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De adolescentes, pechos planos... y hormonas por i chan loveneko

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Notas del capitulo:

¡Holaaaa! Bueno, tuve unos problemitas para subir este capitulo, principalmente por que un bloqueo me agarró fuerte por un par de días… ¡pero ya estoy bien!

Espero que les agrade esta divertida historia a mi parecer.

 Aquí empieza el gran problema de Jonathan (esta escrito en tercera persona ;D)

John era de esa clase de sujetos que sin importar cuan enojado, nervioso, triste o avergonzado esté…no se le nota, ¡es casi inhumano! Solo su madre y su hermana son capaces de detectar un leve sonrojo de bochorno, y sería, por lo que cuando “trata” (y digo “trata” por que en verdad no le sale) de expresar sus emociones, el rostro se le desfigura en una mueca de odio mezclada con enfado, ira contenida, estreñimiento de hace tres días, y violador de closet.

 

Ahora, sabiendo esto, es bastante entendible que ninguno de los hermanos Millet se le quisiera acercar, excepto Jessica, a ella le importaba un carajo que su mejor amigo estuviera sufriendo, su principal objetivo era: “hacer que John abandonara la casa lo mas rápido posible” o si ese plan no funcionaba: “esconder un cadáver y enterrarlo en algún lugar lo suficientemente profundo, donde nadie lo encuentre”. Si, así de macabros podían ser sus pensamientos, pero para desgracia de esa nueva pala de titanio que aguardaba en el cobertizo, la menor de la casa sentía cierto interés por ese ser malhumorado.

 

-Mi nombre es Cherry Millet, eres amigo de mi hermana ¿no es así?...lamento si a veces resulta ser algo agresiva- atrás de la pequeña se escuchó un claro “¡oye!” por parte de la mayor. John tenía que admitirlo, la muchacha era un encanto con patas, no solo le ofreció una toalla cuando Jess después de quince minutos de meditación lo había dejado entrar, si no que sonreía, a pesar de que él le respondía con gestos o un seño fruncido ella no lucia asustada. Tal vez se estaba acostumbrando al trato tosco de Jonathan, si… todo marchaba bien hasta que quedó paralizado.

 

-Oye…-movió su mano cerca de la cara de su amigo… - ¿John? ¿Tierra a John?-Nada…seguía pareciendo en estado vegetal, incluso creyó ver una mosca entrar por su boca y salir por su oreja.-Tú…bastardo…

¿Estaba cometiendo el grabe error de ignorar a su hermanita?... No, más bien, al estupido de John algo lo tenia hipnotizado… o alguien…esperen… ¿estaba mirando en dirección a la cocina? “No, no puede ser”, pensó y luego vio con terror como su hermano era quien salía de la cocina con un par de bocadillos.

John pegó un brinco, todos los músculos que se relajaron cuando hablaba con Cherry ahora se habían puesto rígidos, empezó a temblar, un aura amenazante emanó de su cuerpo. Si la peli crema no le tenia del todo miedo antes… ¡ahora estaba aterrada! y ni que decir del chico de piel nívea.

 

-Bien, se acabó…- Jessica lo agarró del brazo, similar a la primera vez que se molieron a golpes, lo arrastró hasta la entrada y lo lanzó fuera de la casa- Se que esa es tu cara natural, pero no permitiré que asustes más a mis hermanitos ¡No vuelvas!- le aventó la puerta en la cara. Allí terminó la primera visita de John al hogar de su amiga, tan mal como comenzó y con un algo atontado Jonathan Cleverly sentado en el pavimento.

 

“¿Qué acababa de pasar?” cruzó por su mente, pero vamos, no podía terminar así de sencillo para el personaje principal. Atrás de él los perros que los habían seguido horas antes seguían esperando en la reja delantera. Tomó aire, no le tendría miedo a una manada de sarnosos.

 

-Vamos John, solo son perros, muéstrales quien manda y… ¡DEMONIOS!

 

Dentro de la casa Jessica de esforzaba en ignorar los gritos. Cubría los odios de Cherry con ambas manos e ignoraba las preguntas de Alexis, el hermano de al medio.

 

-Jess… ¿Quién era ese sujeto?

 

-Un amigo de la escuela, nadie importante…-tomó la muñeca de Alexis y lo jaló para que se sentara en sus piernas- El no volverá así que olviden su existencia ¿entendido?- Cherry estaba sobre su pierna izquierda y Alex sentadito en la pierna derecha, ambos sabían bien que en esa pregunta estaba la frase “¡lo aran, quieran o no!” que su hermanita trataba de encubrir.

 

-Entendido- contestaron al mismo tiempo.

 

-¡Bien!...- sonrió y los sujetó de la cintura, era su manera de darles una recompensa cada vez que le obedecían, hacerles caballito, por horas, incluso si vomitaban Jessica como buena mamá gallina los limpiaba y seguía con su juego del mal. Aunque el que más lo odiaba era Alexis, quien con sus quince años ya no le resultaba tan divertido.

 

Y en castigo Jessica se lo hacia más rápido con unas cuantas nalgadas por desvalorar el juego, de ahí que no volvió a quejarse.

 

Jessica (aunque no quisiera admitirlo) era una hermana sobre protectora, rayando al extremo. Si bien con Cherry no había tanto problema el pobre de Alex era quien recibía casi toda la sobreprotección…y no, no es por que fuera un chico de contextura frágil, no. Tampoco es que desde que tiene memoria sufrió de acosos cada vez que se iba al jardín de niños o jugaba en el parque ¿Cómo creen?

 

Bueno si, Alex era una maldita delicada flor del bosque, hasta su hermanita era mas fuerte que él y eso que por fuera lucia como una chica dulce y refinada…(si tan solo la conocieran) Pero resumiendo, el punto aquí es que tanto Jessica como Cherry tenían el poder de defenderse, de un carácter fuerte, mientras que Alex contaba con una sumisión alimentada todos estos años por Jessie (aparte de su apariencia), es por eso que su hermana no puede evitar protegerlo, no podría vivir sabiendo que algún pervertido le arrebató a su queridísimo hermanito.

 

-“Estoy segura que tenía sus ojos puestos en  Alex,  pero John no es gay… ¿o si?”- seguía pensando una vez que el resto de los hermanitos Millet se escabulleron para preparar la cena (y tener una escusa para no seguir jugando al “caballito”)- como sea, mañana me disculpare por el rato que pasó con los perros e intentare ignorarlo el mayor tiempo posible- dijo al aire reclinando todo su peso sobre el sofá. Mañana seria un día complicado, con muchas explicaciones que dar a Jonathan, sin duda alguna.

 

(…)

 

-¡Mamá! ¡John esta muerto!...-gritó Annie desde la entrada, tuvo que mirar dos veces para identificar que fuera el cuerpo de su hermano y no un vagabundo andrajoso… le dio hasta lastima. Tenia mordeduras en partes que ni sabia podían morderse, manchas de lodo, también una cara de los mil demonios, estaba molesto, irritado, por suerte Annie no se intimidaba ante su ceño fruncido.

Se colgó de su brazo todo el camino que recorrió de la sala hasta las escaleras y de allí al baño, era obvio que no entraría, pero de afuera empezó a preguntarle que le había sucedido y si es que necesitaba una compañera de lucha. Annie era así, se había jurado nunca ser una princesita de cuento, ya saben, de esas que se quedan sentadas esperando a su príncipe como retrasadas… ¡y así no funciona el mundo! ¡Ella iría a buscarlo con una correa y un bate de béisbol si fuera necesario!-¿Hermano? ¿Sigues vivo?...-al no recibir respuesta se asustó y golpeó con mas ímpetu la puerta, incluso pateándola.

 

-¡Estoy bien maldita sea! déjame solo…-pasó los dedos por su cabello y se acomodó mejor dentro de la tina, con que al final Jess si tenia una familia y no dormía en cajas de cartón como imaginó en sus peores escenarios… ¿Por qué se lo ocultó? ¿Qué tenia de malo contarle sobre ello? Bueno, él no se llevaba de maravillas con Annie pero la amaba a pesar de todo, y Jessica también parecía amar a sus dos hermanos.

De cualquier forma, no había estado más de hora y media dentro de esa casa, no era un conocedor de lo que pasaba allí y menos tenía idea de los sentimientos de su mejor amiga. Era irritante, le molestaba que  esa pista de aterrizar tuviera secretos. Mañana la emboscaría a penas tocara la campana y haría que le contara todo sobre su familia, quisiera o no, recurriría a golpes si fuera necesario. Una visita más a la dirección no le hacía mal a nadie ¿Verdad?

 

-¡Oh, ya saliste! ¿Qué tanto hacías allí? ¡Hey! ¡JOHN!- Una vez fuera del baño le cerró la puerta en la cara a Annie y se encerró en su cuarto, aun tenía muchos moretones y un corte en el brazo que eran mejor ocultar. Su piel era un desastre, no era comparación con la del hermano de Jess. El era…diferente, no lo sabia, normalmente los chicos en su vida eran tipejos ricos, nerds o deportistas, que a veces lo perseguían para unirse a los clubes los cuales rechazaba. No estaba acostumbrado a ver a un chico tan delicado, a…sentir eso que sintió la primera vez que se vieron, la segunda incluso lo dejo paralizado, es que… ¡se veía…! ¿li-lindo? Con ese delantal y trayendo bocadillos.

 

Desconocía que estuvo cerca de diez minutos viéndolo fijo y provocando que Alex también se cohibiera. Después de todo, John no era conciente del aura oscura que emanaba, nadie se lo decía, principalmente por que su madre y Annie estaban acostumbradas, también Jessica que no tenía miedo de devolverle la mirada. A parte de ellas, no socializaba con nadie así que… ¿Quién mas se lo diría? Todos le tenían terror.

 

A la mañana siguiente, aunque intentó evitarlo, recibió una larga reprimenda de su madre cuando lo vio en semejante estado. Los moretones estaban en toda su gloria y lucia como si hubiera estado en una pelea, o al menos un accidente. Aunque claro, para sus compañeros la primera era mas factible, en cuestión de minutos se supo que Jonathan Cleverly tuvo un altercado con otros delincuentes de la ciudad, nada nuevo. Se sentó en su asiento y vio de reojo como Jess, quien se sentaba a su lado derecho, intentaba contener las carcajadas cubriendo su boca con ambas manos. Ella sabía que solo había sido un ataque de perros callejeros… pero no lo diría. Ella y John tenían una imagen que se esforzaban en mantener, además era más divertido si la razón de los moretones y marcas era conocido solo por ella, muy divertido.

 

-En serio John… ¿Tan mal te dejaron?-  Después del toque de la campana se dirigían hacia la azotea para pasar el rato, como siempre. Jess no era una persona muy creativa o que aspirara a demasiadas cosas, le gustaba tener una rutina y seguirla con leves diferencias, principalmente porque le agradaba su vida, los cambios nunca eran buenos para ella. Los odiaba, odiaba las sorpresas, las odió más cuando Jonathan la agarró del brazo y le retó con la mirada.

 

-¿Por qué no me dijiste nada sobre tu familia?- dijo de pronto pero paciente hasta que llegaran a la azotea. Sabía que las cosas podrían ponerse feas, lo bueno es que unos golpes más de los que ya tenía no harían gran diferencia.

 

-Jee…Con que ahora te entro curiosidad- rió con la mirada baja, John seguía sujetándola para que no escapara… la conocía demasiado bien. –Un año-dijo molesta- Un año evadiendo el tema… ¿Y ahora te interesa tanto?- clavó sus ojos fieros sobre la mirada oscura e inalterable del azabache.

 

Ninguno pensaba darle el gusto al otro, Jess no planeaba contestarle nada y John no recurriría a los golpes ya que ella saldría ganando. Había algo que nunca hubo en su mirada antes, John lo notó. Era melancolía, odio, tristeza, no podía describirlo pero jamás lo había visto de la misma manera.

 

-Ya conocí a tus hermanos, son agradables ¿Por qué estás tan molesta?- soltó su brazo e intento suavizar el ambiente. Jess seguía con esa mirada sobre Jonathan, lo veía… ¿Cómo a un rival?

 

-John, somos amigos…Pero no quiero que vuelvas a mi casa jamás- Empezó a caminar en dirección a las escaleras.

 

-¿¡Que!? Pe-pero Cherry me agradó… ¡y ni siquiera supe el nombre de tu hermano!

 

-Alex, ahora no te vuelvas a acercar a mi casa.

 

-¡JESS!-corrió detrás de ella, esto no le agradaba, estaba perdiendo a Jessica.

 

-¡ALEJATE!- John trato de detenerla pero en respuesta ella lo pateo en el abdomen.-Si te metes con mi familia… ¡Entonces no volveremos a ser amigos!

Notas finales:

Dejen reviews...no sean malitos ¿por favor? ¿por galletas? ;w;


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