El tricolor continuó su recorrido por el bosque negro con mucha precaución para eludir las trampas que podrían estar ocultas por el camino y a la vez evitar ser atacado por sorpresa por algún monstro. Sin embargo el ojirojo no se encontró que ninguno de estos pesares por lo que siguió su caminata tranquilamente por aquel lugar hasta que vio, al final del camino, una luz la que indicaba que esa era la salida de aquel bosque.
Después que Yami viera aquel resplandor, no lo dudo dos veces y comenzó a correr hacia ella hasta quedar en frente de esta. El elfo se dio cuenta de que el camino tenía una iluminación bastante densa por lo que tuvo que cerrar sus ojos para poder continuar con su recorrido ya que aquella luz era tan fuerte que podría perjudicar su visión por el resto de su vida.
Luego que el tricolor ingresara por aquel brillante trayecto, este cerró sus ojos y comenzó a caminar lentamente por aquel camino dado que al no poder utilizar su visión, este tenía que usar su audición para poder guiarse hasta la salida de aquel recorrido luminoso.
El ojirojo siguió caminando de esta forma por aquel camino resplandeciente hasta que sintió una fresca brisa, la cual provoco que abriera sus ojos lentamente hasta hacerlo por completo y en ese momento. Yami, se dio cuenta que ya no estaba en aquel camino sino que había salido de él y que ahora se encontraba debajo de un bello cielo azul y parado encima de un hermoso césped verde oscuro.
El tricolor se quedo detenido por unos minutos a contemplar aquel hermoso paisaje ya que nunca antes había visto algo tan bonito. Después que terminara de observar aquel panorama, decidió retomar su nuevo trayecto, el cual en un principio había estado tranquilo sin ningún enemigo por el momento hasta que un trió de agilas come hombres, comenzó a atacar al elfo quien se defendía con su escudo al mismo tiempo que se sacaba su espada para devolver el ataque pero esta no le hacía daño aquellas aves por lo que recordó que tenía otra arma en su cinturón. Así que guarda su florete en su funda, saca la bolsa de los shurikens y comienza a lanzárselos a sus enemigos, los cuales si hacen efecto dado que logran dañar y matar a aquellos pájaros.
Luego que Yami terminara con esos monstros, se aleja de ellos y comienza a retomar su camino a la vez que presta más atención a su alrededor para evitar otro ataque sorpresivo de sus enemigos. El ojirojo continúo su recorrido por aquellos parados hasta que se dio cuenta de que estaba comenzando a oscurecer por lo que comenzó a buscar en donde alojar, sin embargo no puedo encontrar nada y para mas remate, comenzaron a salir monstros zombis desde debajo de la tierra hacia la superficie.
El tricolor saco su espada y empezó a luchar con ellos pero estos enemigos al ser derrotados vuelven a regenerarse por lo que al elfo no le quedo más remedio que alejarse de aquellos monstros y buscar un lugar donde refugiarse. Yami busco rápidamente en donde esconderse hasta que encontró un árbol con un agujero en el centro, en el cual se metió y se mantuvo despierto hasta que por el mismo cansancio se quedo profundamente dormido.
Al día siguiente
El ojirojo se despierta, estira sus músculos, mira a su alrededor y al ver que ya no ahí enemigos, sale de su escondite y retoma su rumbo hacia su destino.
A pesar de que el elfo caminara y caminara pareciera que el camino no tuviese fin dado que por más que avanzaba no veía nada más que prado y para el colmo ya comenzaba a oscurecerse, lo que significaba que los zombis volverían a parecer.
Yami no tenía intenciones de volver a ver a esos monstros por lo que comenzó a buscar otro escondite hasta que vio un pequeño rancho que no estaba lejos por lo que empezó a correr con toda sus fuerzas hasta que llego a aquella granja. Al ingresar a este rancho, el tricolor comenzó a buscar al dueño del lugar para que le pudiera dar alojamiento esa noche pero por más que buscaba nada encontraba hasta que…
- ¿Te puedo ayudar en algo viajero?- pregunta la voz de una joven que esta a espaldas del ojirojo.
- Si, ¿podría darme alojamiento esta noche?- responde y cuestiona el elfo a la vez que se gira para ver a la persona que le había hablado.
- Claro que si, pasa – contesta la chica haciendo que entre a la casa con ella.
- Se lo agradezco mucho
- Por nada y mi nombre es Mana
- Es un gusto conocerla mi nombre es Yami –dice el tricolor a la vez que le suenan sus tripas por falta de alimentación.
- Veo que tienes hambre Yami-menciona la morena riendo.
- Si, es que hace cuatro días que no cómo –comenta Yami sonrojado al mismo tiempo que desvía la mirada por la vergüenza que estaba sintiendo.
- ¿Acaso no trajiste víveres para tu viaje?-pregunta Mana divertida con su huésped.
- No, es que salí tan rápido que no tuve tiempo de buscar alimentos- responde el ojirojo explicando la situación.
- Entiendo, ven siéntate en la mesa
- -Lo hace y mana le sirve una rica comida- ¿Es para mí?
- Si
- Gracias
Después que el elfo terminara de comer, es guiado por la chica hacia su habitación hasta dejarlo en ella, la morena se reitera a la vez que deja solo al tricolor quien se saca las botas, se acuesta en la cama y se queda dormido.
Luego de una reponedora noche sueño, Yami se levanta listo para salir de la casa pero antes de poder salir de aquella habitación, se da cuenta que mana le había dejado una bolsa con comestibles y agua para el viaje. El ojirojo salió a buscarla para darle las gracia por no la encontró por lo que no quedo de otra forma que dejarle una nota de agradecimiento para volver a retomar su camino.
El elfo continúo caminando hasta que al fin había llegado al sendero del volcán el cual comenzó a subir hasta que llego a quedar en frente la entrada de la cueva de aquella montaña, en la cual ingreso teniendo cuidado de no caer en algún trampa, camino diez pasos hasta que…
CONTINUARA