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Eternal Midnight - [HyunMin] por YangMinnie

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Dicen que morir es rápido, sucede en un instante. Bueno pues en mi caso no sucedió así.

El dolor que sentí aquel día, es algo inimaginable. Creo que acabar con la vida como termino la mía, es una de las formas mas crueles de morir. Pareciera que te incendias por dentro y que cada una de tus células es destruida. Y peor es la agonía por que pierdes la noción del tiempo, puedes durar días retorciéndote y gritando del dolor. ¿Cuanto tiempo abre yo pasado así? no tengo idea. Pero despertar fue aun más sorprendente.

Con esos ojos... no hay nada en este mundo que no te resulte fascinante. Las cosas que puedes ver, no se compara a la mejor vista que un simple mortal puede tener. Cada partícula que flota en el espacio puedes distinguirla. Todos tus sentidos se agudizan.

Y todo eso lo pude experimentar en aquel lugar lúgubre y pequeño, pensé entonces que mas podría sentir al salir de ahí. El como había llegado a ese pequeño espacio lo desconocía. Y quien me había hecho eso tampoco lo sabia. 

Cuando me incorpore, sentí una pequeña punzada en el hombro, quise saber que había ocurrido y lo vi, mi saco tenia un agujero y de repente se tiño de rojo.

Levante la vista y vi a una mujer frente a mí, era hermosa sin lugar a dudas, sonreía y me miraba con expectativa. Note que tenia un arma apuntándome. 

Si ella me había disparado... entonces, ¿Por que no sentía dolor? Hasta ese momento no entendía lo que estaba pasando.


—Valla— hablo, su voz era delicada, pero firme; rió, su risa inundaba mis oídos— despertaste mas rápido y mejor de lo que esperaba— de nuevo sonrió, pero esta vez distinguí su afilada dentadura. ¿Acaso lo que veía eran colmillos? 


Pregunta estúpida por que en efecto lo eran, camino hacia mi y se sentó cuando estuvo frente a mi. Por un largo rato me miro, yo no hacía nada mas que mirarla, alguna extraña clase de sumisión sentía al estar tan cerca de ella. Sus ojos que hasta ese instante capte, eran hipnotizan tes. Ella seguía sonriendo, de repente vi como su mano se dirigía a mi rostro y lo tocaba con fascinación, como si fuera la primera vez en la vida que veía a alguien como yo. Su roce era suave y delicado, como si tratara de no lastimarme.

— Sabia que ibas a a ser hermoso, pero no tenia idea de cuan bello te pondrías— se puso de pie — espera, ahora vuelvo.


Me quede ahí sentado y aun en silencio, cuando de pronto oí un golpe y un olor que nunca había apreciado, invadió mi garganta, era una sed extrema y dolorosa la que empece a sentir. En ese instante se abrió la puerta y entro ella, traía a una mujer sujetándola del cabello, aquella persona estaba medio inconsciente y sangraba de la cabeza. La hermosa mujer aventó a la otra hasta mi regazo, como si fuera una liviana hoja de papel. 


— Bebé— me ordeno.

Estuve dudoso por un momento, pero al oír los latidos de su corazón toda duda desapareció. Tomé su mano, nadie me tenia que decir lo que debía de hacer, lo sabia tal vez solo por instinto natural. Clave con fuerza mis afilados dientes en su muñeca y comencé a succionar. Al momento de saborear, lo que nunca había experimentado, surgió de mi un frenesí, no podía detenerme, aquella experiencia no se puede describir con palabras es simplemente irreal.


— Basta— dijo ella dulcemente y la alejo de mi — no podemos beber hasta que mueran, porque eso nos perjudica, pero si mueren después... ya no es nuestro problema— soltó una carcajada.

Tomo del cabello a la mujer que aun respiraba y la saco fuera de la habitación.

— Es tan sencillo, que sientes pena por ellos— dijo con ironía. Y se volvió a sentar frente a mí.

— ¿Cual es tu nombre?— las palabras que dije por primera vez.

— Encantadora voz— sonrió con satisfacción— Alice.

— ¿Donde estamos?

— ¿Un interrogatorio? ¿A esta hora del día?— me miro fingiendo tristeza— Bueno por ser tu primer día te lo permitiré. Estamos en Italia. 

— ¿Cual es tú verdadero nombre?

— Oh!— alzo una ceja e hizo una mueca— Nishihagi Izusu, y soy de Japón. Y antes de que sigas con tu cuestiona miento me gustaría oír tu nombre.


— Park Jung Min— dije mientras me ponía de pie, mi cuerpo se sentía extrañamente ligero— creí que también eras coreana, no imagino como es que me trajiste desde Corea hasta aquí.


— Fue complicado— dijo tendiéndome la mano para que la ayudara a ponerse de pie— ¿Como te sientes?


— Extrañamente bien, ¿en que me has convertido y por que lo hiciste?— estaba a la expectación de cual seria su respuesta...


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