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Escapadas a su habitación. //Edición// por PinketDiana

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Notas del capitulo:

Nota de la autora: me llenaron de alegría al ver que os gustaba.. Bueno aquí les dejo el capítulo 1 de la historia. Espero que sea de su agrado.

Decliner: Los personajes no me pertenecen. Solo les hago interpretar papeles en mi historia... 


Otra nueva mañana.

'6 años después'

Tori Prov.

-¡Jade!- grité como todas las mañanas mientras apagaba el silencioso despertador- arriba, que son las siete y nos queda una hora para entrar al instituto 'H.A'.- le golpeé suavemente el estómago al ver que no se despertaba- Jade, arriba, en serio. Como mi hermana venga nos va a pillar... y a saber que pasará- me retorcí ante la simple idea de que mi hermana... mi madre, o peor, mi padre la pillara aquí.

-Todas las mañanas igual- se quejó. ¿En serio se queja? Quiero decir, analicemos la postura en la que estamos yo y esta odiosa chica... yo en la esquina espachurrada contra la pared casi sin espacio... ella, con toda la cama y casi tumbada encima de mi... y digo yo... ¿¡La qué se debería quejar aquí no sería yo?!. Suspiré cansada- Cambia de estrategia para despertarme, Vega.- La miré de nuevo. Llevábamos años durmiendo juntas, aunque no hablábamos nunca de ello, y todavía me llamaba por mi apellido. Aunque solo era por las mañanas... por las noches... esa "Jade odiosa" cambia a una sumamente cariño... que ya la estoy extrañando.- Vega...- me miró directamente- ¿Podrías soltar mi mano?, digo, ya que tienes tantos deseos de que me valla...

Odio a esa Jade, es como si fuera tripolar.. si bien, se que eso no existe, pero esta chica si que lo parece, por las mañanas es odiosa, en la escuela y por la tarde me ignora y por la noche... es cariñosa, amable y simpática, todo lo contrario a lo de horas anteriores. ¿Qué le pasa por la cabeza?.

-Vega, hoy os llevaré yo. Tu hermana me estará esperando abajo- miró el reloj- y ahora por tu culpa- respondió esta mirándome pesadamente... ¡Como si yo tuviera la culpa de que no se hubiese despertado! Por Dios, ¡Llevaba llamándola casi diez minutos!.- No podré ducharme, ya que no tuviste la decencia de despertarme a tiempo.

-¿Pero qué hablas?- Contraataqué.- Yo te he despertado.. pero alguien tiene un sueño muy duro, y aunque te cayesen bombas atómicas al lado, nada, tu seguirías durmiendo tan tranquilita.- Dije con tono burlón y en el fondo... algo agradecida. Se lo que vendría ahora. Y también se... que ella no lo dice para mi mal.

-Claro- sonrió sarcásticamente- Si alguien no hubiese montado un numerito anoche, no la hubiese tenido que cuidar, proteger y consolar. ¿Verdad?- miré hacía el suelo... sintiéndome algo culpable. Ella tenía razón. Las discusiones de mis padres cada vez iban a peor lugar, y yo... cada vez me asustaba más, sufría mucho por mi mama ahora que ya tenía mentalidad para saber que esos "moretones" no eran de cocinar... yo... lo pasaba muy mal. Jade, siempre había estado con migo en las noches, que eran lo más duro del día. Ella muchas noches me consolaba y abrazaba cuándo yo ya no podía más. Siempre estuvo ahí... y ¡sigo sin entender por que esa Jade se marcha!.- Oye, Vega, que es broma- ahí regresó otra vez. Sonreí feliz.- Pero es que eres tan molesta...- Y... se fue. Estúpida.

-Si bueno... ya. ¡Ahora vete!- Le exigí gratandole a susurros. Pronto se despertarían todos.- Hasta después Jade.- Le dije algo más amable.

-Si, adiós Vega- me besó en la frente, como siempre, y salió por la ventana- Hasta después. Por cierto, no olvides ponerte esa falda tan sexi que vi en tu armario antes de que irme a dormir anoche.- ¡Maldita! Lo había hecho de nuevo, ella había registrado mis cosas de nuevo.

-Idiota- fue lo único que pude gritar, tras cerrar mi pequeña ventana con pestillo. ¡Odiaba a la Jade de por la mañana!.

Miré el móvil fijamente, para poder identificar en el pequeño reloj de este, que hora era. Las 7:12. Todavía me quedaban unos minutos para aprovechar de sueño. No me gustaba madrugar. Lo odiaba, pero era el precio que tenía que aguantar por no dormir sola. Pero, aunque se que Jade es una tonta insoportable, también se.. que es una de las personas que más quiero, siempre estuvo con migo, es la mejor amiga de mi hermana y, si bueno, es odiosa, pero... siempre se preocupa por mi. Me gustaba dormir con ella, me hacía sentir segura.

-Estúpida niña- me gritó mi padre desde el salón. Empecé a temblar, fue como un acto reflejo... tenía miedo. "¡Oh Jade" pensé por instinto "¿Por qué te has tenido que ir ahora?".- Baja aquí, inútil.- Me gritó.

Quité el seguro a la puerta y la abrí muy lentamente, con temor a encontrarme a mi padre delante de esta, por suerte no estaba, y miré en dirección a las escaleras. ¿De verdad me había llamado o solo era un sucio juego de mi imaginación y del miedo que sentía?.

-Te he dicho que bajes.- Me volvió a gritar. Oh, mierda, si... me ha llamado. Y parece muy enfadado. "Que no haya hecho nada.. por favor, que no me regañe", supliqué.

Salí cautelosamente de mi habitación y comencé a bajar las escaleras a paso rígido. Mi cuerpo parecía no querer moverse, y no lo culpaba por ello... mi padre solía dejarme acongojada, cuando llegué tomé todo el aire que pude y miré en todas las direcciones buscando desesperadamente a mi madre... pero no, ella no estaba allí. Genial, yo tendría que enfrentar a mi enfurecido padre yo sola... tenía terror solo de pensarlo.

-¿Q-Qué quiere padre?- pregunté asustada.- ¿Me ha llam-llamado?- volví a preguntar, temerosa, para asegurarme.

-¡Claro que te he llamado, ignorante!- siempre... con esas palabras tan hirientes- ¡Como mil veces!. Prepararme el desayuno.- me ordenó levantando aún más la voz.

Miré el reloj y me di cuenta, de que por mucha prisa que me diera preparando el desayuno de mi padre, llegaría tarde. ¿Qué debía hacer?.

-Padre... esto... yo- buscaba las palabras adecuadas.

-¿Tú qué? Tú solo eres una pequeña idiota. ¡Mi desayuno, ahora!- me volvió a exigir. Temblé ante la dureza de su voz.

-Pero padre... llegaré tarde.- susurré. Lo deje con una voz muy agonizante... no quería que se enfadara.

-¡Me da igual!- me volvió a gritar cada vez más alto. "Trina, mama, Jade... socorro"- ¡Te dije desde el principio que esa escuela no me gusta, te he dicho mil veces- se acercó a mi y levantó la mano. "Otra vez no..." Mis primeras lagrimas tropezaron por mi mejilla- Me da igual que llores, te lo vuelvo a repetir, niña tonta, ¡No me gusta esa escuela! ¡No me gustas tú! ¡Ahora mi desayuno!- Finalmente... sucedió a lo que tanto miedo le tengo tanto miedo... desde primera hora de la mañana golpeada.

Me llevé mi mano a mi mejilla y estaba temblando. Mi mejilla palpitaba como cada vez que me golpea.

-Si padre- fue lo único que atiné a responder mientras lloraba más y más. Tenía que llorar en silencio, o si no, sería peor. Lo había aprendido a la fuerza. "Lo siento..." Y de nuevo, me volví a arrepentir de que Jade me parase aquella noche... cuándo yo tenía 11 años e iba...a cumplir el deseo que mi padre tenía sobre mi. Perderme de vista. Pero llegó Jade y me lo impidió. Me gritó que si estaba loca, que yo no podía hacer eso... que si había gente que me quería... Pero yo siempre pensaba lo mismo ¿Y si me voy, y mi padre ya deja de ser así? ¿y si es todo mi culpa?... de nuevo todo eso corría por mi mente.

Miré la hora. Seguramente Trina se habría ido con Jade. La quiero... y siempre le digo lo mismo, que no se preocupe por mi, que si esto pasaba algunas mañanas, no todas ya que a veces mi padre dormía hasta tarde, que se fuera era que yo... iría cuando pudiese.

-¡Mi desayuno!- me volvió a gritar, metiéndome cada vez más prisa.

-Si, padre- contesté nuevamente, seguía llorando y sabía que él me volvería a golpear si él me veía. Sin darme cuenta, como por instinto, me volví a tocar mi mejilla golpeada que ahora palpitaba más lentamente. Estaba caliente, y seguramente me se quedaría roja... o me saldría un pequeño moretón.

Acabé de preparar el desayuno, y se lo serví a mi padre en la mesa. "Que no pase como la última vez... por favor.". Por suerte no pasó nada, la otra vez, yo, que soy muy torpe le derramé el zumo... y acabé muy golpeada. Ese día no fui a la escuela. Nadie sabía que mi papa me golpeaba tan fuerte... ni siquiera Trina o Jade. Jade solo lo vió una vez, cuando estaba durmiendo y me vió un pequeño moratón el brazo. Yo le dije que me golpeé al salir de la bañera. Ella me descubrió y me dijo que, como ese desgraciado, refiriéndose a mi padre, me volviese a golpear ella se lo haría pagar. Nunca le dije nada, a nadie... por que los quiero mucho, y aunque me cueste admitirlo... si mi papa me golpea a mi... solo me golpea a mí, y a si los demás no se ponen en peligro. Es mejor así, mi padre me odia, solo a mi. Mi mama tampoco sabía que me golpeaba, ella pasaba mucho tiempo fuera, trabajaba en un hospital y casi nunca estaba en casa... casi siempre venía por las noches. Que era cuando ellos discutían, no la culpaba... a mi también me gustaría estar todo el día fuera de casa, pero yo, según mi padre, soy la que le debo el cocinarle, y hacer todo lo que la 'zorra', palabras textuales de él, de mi madre no hace. No me gusta que hable asi.. y menos de ella.. pero no le puedo decir nada.

Subí a mi habitación, sin voltearme a ver a mi padre. Tenía que cambiarme. No sabía que hora era.. pero tenía la intuición de que ya estaría empezando la segunda hora. Me entré a la ducha y lloré... lloré tanto como pude. Quería soltar todo el miedo y la impotencia que tenía dentro. No contar esto a nadie, y aunque eso me mataba... sabía que era lo mejor. Quería que mi padre se fuera, pero... él me daba miedo. Yo aguantaba y callaba. Era mejor, así el... no me golpeaba. Siempre decía lo mismo. 'Yo solo te enseño de tus errores' Me decía siempre.

Me eché algo de maquillaje en mi herida, después de ducharme, y me vestí. Preparé las cosas, y salí por la puerta.

-No haces nada más que perder tu tiempo, inútil. Estarías mejor muerta- y otra vez... esas palabras tan duras me golpearon la mente. "Tranquilo padre, puede que hoy sea mi día de suerte, y me atropelle un coche" pensé tristemente.

-Por fin, Vega- me saludó alguien a quién me costó algo diferenciar por todas las lágrimas que tenía en mis ojos. ¿Quién era quién me llamaba?. Me pregunté mientras caminaba hacía esa extraña figura, tan familiar.

Notas finales:

¡¡Gracias por llegar hasta aquí!!! ¿Qué tal un comentario?


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