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Ojala no te hubiera conocido por HakudiNN

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Notas del capitulo:

Hola! pasando a actualizar!!! (se supone que estudio xD)

Espero les guste!

Paso un largo segundo, probablemente más tiempo del que cualquiera de ellos pudiera concebir en ese incomodo momento. Matt aparto la mirada más tranquilo, por un momento creyó que se trataba de Roger o algún maestro. Pudo haber sufrido un infarto.
Por alguna razón Mello se sintió molesto, no solo era la posibilidad que Near ocupara su lugar como amigo de Matt, si no que…la posición en la que los encontró no era precisamente…la más usual. Quería que ese enano cabezón se alejara de Matt por completo.
Dio unos decididos pasos, castigando al piso, furioso.
Matt parpadeo un momento con confusión al ver acercarse al chico rubio, resoplo un tanto desconcertado y comenzó a incorporarse.
--¡Escúchame, Near…!—comenzó a amenazar.
--¿Qué haces aquí?—interrumpió Matt. Near se incorporó en silencio hasta quedar sentado, retorciéndose un mechón de cabello, inmune al intruso.
--No te metas, Matt—ordeno el rubio, siguiendo los viejos hábitos—Y tú, pedazo de…
--¿Dijiste que no me metiera?—quiso saber Matt, con un tono de real sorpresa.
--¡¿eres sordo o que, perro?!—Gruño, Matt saco el aire de golpe, el albino miro a Mello entornando los ojos--¡Near mas te vale que…
No pudo terminar la frase, una fuerza externa tiro de su brazo antes de poder llegar hasta el chico, trastabillo perdiendo el equilibrio pero logro mantenerse en pie. Giro los azueles ojos para encontrarse con las pupilas esmeraldas de Matt, mirándolo fijamente.
--¡Suéltame, Matt!—dijo con molestia.
--¿Es esta persona a quien te referías?—hablo Near girando la vista con desinterés.
--Si ¿lo conoces, Near?—pregunto.
--Es evidente que argumenta tener conocimiento de quienes somos nosotros—exclamo con monotonía—es una lástima que no comparta ese conocimiento—no lucia muy afligido.
El gesto de Mello volvió a sufrir ira, pero no dijo nada más sobre eso, estaba más que claro que todos fingían no conocerlo, y aunque en verdad no lo hicieran…de nada servía contradecir al mundo, aun no quería vivir en una celda acolchada.
Se zafo del agarre.
--Mi nombre es Mello—aviso de mala gana.
--No puedo decir que es un placer, Mello, ya que—le miro de reojo—no has sido invitado a pasar.
El fuego se encendió de nuevo en el rubio, aquel tono…aquella maldita forma de dirigirse a él, con superioridad, como si no mereciera que gastara más saliva en hablarle… ¡como lo detestaba, siempre seria así. Odiaba que el fuera L! Sin importar si al final había colaborado con Near para atrapar a Kira, ¡que más daba! Incluso si este Near no supiera quien era, eso no lo convertía en alguien menos despreciable, arrogante y engreído.
--Near—escupió entre dientes.
--¿Qué es lo que quieres…em…tú?—quiso saber Matt. Mello se volvió al pelirrojo con evidente indignación ¿no podía recordar su nombre?
--Por favor retírate de mi habitación, ya que no conozco quien eres—indico Near alargando la mano para tomar sus marionetas. Los ojos de Mello llamearon ante la orden, se zafo del agarre de Matt y pateo las marionetas del albino.
--¡Que te quede claro, Near! Tu no me das ordenes, ni hoy, ni en el caso Kira ¡ni nunca!—grito con fuerza.
El interpelado alzo los ojos vivazmente, sus pupilas cobraron vida por primera vez. Matt tampoco logro salir del asombro ¿Cómo era que ese muchachito conocía del caso Kira?
--¡Y más te vale que te alejes de “este”!—tajo señalando al pelirrojo, dándose vuelta—Camina, Matt—se echó a andar hacia la salida. Era evidente que su cordura no lograba asimilar del todo la aparente realidad.
Apenas salió de la habitación de Near, se vio estrellado contra el muro del pasillo. Se resintió del golpe y luego abrió los ojos.
--¿Quién te crees que eres?—quiso saber Matt, sujetando al rubio por la ropa. Mello sintió la sangre subir a su rostro ante la cercanía…solo comparable con la que vio entre Matt y el idiota de Near momentos antes…
--Ya te dije que mi nombre es…--comenzó a decir con enojo por verse sometido así.
--¡Mihael!—exclamo Roger, alarmado—Matt, suéltalo inmediatamente.
El chico tardo un momento en obedecer, cuando al fin dejo libre al rubio, desvió la mirada con desdén.
--Matt, discúlpate con tu nuevo compañero de estudio—dijo el anciano director.
Allí reacciono el mencionado.
--¿Qué?
Near presto atención desde el interior del cuarto, eso estaba fuera de las posibilidades que hubiese imaginado, allí el único con el suficiente intelecto para ser el compañero de estudio de Matt, era precisamente Near. Nadie más se equiparaba al intelecto de ninguno de los dos.
--No voy a trabajar con el—señalo al rubio—ni siquiera luce inteligente—insulto con superioridad burlona, Mello paso por alto la ofensa, concentrándose en la actitud de Matt…otra vez era otro, por completo otro.
Roger suspiro con pesadez.
--Sera tu nuevo compañero de estudio, Matt, es todo—dijo cansinamente—Mihael demostró ser muy capaz, está a punto de publicar un libro. Además, Near necesitara enfocarse en…tú ya sabes qué.
Mello torció los ojos con molestia, sin duda se refería a su estado como primer sucesor de L.
El pelirrojo miro al rubio con cierta incredulidad.
--Da lo mismo—mascullo sacando su consola de videojuego y dándose la vuelta para retirarse—te vere mas tarde, Near—aviso sin mirarlos. Mello volvió a ofuscarse.
--¡Matt!—reprendió Roger poniéndose morado de puro coraje, el interpelado lo ignoro. Las pupilas azules de Mello se ensombrecieron, no le agradaba esa actitud en Matt…no, no era ese su distraído y alegre amigo. Era alguien más.
Debía recuperarlo.
Tras despedirse del anciano director y prometerle estar puntual a su primera sesión con Matt, Mihael salió del orfanato. Era una sensación extraña, muy parecida a la que experimento cuando huyo de la casa en busca de Kira, como si volviera a abandonar su vida…y a Matt.
Volvió a la que se suponía era su casa por automático, su mente lo guiaba y él se dejaba llevar. Cuando cruzo la puerta, la cálida mujer rubia se le acerco preguntándole por su día, Mello al principio desconfió, respondiendo con un simple: “bien”.
Su madre se mantuvo inmune a su frialdad, se le acerco acariciándole los dorados cabellos.
--Sé que estés nervioso, quizás has trabajado muy duro. No vas a descansar aunque te lo ruegue—le dijo con dulzura. Mello cerro los ojos, una honda templada de bienestar le recorrió el cuerpo. Le gustaba ese contacto del que antes tanto careció.
--Alguien vino a visitarte—le aviso—Les subiré unas galletas ¿de acuerdo?—se dirigió a las escaleras. El muchacho despertó de su ensoñación y asintió sin comprender muy bien. Se echó a andar escaleras arriba—Y Mihael…compórtate como un caballero—indico con una nota de maternal preocupación.
Mello parpadeo confundido y siguió avanzando. Quizás en este dimensión loca esa mujer fuera muy su madre…pero estaba un tanto zafada.
Recorrió el pasillo mirando todo a su alrededor, con la extraña sensación de sentir todo conocido, como si en verdad perteneciera allí…Abrió la puerta de su habitación y miro adentro.
--¡Mihael!—retumbo en sus oídos la chirriante voz de esa misma chica de en la mañana. De nuevo se vio sepultado en un irritante abrazo. La muchacha poso sus labios en los suyos--¡Pensé que nunca llegarías!—hizo un falso puchero que a Mello se le antojo ridículo—te espere por casi diez minutos—se quejó.
--Toda una vida—mascullo Mello con sarcasmo, sacándosela de encima.
--¿Cómo dices?—ella se negó a soltarlo.
--¡Que me sueltes!—se apartó con violencia--¿Qué estás haciendo aquí?—gruño molesto.
--Vine a visitarte, necesito ayuda con mi proyecto—le sonrió—puedo pagar las tutorías—se acercó de nuevo, pretendiendo verse sensual ante el chico. A eso se refería su “madre” con lo de portarse caballerosamente, como toda madre se preocupaba por el futuro de su hijo.
--Déjame tranquilo—ordeno pasando de largo. Ella le miro con asombro.
--¡Ya basta, Miahel!—la voz se le rompió, Mello le vio con hastío--¿Qué te sucede? ¿Ya no me amas?¿hay alguien más?
No podía estarle haciendo ese drama. Torció los ojos.
--Escúchame bien…--no sabía su nombre--¿Cómo te llamas?
Ella abrió sus ojos entre indignación y furia.
--¡Anete!
--Escúchame, Anete—retomo como si nada—¡vete!
--¿Estas terminando conmigo?
Mello aspiro para mantener la compostura, no iba a golpear a una mujer solo por ser estúpida.
--Ni siquiera sabía que teníamos algo—le dijo con una sonrisa autosuficiente, fue sincero, al menos en su mundo. La muchacha se dio la vuelta con evidente furia, tomo sus cosas y se dio la vuelta.
--¡Te vas a arrepentir, Mihael!—juro antes de salir, cruzándose con la madre de su ex novio, quien se apartó cuando vio salir a la chica que echaba chispas.
--¿Todo bien?—quiso saber.
Mello se encogió de hombros.
--Mihael—dudo—si necesitas decirnos algo a tu padre o a mí, puedes hacerlo—dijo comprensiva, el chico no pudo evitar sentirse avergonzado. La mujer se acercó tomando una de las galletas que llevaba en la bandeja y se la puso en la boca—te gustara, tienen chispas—le beso la frente y salió—la cena no tardara—agrego al cerrar la puerta.
Lo que en ese momento necesitaba era chocolate, no una estúpida galleta echa con…cariño. Se la saco de la boca renuente a dejarse llevar. Busco por toda la habitación, desordenándola con su desesperación, pero nada, ni una mísera barra. Tuvo que conformarse con las chispas de la galleta. ¿Por qué no tenía chocolate? En el orfanato nadie nunca le recrimino por comerlo, además cuidaba muy bien sus dientes y…encontró la razón: sus supuestos padres debieron restringirle los dulces cuando era un bebe.
Sacudió la cabeza al darse cuenta que estaba comenzando a aceptar ese mundo.
La cena transcurrió un tanto incomoda, sus padres le hacían preguntas y charlaban entre ellos, Mello se quedaba callado casi siempre.
--No duermas tarde—indico su padre cuando Mihael se retiró.
Se echó sobre la cama mirando al techo.
--Matt-murmuro. ¿Qué estaría haciendo?—seguramente estas con ese enano—escupió con molestia—perro estúpido—insulto—idiota…bueno para nada, inútil, vicioso, infantil… distraído… negligente…--sus ojos se apagaron—Matt…
Se acomodó de lado sobre el colchón y cerró los ojos, rogando porque al dio siguiente despertara de ese horrendo sueño y Matt volviera a ser Matt…su Matt, el que estaba extrañando.
**
Salió prácticamente corriendo rumbo a su motocicleta. Aparto a varios alumnos de su camino.
En toda la mañana había estado esperando que acabara la maldita jornada de escuela, sus supuestos amigos populares le habían acosado con preguntas sobre su terminada relación. Le molestaba que toda la maldita escuela estuviera interesada en su vida. Si no le reconocían como el número uno, no le interesaba ser el centro de atención. Y era irritante ser la noticia bomba de ese momento por una tontería como esa. ¡Ni que se tratara de como atrapo a Kira!
Anete fue un mar de dramáticas lagrimas todo el día, sus amigas lo miraban con un odio renovado, pero Mello las ignoro.
No se despidió de nadie, a pesar de que varias personas le hablaron durante su carrera.
Monto su vehículo y lo condujo a toda velocidad por las calles inglesas hasta Wammy’s House. La aparco en el frente, se sacó el casco con ansiedad y se dirigió con paso firme hacia el interior. Podía pasar a darle una lección a Near en el camino…
--Mihael, bienvenido—oyó la monótona y, a su criterio, horrenda voz del albino. Sonrió con malicia al volverse a su izquierda y verlo, le facilito la tarea de ir a buscarlo.
--Vaya, Near, ¿estabas esperándome?—pregunto con superioridad.
--No—se retorció el cabello evitando su mirada—no considero que surtas efectos en mí que me inciten a esperarte.
Mello frunció los labios.
--Leí tu libro—agrego Near con desinterés, mostrándole el grueso volumen que llevaba al brazo. Mello se acercó intrigado, él ni siquiera sabía de qué trataba su dichoso libro—A decir verdad me resulto monótono, pasas por alto lo más importante, se aprecian tus emociones en cada palabra.
La sangre le hirvió por completo, sus puños se cerraron con fuerza ¡ese maldito enano estaba burlándose! ¡Lo hacía menos otra vez!
Se acercó un paso para darle su merecido, demostrarle que no era cierto. Iba a enterarse allí mismo de que era su libro e iba a obligarlo a retractarse…
--Ah, eres tu—oyó la voz de Matt, se frenó de golpe, cambiando el enojo por la decepción cuando escucho el tono irritado en la voz del pelirrojo.
Vio salir a Matt de la habitación donde estaba de pie Near, se detuvo a su lado y miro por los pasillos. Estaban solos.
Le sonrió a Near un momento…de la misma forma que solía hacer con Mello. Se acercó al menor, posando sus labios en el lóbulo de su oreja. Near se encogió levemente.
Mello les miro boquiabierto…y también molesto.
Le susurro algo a Near y se apartó echándose a andar sin dirigirse al rubio. Este lo vio.
--¿Qué no vas a venir?—pregunto Matt. Mello le arrebato con brusquedad el libro a Near y se encamino tras el pelirrojo.
La situación era por demás anormal, cuando eran niños, en la dimensión de Mello, quien seguía al rubio siempre fue Matt, nunca a la inversa.
Dieron vuelta por el camino que reconoció como el indicado para llegar a la habitación de Matt, y así fue. El pelirrojo entro dejándole la puerta abierta, cuando estuvo adentro Mello cerró la puerta.
El cuarto de su “amigo” era más tétrico de cómo lo recordaba. Las cortinas cubrían cualquier rayo de luz que pudiera colarse, los muebles estaba repletos de libros, cajas de videojuegos, carpetas, libretas…cajetillas.
Matt se sentó en su cama encendiendo un cigarrillo y enfocándose en su PSP.
--Apaga eso, Matt. Sabes que me provoca asco—ordeno Mello, sacando la barra de chocolate que había comprando en la cafetería de la escuela aquella mañana.
--Estas en mi habitación, si no te gusta, puedes irte—respondió sin alzar los ojos. Mello detuvo su mordida a la barra, aquellas eran las respuestas que él le daba al pelirrojo…nunca al revés.
--Apaga eso—repitió—y además dime…¿¡QUE MIERDA FUE ESO QUE HICISTE CON NEAR?!
--Ayer nos viste—se encogió de hombros sin verlo aun— no encuentro sentido a ocultarlo. No me importa. No estás aquí porque yo quiera.
Eso le dolió en serio.
Nunca antes le había hablado de esa manera.
--Matt—susurro.
El pelirrojo alzo los ojos con curiosidad con el cambio de actitud.
--Eres…eres…eres… ¡Un imbécil!—grito Mello.
--No soy un imbécil—se defendió bajando de la cama.
--¡Eres un perro idiota!
--Retráctate de eso, niñita rubia.
Mello se ofusco por completo, empujo a Matt una vez, el pelirrojo le devolvió la agresión…Mello repitió la acción.
Matt cerró su puño.
Mello se dio vuelta con desdén, mordiendo su chocolate, curioseando por la habitación, seguro de que el pelirrojo no haría nada…como debía ser.
Lo siguiente que sintió fue una fuerza externa que prácticamente lo tacleo, al estilo del futbol americano; se golpeó la espalda contra el suelo. No se lo espero.
Abrió los ojos, adolorido, no podía mover sus muñecas gracias a las manos de Matt que las sujetaban a la altura de su cabeza. En general no podía moverse, pues también le aprisiono las piernas con sus rodillas.
Matt acerco el rostro mirándolo con molestia. La sangre subió al rostro de Mello.
--Matt…quítate—más que orden sonó como petición.
El chico se acercó más, Mello sintió una especie de estremecimiento.
--Pareces… una… chica rubia—sonrió Matt malévolo, casi contra sus labios.
El fuego volvió, se zafo del agarre, se debatieron un momento, cambiando algunas veces de posición. Hasta que Mello volvió a estar contra el suelo.
Esta vez con las manos por encima de su cabeza.
¿Desde cuándo Matt le ganaba en una pelea?
--Ya suéltame—ordeno tratando de zafarse otra vez.
Matt esta vez acerco todo su cuerpo para anular cualquier rango de movimiento, Mello se petrifico al sentir el torso del pelirrojo rozando el suyo, sin dejarle moverse.
Su corazón comenzó a agitarse, la sangre hirvió bajo su rostro. Estaba poniendo nervioso.
Los orbes esmeraldas del chico se acercaron más y más. El espacio estaba terminándose, y no podía ni moverse. Sintió la nariz de Matt rozar el lóbulo de su oreja.
Al estar a tremenda cercanía, fue inevitable que sus entrepiernas no se tocaran. Mello se tensó cuando sintió prácticamente todo el cuerpo de Matt sobre el suyo, ejerciendo presión.
De pronto tenia calor. Su respiración estaba agitándose.
Y no entendía ni porque. Cuando fue parte de la mafia como miembro activo, las relaciones corporales eran un tema conocido y explotado por él… ¿y porque demonios estaba pensando en sexo con Matt?
--Eres—murmuro el pelirrojo contra su oreja—una…--podía sentir su aliento jugar en su piel—niña…rubia.
El sonido de varias risas en el corredor hizo que Matt alzara el rostro mirando hacia la puerta, asegurándose que estuviera cerrada.
Mello estaba inmóvil, pasmado donde se encontraba…por primera vez sin comprender, por más que su mente trabajara. Se sentía nublado.
Reacciono tratando de moverse, no estaba bien que el calor rodera su cuerpo, no por Matt…porque ese calor se convertiría en algo evidente en cualquier momento.
Consiguió medio incorporarse pues su captor se distrajo con las voces de afuera. Cuando se alejaron, Matt volvió la vista a Mello, encontrándose con que el rubio estaba más cerca…sus narices chocaron en un momento…rozando sus labios.

Notas finales:

Gracias por leer!

Bshooos tronadhoosssss


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