es molestia, estaba por tomarme un descanso. Pasa y siéntate —Le pidió con amabilidad y la chica así lo hizo.

 —Necesitaba hablar con alguien y como Naruto no está... —Sakura la miró a los ojos— Sé que hace poco nos conocemos, pero no tengo más amigos tan íntimos y como eres mayor... —Dudó otra vez.

 —Es verdad, que a pesar de saber que eras amiga de Naru, hasta hace poco hemos podido interactuar más de cerca. Pero me bastó ver cómo te preocupas por él para darme cuenta que eres una buena persona —Le sonrió para darle valor—. Por eso puedes contar conmigo para lo que sea. Habla de lo que necesites —La chica asintió.

 —Hace un tiempo descubrí que me gusta alguien, pero esa persona es inalcanzable para mí... —Su voz descendió en las últimas palabras y Konan suspiró.

 —Creo que estamos pasando por lo mismo —dijo la peliazul tratando de sonar animada.

 — ¡Eso no puede ser verdad! Tu eres tan hermosa, inteligente y segura de ti misma —La pelirosa no podía creer como un hombre podía ser tan ciego para no ver con amor a la joven mujer que tenía frente a ella.

 —Creo que exageras —Se rió Konan—. Pero eso también se podría aplicar a ti —Sakura se sonrojó por el halago de esa mujer a la que admiraba— ¿Puedo preguntar quién es?

 —Se trata de un profesor de la universidad. Su nombre es Kakashi.

 — ¿Hatake Kakashi?

 — ¿Lo conoces? —Konan se tomó su tiempo para responder.

 — Salí con él hace mucho tiempo —Sakura la miró con detenimiento, para después sentirse derrotada. ¿Cómo lograría que se fijara en ella, después de haber estado con alguien como Konan? Esto era un caso perdido—. Vamos, no te desanimes. Solo salimos juntos porque ambos queríamos olvidar a otras personas, aunque en mi caso no sirvió de nada.

 —O sea que, ¿Él estaba enamorado de alguien? —preguntó la chica con mucho interés.

 —Sí y esa persona lo hizo sufrir mucho. Lo sé porque esa persona era parte de mi grupo de la universidad y fue el que me presentó a Kakashi.

 — ¿Encima es gay? —Sakura se preguntó si no podía haber más trabas para el amor que sentía.

 —Bueno, creo que se podría decir que esa persona fue el único hombre en su vida —Aclaró Konan—. Por lo menos hasta donde sé. Kakashi y yo seguimos siendo amigos —Sakura la miró con recelo y Konan largó una carcajada—. No me mires así, ni siquiera cuando se suponía que salíamos pasamos de unos besos. No pudimos sintiendo lo que sentíamos por otras personas.

 —Eso quiere decir que cabe la posibilidad de que aún esté enamorado de él… —Meditó la pelirosa.

 —No creo. Kakashi es una persona de entregarse por completo cuando ama, pero la traición es algo imperdonable para él y es eso lo que tuvo que sufrir —Bufó molesta.

 —Lo siento por él… —La chica lo decía con sinceridad.

 —No lo sientas, trata de hacerlo feliz —Sakura la miró sin comprender—. Kakashi está demasiado solo y estoy segura de que tú eres ideal para él —Konan afirmó.

 —No estoy segura de eso.

 —Déjalo todo en mis manos. Al fin y cabo el "no" ya está. No tienes nada que perder— Sakura no respondió pero sabía que la peliazul tenía razón. Si no hacía algo por cambiar las cosas, nadie lo haría por ella.

 

 

 

 

=*=*=*=*=*=*=*=

 

 

 

 

 — ¡Vamos, Sai te lo ruego! —Se encontraba de rodillas, con ambas manos pegadas frente a su rostro, como si estuviera orando— ¡Dame algún consejo!

 Sai, que se ubicaba cómodamente en uno de los sillones y hasta unos minutos atrás se encontraba sumergido en la lectura de una novela policial, lo miró con desgana.

 —No sé por qué me preguntas algo como eso... Deberías hacerle esa pregunta a una chica, como Sakura —Sujetó su mentón pensativo—. Ummm, pensándolo bien ella no cuenta como una chica normal —Sonrió como siempre lo hacía—. Será mejor que le preguntes a Haku. Él si se comporta como una.

 —Ya me mareé... Además Haku se fue con Ero-sennin y no volverán en unos días —El chico meneó la cabeza para aclararse— ¡Solo dime que te molestaría que hicieran en una cita! —El otro caviló una respuesta.

 — ¿Que me mintieran? —No estaba muy seguro. No era alguien de haber tenido muchas citas, porque a pesar de ser de apariencia atractiva, su sinceridad (o falta de tacto), no lo ayudaban mucho con el sexo femenino ¿Debería probar con el masculino?

 — ¡Esa respuesta no me sirve!

 —No lo sé, creo que lo único que no soportaría es alguien como Sakura. Fea y violenta —Naruto puso los ojos en blanco.

 — ¿Te das cuenta que tienes una "leve" fijación con Sakura-chan? —Su amigo lo observó sin asimilar lo dicho— Déjalo... —Se rindió el rubio.

 —Cuéntame... —Pidió el pálido chico— ¿Por qué quieres saber lo de las citas? —Naruto decidió ser sincero. Necesitaba saber una forma efectiva de alejar al teme y aunque su amigo fuera raro, debía admitir que era muy inteligente. Y lo más importante, lo suficientemente irritante como para agotar la paciencia de un monje budista.

 —Preciso sacarme de encima a un bobo —hizo un mohín.

 — ¿Es el cretino que te llamó? —Su sonrisa aumentó— Si es así, te ayudaré —Naruto lo analizó con escepticismo.

 —Cambiaste de parecer con rapidez, ¿No te parece?

 —Sí. Pero eres un lelo y como eres mi amigo, no quiero que un idiota se aparee contigo. Se le nota lo bastardo —El rubio después de un rato terminó de comprender.

 — ¡Me estás tratando de animal!

 —No. A los dos —dijo sin pena.

  Cuando el rubio estaba por saltar encima de él, Sai habló.

 —Investigaré un poco —Esto descolocó a Naruto haciéndolo desistir— ¿Cuánto tiempo tienes? —El de ojos azules examinó el reloj de pared.

 —Son las 3 y la cita es a las 8:30.

 —Tenemos poco tiempo —dijo serio— Creo que buscaré en la web. Será más rápido.

 —Que bueno, pues no podré ayudarte. Aún debo pensar cómo vestirme y maquillarme solo —El chico se tomó de la frente y arrastró los dedos hasta llegar a su pelo—. Creo que debería haber cambiado el día del encuentro.

 —No hay problema, yo podré con la búsqueda solo —Dejó el libro que sostenía a un lado—. Creo que deberías llamar a Sakura o Haku para que te ayuden en lo demás.

 —Con Haku ya lo intenté y ahora que sé que está con Ero-sennin no me extraña que no me conteste —Se enfurruñó— "¿En qué andará ese viejo?".

 —Entonces...

 —Tendré que llamar a Sakura-chan y yo que no quería molestarla —Se deprimió un poco.

 Sai se alzó del sillón y caminó hacia su cuarto.

 —Voy a buscar mi laptop, tú ve a hacer la llamada.

 —Sí —dijo su compañero resignado.

 

 La conversación se llevo a cabo y se extendió al rededor de una hora. Giró en torno al arreglo personal de Naruto, que tomaba nota de los tips para no perderse en un pequeño cuaderno, hasta que este se decidió a preguntar.

 —Sakura-chan, ¿Qué crees que molestaría a alguien en una cita? —El matiz de su voz era tímido y eso extrañó a la chica.

 — ¿Por qué lo preguntas? —No obtuvo respuesta— Narutoooo... —Lo amenazó.

 —Es que... —Sin ver al rubio supo que su cara estaba como un tomate— Un teme me invito a una y si no lo asusto no dejará de acosarme —Soltó atropelladamente.

 Le brillaron los ojos a la pelirosa.

 —Necesito más información. Primero dime como es.

 —Es un teme.

 —Eso no me ayuda mucho que digamos Naruto —Sakura reviró los ojos.

 —Supongo que como es rico y un poco guapo se cree mucho ¡Es un presuntuoso insoportable!

 —Así que "guapo" —Su amiga se rió. Jamás había escuchado de la boca del rubiecito llamar a nadie de esa manera— ¿Estás seguro que te cae tan mal?

 — ¡Sakura- chaaaa! —Se quejó como un niño— ¿De todo lo que dije solo escuchaste eso? —Ella pudo imaginar como hacía un puchero.

 —Está bien, es una broma —Trató de calmarlo—. Ahora en serio, ¿Quién es? Si es rico, quizá sea famoso.

 —Lo es, aunque yo no lo supe hasta hace poco —Admitió y Sakura pensó.

 —"Porque no me sorprende".

 —Se llama Sasuke Uchiha. Es hermano de Itachi.

 — ¡¿QUÉ?! —Chilló la pelirosa y casi lo deja sordo.

 — ¡¡SAKURA-CHAN!! ¡¡Me quieres matar de un susto!! —Ella se calmó.

 — ¿Cómo quieres que me ponga si me acabas de decir que uno de los hombres más deseados de Japón te invitó a salir? —No lo podía creer.

 —Una cita, solo una cita. ¡Entiende que no lo aguanto! —Naruto inspiró y expiró— Sakura... Me importa un carajo lo que sea o lo que tenga. No soporto su soberbia, no soporto su eterno gesto de que algo huele mal y eso solo es el comienzo.

 —Bueno, no sé cómo es su personalidad. Supongo que se ve demasiado perfecto —Concedió—. Las revistas dicen que cambia de amante como de ropa.

 —Estoy enterado. Itachi me lo dijo.

 — ¿Lo sabe? —La chica se relamió. Esto se ponía mejor que un culebrón— ¡Quiero que me cuentes todo! —Exigió y Naruto suspiró.

 —Ahora no tengo tiempo, pero mañana te contaré todo con detalles.

 —Ok, y me contarás de la cita —Aceptó.

 —Sí...

 —Escucha atentamente. Te diré lo que creo mejor para que se desencante. No será difícil si su forma de ser es como dices —Afirmó con entusiasmo—. Incluso que sea tan petulante jugará a tu favor.

 —Si tú lo dices.

 —Toma nota de la fase uno del plan.

 —Adelante —dijo el chico mientras escribía.

 

 Luego de acabada la llamada, las horas siguieron su curso. Eran las 6:40 y estaba terminando de bañarse. Nunca creyó que prepararse para un encuentro pudiera ser tan torturante.

 Se acercó a su cama y tomó una de las prendas que usaría para la ocasión recordando uno de los tantos consejos de Sakura.

 

 —Si es tan petulante como me contaste, esperará que estés ansioso por verlo y sobre todo que te eches el closet encima para llamar su atención —Le aclaró— Debes hacer lo opuesto. Ese será el primer golpe a su orgullo. Sobre todo porque algunas de sus "ex", se veían como super modelos.

 

 También recordó lo que Sai le había dicho, al tiempo que le entregaba una lista de las cosas que no debería hacer en una salida.

 

 — Tócale los huevos.

 — ¡Sai! —Se puso rojo.

 — No idiota —Le pegó un coscorrón—, quiero decir que lo pongas en vergüenza. Provócalo para que se peleen y tengas una razón para mandarlo al diablo.

 —Ahhh...

 

 Debía concentrarse para unificar tantos conceptos e ideas en un plan concreto. Y sonaba genial cuando lo pensaba de manera fría, pero sería complicado porque lo suyo era la espontaneidad.

 Mejor actuaría sobre la marcha.

 Se vistió y colocó la peluca siguiendo paso a paso las notas que había tomado. Usaría poco maquillaje.

 De este modo llegó la hora señalada y Sai lo vio salir.

 — ¿Quieres que te acompañe? —preguntó.

 —No —respondió—. Tomaré un taxi.

 —Entonces te deseo buena suerte —Sonrió con malicia—. Lléname de orgullo —Naruto rió.

 El rubio salió del hotel y le solicitó al conserje que le consiguiera un taxi. Este accedió de buena gana mientras le echaba un vistazo y el chico volvía a sentirse incómodo. Aún así, le agradeció con una sonrisa al subir al auto y el hombre se sonrojó.

 Llegó al restaurante con retraso.

 —"Da igual, que se aguante —pensó—. Ahora comienza el plan" —Bajó del auto.

 Se ubicó frente al lugar mirando de un lado al otro y el valet parking del sitio le preguntó.

 —Disculpe señorita ¿Busca a alguien? —Naruto asintió con energía.

 —Sí, espero a Uchiha Sasuke —El joven se sorprendió, porque a pesar de ver lo hermosa que era la chica, su estilo no encajaba dentro de los gustos del conocido playboy. No obstante, había recibido una orden y la cumpliría.

 —Uchiha-sama me pidió que le dijera que la está esperando.

 — ¡Gracias! —Le sonrió y el muchacho sintió pena por el destino de la rubia. Se veía amable y cálida, tan diferente a las otras que había visto y que siempre ignoraban a gente como él, creyéndolos indignos de recibir un agradecimiento o un saludo.

 —De nada.

 Ingresó al sitio que era precedido por un recibidor y al no estar acostumbrado a ese tipo de lugares, Naruto solo saludó al empleado que se encontraba en él y caminó hacía las mesas, cuando de pronto el hombre se atravesó en su camino.

 — ¿Dónde cree que va?

 — ¿Eh? —No comprendió.

 —Creo que se equivocó de restaurante —Observo al rubio con altanería—. Debería retirarse —Acotó en tono pomposo.

 Naruto comprendió, al ver la postura del sujeto, que lo estaba prejuzgando.

 —Pero... ¡Me están esperando!

 —Lo dudo... —Hizo un ademán pedante— Su vestimenta no es adecuada para un lugar de esta categoría y la casa se reserva el derecho de admisión —Concluyó tajante.

 —Escúchame, tonto —Arrugó el ceño—. A mí no me gusta tu cara de mono, ni tu disfraz de pingüino y no me quejo.

 — ¡¿Qué acaba de decir?! —Se molestó el tipo.

 

 Sasuke, que en ese momento se hallaba catando un vino, oyó el escándalo en la entrada y volteó hacia ella. No podía ver bien quienes eran los que discutían, pero algo lo impulsó a acercarse.

 Al cruzar la puerta hacia la recepción, se encontró con una escena que no esperaba. Haru era sostenida del brazo por un empleado para que no se abalanzara sobre el encargado de la recepción.

 — ¡Suéltame! ¡Yo le voy a enseñar a este baka a tratar a las personas!

 —Señorita, por favor retírese —Le pedía el tipo que la sujetaba, en voz baja, tratando de llamar lo menos posible la atención. Algo sin sentido a esta altura.

 — ¡Pero si este cara de mono empezó! —Forcejeó.

 — ¿Qué sucede aquí? —La voz de Sasuke llamó la atención de todos. Los miraba fijamente.

 — ¡Lo lamento, Uchiha-sama por perturbar su velada! —Dijo el anfitrión con una reverencia— Lo solucionaré de inmediato —Se irguió y con un movimiento de cabeza le indicó al otro que sacara a la calle a la chica.

 —Alto —dijo el moreno con frialdad—. Tú, suéltala... —Miró al hombre que trataba de arrastrar a Naruto y este acató la orden sin rechistar— Y tú, dime tu nombre —El anfitrión tembló al sentir los oscuros ojos posarse sobre él. Conocía la fama de ese hombre y si podía conseguir otra vez trabajo en la ciudad correría con suerte.

 —Yo... Yo lo...

 — ¡No importa! —El rubio miró a Sasuke negando con la cabeza y suplicando con la mirada— Solo cumplía con su trabajo. ¡Además sé defenderme sola! —Bufó inflando las mejillas.

 El hombre que tan mal lo había tratado se arrepintió de su comportamiento al ver su buen corazón.

 — ¡Perdón! —Se inclinó, pero esta vez con fervor.

 —Está bien —Lanzó una risita—. Pero trata de no ser tan rígido —Le sacó la lengua con simpatía y él sonrió hasta que sintió nuevamente un escalofrío—. Ah, Sasuke, ¡Perdón por llegar tarde! —Se rascó la nuca.

 —"Oh... Oh..." —Pensaron ambos empleados.

 —Vamos —Solo dijo el pelinegro y Naruto caminó delante de él sin percibir la aterradora mirada lanzada a los otros, que al verlos desaparecer se relajaron.

 —"Eso estuvo cerca" —Suspiraron.

 

 

 Se alejaron y a la vez que Haru caminaba delante de él Sasuke se dedicaba a analizarla.

 —"Ahora entiendo porque no la dejaban pasar" —Pensaba al analizar la ropa de la chica que eran un jean ajustado, rasgado a lo largo de ambas piernas. Unas converse negras caña alta por debajo de la rodilla y una campera de cuero sobre una camiseta con el estampado de una calavera. ¿Qué clase de mujer se vestía de esa forma para una cita en un lugar como ese?

 Aunque siendo sincero, no podía medir a la rubia con los mismos parámetros con los que medía a sus antiguas aventuras.

 Todas (y todos), eran personas mundanas y, en su mayoría, frívolas como él por lo cual si se hubieran presentado en esas fachas se habría sentido insultado en su orgullo. Pero este era un caso diferente, la persona que caminaba dándole la espalda lo era...

 —"¡Deja de mirarme así teme!" —Naruto se mordió el labio inferior al sentir esa oscura mirada como la brea, recorrer su espalda y clavarse en su nuca. Estaba tan nervioso por la sensación, que poco prestó atención a su alrededor. Cuando lo hizo, silbó y varios comensales lo observaron.

 —Vaaaaya... Es un lugar bonito... —Admiraba todo con la curiosidad pintada en la cara como un pequeño.

 —Tiene que serlo, es uno de los lugares más exclusivos... —dijo desdeñoso el Uchiha y "la rubia" le lanzó una mirada de aburrimiento.

 —Tampoco es para tanto —Y luego rechistó.

 — ¿Eso crees? —El moreno le sonrió de forma altanera sin creerle.

 —Claro, de donde vengo hay lugares más hermosos y no tienes que pagar un centavo para estar en ellos —Volvió a darle la espalda y continuo—. Además el lugar más común se puede convertir en fascinante si la compañía es buena —Rememoró salidas junto a sus padre y amigos.

 —Pude ser. Sin embargo también puede pasar a la inversa... —habló recordando la reunión de la tarde, que había sido en un lugar muy bello pero que había concluido tan mal—. Espero que se dé el primer caso entre nosotros...

 —"Espera sentado..." —Pensó Naruto.

 Llegaron hasta la mesa que Sasuke había reservado y tomaron asiento. Al instante un sommelier se paró junto al moreno y le preguntó si el vino que probó con anterioridad había sido de su agrado.

 —Sí, es de buena cosecha —Asintió de manera elegante—. Sírvenos.

 —"¿Y el por favor?" —El rubio pensó con molestia— No bebo, gracias —Rechazó cuando el hombre trató de servirle.

 —Vamos, aunque sea por esta noche, acompáñame —Insistía el pelinegro confiado en que el alcohol la haría más accesible.

 —No —Se entercó el otro y eso no le agradó al Uchiha que no rogaba dos veces. Por lo menos no hasta que la conoció.

 —Por... Por favor... —Una de sus cejas tembló por el esfuerzo de pronunciar la frase.

 —"Y eso que recién comienzo" —Naruto quería reír— Está bien, pero no me hago cargo de mis actos —Sonrió con coquetería.

 —Yo me haré cargo de todo... —Respondió sensualmente Sasuke y el rubio quiso bufar— Por cierto, ¿Por qué el retraso? —Su compañero sacó la lengua con gesto de travesura.

 —Es que no podía despegarme de las manos inquietas de Sai —Se llevó el dedo índice y lo posó sobre sus labios.

 El primer ataque estaba hecho y el ego de ese semental de pacotilla no quedaría en pie como que se llamaba Naruto.

 — ¿Quién? —Trato de simular que no sabía quién era el susodicho.

 —El chico que vive conmigo. Hace excelentes masajes —Por un lado eso molestó al moreno, pero por otro lo tranquilizó. Aunque no quería decir que le cayera mejor ese idiota.

 —Así que es masajista...

 —No, es bajista de la banda, pero me ayudó porque estaba muy contracturada —A Sasuke le tembló la ceja nuevamente.

 —Y... ¿Por qué estabas contracturada?

 —Por la depilación —Contestó sin vueltas.

 —Por... —El pelinegro se perdió— ¿Qué? —El rubio hizo un suspiro exagerado.

 —Ufff... Se nota que eres hombre —Puso tono decepcionado—, y que jamás te has depilado, ¿Sabes lo que duele y la cantidad de vello que hay en el cuerpo? —Las personas de las mesas contiguas comenzaron a mirarlo raro— Y ni hablar de los lugares en donde salen los muy malditos, ¡Tengo que volverme contorsionista! —Levantó la voz a propósito.

 Sasuke se percató que estaban causando la curiosidad de los otros y trató de cambiar el tema que era sumamente desagradable.

 —Quizá deberíamos de hablar de algo más... —Recomendó.

 —Es verdad, no es divertido recordar las zonas irritadas y el dolor —Movió la cabeza hacia un lado como una niña que recuerda algo— Es por eso que no me depilo ni me baño por semanas, jeje —Sonrió con cara zorruna.

 El moreno casi escupe el vino que había estado tomando en ese momento. Miró de reojo para ver como cuchicheaban sus vecinos de mesa sobre ellos.

 Gracias a Kami (según Sasuke), llegó el maître para preguntar si el servicio era de su gusto y ofrecer la carta.

 —Umm, ¿Tiene ramen? —Preguntó el rubio con entusiasmo.

 —Haru, aquí no se sirve esa clase de platos —dijo Sasuke con displicencia.

 Naruto trató de leer algo de lo que venía escrito en la carta, aún así no entendía nada. El sabía bastante de Ingles, pero francés para él era lo mismo que ruso. Bueno, no le quedaba más opción que seguir uno de los consejos de Sai.

 — ¿Hay algo que tenga ajo? —El maître se giró para contestar solemnemente.

 

 —Le recomiendo como entrada bouillabaisse con rouillé y como plato fuerte vinaigrette au megillones —El chico lo observó por un largo tiempo y Sasuke supo que no había comprendido ni media palabra. Se decidió a intervenir.

 —El primero es una sopa de pescado, ajo, mariscos, etc. El segundo es solo mejillones a la vinagreta —Naruto se dio cuenta de cuánto sabía el Uchiha al explicarle como si el Francés fuera su idioma natal—. Aunque creo... que deberías elegir algo un poco más liviano.

 —No, así está bien —Le refutó— Quiero eso.

 — ¿Y Ud. Uchiha -sama? —Preguntó el mesero.

 —Como entrada un foie gras a la plancha y como plato fuerte un soufflé de espinacas.

 — ¿Y como postre?

 —No deseo nada por mi parte, ¿Y tú? —Le pregunto al otro que se encontraba confundido mirando de cerca los diferentes cubiertos.

 — ¿Eh? ¡Ah, sí! Algo con chocolate.

 —Una mousse entonces —El maître solo se inclinó para luego retirarse.

 Naruto sujetó un tenedor frente a sus ojos.

 —No entiendo para qué tantos cubiertos...

 —Es para no mesclar los sabores de los diferentes plato y para diferenciarnos de los otros animales —Se burló un poco engreído.

 —Me parece más un signo elitista. Si fuera por educación, con un par de cubiertos sería suficiente —Observó a un lado para ver como una mujer lo miraba y empinaba la nariz con un tanto de desprecio.

 Los minutos que siguieron hasta la llegada del primer plato se volvieron tediosos y para matar el aburrimiento, el rubio comenzó a golpear las copas con una de las cucharas como si fueran un xilofon, irritando a Sasuke que se refrenaba para no arrebatarle el objeto de la mano.

 Naruto dejó de lado su "inocente" diversión, para probar el vino. Cuando lo hizo, arrugo un poco la cara, pues cuando dijo que no le gustaba no mentía. Aun así siguió tomando hasta que el contenido de su copa desapareció recordando uno de los puntos de la "investigación" de Sai.

 

 "Es primordial en la primer cita (si uno gusta del alcohol), no excederse en el vino o la bebida elegida. Ya que estas desinhiben y se puede causar una mala impresión o llegar a cometer imprudencias por causa de estas"

 

 Naruto no se preocupó. Desde pequeño Ero-sennin (a escondida de sus padres), le había hecho probar el sake con la escusa de que debía aprender a beber para ser todo un hombre y fue por ese motivo que en su adolescencia había probado tragos fuertes como el tequila o vodka a pesar de que le parecían desagradables. No obstante, debía admitir que había obtenido una gran resistencia a ellas gracias a esa experiencia. Algo que no sabía el teme y de lo cual podría aprovecharse.

 —Pero que ricoooo... Y yo que no quería tomar —Le sonrió como tonto haciéndose el mareado y quitándole al pelinegro su copa, para tomar el vino en un abrir y cerrar de ojos— ¡Sí, rico!

 —Creo que deberías dejar el vino por hoy... —Trataba de sonar comprensivo, cuando lo que deseaba era tomar a esa chica y darle unas cuantas nalgadas. Y no en el sentido sexual precisamente.

 — ¿Por quééé? Si está ricoooo —El rubio siguió comportándose como una chica tomada y caprichosa.

 El pequeño tira y afloje fue interrumpido por la llegada de un mesero con el primer plato, haciendo que el rubio recordara los consejos de sus amigos.

 

 —Los malos modales en una mujer molestan a la mayoría de los hombres, como cuando se habla de cosas "femeninas y desagradable" frente a ellos —Naruto asintió de acuerdo con lo dicho por Sakura y eso que él no era el ejemplo de la educación—. Y siendo quien es, eso lo molestará mucho —Se rió.

 

Sai fue más contundente.

 

 —Sé tú mismo...

 —No entiendo...

 —Cuando estén por cenar, piensa en que no has probado tu comida preferida por un mes y que de pronto ponen frente a ti un gran y sabroso tazón de ramen.

 

 Y por eso se mentalizó al mirar fijamente esa sopa rara con un nombre impronunciable para él. Tomó la cuchara y la probó. Era aceptable, pero no se comparaba con su amado ramen. Eso no lo detuvo de seguir tomándola haciendo mucho ruido y terminar por sorber directamente del plato.

 El enfado de Sasuke volvió cuando creía que podría disfrutar de su cena en paz. Estaba harto de aguantar el pronunciar un comentario ácido y es lo que estaba a punto de hacer cuando, al abrir los ojos, cruzó la mirada con los hermosos ojos azules que lo vigilaban atentos.

 Dos pensamientos cruzaron por su cabeza.

 —"¿Dónde aprendió modales? ¿En un chiquero? —Pero fue reemplazado rápidamente por el segundo al ojear la carita llena de comida— Pero... que adorable se ve..." —Y sonrió sin darse cuenta.

 Naruto se descolocó por dicha acción. ¿Acaso ese hombre estaba sonriendo con franqueza? Sin embargo, el acto que siguió a ese gesto fue lo que lo dejó atónito.

 —Tienes algo aquí... —Limpió con su servilletas los restos de comida que tenía en la comisura de sus labios.

 —Gra... ¡Gracias! —Descendió la mirada hacia la mesa tratando de ocultar sus mejillas totalmente encendidas.

 Se quedaron en silencio, hasta que retiraron la vajilla y la sustituyeron por el plato fuerte. Sin preocuparse, Naruto tomó cualquier tenedor.

 —"Mas que comer, parece estar luchando con los mejillones" —Sasuke suspiró.

 El rubio continuó con su pequeña batallas.

 — ¡Aunque te resistas, al fin te comeré! —Masculló.

 —Dudo que sea el cubierto adecuado... —Acotó el pelinegro.

 Naruto lo ignoró y pincho con más fuerza de la necesaria uno de los mejillones, logrando que saliera disparado y se incrustara en el escote de una mujer que se hallaba en una de las mesas cercanas.

 — ¡¡Kyaaaaa!! —gritó la rubia que era socorrida por uno de los meseros, a la vez que su compañero trataba de tranquilizarla.

 — ¡¡LO SIENTO!! ¡¡LO SIENTO!! —El chico se puso en pie haciendo varias reverencias seguidas.

 — ¿Crees que con eso lo solucionaras? —dijo el hombre que la acompañaba.

 — ¡Ya me disculpe! ¿Qué pretende, que me ponga de rodillas? —Le retrucó Naruto.

 El Uchiha solo se cubría el rostro con vergüenza.

 — ¿No es lo que hacen las de tu clase? —El hombre con largo cabello castaño oscuro y ojos grises claros lo miraba con desagrado— Es sabido que Uchiha sale con cualquiera —Al sentirse aludido, el moreno se paró y giró para ver a su antiguo rival.

 —Neji... —Apretó los dientes.

 — ¿Sasuke? —Todos centraron su interés en el pelirrojo que llegaba al sitio.

 —Gaara, ¿Qué haces aquí?

 —Vine por una cena de negocios —Recorrió con la mirada la estancia para detenerse en la rubia que esta semi oculta por el pelinegro— ¿Nos conocemos?

 Naruto tembló. Ese pelirrojo no lo reconocería, ¿O sí?

 — ¡No lo creo! —Se exaltó— Voy al baño —Y salió como rayo.

 —Es para el otro lado señorita —Le señalo el mesero. Solo asintió.

 Llegó al pasillo que dividía ambos baños y frenó sin saber a cual entrar. De golpe su espalda golpeó la pared y ese tal Gaara lo cercó con las dos manos impidiendo que huyera por segunda vez. Su rostro a centímetros del suyo.

 — ¿Qué pretendes? —Secreteó con una sonrisa bailando en sus labios— Dime...

 —No sé de que hablas... —Trató de que su voz sonara segura.

 —Tal vez a Sasuke puedas engañarlo, pero yo conozco tu rostro... Chico de Konoha.

 Todo iba a la perfección, ¿Por qué tenía que pasar esto?

 

 

 Continuará...

 

 

 

Notas finales:

 Gracias por leer un cap. más y nuevamente perdón por la tardanza, pero los problemas cotidianos me tienen saturada u_u Aún así trató de escribir aunque sea una frase, ir paso a paso con los días para no dejarme estar y sus comentarios me animan a no bajar los brazos!

 Ahora referente al cap. Me acabo de dar cuanta que es el más largo que escribí hasta ahora y aún así no pude concluir la cita de estos dos tontos XD En el próximo se verá el final de ella y será ocupado por nuestros amados Akatsukis en gran parte, para los que esperan más acercamiento ItaDei. También ya tengo escrita la mitad del primer cap. del mini (?) fic en donde muestro como se conocieron y enamoraron estos dos. Así que si tardo no se extrañen, porque quiero subirlo para festejar que pasé los 50 Rw!

Referente a personajes nuevos solo apareció Neji, pero si me decido a seguir utilizándolo hablaré más de él.

 

Y por fin llegamos a los agradecimientos:

Aranza_Uzumaki, jasmin-56, yaoi4ever816,  hiro-chan, NIR KAR,  Maria-sama, kaoru_himura, Mizuki Nozomi y Naniz_99 

 

 ¡Pasé los 50 comentarios y aún no lo creo!

 ¡Gracias por eso y por su apoyo, los adoro chicos! <3

 Hasta la próxima. Un besote! (^u^)/


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