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Noche de Sexo por angiell

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Notas del capitulo:

Andaba con ganas de un lemon asi que les dejo esto

Noche de Sexo

 

 

Ese día había sido agotador, había tenido que visitar tres distintas librerías para promover un nuevo manga que recién saldría a la venta, la tuvo difícil pues no solo se trataba de un nuevo  tema sino que también el mangaka era novato, es decir con ese tomo debutaría y los encargados temían que no fuese a dejar las ganancias esperadas.

 

Después de mucho insistir Yokozawa había conseguido que en las tres librerías fuese promocionado, al terminar ese trabajo se vio obligado a regresar a Marukawa a terminar el resto de su trabajo, así el día se le fue entre reuniones y papeleo.

 

 

*+*+*

 

Animar a un mangaka con la autoestima más baja que el subsuelo era realmente difícil, a pesar de que su mangaka era realmente famoso y reconocido también sufría constantes ataques de depresión de los cuales era muy complicado sacarlo.

 

Kirishima se sentía agotado mentalmente, alentar a Ijuuin-sensei había sido más complicado de lo esperado pero al final lo había logrado y ahora llevaba el manuscrito en sus manos. Ya era un poco tarde por lo que se dirigió rápidamente a la imprenta y dejó el manuscrito para después salir en busca de su oso.

 

 

*+*+*

 

 

- Yokozawa-san eh terminado con el reporte –dijo Henmi con una sonrisa cansada

- Bien déjamelo en el escritorio, lo revisaré más tarde –Henmi obedeció y dejo los papeles sobre la mesa

- Si eso es todo, yo me retiro, Yokozawa-san

 

El peliazul asintió y su subordinado salió de la oficina, tomó entre sus manos el reporte y comenzó a revisarlo cuando una voz lo sacó de sus pensamientos.

 

- No crees que ya es muy tarde para que estés trabajando? –preguntó esa voz en un tono alegre

- No lo sé, qué hora es –respondió Yokozawa con fingida molestia sabiendo quien era su interrogador

- …- Kirishima sacó su teléfono para ver la hora y sonrió un poco –son las 9:30 pm –eso sorprendió a Yokozawa quien no esperaba que fuese tan noche, pero en ese mismo momento recordó algo que lo dejó un poco molesto

- No deberías estar ya en casa, no deberías dejar a Hiyo sola –le reprendió fulminándolo con la mirada

- Esta con sus abuelos –respondió el mayor con tranquilidad –ahora deja el trabajo para mañana que tengo hambre y el día de hoy tu me darás la cena –dijo Kirishima con una amplia sonrisa en el rostro haciendo que el peliazul frunciera el entrecejo

 

Después de una inservible resistencia por parte del menor respecto a dejar su trabajo a medias e irse a casa de los Kirishima, Yokozawa se encontraba en el auto junto con el castaño camino a los apartamentos.

 

*+*+*

 

Lo primero que hizo Kirishima fue llegar a la nevera por una cerveza, por su lado Yokozawa solo se quedó de pie fuera de la cocina observando como el castaño bebía de la lata, el mayor notó la mirada que se posaba sobre si y por un descuido derramó parte de su bebida en la camisa que vestía.

 

- Mierda –masculló el mayor a la vez que dejaba la lata en la mesa y veía  mancha de su camisa

- Ten más cuidado –Yokozawa entró en la cocina dispuesto a preparar la cena –será mejor que te la quites y la pongas a lavar –sugirió el menor, abrió la nevera observando lo que había dentro para saber qué es lo que prepararía, sacó unos vegetales y se dio la media vuelta para lavarlos cuando sonrojado solo pudo gritar –que estás haciendo!?

- Me dijiste que me la quitara y la pusiera a lavar – Kirishima se quitaba la camisa en medio de la cocina, botón tras botón con gran lentitud, sacó primero una mano de la manga para después seguir con la otra manga y quedar con el pecho completamente desnudo

- Si, pero no aquí! –exclamó Yokozawa mas que sonrojado

- Porque? Como, si ya me has visto cuando tu y yo…

-  Ya, mejor ve a echar eso en la lavadora y vístete –ordenó el menor dándose la vuelta para dirigirse al lavatrastos

 

Kirishima sonrió al ver el sonrojo en el rostro del peliazul y aprovechando que ya había abierto el grifo se acercó a él con el mayor disimulo posible, al llegar a un lado del menor le sonrió al ver al otro completamente sonrojado.

 

- Si tanto te apena que solo yo este así, permíteme dejarnos en iguales condiciones

 

El menor no entendió al inicio lo que decía el castaño pero la sorpresa fue enorme al sentir con el agua mojaba su cara y ropas. Kirishima había colocado su mano en la llave del grifo con el agua aun cayendo, lo cual provocó que la presión se hiciese presente salpicando agua por todos lados.

 

- Idiota que… crees que estas… haciendo! –trató de gritar el peliazul pero cada que abría la boca un poco de agua entraba en ella haciendo que la escupiese

 

- Parece que tu también estas mojado, anda quítate eso para ponerlo a lavar junto a mi camisa –dijo Kirishima cuando quitó la mano del grifo haciendo que el agua nuevamente cayera en un chorro

 

- Se puede saber por qué hiciste eso! Oye que estás haciendo? –El mayor se había acercado al oso y comenzó a desabotonar la camisa mojada

 

- Si no te la quitas podrías enfermar, recuerda que esta mojada –respondió Zen como si fuera lo más obvio del mundo

 

- Y de quién crees que es la culpa! –gruñó un poco nervioso el menor

- Takafumi deja de gritar tanto o despertarás a los vecinos –Kirishima sacó el ultimo botón del ojal y le sacó la camisa al menor, ambas mangas al mismo tiempo quedando las manos del castaño en la cintura del peliazul

 

Yokozawa veía como las gotas de agua que habían caído al pecho de Kirishima caían lentamente, desde su hombro bajaban y recorrían su pecho para después llegar al firme vientre y perderse en la correa del pantalón, al percatarse de lo que había pensado su rostro enrojeció por completo.

 

El mayor por su lado sonrió al ver el rostro del peliazul y dejando la camisa en una silla cercana besó los labios del menor con profunda pasión, tomando entre sus manos las caderas de Yokozawa y acercarlo más a su cuerpo.

 

- No se supone que querías que te preparara la cena?... suéltame –pidió un sonrojado Takafumi al ver como el otro le sonreía traviesamente

- Yo nunca dije que me prepararías la cena, dije que TÚ me darías la cena y la cena  será tu cuerpo

 

El menor enrojeció por completo, no solo de vergüenza sino también de coraje pues el castaño lo había engañado para llevarlo hasta su apartamento y seguramente…

 

- Te manchaste a propósito, verdad

- Quien sabe

 

Kirishima volvió a besar los labios del menor, acarició los mismos con su lengua paseándose por todo el contorno hasta que el menor abrió los labios y este comenzó a masajear la lengua del contrario, su recorrido iba por entre los dientes y labios para después enrollarla con la del otro.

Sus manos dejaron de estar en la cintura de Takafumi para bajar hasta su trasero y acariciarlo con posesión dando pequeños pellizcos, el menor soltó un pequeño jadeo al sentir como era tocado por el menor, hacia mucho que no lo hacían pues entre el trabajo y Hiyo no se les había presentado la oportunidad, por lo que con las manos de su pareja en sus nalgas y el movimiento de cadera que este hacia provocando que sus miembros se rozasen por sobre la tela le dejaban sin cordura para resistirse.

 

El menor dirigió sus manos al cuello del menor para poder besarle nuevamente, sus lenguas se rozaban y tocaban mientras que las manos del castaño ya no estaban en el trasero le menor, ahora se habían movido hacia el frente para sacar el cinturón y pantalones del peliazul, por su lado el menor  también fue directo al pantalón de Zen y lo desabrochó, ambos sacaron las prendas del otro dejándolos solo en ropa interior, en ese momento Kirishima guió a Takafumi hasta la mesa haciendo que este reaccionara recordando donde estaban.

 

- Aquí.. no –dijo el oso con una leva pausa para dejar salir un suspiro

- No tiene nada de malo –respondió el castaño lamiendo un pezón del menor

- Ahg no pienso mngh hacerlo en la co…cina –el mayor suspiró y besando nuevamente los labios del peliazul lo tomó por la cintura y con pasos torpes se dirigieron a la habitación

 

Mientras sus manos recorrían la espalda del mayor sintió como su espalda chocaba contra algo frio, la pared, Kirishima sonrió pues no se habían dado cuenta de la presencia del muro, volvieron a caminar con los ojos cerrados y siguieron su torpe caminar a la vez que la lengua del mayor tomaba la de menor lamiéndose entre sí.

 

A penas cerraron la puerta de la habitación el castaño  arrojó al peliazul a la cama haciéndolo caer de manera un poco brusca, Yokozawa quiso reclamarle pero todo intento se ahogó al sentir como el castaño se le colocaba encima sus pezones comenzaban a ser acariciados por las manos del mayor.

 

Hacia pequeños círculos sobre los pezones, los pellizcaba, estrujaba y después acercaba su lengua, los lamia y mordía hasta dejarlo completamente lubricados con saliva. Yokozawa soltaba gemidos reprimidos tratando de no hacerse oír cosa que provocaba más al mayor. Kirishima recorrió con su lengua desde el pecho del peliazul hasta llegar a sus hombros para después pasar hasta el cuello e ir subiendo hasta el mentón del menor y para donde los labios y lamerlos hasta que el otro dejó escapar un gemido por demás audible.

 

- Eso, déjame oírte –dijo con voz ronca y seductora el mayor

 

Yokozawa  frunció un poco el ceño su orgullo no le permitía dejar las cosas así por lo que aplicando suficiente fuerza girando sus cuerpos dejando a Kirishima de espalda contra el colchón y el sobre su cuerpo con sus piernas a ambos lados de la cadera del mayor. Zen se mostró al inicio un poco sorprendido pero después sonrió socarronamente cosa que molestó al menor y con un solo objetivo en mente comenzó a lamer el pezón izquierdo del castaño mientras movía sus caderas arriba-abajo sintiendo como el pene del mayor se restregaba contra su entrada.

 

Su lengua recorría todo el pecho del mayor, otorgaba sutiles mordidas, su meta era hacer gemir a Kirishima, cosa nada fácil pues este a pesar de que se veía en sus ojos el deseo solo le sonreía y cuando Yokozawa creía que por fin lo conseguiría el mayor se mordía el labio y después volvía a sonreír, pero el oso gruñón de Marukawa no se rendía tan fácilmente pues mientras su lengua se ocupaba el torso del mayor su mano se bajó hasta sus bóxers e introdujo la mano, detuvo el vaivén de sus caderas para que su mano derecha se ocupara del trabajo.

 

Kirishima disfrutaba del placer que se le era otorgado, el era consciente que mientras no mostrara alguna reacción el menor continuaría con su trabajo y como realmente lo disfrutaba utilizaba todo el acopio de sus fuerzas para resistir y así poder disfrutar un poco más de las caricias del menor.

 

Yokozawa comenzó con su dedo índice rozándolo a penas con el pene del mayor, hizo un pequeño recorrido desde la basa hasta la punta, sonrió al ver como el mayor cerraba los ojos, lo estaba consiguiendo, aumentó un dedo mas y la caricia se volvió un poco más marcada al ejercer un poco de presión, Kirishima se lamio los labios, ahora eran tres dedos los que recorrían todo el tronco, el mayor movió un poco sus caderas, fueron cuatros dedos los que se entretenían jugando con el miembro del mayor y este trataba de sonreír mas su mueca se vio interrumpida al sentir la mano completa del peliazul recorriendo todo su pene, Yokozawa quería hacerlo gemir y con el dedo índice comenzó a juguetear con la punta y su otra mano se ocupaba de masturbar por completo el miembro, Kirishima se mordía los labios y Takafumi hizo un poco de presión en la punta con su dedo índice y medio… lo había conseguido, Zen había dejado salir un audible gemido que hizo sonreír al peliazul y detener toda caricia.

 

El cuerpo sudoroso del mayor se movía agitadamente y al ver la sonrisa del menor dejo escapar un pequeño gruñido, tomó por los hombros al menor y dio vuelta a sus cuerpos dejando a Takafumi nuevamente de espaldas al colchón –Esta me la pagas –declaró el mayor y con ambas manos sacó los bóxers del peliazul dejando ver el erecto pene del peliazul

 

Sus manos tomaron el pene del mayor y con ayuda de su lengua comenzó a lamerlo, primero lo recorría desde la punta hasta base y hacia el mismo camino de regresó, su mano derecha se ocupaba de jugar con los testículos del menor y la izquierda sostenía el miembro mientras que su lengua se concentraba solamente en la base, Yokozawa sabía que lo que había hecho tendría consecuencias y ahora lo estaba pagando pues a pesar de su enorme voluntad los pequeños gemidos que salían de su boca luchaban por hacerse más sonoros.

 

Kirishima subió un poco más para engullir por completo el miembro del menor, metiéndolo y sacándolo de su boca y su mano izquierda se ocupaba de la parte baja a la vez que la derecha seguía jugando con los testículos y hacían un recorrido hasta llegar a la entrada del menor.

 

Lo sacó de su boca y utilizando la punta de su lengua jugó con la cabeza del pene de mayor, Yokozawa no resistió mas cuando sintió el primer dedo entrar y soltó un sonoro gemido que se convirtió en gruñido pues Zen había colocado su dedo en la punta evitando que se corriera.

 

- Te dije que me la pagarías –dijo sonriente dejando las caricias y comenzando a mover su dedo en el interior

 

Lo movía en círculos tocando las paredes del interior buscando algo en especifico –AHH! –Bingo! Había dado con ese punto, continuò empujando su dedo en el mismo sitio, deleitándose con los gemidos del menor, sintió como el cuerpo del peliazul de tensaba y volvió a colocar su dedo en la punta del pene del menor.

 

- Todavía no terminamos Ta-ka-fu-mi – dijo con voz grave e incitante el castaño

 

Introdujo el segundo dedo haciendo movimientos en circulo y tijera de un modo un poco apresurado pues su pene ya dolía y palpitaba por la excitación, metió y sacó una vez más sus dedos para después sacarse la ropa interior por completo.

 

- Abre las piernas –pidió el mayor con voz persuasiva el rostro de Yokozawa se encontraba completamente rojo e inconscientemente cerró sus piernas haciendo al otro sonreír –está bien lo haré por ti, osito lindo –susurró en su oído a la vez que lamia su lóbulo y tomaba las rodillas del menor para después abrirle las piernas

- No me llames ahhh! –Yokozawa dejó escapar un gemido al sentir el miembro del mayor dentro de su ano

 

Kirishima sonrió y las ansias por moverse crecían conforme los segundos iban pasando, una pequeña risa salió de sus labios al sentir como el menor comenzaba a mover sus caderas, tomando el control   Kirishima inició las embestidas de una manera suave y profunda, sintiéndose enterrado en la calidez y estrechez de su pareja realizó los movimientos más veloces y frenéticos.

 

Yokozawa sentía como entraban y salían de el con rapidez dando en el punto que le hacía perder la locura, estiró sus brazos para tomar por el cuello al castaño y darle un beso cargado de lujuria y amor, aun sostenido de los hombros de Kirishima, Yokozawa comenzó a moverse al mismo ritmo que Zen, daba pequeños saltos haciendo que el pene del mayor entrara aun más profundo, haciéndolo soltar sonoros gemidos en el oído del mayor.

 

Esos dulces gemidos eran música para sus oídos y al verle ladear un poco la cabeza aprovechó para lamer y succionar el cuello del menor, haciendo movimientos más veloces se posesionó de los labios del peliazul, su mano izquierda sostenía la cadera de Takafumi y la derecha comenzó a masturbar su pene.

 

Cada embestida, lamida y movimiento los hacían acercarse más al clímax, dejando ambos salir el más sonoro grito de placer donde Yokozawa llenó toda la mano del castaño y su interior fue llenado por el semen de Zen dejándolos sudoroso y la habitación impregnada del olor a sexo.

 

Kirishima salió del interior de Takafumi y dándole un besó suave en los labios le dijo –te amo –el otro respondió con la misma palabra dejándose caer en los brazos de Morfeo, habían tenido un día muy cansado y estresante, pero nada que una noche de sexo no pudiese solucionar. 

Notas finales:

Gracias por leer espero ver sus bellos comentarios

 

ok

 

 

bye,bye


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