Yami comienza a recorrer el primer piso del castillo oscuro con mucho cuidado de ser víctima de alguna trampa oculta o del ataque inesperado de algún monstro. Sin embargo por más que avanzaba por su camino, nada sucedía por lo que empezó a relejarse levemente ya que no podía hacerlo completamente porque ese lugar no era de confianza.
El tricolor prosigo por aquel pasillo hasta que a la mitad de este se encuentra con dos puertas, las cuales tienen la misma forma que la sortija del milenio.
El ojirojo no lo piensa dos veces e ingresa en la primera habitación a la vez que comienza a recórrela aun con ese poco de tranquilidad que tenía hasta que cuando el elfo llega al centro de esta recamara se topa con un dragón echo de metal. El cual puede lanzar llamaradas de acido por la boca, las cuales pueden derretir cualquier tipo de material que estas toquen.
El enemigo empieza con su ataque pero Yami lo esquiva a la vez que mira con sorpresa como la pared se derretía en cuestión de segundos por lo que el tricolor no lo duda dos veces, saca varias flechas de hielo y se las lanza al monstro. Las cuales al hacer contacto con el dragón, este comienza a congelarse tan rápido que no puede usar su poder para liberarse por lo que no de otra mirar como su cuerpo es convertido en una estatua de hielo hasta que queda completamente congelado.
Después que el ojirojo terminara con su enemigo, este se retira de aquella pieza para dirigirse a la siguiente, en la cual solo había una escalera de metal por la cual comienza subir hasta llegar al segundo piso. El cual empieza a recorrer un poco más rápido hasta que casi a la final del camino se vuelva a encontrar con otras dos puertas.
El elfo quiso entrar por la primera entrada pero no puedo hacerlo dado un campo de energía le impedía pasar por lo tanto no lo quedo de otra forma que ingresar por la segunda puerta. Sin embargo cuando Yami tan solo toco la entrada miles de bombas cayeron desde el techo hacia el suelo y cuando estas hacían contacto con el piso, ellas explotaban al instante.
Luego que el tricolor se diera cuenta que nada podía hacer, sale de aquella entrada para devolverse a la primera para volver intentar poder entrar y esta vez sí pudo ingresar en aquella recamara en donde otra vez habían unas gradas por las cuales el ojirojo subió hasta el tercer y último piso.
Después que el elfo llegara a este piso aumento su velocidad hasta que cuando Yami llega al centro de este pasillo se encuentra con una puerta negra de metal con espinas del mismo color que la rodeaban. El tricolor no lo pensó ni por un segundo, abrió la puerta e ingreso en aquel sitio, encontrándose en una sala negra en donde se encuentra con su enemigo quien se acerca a él con una sonrisa llena de crueldad.
- ¿En dónde está Yugi?-pregunta el ojirojo seriamente.
- Lo saque de la habitación para que no contemplara tu derrota- responde Bakura con una sonrisa llena de burla.
- No perderé contra ti, impureza con patas-dice el elfo sacando su espada y su escudo.
- No me causo gracia, tu chiste-menciona el malo borrando su sonrisa.
- No era un chiste- dice Yami ganándose en pose de ataque.
- Ya veo – saca su arma y se pone en posición- ¿Listo para morir?
- El que morirá serás tú miserable- menciona el tricolor decidido a ganar a toda costa.
- Eso lo veremos
Ambos luchadores comenzaron con sus ataques de espadas las cuales no hacían más que chocar una contra las otra de tal manera que parecía un combate sin fin hasta que Bakura se aburre de la situación por lo que se eleva al cielo y empieza a lanzar bolas de magia oscura hacia el ojirojo quien las esquiva con rapidez para después lanzar sus flechas doradas a su enemigo. Las cuales al hacer contacto con el provocan que el caiga al suelo arrodillado y eso no paso desapercibido por el elfo quien corre hacia su rival.
Cuando Yami llega al lado de Bakura, comienza a darle con su espada varias veces hasta eliminarlo de una vez por todas.
Luego que el tricolor terminar con su enemigo, este comienza a caminar hacia la salida pero antes que de un solo paso, mira hacia el cielo y ve como el diamante en donde estaba preso su novio, llega al suelo al mismo tiempo que desaparece dejando libre su prisionero.
Después que el ojirojo viera a su pareja libre, no lo duda dos veces y corre hacia el abrazándolo y besándolo con mucha felicidad. El pequeño iba a decir algo pero no puedo por que el castillo comenzaba a desmoronarse por completo por lo que ambos tricolores salen corriendo del palacio, atraviesan el puente y se alejan no mucho pero si lo suficiente para observa como el castillo cae hecho pedazos hacia el suelo.
Sin embargo eso no es todo lo que sucede sino que las llaves desparecen el puente, se elevan en el cielo y son transportadas con sus cuidadores quienes con la ayuda de ellas rompen las maldiciones para luego irse al templo de la ciudad central.
Después que la pareja de elfo terminara de ver aquella función también van al templo en donde son recibidos por Atem ya humano y los seis sabios quienes les sonreían felices.
- Amor ¿Quiénes son ellos?-pregunta Yugi con curiosidad e interés.
- Son el rey Atem y los seis sabios sagrados- responde el elfo con una pequeña sonrisa.
- Es un honor conocerlos –reverencia.
- Igualmente
- Yami, nosotros estamos muy agradecidos contigo no solo porque rescataste a los sabios de sus prisiones, a mi de mi embrujo sino también por haber salvado nuestro mundo de la destrucción- dice Atem en forma de agradecimiento.
- Muchas gracias por todos- mencionan los seis sabios a la vez.
- No tienen nada que agradecer para mí fue una gran experiencia que jamás olvidare Comprendo pero aun así te agradecemos- comenta el rey riendo levemente.
- -sonríe y pone cara de duda- Pero ¿Qué se supone que haga ahora con todas estas armas?
- Puedes conservarlas, son tuyas
- Eso hare y yo también quiero agradecerles a ustedes por darme la oportunidad de vivir la aventura más grande de toda mi vida- dice el tricolor muy conté y agradecido ante todos.
- No, nos tienes que agradecer a nosotros sino a las diosas que te dieron esta oportunidad-menciona Isis sonriendo cordialmente.
- Lo hare y ya debo irme hace mucho que no regreso a casa- comenta el elfo feliz a la vez que se gira con intenciones de irse.
- Tienes razón y no olvides que tu leyenda será recodara con honores- le grita Mahad antes que Yami abandone el templo.
- No lo hare, vamos Yugi- menciona gritando el ojirojo al mismo tiempo que toma la mano de su pareja.
- Hai
Y así ambos tricolores salen de la ese lugar para subirse a su caballo e irse de regreso a su hogar para ser felices para siempre.
Fin