Capítulo 7: Viviendo los recuerdos
-Ya estoy en casa- Gritaron desde la planta baja.
Mientras tanto, Tori estaba tumbada en su cama con la música a todo volumen, sin percatarse de todo aquello que ocurría a su alrededor.
Unos pasos se escuchaban subir por las escaleras y la música se detuvo, como si de una señal se tratase. Un escalofrío recorrió a la morena desde la punta de los píes hasta su último cabello.
"¿Quién será?- Pensaba mientras buscaba desesperadamente algo para ocultarse.- ¿Mi papa, mi mama, Trina... o quizás Jade?- Suplicó en su mente porque fuese esta última. Realmente... deseaba que fuese Jade.
-¿Tori?- Preguntaron desde detrás de su puerta.
Pov: Tori.
Un alivio inmenso me recorrió al ver que se trataba de mi hermana. Por suerte, creo que estaba tan preocupada por mi que decidió venir antes.
-Si, Trina- Le contesté sabiendo que quería saber si me encontraba bien.- ¿Por qué te diste tanta prisa?- Le pregunté fingiendo tranquilidad. ¿No tenía porque saber que estaba sumamente asustada, verdad? Es mejor... que piense que todo está bien, no puedo depender siempre de mi hermana o de Jade... necesito aparentar normalidad.
-Es que estaba preocupada por ti Tori, sabes que papa esta vez no está fuera de la ciudad... y decidí venir a ver si estabas bien.- Su cara parecía algo decaída, por lo que supuse que se tenía que volver a ir, asi que antes de que continuara hablando, para que no se sintiese mal la interrumpí.
-Tranquila Trina, de verdad estoy bien. No te preocupes, ahora si te tienes que ir vete. No me pasó nada, y no me va a pasar- Esto último me costó algo de esfuerzo decirlo ya que tenía un horrible presentimiento que me gritaba 'cuídate, algo ocurrirá'; claramente al principio pensé que eran tonterías mías... ahora ya no estoy tan segura de que lo sean..- En serio, no te preocupes por nada, además me sentiré mal si te ponen mala nota o algo de eso por mi culpa. ¿Ok?- Prácticamente la eché de casa, mientras ella me gritaba que tuviese cuidado, que vendría pronto y más 'bla bla bla' de la que escuchaba muy a mendudo. Pero, es que era verdad... no tenía porque llevar a la desesperación a personas que me quieren... cuando soy yo la que tiene esa desgracia.
Volví a subir a mi habitación mientras me mentalizaba de que nada malo sucedería. Abrí la puerta de mi habitación y sonreí melancólicamente, recordando que cuando era una niña de uno o dos años... las cosas no iban tan mal. Todo cambió, claramente, cuando a mi padre lo hicieron jefe de esa maldita empresa. Todo empezó por un poco de estrés... mama y papa peleaban más de la cuenta, y al cabo de meses, en un abrir y cerrar de ojos, papa ya estaba golpeando a mama, pero esto pasó a mayores ya que por cualquier pequeño error él le pegaba, excusándose con que él era el hombre de la casa, el que siempre traía el dinero y no se merecía que ante su presencia hubiese algún fallo. Tiempo después empezó con mi hermana, pero esta era fuerte y no se dejaba intimidar por él -no tanto como mi madre y yo, aunque en ocasiones podías ver el pánico en sus ojos- y todo esto rebotó en mi de la peor manera. Mi padre me cogió manía -no como a una adolescente/niña normal a la que su padre le da una regañina cuando hace algo que no debe, cuando baja de notas en la escuela o cualquier cosa por el estilo- siempre me gritara por nada, pero su actitud cambió tiempo después, me trataba bien -cuando solos estábamos él y yo- hasta que... empezaba a tocarme y...
Al cabo de un tiempo, cuando yo ya tenía conciencia de lo que él me hacía grité y supliqué e incluso le comenté algo a mi madre, por lo que él creo que se asustó y dejo de hacerlo, pero creo que, desgraciadamente, no olvidaré eso jamás. Y todo esto sigue hasta hoy en día, donde mi hermana esta más refugiada que yo y casi no se lleva golpes de mi padre, solo palabras mayores... mi mama si es fuertemente golpeada por él, aunque casi nunca está ya en casa ya que trabaja -lo hizo intencionadamente- en un hospital ocupando el turno de día y de noche y también viaja mucho, en cambio yo... por azares del destino me tocan tanto palos como insultos, aunque con el paso del tiempo... esto se hizo una costumbre.
Fin Pov: Tori.
Sumergida en sus pensamientos buscó por los cajones algo que ponerse y se adentró en la ducha, suponiendo que el agua caliente le aliviara todo el estrés y alejara de ella todos esos horribles pensamientos que no dejaban de abordarla. Antes de desnudarse, y con el agua cayendo su teléfono sonó.
'Jade' Ponía en la pantalla brillante.
-¡Vega!- Gritó algo aliviada- ¿Cómo estás? ¿Llegó Trina? ¡Ya mismo llego!- Continuó si tan siquiera dejarla continuar.
-Tranquila, estoy bien. Sip Trina llegó hace un rato pero se tenía que volver a marchar... y tranquila, no te preocupes, solo pásalo bien. Te voy a colgar que me voy a duchar y el agua está cayendo.
-¿No quieres compañía en la ducha?- Preguntó juguetonamente.
…
…
Tori se sonrojó violentamente mientras empezaba a gritar incoherencias. ¿De verdad había preguntado eso tan tranquila?. Aunque después de meditarlo durante medio segundo...
"Estamos hablando de Jade, claro que puede decir eso tan tranquila... solo intenta meterse en mis pantalones."- Pensó algo cansada.
-Claro que si, Jade- le contestó llena de sarcasmo.- Adiós, pásalo bien...- Y sin más colgó aún sin estar muy segura de lo que hacía. Jade tenía una manera de comportarse... verdaderamente rara. Pero, siempre estaba con ella cuando lo necesitaba, y eso era lo único que le bastaba para saber que sin Jade, no podría vivir. Era, prácticamente, una de las personas más importantes en su vida, por las que seguía adelante día a día y que cuando miraba atrás en sus horripilantes recuerdos había ocasiones en las que para nada se arrepentía de haber llegado hasta ahí, aunque hubiese pasado mucho.
El agua cayendo por su cuerpo hizo que se tranquilizara y sin darse cuenta empezó a cantar la canción que minutos antes había escuchado. Le encantaba estar así, sin preocupaciones ni lamentos... pero claro todo eso tiene que tener algún final, y para Tori llegó cuando la puerta del baño se abrió y Tori fue arrastrada hasta su cama, totalmente desnuda y temblando como si la vida dependiese de ello... aunque por la situación parecía que así era.
*¡Atención! Escena de violencia si eres sensible continua sin leer hasta que vuelva a aparecer otra advertencia, gracias.*
Allí estaba su padre, contemplando mientras que Tori se retorcía debajo de este.
-¡Déjame!- Gritaba entre sollozos- ¡Por favor, déjame!- Se sacudía con todas sus fuerzas.
-¡Cállate perra!- La sacudió mientras se acercaba demasiado a ella- Tu te lo has buscado- Rió maléficamente.
En un descuido por parte de su padre, la pelinegra consiguió escabullirse y correr hacía la puerta sin importar que estuviese completamente desnuda mientras pedía ayuda.
Pero Peter, su padre, no contento para nada con lo que su hija acababa de hacer la correteó para la casa amenazándola con palabras demasiado horrendas.
-Pequeña zorra, como te pille te dejaré sin entrañas- le gritaba cansado de correr y de toda esa situación se abalanzó sobre Tori, cayendo ambos cerca de la entrada.- ¿Sabes que eso no lo hacen las niñas buenas?... Has sido mala, muy mala, y como tal te mereces un castigo- susurraba mientras empezaba a tocar su cuerpo y antes de lo esperado le abofeteó la cara logrando que un pequeño hilillo de sangre empezara a surgir de la nariz y el labio de la morena, quién lloraba, suplicaba y pataleaba por escapar de aquella situación. Volvió a escabullirse de los brazos que la tenían acorralada, cuando vio que Peter estaba empezando a desvestirse y, mientras el pánico la recorría consiguió salir y empezar a correr, pero fue alcanzada y agarrada de los pelos por su padre, quién ya estaba completamente desnudo sobre ella.
-Oh Dios, como lo voy a disfrutar- Le susurró consiguiendo que de tanto estrés y tanta mala condición Tori acabara desmayada en el suelo.
Gracias por haber atendido a la advertencia, si no soportas escenas fuertes... aunque no la consideraba como tal. (Agradecer a mi amiga ayuda con esta escena ya que me costó mucho porque no suelo escribir nada de esto.) Ahora sin más os dejo continuar.
Antes de caer completamente en el sueño del desmayo, consiguió escuchar algo.
-¡Tú, Maldito!- Gritaron desde la puerta, que se había caído al suelo. -¡Te mataré!.- Chillaron.