Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Quién eres realmente? por SunaLove51

[Reviews - 163]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a Masashi Kishimoto.

Antes que nada ¡Perdón! Lo que pensé sería un par de meses se extendió a casi 1 año (?) No lo puedo creer, pero daré mis razones en las notas finales.

Espero que esta historia siga siendo de su agrado u_u

 — "Esto debe ser una broma —se repetía una y otra vez—. Una mala broma"

 O no, quizá su percepción estaba fallando. Tal vez había aspirado algo tóxico o ingerido algo en mal estado y por esa razón estaba teniendo graves alucinaciones.

 Eso debía ser, pues no concebía una escena tan surrealista como la de ver a ese tipo sentado cómodamente y a sus anchas en SU CASA.

 

 Se lo había repetido como un mantra cuando se despidió de sus amigos y salió de Tokio junto a Konohamaru con destino a Konoha.

 Se lo dijo nuevamente cuando en las puertas del hogar de niños lo recibió Iruka-sensei y dejó al pequeño al cuidado del mayor.

 Y lo volvió a hacer al llegar a la puerta del que había sido por largos años su hogar.

 — ¡Naru-chan! —El abrazo cargado de ansiedad de su madre hizo que reaccionara y saliera de ese estado entre la estupefacción, la negación y la rabia— No creí verte tan pronto.

 —Es que... —debía pensar rápido alguna excusa, no podía decirle a sus progenitores que había sido "citado" por el intruso en su casa— Terminamos las grabaciones del CD, el resto ya no está en manos de la banda. Por eso quise venir a verlos —decidió decir la verdad. Bueno una media verdad mientras ingresaba junto a su madre y se quedaba parado mirando a Sasuke fijamente.

 —Naruto, ¿No vas a saludar a Sasuke-kun? —Minato se había dirigido hacia él para abrazarlo y se extrañó de la inmovilidad de su hijo.

 —Mm... Je, sí... —El rubio avanzó a paso lento— ¿Cómo estás teme? —la pregunta salió forzada.

 —Naruto, ¡¿Cómo le hablas así a Sasuke-kun?! —Kushina lo regañó.

 —No se preocupe Kushina-san. Es nuestra manera cariñosa de llamarnos, ¿No es así, dobe? —el blondo torció el gesto con desagrado.

 ¿Desde cuándo ese bastardo se había vuelto el modelo de la amabilidad y la simpatía? Si no conociera al pedante con seguridad creería esa sonrisa amistosa de "niño bueno" que estaba componiendo.

 Qué gran actor que se estaba perdiendo Hollywood.

 —Pero siéntate hijo, justo llegaste cuando estábamos por mostrar a Sasuke-kun fotos de la familia —Naruto apartó la mirada recelosa del moreno y la centró en varias cajas en el suelo y en los álbumes sobre la mesita de café.

 Kushina lo tomó de la mano guiándolo a uno de los sillones frente a esta y para colmo lo obligó a sentarse junto a su acosador.

 —Naruto, ¿Por qué no nos contaste que habías conocido a este muchacho? —preguntó su padre— Tienes suerte de tener tan buenos amigos —le sonrió al pelinegro.

 El blondo menor se había vuelto a perder e intentó tragarse la rabia cuando dijo.

 —Es que no sabía que vendría hasta aquí...

 —Pero... ¿No sabes nada? —La pelirroja paseo su mirada de su retoño al Uchiha— ¿No se lo has dicho Sasuke-kun?

 — ¿De qué hablas? —Naruto trataba de contener la creciente irritación al sentirse fuera de lugar en esa conversación.

 —Es que quería darle la sorpresa. Además sabía que si le decía mis planes se opondría por lo orgulloso que es —El moreno sonrió de lado—. Me habías hablado tanto de tu familia y de su situación que no pude evitar actuar —Lo miró a los ojos con seriedad—. Estoy dispuesto a hacer todo por ti.

 La intensidad de su mirada hizo que Naruto se estremeciera.

 —Naru-chan, Sasuke-kun es el presidente de la multinacional que quería absorber a la compañía donde trabaja tu padre. Pero cuando supo quién era Minato puso todo su esfuerzo en cambiar la propuesta de negocios —La mujer sonreía feliz.

 Naruto contuvo la respiración por el asombro y su corazón bombeó más rápido.

 — ¿Eso qué quiere decir?

 —Teníamos pensado comprar Rasengan y absorberla para convertirla en una sede de Uchiha.Corp. Sin embargo, me preocupaba dejar a tantas personas sin sus puestos de trabajo y al saber que tu familia formaba parte de los afectados me hizo tomar la decisión correcta. Cambié la propuesta de compra por la de asociarnos así no se modificarían puestos de trabajo —Su tono era solemne y el rubio no supo que pensar.

 —Sasuke es tan noble. Aún no puedo creer lo que fue capaz de hacer por nosotros —La expresión de Minato era de eterno agradecimiento y el Uchiha supo que había ganado poderosos aliados.

 Por el contrario, Naruto no podía creer lo que escuchaba ¿Qué planeaba ese tipo? ¿Hasta qué punto era capaz de llegar por un capricho?

 —Disculpen un momento —se paró como impulsado por un resorte—. Voy a buscar algo a la cocina.

 —Yo lo traigo cariño.

 — ¡No! —Kushina detuvo sus movimientos por la orden— No… No quiero que te esfuerces —sin perder tiempo el rubio se retiró.

 —Lo noto muy nervioso —El Namikaze mayor meditó mirando por donde se había ido el menor.

 —Solo es exceso de trabajo —Sasuke se puso en pie—. Si me disculpan, veré si puedo ayudarlo.

 Se encaminó hacia la cocina mientras los adultos comentaban.

 —Ese chico es un buen hombre.

 —Es verdad —concordó su esposa— ¡Ah, lo olvidaba! Nos pidió que le mostráramos esto —dijo a la vez que sacaba de una de las cajas un álbum.

 

 En la cocina la confrontación era inminente.

 — ¿Qué demonios pretendes con esta pantomima? —Naruto se giró para plantarse frente al pelinegro que cruzaba la entrada de esa habitación.

 —Siempre a la defensiva... —susurró al igual que el blondo para que no lo oyeran.

 — ¿Por qué será? Déjame pensar... —hizo un gesto de falsa inocencia— Tal vez sea porque me atacaste varias veces y tratas a todos como si fueran basura.

 —La gente puede cambiar —Se fue acercando.

 — ¡No de la noche a la mañana! —masculló harto— ¡Deja de fingir!

 —Estoy siendo sincero, lo que hice lo prueba —Y aunque eso era parte de su actuación, el moreno aún no comprendía hasta qué punto serían veraces esas palabras en un futuro.

 —Lo único que comprueba esto es que eres un principito caprichoso que no le importa pisotear a los otros para salirse con la suya —Naruto no sabía por qué, pero darse cuenta de esto le provocó un dolor en su interior.

 — ¿Así que me ves como un príncipe? —Sasuke sonrió vanidoso ante el halago involuntario— Eso ya es un gran avance...

 Las mejillas del menor fueron cubiertas por un sonrojo monumental.

 — ¡¡Deja de cambiar lo que digo a tu favor y burlarte de mí!! —contestó atropelladamente.

 Sasuke desvaneció la distancia entre ambos y acorraló al objeto de su deseo contra la mesada.

 —Estoy siendo serio con esto —pegó sus labios al oído del otro—. Dame una oportunidad.

 — ¿O si no, qué? ¿Despedirás a mi padre? —apartó el rostro a un lado.

 —No, pero si me tratas mal tus padres se sentirán decepcionados por lo mal agradecido que es su pequeño —De un empujón fue apartado.

 — ¡Deja a mis padres fuera de esto!

 —Compórtate y todo saldrá maravillosamente.

 —Chicos —Minato interrumpió el cruce de palabras.

 —Otousan...

 —Vayan a la sala a hacerle compañía a tu madre. Yo me encargaré de preparar la cena —El buen ánimo de su progenitor hizo sentir mal al rubio por no poder compartir su optimismo.

 Salieron de la cocina sin mirarse.

 — ¡Ven, ven Sasuke-kun! —Kushina tomo de la mano al moreno como antes lo hizo con su hijo y este se preguntó si seguiría actuando en ese momento en que parecía de lo más relajado con el contacto, cuando sabía por Itachi que Sasuke odiaba que invadieran su espacio personal y lo tocaran— Encontré lo que buscaba.

 Volvieron a los sillones y la mujer puso frente a ambos una fotografía donde se la veía un poco más joven con un pequeño de apenas meses chupándose el dedo gordo.

 — ¡¡Okasan!! —trató de arrebatarle la imagen, abochornado, pero la pelirroja lo esquivó.

 — Sé ve adorable, ¿Verdad?

 —Muy adorable —Sasuke no mentía y tomando otras de las fotos que Kushina le ofrecía agregó—. Y en esta aún más —le enseño al blondo mientras sonreía con burla.

 En una se veía a Naruto que parecía de la misma edad que en la primera gateando en medio del lodo en pañales. En la siguiente se lo veía llorando mientras era consolado por Kushina y en la última a un rubio más grande con su guardapolvo de jardín de infantes sentado en el suelo pintando con los dedos mientras su uniforme y redondeada carita se mostraba salpicada de diversas manchas de pintura a causa de su peripecia.

 —Esa mancha azul en su nariz lo hacía aún más tierno —Kushina se veía feliz rememorando mientras Naruto no apartaba la vista de sus pies por la vergüenza y la rabia de no poder mandar a ese teme bien, pero bien lejos—. Recuerdo que terminó con su rostro lleno de muchos colores y tuvimos que convencerlo con ramen para que dejara de pintárselo —Se rio.

 — ¡Ya basta! —El chico comenzó a guardar con rapidez todo lo que encontraba.

 —No seas aguafiestas, dobe.

 —Me gustaría verte a ti en mi lugar

 —Las enseñaría con orgullo. Después de todo siempre fui guapo.

 — ¡Fanfarrón! —lo acusó.

 La discusión tan divertida para Kushina se cortó de pronto al Sasuke percibir la vibración en su celular.

 —Si me disculpan —pidió permiso para atender la llamada y se alejó.

 Mientras tanto Minato que llegaba de la cocina cuestionó a su hijo por su extraño comportamiento.

 —Naruto... ¿Por qué siento que hay una atmosfera tensa entre tú y Sasuke-kun?

 —No es cierto... Es que estoy un poco cansado del viaje Otousan. Además acabo de dejar a Konohamaru con Iruka-sensei.

 — ¿Cómo?

 —Luego les cuento.

 —Volviendo al tema, ¿Estás seguro? —preguntó esta vez su madre.

 —Sí, no te preocupes.

 Los tres se quedaron callados con solo ecos de la conversación que mantenía el moreno a media voz en el pasillo que daba a la salida.

 —Sí, me parece perfecto. Mañana estaré ahí.

 Naruto se paró al ver al Uchiha acercarse y lo observó con seriedad.

 —Kushina-san, Minato-san lo siento pero no podré quedarme a cenar —comunicó a la pareja—. Tengo asuntos que atender y solo tengo unos días para solucionarlo.

 —Es una lástima Sasuke-kun —La pelirroja se mostraba compungida.

 —Es verdad —agregó su esposo—. Queríamos agradecerte de alguna forma lo que has hecho por nosotros, aunque sea de una manera tan simple.

 Naruto, que al enterarse que el pelinegro se iría pronto y había contenido un grito de felicidad, se sintió nuevamente culpable al oír a sus padres. Por lo que tomó una decisión de la que estaba más que seguro que se arrepentiría.

 —No puedes hacernos ese desaire —Su voz tembló haciendo que los Namikaze se asombraran de la repentina timidez impropia en su hijo.

 — ¿Me estás invitando en persona? —La entonación maliciosa en Sasuke, digna de alguien que se sabe vencedor, fue acompañada de una sutil sonrisa.

 — ¡Sí, teme! —Las mejillas del blondo se tiñeron de rojo intenso.

 Como odiaba que eso pasara por culpa de ese tipo.

 El moreno no supo si eso era a causa de la vergüenza o de la rabia. Quizá fueran ambas.

 — ¡Entonces no se habla más! —Kushina saltó de su lugar como una niña elevando sus puños frente a su pecho— ¡Mañana prepararemos una cena deliciosa en tu honor!

 —Se los agradezco —Sasuke se inclinó en una reverencia—. Hasta mañana.

 —Lo acompaño —dijo Naruto y el otro lo siguió.

 — ¡Hasta mañana Sasuke-kun! —dijeron los mayores al unísono.

 Los chicos cruzaron el umbral y cuando la puerta fue cerrada Naruto habló.

 —Que quede claro que lo hice por ellos.

 — ¿Estás seguro? —Sasuke se le acercó lo suficiente para que el otro pegara la espalda a la puerta.

 Tomó aire y levantó el rostro para responder con seguridad.

 —Haría cualquier cosa por ellos y eso incluye soportarte.

 —Es bueno saberlo —El pelinegro se acercó lo suficiente para rozar sus labios y Naruto cerró los ojos para no perder la compostura—. Nos vemos pronto, usuratonkachi...

 El rubio abrió los ojos mucho después de escucharlo y pudo ver a lo lejos la sonrisa que aún no se borraba del semblante del Uchiha, que en ese instante se subía a su lujoso auto.

 —Ba... ¡Baka! —Solo pudo poner un puchero de decepción muy a su pesar.

 Sasuke por otro lado pensaba en todo lo que tenía que hacer para tener a ese chico.

 —No importa, estás a punto de caer Naruto —Su corazón se agitó de manera extraña al vislumbrar ese futuro cercano, pero como era habitual en él cuándo se trataba de cuestionar cualquier sentimiento propio, optó por ignorarlo.

 

 

 

 

 Una nueva noche llegó, pero esta era distinta. Quizá no en apariencia pues había pasado cientos de noches parecidas a esa, no obstante esta era diferente tal vez por la nostalgia que le daba volver a dormir en su cuarto luego de un tiempo. Y aunque habían sido solo unos meses, para él se le hacía una eternidad.

 Se abrazó a su almohada y aspiró el perfume al que estaba acostumbrado desde niño y que solo las manos de su madre sabían escoger. Su cama y la maravillosa sensación de estar en ella no se comparaban con ninguna cama King side de las más lujosas suites de Tokio. Ningún hotel, por más pomposo que fuera, rivalizaba con su hogar pues ninguno tenía esa calidez que solo sus seres queridos le podían dar.

 —Esto es tan genial... —se acurrucó un poco más y sonrió. Pero todo cambió al recordar la visita que tendrían al día siguiente— Siempre ese teme tiene que arruinar cualquier momento —meneó la cabeza y decidió dejar de pensar en el azabache.

 Disfrutaría de un sueño reparador y al día siguiente ya vería cómo manejar a ese manipulador.

 

 A la mañana, luego que un maravilloso día soleado lo despertara, todo trascurrió como cuando convivía con sus padres hasta que llegó el desayuno. Naruto estaba a punto de sentarse cuando el timbre sonó.

 —Deja Okasan, yo abro —pidió a su madre que estaba a punto de pararse.

 Al llegar al umbral y abrir deseó no haberlo hecho. Cuando escuchó el "Nos vemos pronto" de esa pretenciosa boca no imaginó que sería "Tan pronto".

 —Buen día, dobe —Sasuke no le dio tiempo a contestar y se auto invitó a pasar ante la mirada incrédula del rubiecito.

 — ¿Qué haces aquí? —masculló Naruto entre dientes. La respuesta que esperaba nunca llegó, puesto que su madre no había podido contener su curiosidad y lo había seguido.

 — ¡Sasuke-kun, que alegría verte tan temprano! —Kushina dio una palmadita y su hijo tuvo que crear una mueca animada antes de girarse para no delatar su creciente descontento.

 —Buen día Kushina-san. Traje esto para Ud. —El pelinegro se inclinó mientras extendía hasta ella un hermoso ramo de rosas carmesí.

 — ¡Oh, son preciosas! ¡Gracias! —La mujer las sujetó con felicidad y Sasuke supo de quién sacaba su dobe la actitud animada y llamativa.

 — "¿Mi dobe? Kami, debo sacarme las ganas pronto con él. Ya estoy comenzando a pensar idioteces" —La llegada de Minato lo sacó de su reprimenda mental.

 —Sasuke-kun, buen día, ¿Quieres pasar?

 —Oh, lo siento. Con esto de las flores me comporte tan grosera —La pelirroja se avergonzó.

 Naruto totalmente ajeno a la conversación solo quería que el moreno se largara de una vez.

 —No se disculpe. Y le agradezco a ambos pero solo pasaba por aquí y decidí traer estas flores que me recordaron a Ud. —Miró a la pelirroja—. Sobre todo por su hermoso cabello.

 La mujer rio totalmente sonrojada como una quinceañera y Naruto se ofuscó aún más. Si el Uchiha no se iba, lo sacaba a patadas como que se llamaba Namikaze Uzumaki.

 —Te agradezco en nombre de mi esposa, pero te advierto que esta princesa es mía —Minato rio a su vez, al tiempo que abrazaba por la espalda a su mujer.

 —Vamos Minato —La pelirroja se giró para golpear juguetonamente a su marido—. No seas celoso.

 Los tres rieron, aunque Sasuke lo hizo de manera discreta, hasta que se voltearon hacía el rubio menor que no había abierto la boca.

 —Naru, ¿Te pasa algo?

 — ¡No! —comenzó a rascar su nuca con nerviosismo— Es que se me hace tarde.

 —Perdón, los interrumpí —Sasuke miró de reojo al blondo tras de él—. Solo venía a preguntar a qué hora sería la cena. Es que tengo que atender un asunto.

 — Pudiste haberle avisado a Naruto —comentó el padre del nombrado.

 Fue ahí en que cayó en su error. Un detalle como ese podía descubrir sus mentiras y se dio cuenta de la sonrisa de burla que con disimulo le dedicó el blondo más bajo, ya que hace una semanas había cambiado el número por su causa.

 —Es que hace poco perdí mi celular y compré uno en el camino. Por lo tanto aún no paso mis contactos al nuevo.

 —Cuanto lo siento —Kushina se llevó una mano a su mejilla y Minato asintió en acuerdo con ella—. Ya mismo te anoto el número de casa y el de Naruto también —La mujer se fue tan rápido a hacer lo que había prometido que no le dio tiempo a Naruto a reaccionar y vio como el pelinegro le devolvía la sonrisa.

 —Bueno Sasuke-kun, entonces nos vemos esta noche —El mayor extendió su mano y Sasuke la tomó en un apretón.

 —Así será, Minato-san —hizo una reverencia y el otro se adentró en la estancia.

 La voz de Naruto llamó su atención.

 —Seguramente tu orgullo debe de estar sangrando de tantas caravanas que has tenido que hacer en tan pocas horas.

 Quizá, pero si con eso logro lo que quiero...

 —Maldito...

 — ¡Aquí está! —La pelirroja se asomó hacía el pasillo— Nuestros números.

 —Gracias

 — ¡No hay problema! Te esperaremos con una deliciosa cena —Kushina levantó el dedo índice y le guiñó un ojo.

 —Gracias, no dude que aquí estaré —se inclinó y miró de reojo a Naruto con una sonrisa de suficiencia.

 —Entonces nos vemos esta noche. Adiós, Sasuke-kun —Antes de dirigirse hacia la cocina le acarició el rostro de modo maternal haciendo que Sasuke se quedara un tanto impactado por la calidez en la caricia—. Naru-chan acompáñalo.

 —Sí, Okasan...

 Caminaron en silencio hasta llegar a la vereda. Naruto tratando de contener todos los insultos que pugnaban por salir y Sasuke aún perdido en la sensación que le había dejado la Uzumaki. Hacia tanto tiempo que no sentía lo que era ser mimado por su madre que ya casi no recordaba cómo era el contacto de sus manos.

 —No solo eres bueno manipulando, si no también fingiendo y creando mentiras sobre la marcha —le reclamó el rubio y Sasuke lo enfrentó.

 —Tú no eres una blanca paloma en ese aspecto.

 — ¡Yo lo hago por una causa importante! No como otros que lo hacen por egoísmo y capricho.

 — Ja, todos dicen lo mismo… A ver, ¿Cuál es ese motivo tan importante?

 — ¡No te importa! Solo lo usarías en mi contra y tampoco es como si me gustara hacerlo —Naruto empuñó sus manos.

 —Da igual, nos vemos en la cena —Sasuke subió a su auto —. Y no se te ocurra escapar.

 El blondo solo le enseñó el dedo del medio y el moreno rio.

 

 La situación había sido incómoda con el teme "ese" tratando de caerle bien a sus padres, era por eso que se alegraba de por fin poder salir de su casa rumbo al hogar para pasar la mayor parte del día ayudando a Iruka-sensei. Sabía que el castaño de cicatriz le reclamaría que no descansara en sus días libres, pero él no se preocupaba por eso puesto que como siempre se impondría por encima del mayor.

 Pensando en esto llegó hasta la puerta que daba a la salida secundaria del hogar e ingresó por ella, pues quería tomar algo de desayuno ya que en su casa por culpa del Uchiha se le había quitado el apetito. Fue por eso que Iruka lo sorprendió mientras se giraba hacia él con un bollo relleno entre los labios.

 — ¡HOGLA IGLUKA JENJSEI!

 —Naruto-kun mastica, traga y luego habla —El rubio así lo hizo para luego abrasarlo—. Ahora sí, hola Naruto-kun.

 — ¡Los extrañe!—El menor sonrió con alegría.

 —Nosotros también, pero deberías...

 —Ya sé, ya sé. Pero quería verlos y si puedo ayudar me siento un poco mejor.

 —No cambias —Iruka sonrió con ternura—. Eso es bueno.

 Conversaron solo unos minutos hasta que Konohamaru entró a la cocina con la intención de hablar con el castaño de pelo largo.

 — ¡Iruka-sensei, ahí afuera está ese estirado!

 — ¡Konohamaru-chan, no hables así de los visitantes!

 — ¿De quién habla? —Naruto se encontraba curioso por la actitud del niño.

 — ¡¡Naruto-Niichan!! —El pequeño saltó sobre el regazo del blondo para darle un fuerte abrazo al cual este correspondió.

 —Kono-chan, tanta emoción si nos vimos ayer.

 —Pero siempre me hace feliz verte —El otro junto a Iruka sonrieron por eso.

 —Bueno, voy a atender a la persona que está esperando —El castaño salió del lugar y detrás de él lo hicieron los otros dos.

 — ¡¡Naruto-Niichan!! —gritaron los niños del hogar al verlos aparecer y lo rodearon entre saltos.

 — ¡Hola pequeños! —se plantó de rodillas en el suelo para recibir los abrazos de todos los niños, que a veces querían aferrarse a él de a dos o tres al mismo tiempo.

 — ¡Tenemos tanto que contarte! —dijo una pelirroja con dos colitas— A Shion se le cayó un diente —Ella se rio.

 — ¡Y a ti te faltan tres y estás muy fea, Mayu! —El mencionado le increpó.

 — ¡Cállate, Mayu es linda! –la defendió un bajito moreno.

 —Eso es porque te gustan las feas.

 La pelea se hacía cada vez mayor y Naruto reía al pensar en cuanto extrañaba esas pequeñas rencillas que siempre dividían a los niños en dos bandos. Puso tanta atención en tratar de calmar los ánimos que no advirtió como Iruka había hecho aparición con un pelinegro a su lado que se quedó embobado viéndolo sonreír. La disputa comenzó a apaciguarse cuando el blondo hizo mención de los regalos que había traído.

 — Niños —Todos voltearon al escuchar al director del hogar—, quiero presentarles...

 — ¡TÚ! —Naruto se puso en pie olvidándose de todo y señalando con un dedo acusador— ¡DEJA DE SEGUIRME!

 — ¿Ud. se conocen? —Iruka estaba perdido.

 —Pff —Sasuke contuvo una risita—. No vine aquí por ti.

 — ¡Claro y yo nací ayer!

 —Ni que fueras el centro del universo.

 — ¡Oh! ¡Me olvide que ese eras tú! —El de pelo claro se burló.

 —Si tú lo dices —Sasuke sonrió con un toque de picardía que molestó aún más al rubio.

  —Niños... —se agachó un poco y miró a los infantes que esperaban sus regalos ansiosamente con los ojos muy abiertos— Antes de los regalos háganme un favor, ven el hombre que está allá —señalo al moreno mayor.

 Los niños asintieron al tiempo y uno dijo.

 — ¿El que tiene cara que da miedo?

 —Sí, ese —El blondo los reunió más cerca y cuchicheó en secreto para los mayores.

 Sasuke supo que algo no andaba bien cuando Naruto se enderezó y lo miró con una mueca que él ya sabía reconocer muy bien, era de maldad

— ¡¡Ojii-san!! —Los niños sin perder tiempo lo rodearon y empezaron a treparse a él.

 — ¡¡Niños!! —Iruka intentaba alejar a los menores del Uchiha pero ni bien lograba su cometido los que habían sido apartados volvían a pegarse al pelinegro entre risitas, gritos y gorgoritos.

 — ¡Así se hace, pequeños! —El rubio elevaba sus brazos en signo de alentar el ataque.

 — ¡Dobe, dile a estos monstruos que se alejen! —Sasuke era tironeado de un lado a otro al punto que perdió el equilibrio y cayó al suelo siendo cubierto por una ola de niños que casi no lo dejaban respirar.

 — ¡¿Qué dices?! ¡No te escucho bien Teme! —puso una palma abierta perpendicular a su oreja haciéndose el que intentaba oír mejor.

 — ¡Me las vas a pagar!

 —Naruto —El castaño corrió hacia su posición—, diles que lo suelten, ¡Van a matarlo!

 —Iruka-sensei, me quitas la diversión... —hizo un puchero y por fin ordenó— ¡Chicos, ya es suficiente! ¡Se ganaron un premio!

 Los pequeños se apartaros y entre grito y saltos decían:

 — ¡Sí!

 — ¡Quiero mi premio!

 — Yo quería seguir...

 Naruto se largó a reír estridentemente y Sasuke aun tirado en el suelo y luego de dar una honda inhalación expulsó el aire con fastidio y frunció el ceño antes de ponerse en pie.

 — ¡Oh, Sasuke! Tu traje es un desastre.

 Ante esto el moreno miró hacia abajo y su gesto enojado se acentuó.

 —No creo que un poco de mugre lo mate —opinó Naruto con desinterés.

 — ¡Por supuesto que no lo hará!

 —Naruto, muéstrale a Sasuke-kun mi baño —El castaño miró al Uchiha—. No tengo prendas de la calidad que estás acostumbrado, pero podría prestarte algo.

 —Iruka-sensei, quizá se te pegue lo idiota si le prestas tu ropa.

 — ¡Naruto!

 —Gracias Iruka, acepto el préstamo —Sasuke contestó ignorando al rubio y se adentró a uno de los pasillos seguidos por un enfurruñado rubio.

 —Y quédate con él por lo que se necesite —aclaró el mayor haciendo que Naruto hirviera.

 

 Llegaron hasta el cuarto del castaño y sin decir nada Sasuke comenzó a desnudarse.

 —Oye, Teme… ¡Aun estoy aquí! —El blondo se giró rápidamente sonrojado al instante en que el pelinegro estaba por sacarse y descartar su pantalón de vestir.

 El Namikaze se obligaba a sí mismo a no mirar por nada del mundo y el otro aprovechando su turbación se acercó con sigilo.

 —Tan nervioso te pone ver el cuerpo de otro hombre o es porque soy yo específicamente... —El susurro fue lento y pegó sus cuerpos mientras lo abrazaba desde la espalda.

 — Suel... ¡Suéltame! —El blondo trató de ignorar la corriente que le produjo sentir el aliento del más alto desde su nuca hasta llegar a su oído y su pecho desnudo pegado a sus omóplatos.

 — ¿Realmente quieres formar un verdadero escándalo? —Sasuke paseó sus manos por el abdomen de Naruto para acariciarlo con suavidad, pasando por sus pectorales hasta la base de su garganta— ¿Quieres que Iruka y todos esos chiquillos sepan lo que estamos haciendo?

 —Yo no... Estoy haciendo nada, ¡Abusador! —dijo con dientes apretados.

 —Tienes razón. Aún no... —Los dedos de una de sus manos se arrastraron por su cuello y de golpe, con la otra, lo giró para apoderarse con ferocidad de su boca.

 ¡Cuánto había estado deseando besarlo! Y no lo entendió hasta que volvió a probarlo y supo que no podía despegarse de esa boca que no se cansaba de insultarlo cuando estaba libre. Pero ese era uno de los puntos que la hacían más excitante, quitando el hecho que su sabor era adictivo.

 El menor, por el contrario, quería alejarse pero el Uchiha lo había apresado de tal forma que incluso sus brazos estaban presos de su agarre posesivo. Ni siquiera echar la cabeza hacia atrás o a un lado era una opción al sus labios estar pegados a los contrarios con desenfreno y los sentimientos tan abrazadores e incontenibles en ese contacto fueron logrando, poco a poco, que Naruto cerrara con lentitud sus ojos y comenzara a responder.

 Primero solo era un leve rose de lenguas que encendió, si es que cabía esa posibilidad, aún más al moreno que aflojó su agarre y lo concentro en la cintura del rubio, que en vez de aprovechar esta oportunidad y escapar, se aferró al cuello del otro e inclinó a un lado su cabeza para profundizar la unión.

 No supo en qué momento el Uchiha había empezado a hacerlo retroceder, sin romper el contacto que parecía ya no ser suficiente, y solo cuando el reverso de sus piernas sintió la dureza de la madera del lateral de la cama de Iruka el blondo comprendió qué estaba a punto de pasar. No obstante, no sabía cómo alejarse del contrario.

 — "Tengo que apartarme" —pensaba. Aunque sus ansias (recién descubiertas), de seguir besando a Sasuke no le ayudaban a llevar a cabo su objetivo.

 Y para cuando volvió a tener un mínimo momento de lucidez, el moreno ya estaba recostado sobre él y lo acariciaba sobre la ropa.

 Una mano pálida y descarada se deslizó por su costado y llegó hasta su entre pierna logrando que esta vez una sensación muy diferente a las que estaba sintiendo hasta ese momento, lo hiciera tensarse por completo.

 —Por... Por favor basta... —Su voz se escuchaba temblorosa pero Sasuke, tan perdido en su arrebato de pasión, no supo percibirlo.

 —No puedo... —hundió su nariz en el cabello dorado absorbiendo su aroma y trató de colar su mano dentro del pantalón para acariciar más íntimamente sus genitales.

 — Basta... Basta, ¡No me toques! ¡NO! —Su reacción fue violenta, empujando al azabache a un lado.

 —Maldición… ¡¿Qué demonios te pasa ahora?! —Sasuke furioso se incorporó de un salto.

 Su frustración era evidente y que su pene doliera como el demonio no ayudaba a que desapareciera y por el contrario, la alentaba. Pero al mirar hacia la cama y ver el cuerpo sobre ella, por fin pudo percibir hasta qué punto la atmosfera del lugar había cambiado.

 El cuerpo de Naruto, echado a un lado y en posición fetal temblaba casi incontrolablemente. Intentó acercarse y tocarlo y esto provocó que se acurrucara aún más. Le tenía miedo, casi terror y esto lo golpeó con fuerza.

 — Sasuke, ¿Encontraste algo de tu agrad... —Iruka irrumpió en su habitación y enmudeció ante la imagen de ambos jóvenes— Naruto...

 — ¿Qué le pasa Iruka? —La voz angustiada de Sasuke sacó de su estupefacción al castaño y lo sorprendió. Ya no recordaba la última vez en que había escuchado ese tinte de preocupación en el chico frente a él.

 —Eso debería preguntarlo yo, pero luego hablaremos seriamente —Aunque sonó amable el moreno supo que no podría escapar de esa charla con el mayor—. Buscaré en mi botiquín unos calmantes. Tú ve a la cocina por un vaso con agua —Sasuke solo asintió y se dirigió a la cocina volviendo en solo un par de minutos. El otro, ya con el frasco de pastillas en su mano tomó el vaso que le ofrecía y dijo:

 —Naruto-kun... —acarició su cabello y el menor fue abriendo sus ojos y relajándose. Sin embargo, cuando vio al Uchiha de pie detrás de Iruka volvió a cerrarlos con fuerza. Esto fue notado por el de cicatriz— Sasuke, es mejor que nos dejes solos.

 —Pero...

 —Hazlo por él —Esto lo desarmó y sin saber qué más hacer salió del lugar.

 

 Los minutos pasaron hasta que vio salir a Iruka.

 — ¿Por qué se comportó así?

 El castaño le hizo una seña para que se alejaran y dejaran a Naruto descansar un poco.

 —Cuando era más pequeño, sufrió un trauma severo y con el tiempo y la ayuda de la gente que lo quiere logró salir adelante y ser como era antes de ese suceso. Pero en el tiempo en que aún no había avanzado su recuperación sufría ataques como este —Iruka paró de pronto— ¿Qué fue lo que pasó para que ocurriera esto? —Lo miró con detenimiento.

 —Nada...

 —Sasuke...

 —Bueno, ¡Lo besé!

 — ¿Uds. Están saliendo? —El que el castaño preguntara con reproche no le gustó para nada.

 —No, pero si así fuera, ¿Qué? —El otro frunció el ceño.

 —Sasuke, no...

 —No, ¿Qué? —Esto estaba comenzando a enfurecerle e Iruka lo tomo de los hombros.

 —Sabes cuánto te aprecio. Es más, te quiero Sasuke-kun. Pero también lo quiero a él y puedo decirte que no es para ti.

 — ¡No lo entiendo! Itachi me dijo algo similar...

 —Es porque tanto él como yo te conocemos, Sasuke-kun. No eres de tomarte a tus parejas, por decirlo así, muy en serio. Y sabes que jamás me he metido en tu vida privada, pero no puedo pasar esto por alto. Naruto es un ser que merece ser amado y protegido.

 El Uchiha se alejó unos pasos para separarse del contacto. Se sentía subestimado.

 — ¿Y por qué me das a entender que yo no podría hacerlo?

 —Solo deseo que ninguno de los dos salga herido, sobre todo él. No sé si lo resistiría... —La angustia que asomó a sus ojos calmó las ínfulas del moreno y lo llevó a preguntar:

 —Iruka... ¿Qué fue lo que le pasó? —El contrario negó.

 —No puedo profundizar en ese tema, eso debe hacerlo la familia Namikaze. Yo solo fui un espectador casual.

 —Iruka-sensei —Un chico de alrededor de 14 años lo llamó a lo lejos y el castaño lo agradeció internamente.

 —Voy... Sasuke será mejor que te vayas.

 —No, me quedaré hasta que esté mejor —El castaño suspiró por su terquedad.

 —Está bien. Pero recuerda, quizá sea mejor que te olvides de Naruto-kun.

 El moreno lo vio alejarse y pensó que tal vez su antiguo cuidador tenía razón. El rubio estaba produciendo cambios en su personalidad y rutina y no estaba seguro que le agradara del todo.

 

 

 

 Y aun con todos esos peros, una hora más tarde todavía se encontraba esperando por él fuera del hogar.

 —Teme... —Esas palabras habían sonado tan apagadas que no hubiera podido reconocer su procedencia si no fuera por esa forma tan particular de llamarlo— ¿Qué haces aquí?

 —No iba a irme dejándote así.

 —No fue tu culpa —Aunque le costara reconocerlo Naruto aclaró—. Yo te seguí el juego, pero no estaba preparado para terminarlo.

 —Naruto —Sasuke se acercó pero el rubio se hizo atrás y cuando estaba por reclamar este sacó su celular. Y empezó a caminar alejándose.

 —No vas a escapar —El moreno rápidamente se subió a su auto y arrancó para poco después darle alcance—.  Sube, Naruto.

 —No tiene caso, voy al hospital y solo está a un par de calles.

 —Entonces sube, porque aunque no lo hagas voy a seguirte igual —El menor lo miró de reojo a la vez que seguía su camino por la vereda y a solo un metro de distancia.

 —Eres insufrible —tomó el puente de su nariz apretándolo con fuerza.

 —Podría ser una ayuda, pero tú no te dejas.

 — ¡Ok! Pero cuando lleguemos no me sigas hasta adentro, ¿Entendido? —Sasuke miró al frente y asintió no muy convencido.

 El corto trayecto fue en total silencio y cuando Namikaze bajó ni siquiera se despidió, solo le advirtió que no lo espere.

 Pasaron solo unos minutos y lo vio, a la distancia, salir visiblemente agitado y caminando con rapidez.

 — ¡Oye! —gritó y este se volteó para mirarlo fijamente.

 —Te dije que no me esperaras.

 —Solo estaba tomando un poco de aire. Vamos, sube —le pidió.

 Extrañamente el otro no se negó ni comenzó una discusión por haberle llevado la contraria como solía hacerlo.

 

 

 El silencio durante el viaje se hacía cada vez más denso y no importaba cuanto Sasuke se devanara los sesos para sacar un tema de conversación, el lenguaje corporal del rubio en el asiento del acompañante le decía que no tenía, por raro que parezca, ninguna intención de pronunciar palabra alguna. En otra ocasión y seguramente con otra compañía, el moreno no hubiera esperado ni un segundo fuera de ese hospital. Aunque siendo sincero, seguramente ni siquiera hubiera llevado a otra persona hasta ese sitio y eso le demostraba a Sasuke lo fuerte que Naruto estaba influenciando en su actuar cotidiano. Darse cuenta de eso no le agradó e inconscientemente frunció el ceño.

 —Si te molesta llevarme hasta mi casa déjame por aquí, puedo caminar —dijo el rubio mirando a través de la ventanilla con desgano.

 — ¿Qué? —Sasuke reaccionó saliendo de su lapsus.

 —Se ve que te molesta llevarme, pero es tu culpa. Te dije que te fueras —aclaró aún sin mirar al azabache.

 —Lo hago porque quiero. No me molesta.

 Naruto suspiró.

 —Tu gesto decía otra cosa...

Fue ahí que Sasuke comprendió de donde había surgido esa idea.

 —No era por eso, estaba pensando en un asunto diferente —lo observó por su visión periférica y solo podía ver una pequeña parte de su perfil bronceado y su cabello rubio.

 La actitud del menor lo inquietaba y más que hubiera aceptado que lo alcanzara hasta su casa sin poner ni un pero, como si todo le diera igual ¿Qué pasó en ese hospital que tenía a ese chico tan afectado?—. Naruto...

 —Detente —El moreno no comprendió su pedido— ¡Detente! —Naruto abrió la puerta del acompañante de pronto como si tuviera intención de saltar del auto aún en movimiento, logrando con esto que Sasuke clavara los frenos.

 — ¡¿Estás loco?! —El Uchiha se giró con intención de increparlo todavía más, pero su compañero ya no estaba y solo pudo divisar la espalda del blondo perdiéndose por una vereda que se habría entre el follaje del bosque que costeaba la carretera y marcaba el límite del pueblo— ¡Maldición!

 

 Naruto corrió sobre la alfombra de hojas que variaban entre el color amarillo y naranja, atravesando espesos matorrales hasta que tropezó con una rama semi oculta entre el follaje.

 —Maldita sea... —golpeó el suelo con un puño y se mordió los labios.

 Ese día se suponía que sería bueno y a pesar que se quejara de la intromisión del Uchiha en su vida, los verdaderos problemas eran otros. Esa tarde lo había comprobado luego del acercamiento con Sasuke. Su pasado, ese que creía enterrado, había vuelto por un segundo a su mente y lo había dejado débil e indefenso. Y como si con eso no bastara, el presente se había encargado de darle un nuevo revés cuando, decidido a aclararle al médico que se encargaba del tratamiento de su madre que él se encargaría de sus gastos no importaba cuales fueran, este le había dado la noticia que sus últimos estudios no habían salido del todo favorables. La leucemia en la sangre de Kushina debía ser tratada con quimioterapia. No obstante cabía la posibilidad que debiera recurrir al trasplante de médula para frenarla.

 Por una parte estaba agradecido el haber sido él el receptor de la mala noticia, porque al haber visto a sus padres juntos y sonrientes esa misma mañana no deseaba que eso cambiara. El llevaría la carga y el peso de esa verdad y solo cuando fuera el momento se la comunicaría a ellos. Se lo había aclarado al doctor Hakushi. Empero, ¿Realmente servirían de algo sus esfuerzos? ¿Qué sucedería si todas sus esperanzas eran en vano? ¿Qué sería de él y de su padre si perdían a Kushina? No quería pensar en eso, pero no podía evitar que esas preguntas y la sombra de esa posibilidad atravesara su cerebro. Ya no podía sacar a relucir sus sonrisas, esas que usaba muchas veces para ocultar sus penas. Ya no podía o mejor dicho ya no quería. Estaba tan cansado...

 

Se quedó inmóvil, con la mirada perdida y fue de esta manera que minutos después lo encontró el pelinegro.

 — ¡¿Te das cuenta de lo que hiciste?! ¡Casi me matas de un infarto! —Al notar que no le contestaba, Sasuke se arrodilló frente a él— Naruto, ¡Respóndeme! —El blondo lo miraba pero sus ojos parecían atravesarlo, como si él fuera un fantasma y el Namikaze no lo viera realmente.

 —Sasuke —Sus pestañas temblaron como señal de que estaba reaccionando a sus palabras y sin previo aviso se arrojó a sus brazos y lo besó.

 El moreno no entendía que pasaba, pero su deseo por él era tanto que se dejó llevar recostándose para dejar que el blondo se posicionara encima. La pericia para besar de Naruto era tan pasional como lo había sido en el anterior beso que habían compartido, aunque en medio de la ola de calor que se extendía por su cuerpo pudo sentir un nuevo sentimiento en ese acto.

 —Querías esto, ¿Verdad? —El rubio le dijo sobre sus boca— Tómame ahora, hazme olvidar hasta mi nombre, por favor Sasuke...

 Y fue ahí que lo identificó. Ese arrebato estaba cargado de súplica y desesperación. Las lágrimas que salían de sus ojos bañando su rostro y caían sobre el suyo se lo gritaban a la cara.

 —No... —Se sentó con Naruto a horcajadas sobre su regazo y lo alejó levemente para mirarlo a la cara decidido a no ceder.

 — ¿No era eso lo que querías? ¿O solo querías que te rogara para burlarte de mí? —La voz de Naruto se cargaba cada vez más de furia— ¡Supongo que soy poca cosa! ¡¿Verdad?! Entonces ganaste... ¡¡RIETE TODO LO QUE QUIERAS, UCHIHA!! —hizo amago de levantarse pero Sasuke lo sujetó de las muñecas y lo zamarreó.

 — ¡NO ES ESO! —Tomó su rostro entre las manos— ¡Quiero que vengas a mí porque lo desees en verdad y no por desesperación! —lo abrazó con fuerza y pudo sentir como el blondo lo aceptaba para pegar el rostro a su pecho y comenzar a llorar sin restricciones.

 Lentamente repartió pequeñas caricias en su cabello y no ahondó en que a lo largo de su vida jamás había sentido este instinto protector con nadie más, ni esas ganas de mimar sin esperar nada a cambio.

 —Gracias... —gimoteó el menor.

 —No sé qué es lo que pasa, pero no importa que sea, yo estoy aquí y no te dejaré solo...

 Debería estar molesto por haber dejado pasar un instante que tal vez jamás se repitiera. Esa había sido una ocasión única. Naruto se le había ofrecido, ¿Acaso no lo quería en su cama? Y ahí lo comprendió. Sí, sus deseos no habían menguado e incluso aumentaban con cada momento juntos, pero no quería tenerlo de esa manera y aprovechándose de su vulnerabilidad. ¿Y desde cuando él tenía escrúpulos? Desde ese día, porque ya no podía seguir negándose a sí mismo lo que era más que obvio. No quería tener solo sexo con Naruto, porque incluso sin eso gozaba de su compañía, de sus gestos, de sus ataques y respuestas ingeniosas, de sus reacciones maliciosas y a la vez inocentes. Él no quería solo un acostón con ese rubio de mirada luminosa y apariencia aniñada y boba. Porque él no se parecía a nadie que hubiera conocido, él era único. Y por eso él quería más, mucho más de él. Y por fin lo comprendió mientras lo consolaba, tratando de aminorar con ese simple gesto, en parte, algo de su tristeza.

 Lo quería todo de él, sus alegrías y sus penas. Porque simplemente... Lo quería y no importa lo que opinara el resto del mundo.

 

 

Continuará...

Notas finales:

Hola, gracias por leer!

Ahora sí pido disculpas nuevamente, ya había advertido que me desaparecería por meses (calculaba 2 o 3 como mucho), pero aparte de los problemas con mi Lap se sumaron mi falta de ganas por problemas personales (una persona que amo tuvo 2 operaciones en este tiempo) y encima ya estaba medio bloqueada por el cansancio del trabajo... La verdad este no fue mi año y no veo la hora que acabe...

No quiero ahondar más porque ya lo expliqué en otros fics, pero si lo hice es porque sé que muchas no los leen y merecen una explicación ya que sus comentarios y aliento son los que me ayudan a continuar y no abandonar. Realmente aprecio de corazón eso! <3

 

Ahora sí, hablaré un poco del cap. Supongo que se habrán dado cuenta que es diferente y deseaba hacerlo desde hace un tiempo. Tenía planeado que sea el próximo pero cuando me di cuenta había escrito escenas de algunas de las parejas secundarias y sin embargo, con solo las escenas de Naru y Sasu ya alcanzaba para un cap! Así que me decidí a solo centrarme en ellos para que la relación avanzara y vaya que lo hizo, ahora solo falta que mi adorable Naru afloje un poco y creo que después de este final estará a punto de caramelo para el lemon XD No prometo que sea en el que sigue (ya que meteré las demás historias), pero en el siguiente... Lo dejo ahí. Solo aclaro que de la parte de esta parejita disfrutaremos una época de paz y melosidad (bueno a su estilo, claro está), antes de que lleguen los tragos amargos (no pueden faltar como en la vida misma)

 

 Ahora, pasa a avisar que si alguien me seguía en Face, mi cuenta fue borrada y la página que había creado con ella (tengo que actualizar mi perfil u_u), pero hice una nueva página como Suna Love.

Y los invito a darse una vuelta por mis demás fics.

 

Para finalizar, paso a agradecer a:

Saya x369, kaoru_himura, tabata,  herace, Yol, jasmin-56, yaoi-lovers, Zanzamaru, pexan09, MaruUchiha, Maria-sama, Alexandeir, Laura paty, alis, Yuuki Kitsune , Mika y MilaEla gracias (si lees esto me gustaría que me aclararas lo de mundo yaoi, me quedé picada con eso...)

Gracias por sus palabras!      

Espero seguir con este ritmo y cumplir con mi meta de actualizar los fics que restan! En cuanto a este espero que para fin de mes que viene pueda traer el próximo cap.

Besos a todos!

Feliz navidad y año nuevo!! (^_^)/


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).