La llegada bastante escalofriante.
Pov: Tori.
Acabé la escuela sin ninguna nueva novedad salvo que ahora Beck era mucho más cercano con nosotros tres.
Por fin, tras recibir varias insistencias por parte de mi hermana y de Jade de que no me querían dejar sola, de que lo sentía y de ofrecerse-obligarme a acompañarme a casa, como siempre hacían, me dejaron marchar sola de vuelta a mi hogar.
Suspiré. Ese mal presentimiento aún no se había marchado de mi ser. ¿Qué pasaba con migo?.
Llegué a casa aún sintiendo un malestar pero ¿Por qué me preocupaba? No es como si nada me fuera a pasar ¿Verdad?... estaría sola, para mi suerte. Inhalé aire y me preparé mentalmente.
"Hoy, será un duro día".
Fin Pov: Tori
…
¿De que tenía miedo? Había estado en más ocasiones sola en su casa, aunque era la primera vez que su padre no estaba fuera de la ciudad, que Jade no estaría a su lado y además, estaban esos recuerdos que, ahora, tanto la molestaban y que, tiempo atrás, tanto esfuerzo le había llevado a intentar olvidarlos, o por lo menos aparentarlo.
Lentamente giró el pomo de la puerta color ébano de la entrada, y se armó de valor, olvidando todos los pensamientos y cosas indeseadas que tenían a su mente ocupada, para estar concentrada y alerta en todo momento.
-¿Hay a-alguien?- Preguntó algo tensa y temerosa.
Cuando supuso que no había nadie ocupando la casa se tranquilizó y, por fin, se adentró en esta.
"Y ahora, ¿Qué hago yo sola toda la tarde y sin ninguna cosa que realizar?" Se planteó.
No tenía nada que estudiar ya que hoy era uno de esos días en los que ibas al instituto para ocupar espacio y perder el tiempo.
"Buff" Se quejó por el aburrimiento aún sin olvidar estar atenta.
Estaba algo cansada ya que la noche pasada casi no descansó nada, aunque la presencia y el reconfortante abrazo de Jade le ayudaban a calmarse.
Vagando y vagando en sus pensamientos, mientras se encaminaba a su habitación, aquellos que eran, en su mayoría, traumáticos empezaron a surgir... su padre había...
Una lágrima recorrió su rostro. Se culpó de lo inocente que era de pequeña.
-¿Olvidaré eso alguna vez?-
Un escalofrío tras otro le recorría de píes a cabeza cada vez que, últimamente, esos momentos en los que su padre... la tocaba de más, donde se propasaba en varias situaciones, y, básicamente, abusaba de ella... llegaban a su mente. Para su suerte, este paró a los 8 años, pero suponía que eso no lo podría olvidar, tuviese los años que tuviese.
-"Tranquila, todo estará bien"- Pensó en las palabras de Jade y se tranquilizó un poco, como haría ante su presencia.
Miró el reloj, en forma de mariquita que tenía en su mesita de noche, y suspiró cuando se dió cuenta de que quedaba algo más de una hora para que su hermana llegase a casa y estuviese, como tanto deseaba, acompañada.
Buscó sus auriculares(*) y puso la música reproducir aleatoriamente para que esa maldita hora pasase lo más rápido posible.
…
Al cabo de diez minutos más o menos, se quitó los cascos velozmente al escuchar un ruido.
-¿Hay alguien ahí?- Preguntó con un hilo de voz.
No obtuvo respuesta, por lo que se serenó.
"Quizás el viento había cerrado la puerta o algo por el estilo." Se dijo mientras volvía a ponerse los cascos subiendo el volumen todo lo que el reproductor le permitía, que era bastante.
Pero, la música estaba tan alta que no escuchó como la puerta de la entrada se abría, con una llave, y gritaban con una sonora voz:
-Ya estoy en casa-.