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EL VALOR DE LA VIDA por crystalwall

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, solo los tomo prestados para hacerles sufrir

Notas del capitulo:

Hola les traigo una nueva historia que espero sea de su agrado, es un cuento épico que tiene de todo un poco, espero que lo disfruten

Esta es una historia dedicada con mucho cariño a Mary Kimura y a May de Escorpio que con sus ideas y su tiempo hicieron de este relato lo que llegó a ser y Chris Yagami que está haciendo la portada del fic, gracias amigas por toda su ayuda

Capítulo 1.- Sangre Real

 

Hace mucho mucho tiempo, en un lugar lleno de magia que solo existe en sueños, en una tierra fértil y llena de vida, había una vez un poderoso reino, Elíseo era su nombre y este reino era el mas rico de todas las tierras conocidas, la madre naturaleza había sido generosa con sus dominios ya que les había dado formaciones rocosas llenas de piedras preciosas, oro y plata además de fértiles campos y clima bendecido para la crianza de animales, Hyperión que era descendiente directo de los primeros hombres y provenía de una larga línea real que había gobernado esas tierras desde el principio de la humanidad era el nombre de su Rey, era un rey bueno que gobernaba con justicia y sabiduría pensando siempre en el bienestar de su pueblo, la paz era su mas preciado tesoro además de su hermosa Reina a la que amaba con todo su corazón

 

Una noche de tormenta el Rey Hyperión se paseaba nervioso por el salón adyacente a las habitaciones reales, su amada esposa estaba en labor de parto y ya se habían tardado mucho, fueron muchas horas las que su amada reina sufrió para poder traer a la criatura al mundo y toda la corte estaba impaciente al no tener noticias, el Rey Hyperión se había encomendado a todos los dioses, los antiguos y los nuevos rezando por la salud de su esposa y su hijo hasta que el llanto de una criatura se escuchó, el Rey entró a la habitación y la partera tenía en brazos a una hermosa niña de verdes cabellos y blanca piel, Hyperión sonrió al verla pero su corazón se hundió cuando volteó su rostro para ver a su esposa y la vio pálida como la muerte

- Amada mía… es una niña… - el Rey tomó a su hija en brazos y se acercó al lecho hasta arrodillarse junto a su esposa la que tenía la mirada casi apagada

- Mi Rey… debes… cuidarla… por mi… - la Reina Circe habló casi en un susurró y con mucha dificultad

- Mi Reina… se fuerte… no nos dejes… - el Rey al ver mas de cerca al amor de su vida y al notar su palidez y debilidad temió lo peor

- Ya… no… me queda… mucho tiempo… te amo Hyperión… te amo…

- Circe… Circe no…

Pero fue tarde… esas fueron las últimas palabras de la Reina que trató de sonreír por última vez y cerró sus ojos a la luz del mundo entregando su alma al creador, Hyperión abrazó a su pequeña hija mientras se rompía su corazón, él amaba a su esposa mas que a su vida misma, su pérdida fue terrible para él

 

A los dos días fue el entierro de la Reina, el pueblo entero la veló y luego en una de las procesiones mas grandes que se dieron en ese reino, la sepultaron, el Rey Hyperión jamás volvería a sonreír

 

El oráculo del Reino había solicitado ver a la niña, se acostumbraba que los pequeños al nacer sean llevados al templo mayor para que el sumo sacerdote les imponga las bendiciones y el nombre, el Rey pasado un mes de la muerte de su esposa aún no había acudido al templo con la niña, sus consejeros se lo insistían porque era costumbre hacerlo además la princesa aún no había sido nombrada y esto era altamente irregular

 

A regañadientes el Rey accedió y una tarde llena de sol acudió al templo con su pequeña en brazos, el sumo sacerdote le impuso las manos y marcó su frente con aceite, “Medea será tu nombre” dijo el anciano y acercó a la niña al altar del templo para presentársela a los Dioses, todo estaba transcurriendo con normalidad hasta que una de las vírgenes que servían en el templo se puso rígida, su cuerpo se contorsionó dolorosamente mientras sonidos guturales salían de su garganta, el Rey tomó a su hija de las manos de sumo sacerdote para protegerla pero antes de que pudiera salir del templo la muchacha habló en una voz profunda y ronca que no era la suya propia y dijo:

El invierno se acerca a estas tierras y traerá con él sangre y fuego

Un oscuro poder someterá este reino haciendo de los tronos un juego

Para salvar a nuestro pueblo hay que poner a salvo al heredero

Que llevará la sangre real y saldrá a la luz en el momento certero

El universo abrirá sus secretos a los ojos de aquel que verá el futuro

Y podrá salvar a nuestro pueblo de un sufrimiento seguro

Cada generación será mas fuerte y la magia lo mantendrá protegido

El cabello y los ojos verdes signarán el alma pura del elegido

Aquel que podrá cambiar el destino escrito llegará cuando acabe el invierno

Para así poder dar fin al dominio y a la crueldad del Averno

 

El Rey tenía los ojos muy abiertos y solo miraba con horror a la muchacha que se contorsionó una vez mas y cayó sobre su espalda en el frío piso de piedra, Hyperión miró a su pequeña Medea que estaba despierta en sus brazos, sus brillantes ojos verdes lo miraban inocentemente sin saber que la profecía dada empezaba con ella

 

***

El Averno… en las tierras del norte bajo una constante capa de nieve se levantaba un imponente castillo, Guidecca… este reino azotado por el frío y la nieve vivía en constante crisis, los alimentos escaseaban, los animales morían, el pueblo sufría, su Rey… el austero y decidido Urano tenía una idea fija en su mente, para salvar a su pueblo de la hambruna conquistaría al reino vecino del sur para lo cual eran ya varios años los que se habían dedicado a forjar armas y a entrenar a los hombres jóvenes súbditos, Urano había buscado alianzas con los reinos vecinos y al final la guerra fue inminente

 

Diez años… diez años de batallas y enfrentamientos resistió el Rey Hyperión hasta que no pudo mas y fue derrotado, Urano se sentó finalmente en el trono de Elíseo y se proclamó Rey de las tierras del norte y del sur, de la manera mas cruel Urano asesinó al Rey Hyperión y a todos los caballeros, los norteños tomaron posesión de las tierras fértiles a sangre y fuego, los habitantes del reino caído fueron esclavizados y un nuevo régimen se sangre fue implantado, el sumo sacerdote que permanecía en el templo mayor antes de morir dijo a sus captores:

- Disfruten ahora su conquista porque llegará el día que el trono volverá a sus verdaderos sucesores

- Explícate anciano – exigió uno de los caballeros en armadura que lo sostenía de su túnica y para obligarlo a hablar le puso una daga en la garganta

- Reclamen ahora este reino como suyo pero llegará el tiempo que la sangre exigirá justicia y la justicia será cobrada

- Valientes palabras… pero estás hablando de imposibles – el Rey Urano había entrado atrás de sus hombres para él mismo supervisar la destrucción del templo

- No… no son imposibles, los hijos del Averno no reinarán para siempre – el sumo sacerdote hablaba con una seguridad única que desubicó a sus captores, el jefe de la guardia optó por burlarse de él y ni tomar en serio sus palabras

- Bonitas palabras, pero la línea de sangre de Hyperión murió con él – esto era sabido, el rumor corrió por todos los reinos del continente, la esposa del Rey Hyperión  murió al dar a luz a su hija y la niña murió con ella

- Estás seguro? – preguntó el sumo sacerdote al caballero buscando sembrar en su corazón la duda con sus palabras

- Claro que si

- No… no murió con él, hay un heredero al que nunca encontrarás – dijo el sumo sacerdote con seguridad

- No hay herederos en Elíseo

- Te equivocas… te equivocas

- Mátenlo

 

El caballero de la guardia que sostenía al anciano levantó la mano para cortarle el cuello al anciano sacerdote que solo dijo casi en un susurro pero fue audible para Urano: “Medea”… el Rey se volteó para encarar nuevamente al sumo sacerdote pero ya era tarde, su caballero ya la había cortado el cuello acabando con su vida

 

Urano no podía creer estas palabras porque sus espías le habían dicho que la hija del rey que efectivamente se llamaba Medea había muerto poco después de que la Reina muriera trayéndola al mundo y que es mas, que el Rey Hyperión había ordenado enterrar a su hija junto a la tumba de su madre, ambas deberían estar, en teoría, en las catacumbas del castillo

 

Urano no confiaba en las palabras del sumo sacerdote pero la duda pudo mas en él y ordenó abrir la tumba de la Reina esperando encontrar dos osamentas, pero su sorpresa fue muy agria cuando solo encontró una, Hyperión había escondido a su hija en alguna parte del reino, Hyperión había decidido dejar crecer a su princesa lejos de él… pero por qué?, por qué haría algo así???

 

Todas las preguntas que el nuevo Rey de aquellos lugares pudo hacerse obtuvieron respuesta cuando sus caballeros encontraron varios rollos de pergamino en el Templo Mayor, en uno de esos rollos estaba escrita una profecía que hablaba sobre el dominio y la conquista del Averno y avecinaba el surgimiento de un heredero verdadero que tendría el don de ver el futuro, así que Urano puso todos sus esfuerzos en hallar a la niña que el mismo sumo sacerdote le había dicho que estaba escondida para asegurar el dominio de sus nuevas tierras

 

Por cielo y tierra buscó Urano a la pequeña Medea pero no pudo dar con ella, los años iban pasando y el poderoso Rey iba envejeciendo, cuando estaba en el lecho mortal le entregó la profecía a su hijo para que buscara la línea de sangre de los antiguos monarcas y acabara con ella para que la única línea real sea la del Averno, pero por muchas generaciones los herederos del Rey Hyperión permanecieron escondidos y no los pudieron hallar

 

Lo que al inicio fue una verdad innegable con el tiempo se volvió historia, luego leyenda y hasta mito, los herederos del Rey Hyperión y la profecía que llegaría el fin del Averno eran solo cuentos que se les contaba a los niños para dormir, pero… rumores corrían por el reino de que habían gitanos que iban de lugar en lugar adivinando la suerte y sanando a las personas con magia, rumores corrían de que había una joven con hermosos ojos verdes que podía adivinar el futuro con solo tocar tu mano, un grupo élite de la guardia real que estaba conformado por caballeros del reino fieles a las antiguas enseñanzas tenían como objetivo el comprobar si los rumores eran ciertos con la esperanza de encontrar aquel linaje de sangre que les había eludido por tantos años, nunca pensaron que los mitos fueran realidades y que un día como cualquier otro al fin encontrarían a los que buscaban…

 

En medio de la lluvia dos hombres se acercaban con paso apretado a un campamento gitano que estaba asentado en las afueras de la ciudad amurallada de Eden cerca del río, estos hombres aunque vestían ropa de campesinos e iban a pie se notaba claramente que ocultaban algo, su porte y actitud era de la nobleza o por lo menos eso fue lo evidente para los gitanos que los vieron acercarse con temor, uno de aquellos hombres tenía los cabellos azules y el otro era rubio, ambos tenían las manos callosas y porte elegante, al llegar al campamento se acercaron a una de las tiendas en donde estaba una anciana de pie fumando una pipa

- Buena señora… venimos desde el pueblo buscando a alguien que nos adivine el futuro o nos eche las cartas, nos podría ayudar? – el que habló fue el hombre de cabellos azules

- Y vienes del pueblo en esta lluvia? – preguntó la anciana mirando inquisitivamente al extraño

- Es que nos dijeron que aquí se decían las verdades, nos ayudará?, le pagaremos muy bien – acotó el rubio enseñando una bolsa que al parecer estaba llena de monedas, la anciana extendió la mano y el rubio caballero le entregó la bolsa entera, luego de abrirla y mirar su contenido la anciana mujer sonrió y dijo muy alegremente:

- Está bien… vengan conmigo… - la anciana tomó una capa que estaba guindada en su tienda y acompañó a los extraños un par de tiendas mas allá y los condujo dentro en donde una joven mujer de oscuros cabellos pero brillantes ojos verdes estaba sentada sobre una mullida alfombra con una niña de no mas de cinco años dormida en su regazo

- Abuela… - dijo la joven mujer mirando con intriga a la anciana que sonrió y puso la bolsa de cuero sobre una mesita

- Vienen buscando el futuro hija… caballeros esta es mi nieta Eleonora, ella podrá ver sus destinos

- Gracias…

- Siéntense por favor, abuela podrías tomar a Lilith?

- Claro hija… - la anciana tomó a la niña que la abrazó media dormida todavía y la tapó con una manta antes de llevársela de la tienda de su nieta, los extraños hombres miraban con curiosidad a la joven mujer, según aquel pergamino el heredero debería tener el cabello y los ojos verdes, esta joven tenía los ojos verdes pero el cabello negro, y la pequeña niña que dormía tenía los cabellos castaños, la anciana igual tenía los ojos verdes pero había algo en el tono de aquellos ojos que era diferente, eran ojos verdes que tenían destellos dorados, la joven mujer era muy hermosa y la gracia de sus movimientos hacían de ella algo muy especial

- Me permite su mano por favor? – Eleonora extendió su propia mano al hombre de cabellos azules que estaba distraído admirando la belleza de la joven por lo que extendió su mano confiado, la joven la tomó y cerró los ojos, cuando lo hizo arrugó el ceño, luego palideció y se estremeció, soltó la mano del extraño y se dispuso a levantarse pero el rubio fue mas ágil y la tomó del brazo haciéndole daño

- No… suélteme… déjeme ir…

- De dónde sacaste esto niña?, lo robaste? – el rubio descubrió el brazo de Eleonora dejando visible un brazalete de oro macizo con piedras preciosas, el peliazul si había visto el brazalete pero no entendía la actitud del rubio, si ella lo había robado no era su problema

- Es mío… es mío… - la joven repetía mientras intentaba zafarse del cruel agarre de aquel hombre que la miraba con los ojos muy abiertos

- Qué importa el brazalete? – preguntó el hombre de cabellos azules, el rubio giró dolorosamente el brazo de la muchacha dejando ver el antiguo escudo de armas del Rey Hyperión en el broche del brazalete, ahí fue que peliazul entendió y aún teniendo a la joven delante suyo no lo podía creer, las historias eran ciertas… las historias eran ciertas…

- La llevaremos al castillo, debemos presentarla ante el Rey – dijo el rubio jalando a la muchacha para sacarla de la tienda pero Eleonora no se iba a rendir sin pelear por lo que viciosamente arañó la mano del rubio, lo pateó como pudo y salió disparada de la tienda, los dos hombres salieron tras ella y afuera se encontraron con los gitanos que al escuchar los gritos de la muchacha se estaban empezando a organizar para dar fin a los intrusos

 

Los extraños que realmente eran caballeros de la guardia real se deshicieron de sus capas y adoptaron pose de pelea, de sus botas sacaron dagas y espalda con espalda se alistaron a defenderse de los gitanos, la lucha no duró mucho pues los refuerzos llegaron inmediatamente y en cuestión de minutos el campamento entero ardía en llamas

 

Eleonora había corrido a la tienda de su abuela y sin mayores miramientos había tomado a su hija en brazos y corrió lo mas rápido que pudo por el bosque, por generaciones lo había escuchado, las historias habían pasado de madres a hijas al igual que el legendario brazalete que estaba en su brazo, la joven de ojos verdes cargaba a su hija que se aferraba a su madre y lo mas silenciosamente que pudieron se adentraron en el bosque bajo la lluvia a lo lejos se veían las luces de la ciudad pero la joven madre buscaba una cueva en la que guarecerse, Eleonora sabía que si la encontraban nuevamente la matarían, a ella y a su pequeña Lilith

 

Mientras corría los músculos le gritaban en protesta, sus pulmones ya no podían mas, sus pies sangraban y el frío le llegaba al alma, solamente la esperanza de escapar la mantenía con vida, esa misma esperanza se le fue cuando escuchó el ladrar de los perros y los cascos de los caballos acercándose a ella…

 

Cuando los otros miembros de la guardia llegaron el caballero de cabellos azules que se llamaba Manigoldo tomó su caballo y la espada que sus compañeros le dieron y arremetió contra los gitanos, lo propio hizo el otro caballero cuyo nombre era Alone, por orden estricta de su Rey no dejaron a nadie vivo en aquel campamento, hombres, mujeres y niños fueron asesinados, aquellos que no murieron por la espada lo hicieron por el fuego, aún tenían la consigna de llevar a la joven mujer al castillo pero no la pudieron hallar ni a ella ni a su hija, lo mas probable era que esté intentando huir, así que con un emisario llamaron refuerzos y mandaron a traer a los perros de búsqueda, así la muchacha haya tenido algo de ventaja con el hecho de que iba a pie y con una niña en brazos no llegaría muy lejos y no se equivocaron porque la encontraron antes de que caiga la noche

 

Los caballeros de la guardia real rodearon a la muchacha que se llenó de desesperación al verse perdida, no tenía escapatoria, ni ella ni su hija, eso es lo que había visto al tocar la mano de aquel hombre que ahora montado en su caballo la veía con una mirada de triunfo en sus ojos

- Vendrás pacíficamente o te resistirás niña? – preguntó uno de los caballeros que vestía una negra armadura y al parecer era el jefe de la guardia, tenía los cabellos castaños y una mirada dura, Kaiser era su nombre y en efecto era el capitán de la guardia del Rey Ceo

- Déjenme ir… yo no soy nada, yo no soy nadie… - dijo la joven apretando contra su pecho a su pequeña que lloraba y se aferraba a su madre

- Eso es sujeto a comprobación, tómenla… - Kaiser habló con determinación lo que hizo que la muchacha intente huir nuevamente, varios caballeros desmontaron para impedírselo, dos la tomaron de los brazos y otros dos le arrebataron a la niña que lloraba desesperada al ser separada de su madre, Eleonora pateó, mordió, arañó e hizo todo lo que pudo para poder liberarse de sus captores pero fue sometida con facilidad por aquellos hombres los que al considerarla como una pobre débil mujer al tratar de amarrarla para subirla a uno de los caballos aflojaron su agarre en ella y Eleonora le pudo asestar un rodillazo en la entrepierna a uno de ellos que en retaliación la abofeteó con fuerza botándola al piso, los hombres reían al verla caída, pensaron tontamente que la joven ya se había dado por vencida y ya no se iba a resistir mas pero eso fue hasta que notaron que ya no se movía, Manigoldo fue el que se acercó a ella y comprobó con horror que en su caída una piedra puntiaguda se le atravesó golpeando fatalmente su cabeza

 

La joven sangraba y respiraba con dificultad, intentaba articular palabra pero no pudo hacerlo y en medio de un charco de sangre murió en medio del llanto de su hija y las miradas algo asustadas de los caballeros de la Guardia real, Manigoldo tomó el brazalete y el cuerpo de la joven, lo envolvió en una capa y lo subió a uno de los caballos, igual la tenían que llevar al castillo ante su Rey

 

Así fue como la pequeña Lilith fue llevada ante el que fue el palacio de sus antepasados, así fue que la niña de ojos verdes y cabellos castaños creció sin madre y esclava de aquellos que le arrebataron lo mas preciado para ella, así fue que la obligaron a casarse y tener descendencia al comprobar que ella al igual que Eleonora tenía el don de la visión del futuro y el Rey Ceo en su ambición de poder la utilizaría como arma en sus acciones de conquista, pero lo que nadie vio venir, lo que nadie pudo imaginar es que Lilith tendría en sus manos el poder de cambiar la historia porque así como en el pueblo del Averno conocían las leyendas y las profecías, de la misma manera de generación en generación en su familia habían pasado el conocimiento y sabiduría, Lilith sabía que la profecía estaba por cumplirse cuando su propia hija no heredó ninguno de sus talentos, Lilith sabía que la magia pronto llegaría con fuerza a sus vidas ahora que el heredero de la profecía se acercaba, Lilith lo había visto…, lo había visto en el agua, un hermoso niño de cabellos y ojos verdes vendría a acabar con su sufrimiento…

 

Notas finales:

Este es el prólogo, el niño de la profecía ya mismo llega al mundo

Muchas gracias por leer y nos vemos el lunes en el capitulo que viene, saludos, bye


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