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¿Quién eres realmente? por SunaLove51

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Notas del capitulo:

 

 

 

 

 

  Los personajes de Naruto no me pertenecen sino a Masashi Kishimoto, que me dejó así OuO con la apariencia de la parejita que amamos <3

 Bueno por ahora sin más que decir, espero que disfruten el cap.

 El aire se cortaba con cuchillo y había vuelto a quedar sin aliento, cuando sintió (por fin), que el moreno alejaba la mano de su "delantera", dando pie a que reaccionara de una manera brusca.

 Que la situación fuera comprometida, no quería decir que no se defendiera.

 — ¡No es lo que parece! —Empujó a su jefe y si este no hubiera mantenido el equilibrio, habría terminado en el suelo.

 —No necesitas dar explicaciones —El rubio mayor lo miró con frialdad—. Vuelvo más tarde —Estaba a punto de cerrar la puerta, pero Naruto se lo impidió.

 — ¡Espera! —Lo miró suplicante— ¡¡ES EN SERIO!! ¡Este baka y yo no tenemos nada que ver! —Esperó a que Itachi confirmara sus palabras, pero el aludido solo apartó la mirada — ¡Di algo! ¡¡ERES UN BAKA, BAKA!! —gritó al no recibir respuesta.

 —Déjalo... —El otro rubio dijo en voz más normal— No sé porque, pero te creo. No te esfuerces, es especialista en no responder en momentos como este...

 Itachi negó con la cabeza y tomo la palabra.

 —Deidara... —Pero no pudo continuar.

 —Ya lo dije, no es mi asunto —Y cerró la puerta de golpe.

 Naruto se encontraba perdido. Por un momento se sintió fuera de lugar en esa discusión. Utilizado (nuevamente), en algo ajeno a él.

 El moreno se encontraba distraído. Sin embargo, el tono de reprimenda de la única persona que lo acompañaba en esa oficina lo sacó de sus pensamientos.

 —Eres idiota ¡¿POR QUÉ HICISTE ESO?! —El rubio tenía los nervios de punta. Quería matar a alguien.

 —Lo hice por darte un pequeño escarmiento. Aunque no pensé que me saldría el tiro por la culata... —Agarró su frete con dos dedos. El dolor de cabeza amenazaba con volver.

 — ¿De qué hablas?

 — ¿Qué es lo que venías a decirme? —contestó el mayor con otra pregunta.

 Naruto comenzó a sudar.

 Por la sorpresa de toda esa loca e incómoda situación anteriormente vivida, se había olvidado del motivo por el que estaba ahí.

 —Eto... —Su decisión había volado lejos.

 —Te lo diré —dijo Itachi—, Namikaze Uzumaki Naruto... —El de ojos azules abrió los ojos estupefacto— Sé que apenas me conoces, pero que Yahiko creyera que podría engañarme es un insulto a mi inteligencia. Él me conoce muy bien —Se alejó de Naruto y volvió a su asiento, para luego mirarlo acusatoriamente.

 El chico se sintió culpable. No solo por engañar a ese hombre que le había dado la oportunidad de salir de sus problemas, sino también porque sabía que por su causa sus amigos pagarían también.

 Se arrodilló y pegó la frente, junto a sus manos, a la alfombra que cubría toda la habitación.

 — ¡No me importa lo que me pase a mí, pero este es el sueño de Yahiko y los otros! Cuando nos viste por primera vez, la cantante había abandonado la banda horas antes y no tuvimos otra opción. Por favor... —Levantó la cabeza y siguió suplicando— Perdónalos.

 El Uchiha creyó que se enfadaría o se haría el ofendido para salir del paso. Incluso que trataría de salvar su pellejo a costa de sus compañeros, como lo haría la mayoría de la gente que se movía en ese ambiente. Pisar cabezas para ascender. Sin embargo, otra vez ese chico lo sorprendía.

 —Levántate —Ordenó. El rubio lo hizo mirando al suelo —. No voy a rescindir su contrato. Uds. son un negocio muy productivo y sé que lo que dices es verdad —El rubio lo miró sin entender.

 —Aún así, no puedo seguir mintiendo al público.

 —Déjame eso a mí.

 —Y, ¿Cómo lo supiste? —No podía creer lo que escuchaba.

 —Sencillo. Cuando contrato a alguien amateur, lo mando a investigar por posibles problemas que podrían traer a la compañía —Sacó una carpeta verde de su escritorio negro de aspecto minimalista. La abrió—. Todo estaba en orden hasta que el investigador no halló nada sobre "Haru". Simplemente no existía —Remarcó—. Ordené que investigara a los asistentes asiduos y empleados de Izanami. Sacó varias fotos, entre ellas esta —De entre las hojas tomó una foto de Naruto trabajando como barman y en la cual se podía apreciar su cara a la perfección—. En un primer momento, creí que eras su hermano gemelo.

 —No se te escapa nada ¿No? —preguntó el chico.

 —La mayoría de las veces. Hoy no fue una de ellas —Recordó la mirada de su ex. Luego comenzó a leer—. Naruto Namikaze Uzumaki. Hijo "único" de Minato Namikaze y Kushina Uzumaki. De 19 años. Estudiante de sociología de la universidad estatal de Konoha y empleado a medio tiempo del bar Izanami. Tu familia está en aprietos económicos y a tu madre se le diagnosticó una grave enfermedad —El moreno cerro la carpeta al terminar de leer lo que a sus ojos era lo más relevante.

—¿También sabes el color de mis calzones? —preguntó con ironía.

 —Naru —Itachi sonrió levemente—, no tengo nada personal contra ti o los otros. Siempre lo hago para cubrirme las espaldas y saber a qué atenerme.

 — ¿Y ahora qué? ¿Tendré que soportar a tu hermano a cambio de tu benevolencia?

 — ¿Tan mal concepto te he causado?

 —No es eso... —Se mostró arrepentido por sus palabras impulsivas—. Pero dejaste que tu hermano se me acerque...

 —Ya te explique mis razones. Sin embargo, ya cumplí mi parte del trato. Lo que pase de ahora en más es su problema y no tiene nada que ver conmigo —Sentenció.

 — ¡Pero soy un hombre! ¡¿No te molesta eso?!

 —No, pero el problema aquí es que a él no le molesta.

 — ¿Cómo?

 —Sasuke es bisexual y bastante promiscuo —respondió el mayor sin más.

 Naruto sintió un balde de agua fría caer sobre él. Creía que al revelar su sexo se libraría del molesto teme, pero que equivocado estaba.

 —No puede ser... —Recapacitó— Y no puedo decirle quien soy...

 —No se llevan bien ¿Verdad? —Le preguntó Itachi.

 —No cruzamos dos veces en Konoha y estoy seguro que tu hermano me odia —El mayor prestó más atención—. Digamos que sufrió unos "pequeños" ataques de mi parte —Naruto trataba de sonar inocente.

 Itachi se rió y deseó haber estado ahí para verlo. No todos los días su tonto hermano menor era puesto en su lugar.

 —Supongo que se lo merecía.

 —Supones bien —El rubio se cruzó de brazos y se sintió aliviado de que su jefe se lo tomara a broma—. Lo único que queda es que le prohíbas acercarse a mí.

 —Podría. Como ya dije, cumplí con el trato. No obstante, lo conozco tan bien, que sé que no parará en su objetivo de estar contigo. No importa quién se lo prohíba.

 Naruto agachó su cabeza vencido, hasta que de golpe tuvo una idea. Esbozó una sonrisa de picardía.

 —Supongo que tendré que espantarlo por mi cuenta...

 —Exacto. Pero no lo hagas sufrir... —Itachi le sonrió de la misma manera— Demasiado.

 

 

 

=*=*=*=*=*=*=*=

 

 

 

 

 Las horas pasaron y había llegado un nuevo día...

 —Deidara... ¿Me estás oyendo? —La mujer pelinegra junto a él lo observaba con preocupación.

 —Lo siento Kurenai, ¿Qué decías?

 El rubio se encontraba sentado en el banco de un parque que se encontraba frente a su trabajo, junto a una bella mujer de ojos rojos y oscuro cabello ondulado que trabajaba como contadora en Uchiha Corp. Esta lo miró con entendimiento.

 — ¿Qué te está pasando? Es extraño que me pidas encontrarnos antes de ingresar a la empresa y al aire libre —Deidara le sonrió con tristeza a su amiga. Es verdad, no podía ocultar nada a esa mujer que se había convertido en su confidente.

 Todo había sucedido después de la partida a Francia de su mejor amigo Sasori. Cuando partió, se sintió solo y perdido, sin tener a quien acudir en sus momentos de pena. Hasta que la conoció.

 La morena, unos años mayor, trabaja desde mucho antes de que el tomara el puesto de asistente y no fue hasta que la empresa tuvo problemas con la contabilidad, que se habían acercado y descubrió el profundo amor que ella guardaba por uno de los socios de Sasuke, Asuma Sarutobi. Sin saber por qué, se vio decidido a ayudarla (a pesar de que ella no se veía a la altura del estatus del hombre a quien amaba), logrando que el despistado se decidiera a conquistarla (ya que él también la amaba en secreto).

 De eso había pasado un año y en este momento su amiga se encontraba esperando un hijo de su gran amor, mientras planeaba su boda.

 —Es verdad —La miró a los ojos—. Es lo de siempre...

 — ¿Qué pasó con Itachi?

 —Como Sasuke no quería tratar directamente con su hermano, me pidió que me comunicara con él. Traté de llamarlo, pero no respondía y como era urgente, me decidí a ir a su oficina —La verdad es que había optado por ir personalmente, para demostrarle al moreno que no le temía.

 — ¿Qué ocurrió? —Ella se imaginaba que nada bueno.

 —Cuando llegué, Kisame no estaba en sus puesto —El secretario de Itachi había sido uno de sus amigos de la universidad, por lo cual el rubio se lo había presentado a su amiga en una ocasión—, por lo que me atreví a entrar en la oficina de Itachi sin avisar. El infeliz se encontraba toqueteando a una rubia —A pesar de su notable tristeza, sonrió ante la ironía de ver a la persona que amaba, con alguien con quien compartía algunos rasgos.

 Kurenai extendió su mano para tomar la del muchacho en señal de apoyo.

 —Lo sé, soy un tonto por seguir queriéndolo. Pero necesitaba decírselo a alguien —Kurenai lo abrazó y él se refugió en su hombro—. Ya no puedo seguir negándolo —Las lagrimas caían empapando la camisa de la mujer y ella acariciaba su largo y sedoso cabello.

 —No eres un tonto, uno no decide a quien amar y no hay un interruptor que pueda apagar ese sentimiento. Sé porque lo digo —Deidara se alejó un poco y ella secó sus lágrimas con los dedos—. Sin embargo, a veces el amor no muere por algo, sino mírame a mí. Creí que mi amor no tenía esperanza y ya ves, hoy soy plenamente feliz —Le sonrió con cariño.

 —Mi caso es diferente. Él me abandonó de pronto Kurenai...

 —Por eso me resulta extraño. Si nunca supiste sus razones, deberías intentar averiguarlas. Porque no intentas, por lo menos, tener una mejor relación —Animó a su amigo—. Quizá, las cosas mejoren entre Uds. y puedan volver a intentarlo.

 —No tiene sentido, él continuó con su ida y yo debo hacer lo mismo...

 —Si es lo que quieres... —Ella no se mostraba muy de acuerdo. Había conocido al hermano mayor de su jefe y podido observar la manera en que (disimuladamente), miraba a Deidara. Estaba segura que, por lo menos,  Itachi aún se interesaba en él.

 —Entonces deberías tratar de salir más y conocer a alguien.

 —Ya lo he intentado, pero solo conozco imbéciles —Suspiró molesto—. Y para colmo el domingo todo mi grupo de amigos de la universidad se reúne y tendré que volver a verlo...

 Se quedaron en silencio hasta que este fue roto por el sonido de su celular.

 —Diga...

 —Dei... ¿Cómo estás?

 —Obito... —respondió con fastidio. Su ex no era el único problema al que debería enfrentarse. Ahí tenía otro.

 — ¿Por qué me hablas así, si yo te quiero? —reprochó en tono aniñado y dolido. Deidara giró los ojos.

 — ¿Qué necesitas?

 —Es para arreglar lo del domingo, ¿Podríamos encontrarnos en la noche? —Su voz había cambiado a una más adulta y normal. Su petición era seria— Te invito a cenar.

 —No tengo ánimos... —La presión en su mano hizo que prestara atención a su amiga que negaba, disconforme con su actitud.

 —Vamos Dei... No voy a comerte —Su tono era divertido—. Solo quiero verte después de tantos años y no quiero esperar hasta el domingo.

 El rubio lo pensó un poco y decidió hacerle caso al consejo su amiga.

 Quería despejarse un poco.

 —Ok, ¿Dónde nos encontramos?

 —No sabes lo feliz que me hace que aceptes mi invitación —El moreno del otro lado de la línea sonrió con malicia.

 

 

 

=*=*=*=*=*=*=*=

 

 

 

 

 —"Espero que Zabuza me agradezca esto con creces —pensaba Fû sentada en un bar, mientras vigilaba desde una mesa cercana a Mizuki, que al parecer esperaba a alguien—. Si este tipo me descubre estoy muerta".

 El peliceleste había llegado hace 15 minutos al lugar, seguido de cerca por la chica que en ese instante trataba de simular estar concentrada en un libro. Un grupo de tres personas entró al bar, entre ellas una chica rubia y pálida de contextura delgada que se dirigió a la mesa del hombre y tomó asiento.

 Fû agudizó su oído, concentrándose en la conversación.

 —Hasta que por fin llegas —Mizuki estaba enojado—. No quiero desperdiciar mi tiempo contigo.

 —Antes no te quejabas tanto. La belleza cuesta tiempo y dinero —Shion le restó importancia al asunto de manera educada.

 —Conmigo no necesitas aparentar que eres una niña inocente y de buena familia —Hizo un gesto de desprecio—. Incluso muchos piensan que eres una niña hueca y sabemos lo equivocados que están.

 —Por supuesto, después de todo tú me hiciste así.

 —Yo solo hice que te dieras cuenta de tu verdadera naturaleza. Quien me buscó cuando huiste de tu castillito, fuiste tú.

 —Y bien que te aprovechaste de eso —La rubia le reprochó.

 —Solo vi una oportunidad y la tomé. Soy un hombre y te me regalaste ¿Qué esperabas? —Le sonrió con burla.

 Shion se enfureció y le hubiera cruzado la cara de un cachetazo, si no se encontraran en medio de un sitio tan concurrido. Además de que necesitaba a ese tipo como su aliado.

 Contó mentalmente hasta diez y se calmó.

 —Está bien, ambos no usamos.

—¿Para qué me llamaste? —preguntó Mizuki cortante. No soportaba a esa chica tan falsa. Si no hubiera sido porque había sido su espía por largo tiempo en el Izanami y quien le llevaba información de su rubio obsesión, hace tiempo la habría mandado a volar o algo más definitivo.

 —Tienes que ayudarme con Pain —El hombre levantó una ceja, para luego reír con estridencia.

 —Pain me importa un carajo, al igual que tú —Se levanto para largarse del lugar.

 —Si te dijera que tengo información de Naruto, ¿Lo reconsiderarías? —dijo la chica con calma. Sabía que Mizuki caería con solo mencionar ese nombre.

 El peliceleste rodeó la mesa, tomándola del mentón y apretándolo con ira.

 —Me lastimas... —dijo Shion con dificultad.

 — ¡Habla! —Susurro con rabia contenida.

 La rubia lo miró y vinieron a su mente las palabras que Taruho le había dicho antes de salir rumbo al bar.

 

— ¿Le dirás lo que descubriste con respecto a Naruto y la banda de Pain? —El chico se sentía intranquilo— Shion, deja las cosas como están. Ese hombre es peligroso —Le advirtió.

 Sin embargo, lo ignoró como siempre hacía, dejándolo atrás. Pero esa pregunta la hizo pensar en cómo utilizar esa información.

 Si le decía de su descubrimiento a ese idiota no podría usarlo a su antojo. La información es poder, es este caso, poder sobre Mizuki y mientras no le dijera todo podría utilizarlo.

 

 — ¡Suéltame! —Ordenó en un susurro— O quieres que comience a gritar. Entre tú y yo, ¿A quién crees que le creerían? —Mizuki lo hizo.

 —Estás mintiendo. Lo dices para manipularme.

 —No niego que quiero utilizarte. Como dijiste, no hay necesidad de máscaras entre nosotros. Sin embargo, sé realmente donde está —Tomó el bolso que había puesto sobre su regazo y se puso en pie. Antes de irse, dejándolo solo y parado en medio de aquel lugar, le dijo—. Llámame cuando cambies de opinión.

 Mizuki la vio alejarse y deseo apretar su cuello. Cuanto lo disfrutaría. La hubiera seguido si no tuviera sobre si varias miradas.

 No sabía si la rubia decía la verdad, pero era la primera pista que tenía de Naruto desde su llegada a Tokio y no podía desaprovecharla.

 La peliverde a sus espaldas lo vio salir del bar y esperó unos minutos para hacer lo mismo. Por el día de hoy era suficiente de jugar a la espía.

 Cuando salió al exterior detuvo un taxi y después de unos minutos se encontraba frente a su casa. La tienda se encontraba cerrada, por lo que entró por una puerta que se encontraba entre esta y la siguiente tienda. Subió por las escaleras al primer piso y se encontró con un peliblanco que la recibió con los brazos abiertos.

 — ¡Jiraiya-sensei! —Le devolvió el abrazo con alegría.

 — ¿Cómo estás, mi pequeña traviesa?

 — ¡Bien! —Pero después habló con pena— Aunque me hubiera gustado que nos reencontráramos en otra situación...

 —Yo también... —El hombre mayor respondió con el mismo tono.

 — ¿Cómo se encuentra el chico?

 —Por suerte la fiebre ya bajo. Ahora hay que esperar a que despierte.

 — ¿Y Zabuza?

 —No se ha despegado de él.

 

 Al tiempo que esta charla transcurría, no muy lejos de ahí en uno de los cuarto, el moreno se hallaba sentado junto a la cama donde reposaba Haku inconsciente.

 — ¿Sabes? Eres un mocoso estúpido —dijo mirando al menor dormir—. Una herida como esa no es nada para mí. Tengo millones. Pero tú... —Se levantó y colocó sus manos a cada costado de la cabeza del chico, haciendo que la almohada se hundiera un poco— Eres tan delicado y hermoso... —Se inclinó un poco más hasta casi rozar sus labios. De pronto reaccionó, alejándose hacia la salida— "No puedo" —pensó.

 —Zabuza-san... —El llamado del castaño lo hizo sobresaltarse y se giro de golpe— Tengo sed... —La voz de Haku era un susurro muy bajo y lo miraba con somnolencia.

 Retrocedió y tomó un vaso con agua que había sobre la mesa de noche. El chico trató de sentarse cuando una fuerte puntada en su costado le provocó un gesto de dolor. Sin poder evitarlo, se dejó caer sobre el lecho totalmente rendido.

 — ¿Qué haces? —Zabuza le dijo con parquedad— Estás herido.

 —Pendón... —El mayor lo ayudó pasando uno de sus brazos por la espalda del más pequeño, para poder levantarlo un poco y que bebiera. Cuando este alejó los labios del vaso, en señal de estar satisfecho, lo recostó.

 —Te advierto que si te doy este trato es porque me cubriste la espalda contra esa rata. Nunca vuelas a meterte en mis asuntos, sé cuidarme solo. Ahora eres una carga —Todo lo decía sin mirarlo y con semblante serio.

 —Ya te lo dije, no puedo dejar que lastimen a alguien importante para mí... —La voz del castaño era suave como de costumbre, pero rasposa. Aún así, Zabuza pensó que era la más hermosa que había oído.

 —El dolor te hace delirar y decir idioteces. Solo nos hemos visto dos veces. No me conoces.

 —Que no me recuerdes, no significa que no te conozca... —Lo miró con amor— Te quiero... —Zabuza reemplazo su gesto sombrío por uno de incredulidad.

 —Pensé que eras raro, pero veo que estás loco...

 —Dicen que el amor es en parte locura, ¿No? —Se rió un poco e hizo un gesto de dolor otra vez.

 El moreno no sabía que decir. No solo la apariencia de ese chico le daba un aire delicado y frágil. También su manera de hablar y comportarse parecía la de alguien tímido y sumiso. Pero todo era pura apariencia, no solo era hábil en el combate sino que tenía un carácter decidido y directo.

 Haku era una pregunta dentro de otra y parecía que cuando lo entendía un poco, volvía a dejarlo fuera de juego.

 —No eres más que un mocoso molesto.

 —Es bueno saberlo. No te soy indiferente... —Zabuza lo miró y el muchacho sonreía mirando hacía el techo— Tengo esperanzas... —El moreno estaba a punto de contestar cuando Fû entró en la habitación.

 — ¿Cómo está? —Y no necesito de respuesta— Oh, está despierto —Se acercó y posó la mano en su frente— Ya no tienes fiebre —Le guiñó un ojo— Soy Fû, ¡Mucho gusto!

 —Mi nombre es Haku... Gracias por cuidar de mí...

 —Ni lo digas —Le restó importancia con una mano— El gruñón con cara de pocos amigos que está por allá —Señaló a Zabuza con el pulgar—,  me lo pidió al borde de la desesperación. No pude negarme.

 — ¡Cierra la boca! —Zabuza quería matarla— Solo sabes decir estupideces —La chica lo miró con indiferencia.

 —Lo que digas, campeón —Se burló y cambió a una actitud más alegre cuando volvió su vista al castaño— Eres muy bonito. Ahora entiendo porque el gruñón no podía dejar de mirarte.

 Un fuerte golpe retumbó en toda la habitación. El moreno había salido maldiciendo a medio mundo. Fû, lejos de sentir temor, se tapo la boca ahogando una risita.

 —Que divertido es molestarlo —Abrió los ojos y vio al menor sobre la cama, sonreía con un gran sonrojo en sus mejillas—. Espero que nos llevemos bien.

 —Estoy seguro que así será... —respondió Haku.

 

 

 

=*=*=*=*=*=*=*=

 

 

 

 

 

 

 

 Habían pasado un par de días y Sasuke se encontraba ocupado con sus negocios, por esa razón se había tomado el tiempo para replantearse una nueva estrategia con su nueva conquista. Porque, como le dijo a Itachi, no dudaba de sus habilidades para enamorarla. A pesar de que nunca tuvo que hacer nada para que alguien se fijara en él, que las cosas se dieran de forma diferente esta vez le emocionaba. Solo debía abordarla de diferente manera.

 Pidió a Deidara que le diera un mensaje a su hermano de su parte, para evitar volver a charlar personalmente. Sin embargo, este le comunicó que no había podido recibirlo y no volvió a hablar del tema. Algo en la actitud de su asistente le advirtió que no ahondara en el tema. Así que tuvo que tomarse la molestia de contactarlo él mismo (cosa que al fin, fue inevitable).

 La conversación fue corta e Itachi le marco que debía cumplir con su parte del trato y que no influiría en la decisión de Haru, pues ese era su problema. Para luego cortar.

 Eso enfureció a Sasuke, que estaba acostumbrado a tratar a las demás personas con la punta del pie. Pero cuando el trato "amable" se aplicaba a él, la cuestión cambiaba.

 Ahora recordaba una de las razones por las cuales no soportaba a su "Aniki".

 —Moegi —Activó el intercomunicador para hablar con la nueva secretaria de presidencia que había elegido personalmente su asistente—. Dile a Deidara que lo necesito en mi despacho.

 —Sí, Sasuke-sama —respondió ella.

 La chica de unos 25 años no solo había sido elegida por el rubio por estar totalmente capacitada. También por no entrar dentro de los cánones de belleza de su jefe. Se había cansado de tener que estar reemplazando secretarias cada cierto tiempo y más allá de haber amenazado a Sasuke con renunciar si volvía a cargarlo con el trabajo de dos personas, no dudó en tomar medidas preventivas. Y a pesar de que la chica era adorable, sabía que ante el Uchiha se vería común y corriente.

 Deidara entró en la oficina.

 — ¿Qué necesitas? —Esperó la orden de su jefe— Tengo cosas pendientes.

 —Últimamente estás un poco arisco.

 —Contigo siempre lo estoy —dijo serio—. Y desde ya te aviso que si es algo referente a tu hermano, me niego —Sasuke lo miró con interrogación—. No preguntes.

 —Está bien —Levantó una mano pidiendo calma—. No pensaba hacer eso. Quiero que llames a mi madre y le digas que mañana por la tarde pasaré a verla.

 —Hasta que te decidiste a hablar con ella —Acepto Deidara de buena gana.

 —No es por gusto —El pelinegro puso cara de aburrimiento—. Digamos que estoy obligado.

 —Como sea, trata de ser amable con ella Sasuke —Le pidió—. Es tu madre y estoy seguro que te extraña mucho.

 —No sé porque abogas por ella. Apenas la conociste cuando estabas con Itachi.

 —Es porque sé lo que es tener problemas con tu madre. La mía no es precisamente una dulzura —Deidara descendió la mirada—. La diferencia entre ambas es que la tuya, al menos, intenta recomponer su relación contigo —El moreno no contestó y lo vio irse.

 

 Pasó una hora y marcó el número de Haru. El cual había conseguido con mucho esfuerzo de su hermano.

 —Hola ¿Haru? —Del otro lado de la línea no respondieron, pero pudo percibir que lo escuchaban— ¿Hola?

 —Hola —Ok, esa no era la voz de la chica. Era la voz de un hombre, joven al parecer.

 —Creo que me equivoqué.

 —No lo hiciste —Le dijo esa persona.

 — ¿Quién eres? —contestó secamente y en tono de orden. Que un tipejo contestara el teléfono de la rubia no le cayó nada bien.

 —Yo, Sai.  Tú, por lo que oigo, alguien sin educación —Su matiz era de burla.

 — ¡¿Qué dijiste?! —Se notaba que no sabía con quien trataba.

 —Tú llamaste. Deberías decir primero tu nombre —Sai hizo una pausa—. Aunque supongo que esa regla no aplica con cretinos.

 — ¡Pásame con Haru, imbécil! —Sai estaba a punto de retrucar, pero Naruto entró a la sala mirando hacia todos lados.

 Sasuke escuchaba atentamente todo.

 —Sai, ¿Viste mi celular? —El de ojos azules lo halló en la mano de su amigo— ¿Qué haces con "mi" celular? —Trató de arrebatárselo. Sin embargo, el pálido chico lo esquivo y siguió hablando con el aparato pegado a su oído para que su interlocutor lo escuchara con claridad.

 —Respondí porque me estaba molestando, pero fue peor la cura que la enfermedad —dijo con sonrisa falsa—. No sabía que te iban los amargados —Sasuke se mordió la lengua. Luego oyó unos ruidos ahogados, como si estuvieran forcejeando y un "Dámelo" seguido de un "Auch"—. Te lo doy, pero sal de encima de mí.

 —"¿Qué carajo? ¡¿Cómo que encima de él?!” —pensó  Sasuke. ¿Quién era ese idiota que lo había atendido? Comenzó a temblar y solo se calmó cuando escuchó la voz que deseaba.

 — ¡Hola! —dijo Naruto de forma animada y el moreno sonrió inconscientemente.

 —Hola hermosa... —Puso la voz más seductora que pudo (algo que no le costaba mucho), y del otro lado se quedaron en silencio.

 — ¿Quién habla? —Fingió el rubio no reconocerlo y Sasuke suspiró.

 —Sasuke, tu fan N° 1 —Siguieron sin contestar y decidió ser más directo—. Sasuke Uchiha. Quería invitar a tomar algo.

 —Lo siento, pero no salgo con gente que no conozco.

 —Sabes que soy el hermano de tu jefe —Odiaba tener que utilizar el nombre de su estúpido hermano para conseguir algo.

 —Ah, el "hermanito" —Naruto trataba de molestarlo y lo consiguió. Claro que el Uchiha se tragó las palabras.

 —Por favor —Le costaba pronunciar esas dos palabras que casi nunca decía—, acepta. No te arrepentirás —Naruto se hacía de rogar, pero tenía pensado aceptar desde el comienzo.

 —Acepto —Por la respuesta tan repentina, el moreno creyó que era bipolar.

 —Paso a buscarte, ¿Cuál es tu dirección?

 —No, será mejor que nos encontremos en el lugar de la cita —Ni loco le decía donde vivía. Sasuke no insistió, que aceptara su propuesta ya era un gran paso. Faltaba poco para tenerla en su cama.

 —Mañana a las 8:30 de la noche en The Pink Cou, en Harajuku, ¿Te parece?

 —Está bien, nos vemos —Y cortó.

 Al acabar la llamada, el pelinegro se sentía satisfecho consigo mismo. Sabía que su atracción magnética no podía fallar. Aunque una sensación se había ido intensificando al oír a la rubia, como de haberla oído antes...

 

 Naruto en ese mismo momento pensaba en algo totalmente opuesto.

 —"El que se va a arrepentir es otro —Si ese baka creía que la pasaría bien y podría aprovecharse de su "inocencia", que siguiera soñando—. Vamos a ver quién se ríe de quién"—pensó divertido.

 Después de mañana no volvería a molestarlo.

 

 

Continuará...

Notas finales:

Ahhh tan cansada estoy por cosas que me están pasando que a pesar que el cap. me salió casi de un tirón, el final no me convencía. Pero ya tengo visualizada la cita de Sasuke y "Haru". Ahora falta la reunión de los Akatsuki y la charla madre e hijo entre Mikoto y el teme. Eso creo que será lo más importante del próximo cap.

 Bueno en cuanto a persojes que recien aparecen, solo tenemos a uno.

Kurenai: como ya esplique, es muy amiga de Dei y lo ayudara a con sus penas. También planeo que le de un empujoncito a la pareja ItaDei. La elegí porque siempre el personaje me transmitio un aire maternal y protector. Mucho antes de que quedara embarasada en el manga y fue por ella que lloré cuando muere Asuma. Maldito Kishi-troll destructor de familias felices ToT 

 

Ahora me despido y como siempre les agradezco a quienes dejaron su comentario:

yaoi4ever816, Mizuki Nozomi,  andreyys, alejandra, Maria-sama,   escorpioad y NIR KAR 

Muchas gracias por su apoyo! <3   Hasta pronto. Un beso enorme! (^u^)/


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