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EL VALOR DE LA VIDA por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, aquí se ve qué pasó con Shura, a dónde va y quién va con él, espero que les guste lo que viene

Capítulo 24.- Camino al Reino de las cascadas

 

Shura se había quedado dormido al caer la noche, no había nada extraño en esa noche como cualquier otra noche, solo… en esa especie de celda improvisada, atado fuertemente de manos y pies a ese grueso tronco sin posibilidad de moverse, estos últimos días desde que la mitad de los ejércitos se habían ido su existencia era solitaria pero tranquila, nadie se acercaba a él además de alimentarlo, en esos días el fuerte guerrero estaba sumido en la desesperación y la incertidumbre, ese  muchacho… ese muchacho de cabellos y ojos verdes… lo que le había obligado a ver era terrible y no lo odia soportar, sería cierto?, sería ese el futuro de su príncipe???, de ser así él no lo permitiría, no lo permitiría…

 

Esa noche el guerrero de ojos negros despertó cuando escuchó el movimiento en el campamento, los soldados corrían de un lado hacia otro, había movimiento de los caballos, gritos y órdenes se podían escuchar por todos lados pero a él… a él nadie lo tomó en cuenta

 

Shura no supo que era lo que estaba pasando hasta que vio a través de sus paredes de palos como el cielo se iluminó cuando las flechas encendidas empezaron a caer en el campamento, no tardó en escuchar el sonido inconfundible de los caballos que entraban al ataque y los  gritos de guerra de sus compañeros del Averno, no tardó en ser encontrado y liberado por uno de los oficiales de Hades

- Amigo o enemigo? – había preguntado el soldado de negra capa al entrar a la celda de Shura

- Crees que si sería amigo de la alianza me tendrían aquí encerrado y atado?, yo sirvo a las islas de la muerte, mi Rey es Julián Solo que es aliado de tu Rey, libérame…

- Dónde están todos? – preguntó el soldado enfundando su espada y tomando su daga para cortar las amarras de Shura que agradeció en el alma el verse libre

- Escondidos en el bosque, los escucharon venir y hace mas de una hora que se movilizaron para allá, yo creo que es una trampa y deben salir de aquí lo antes posible – dijo Shura y en ese momento una explosión descomunal iluminó el cielo entero y por la fuerza en la que ardían las llamas parecía que el infierno mismo había abierto sus puertas y los tragaría a todos si no salían de allí

 

El muchacho que lo había estado ayudando cayó inconsciente pero había cortado las cuerdas de sus manos, así que Shura tomó la daga y cortó las cuerdas de sus pies, se levantó con algo de dificultad y al estirarse todos sus huesos sonaron, con un gran sentimiento de culpabilidad dejó a aquel muchacho que le había salvado la vida en ese lugar, tomó su espada, la daga y su caballo y sin esperar nada mas cabalgó hacia el sur con la intención de alejarse lo mas pronto del campo de batalla

 

En condiciones normales se habría quedado y con gusto se habría unido al ejército del Averno para acabar con sus enemigos pero… no… tenía que volver a casa, tenía que impedir el triste destino que había visto, no podía dejar que sangre de su sangre y carne de su carne sufriera lo que él había visto sufriría y a manos de su propio padre, el rostro amable y la expresión serena de Julián Solo engañaba a todos pero Shura conocía la verdad, bajo esa apariencia pacífica se encendía un hombre duro sin corazón, un hombre que había sido la perdición de su esposa, la Reina Marin había muerto en labor de parto pero porque ella se dejó morir, ni siquiera la alegría de haber traído al mundo a un hijo pudo salvarla de su destino, Shura había sido testigo de los sufrimientos de la reina, las humillaciones que tuvo que aguantar, los malos tratos y las largas temporadas en las que era ignorada por su esposo, solo su hermano le traía algo de paz… su hermano que ahora se dirigía a las islas de la muerte para salvar a su sobrino, Sorrento no correría la suerte de su madre, esta vez Shura lo impediría, esta vez lo salvaría, ese muchacho de dulce sonrisa era todo lo que le quedaba como recuerdo de su amada hermana y se jugaría la vida pero lo salvaría, se lo había prometido a Marin en su lecho de muerte y esa promesa la cumpliría… claro que lo haría…

 

***

Shun y Saga se vistieron luego de darse un último chapuzón en la pequeña laguna, caminaron tomados de la mano de regreso a la gruta, el Rey Defteros se sorprendió mucho cuando escuchó lo que Shun decía, esto no se lo habían esperado… un hijo de Kanon… un último recuerdo del hijo al que tanto había amado, Defteros estaba emocionado y asustado a la vez

- Estás seguro hijo? – Defteros hablaba directamente con Shun mientras le tomaba de ambas manos, este gesto sorprendió al joven

- Si su alteza, estoy seguro de lo que vi,  un hijo del príncipe Kanon viene en camino pero… el Rey Julián lo matará apenas nazca, lo siento mucho su alteza – Shun dijo esto con profunda pena

- Iremos por él, ya lo habíamos decidido y de ser este el caso no hay por qué cambiar los planes ahora – el príncipe Mu de Lorién había escuchado la historia, hasta que el muchacho de cabellos lilas habló Defteros no se había dado cuenta de lo obvio

- Mu… hijo yo… no se que decirte – Defteros caminó hasta el muchacho que le sonrió y ladeó su cabeza al responder

- Yo estaba honrado al ser el prometido de Kanon pero sabía que él no me amaba, nuestra unión era política, no dudo que con el tiempo lo hubiera llegado a amar porque era un hombre honorable pero… si él amó a otro y fruto de ese amor viene un niño en camino, yo no me siento ofendido, él no rompió su compromiso conmigo y hubiera cumplido de todos modos si no hubiera muerto, su alteza… yo iba a ir en esa misión y eso no ha cambiado, Kanon ya no está con nosotros pero si podemos poner a salvo a su hijo lo haremos, de que sirve esta alianza sino es para protegernos los unos a los otros? – Mu dijo todo esto con tono sereno y calmado, Defteros sonrió aliviado, este muchacho era en verdad excelente, sería un gran rey como lo eran sus padres, era inteligente y compasivo, hermoso y osado, Lorién quedaría en buenas manos ahora que Docko ya no estaba

- Gracias hijo… gracias – Defteros acarició la mejilla de Mu que sonrió y asintió, Shion a su lado sonrió también, Mu era todo lo que él pudo haber deseado de un hijo y mas que eso

- Cuándo saldrá el grupo de asalto? – preguntó Shaka de Virgia a la luz de los nuevos acontecimientos

- Al amanecer, el fugitivo  no debe estar lejos, el paso por las montañas es muy complicado, es fácil perderse en el bosque negro, y si no tomó el camino por el bosque negro la única forma de cruzar es por los acantilados, de cualquier manera tendrá que hacerlo a pie porque los caballos no entran por allí – dijo Dita señalando los lugares a los que iban en uno de los mapas que estaban extendidos en una gran roca

- Y lo alcanzaremos?, nos lleva un día de ventaja – dijo Mu estipulando lo obvio

- Si amigo, tu déjamelo a mi, lo alcanzaremos verdad Death Mask? – Afrodita miró a su general guerrero que hasta esos momentos había estado de pie y en silencio

- Si su alteza, mis perros no me han fallado hasta ahora – respondió aquel hombre al que Shun nunca había visto sonreír, su voz era grave y ronca, muy varonil y su expresión denotaba fiereza

- Bien… ahora debemos irnos, la hora se acerca – dijo Shaka refiriéndose a los funerales de los Reyes Asmita de Virgia y Docko de Lorién, los regentes asintieron y salieron de la gruta, sus generales ya estaban organizando el entierro de los muertos en una fosa común y preparándose para dejar el campamento lo antes posible, como había dijo Saga, la ciudad de Varanassi, Capital de Ilyria era su destino…

 

Al caer la noche todos los soldados se reunieron alrededor de dos piras funerarias que sobriamente habían sido construidas, la Reyna Hilda y el Rey Shion respectivamente sostenían las antorchas con las que encenderían el fuego, todos los regentes y sus ejércitos mostraron su respeto cuando el fuego fue encendido y con profunda tristeza vieron como las llamas consumía los cuerpos de los regentes caídos en combate, Shaka de Virgia sostenía con fuerza la mano de su joven esposa la que entendía el sufrimiento de su consorte, hace poco tiempo ella también había perdido a su padre…

 

Mu y Shion de Lorién también miraban el fuego sin poder evitar lágrimas que bajaron por sus blancas mejillas, los generales los acompañaban y el resto de las tropas también, esa noche fue muy emotiva y triste, Mu solo pensaba en la guerra y en que diera todo lo que tenía por poder abrazar a su padre una vez mas, solo una vez mas…

 

Mientras las llamas se consumían los preparativos para el grupo que perseguiría al fugitivo ya estaban listos, a la media noche el fuego se extinguió y Mu no había querido esperar al amanecer, por lo que los cuatro hombres designados montaron sus caballos y partieron rumbo al sur para bordear el lago y luego dirigirse hacia el este en dirección de las islas de la muerte, su destino era incierto pero… lo tenían que intentar, por el bien de todos tenían que traer con ellos al Príncipe Sorrento del Reino de las cascadas…

 

***

Shura cabalgó lo mas rápido que pudo con el sol como su guía, sabía la dirección en la que debía ir pero el camino del bosque negro que había decidido tomar le resultó por demás complicado, Shura sabía de la existencia de los dos caminos, el paso por los acantilados era el mas seguro y el más rápido pero eso lo dejaba visible y vulnerable por si lo seguían, el paso por el bosque era un poco mas demorado pero mas seguro, si no se perdía claro está…

 

Al tercer día Shura se dio por perdido, la espesa vegetación y la maleza le hacía imposible ver el camino, muchas veces tuvo que subirse a los árboles para volver a tomar dirección hacia el este, lo único bueno de este camino era que no le faltaba agua o comida, habían muchos animales, hongos y demás plantas comestibles en el camino, habían bayas rojas también que lucían muy apetitosas pero… podrían ser venenosas y morir estaba fuera de sus planes, él tenía que llegar a su sobrino en el castillo de las islas de la muerte…

 

***

Dita, Mu, Death Mask y Hyoga cabalgaron en el frío de la noche por el bosque negro, Death Mask conocía esos bosques como la palma de su mano y no le fue difícil encontrar con la ayuda de sus perros el rastro del fugitivo, al parecer Shura había dado muchas vueltas sin poder encontrar el camino pero los perros lo iban siguiendo, en esa parte no habían ríos o lagos en los que el fugitivo pudiera perder el rastro así que Dita y Mu estaban optimistas en su misión, estaban tres días en el bosque negro y los rastros que estaban siguiendo ahora eran rastros frescos, pronto darían con el fugitivo si las lluvias no lo arruinaban todo, hasta ahora los dioses les habían sonreído y no habían perdido el rastro ni una sola vez

 

Shura caminaba por inercia, se había dado por perdido hace mas de un día, por mas que había intentado no había podido hallar camino en esos bosques infernales, su caballo había huido espantado la noche anterior dejándolo solo, desprotegido y a pie, el pelinegro se negaba a morir pero no había mucho que pudiera hacer, la luz del sol casi no se filtraba por los frondosos árboles y Shura en este punto tenía la impresión de que había pasado por el mismo árbol muchas veces

 

Al anochecer del sexto día de caminata, el fuerte guerrero de las islas de la muerte se refugió bajo el cobijo de uno de los árboles mas grandes que encontró, estaba cansado y hambriento, mas que nada se sentía desmoralizado y con un sentimiento de pesar se quedó dormido escuchando los ruidos de los animales en el bosque, Shura agradecía a todos los dioses que hasta el momento no se había encontrado con lobos, osos o cualquier otro animal de esos, pero su suerte podría acabar pronto y ahí la daga y la espada que portaba podrían ser insuficientes para defenderse

 

Todo estaba tranquilo en los bosques y un silencio anormal lo rodeaba todo, Shura despertó asustado por la inusual quietud, el pelinegro apretó su  mano en la empuñadura de su espada y lentamente se incorporó, algo había escondido entre los matorrales que le rodeaba, el fuego que había encendido casi se había extinguido pero de cualquier manera el guerrero de las islas de la muerte tomó una rama gruesa que aún ardía, al levantar la improvisada antorcha vio un par de ojos que brillaban en la oscuridad, Shura dio un paso hacia atrás pero un gruñido que venía de sus espaldas le llegó al alma

 

El pelinegro se volteó y vio tres pares de ojos mas, lentamente los matorrales se empezaron a mover al dar paso a cinco descomunales lobos que caminaban lentamente y gruñían, habían encontrado una muy jugosa presa.  Shura desenvainó su espada y retrocedió hasta quedar de pie muy cerca de la casi extinta fogata, los lobos lo rodearon y caminaron en círculo a su alrededor gruñendo impacientes hasta que el mas grande de ellos saltó, Shura hizo todo lo posible por defenderse pero eran siete lobos contra él

 

El hábil guerrero mató a dos de ellos usando su espada, a otro le intentó quemar la piel con la improvisada antorcha pero eso no evitó que uno de ellos le mordiera la pierna, Shura gritó y maldijo del dolor pero el animal no lo soltaba sino que lo intentaba hacer caer, si lo lograba ahí los otros animales de su manada lo matarían sin remedio, Shura perdió la espada cuando uno de esos feroces animales lo mordió en el brazo, el guerrero de las islas de la muerte sabía que estaba perdido y en esos momentos su vida desfilaba por sus ojos hasta que el aire se cortó cuando una flecha vino desde el sur y se clavó en medio de los ojos de uno de los lobos, luego cayó otra flecha y otra y otra mas

 

Los lobos dejaron a su presa y huyeron lo más rápido posible, solo dos escaparon, los otros cayeron presa del ataque, Shura cayó al suelo y respiró aliviado hasta que vio llegar a sus salvadores, el guerrero de cabellos negros no lo podía creer, simplemente no lo podía creer…

- Nos hiciste perseguirte por todo el bosque pero al fin dimos contigo, feliz de vernos… Shura? – el que habló fue el príncipe Afrodita de Ilyria que montado en su caballo sonreía satisfecho, aún tenía el arco en sus manos, él había sido el hombre que dotado de una puntería de envidia lo había salvado

- Su alteza… si… estoy contento de verlo – dijo Shura desde el suelo dejando caer su cabeza y entregándose a la inconsciencia, Mu al verlo se bajó de su caballo y se acercó a él, el príncipe de Lorién tenía en sus manos su hacha y con el pie alejó de las manos todo lo que podría Shura utilizar como arma, Death Mask se bajó también de su caballo y encendió una antorcha en el fuego que estaba a punto de morir, al acercarla al fugitivo se pudo dar cuenta lo herido que estaba, si no lo atendían pronto moriría desangrado

- Hyoga pronto… trae agua – dijo Mu dejando de lado su hacha y corriendo a su caballo tomó un atado de cosas en las que habían algunos lienzos, ungüentos y demás productos para atender heridas, el príncipe Mu sabía a que lugar iban y lo mas probable era que alguno de ellos resultara herido, bueno… había que salvar al fugitivo si tenían esperanza de infiltrarse en el castillo del Rey Julián Solo…

 

Shura despertó con los primeros rayos de la mañana, se sentía algo extraño, cuando intentó moverse un dolor punzante en su pierna le devolvió a la realidad de su situación, no había soñado el ataque de los lobos ni tampoco había soñado el rescate de los príncipes de Ilyria y Lorién

- Quieto… la herida de tu pierna está bastante profunda, has perdido mucha sangre por lo que es preferible que estés quieto – era Mu el que se había despertado con el quejido del fugitivo, el príncipe de cabellos lilas le acercó una cantimplora con agua fresca la que Shura ávido bebió

- Gracias…

- Casi no llegamos a tiempo guerrero, fue muy útil el humo del fuego que encendiste, por eso pudimos encontrarte

- Pensé… pensé que iba a morir entonces… por lo menos quería morir abrigado – dijo Shura cerrando los ojos y moviendo de lado a lado su cabeza, su cuello emitió un leve crack que fue bastante audible

- No vas a morir Shura, hemos venido por ti – esta vez era Afrodita de Ilyria el que se había puesto de pie y se estiró perezosamente antes de acercarse al prisionero que lo miró y le sonrió al decir

- Recuerda mi nombre su alteza

- Claro que recuerdo tu nombre, casi matas a mis padres, créeme… tu nombre es una de las cosas que no olvidaré jamás – dijo el hermoso joven de cabellos celestes antes de caminar a su caballo y sacar una manzana de una de sus alforjas, Shura arqueó una ceja cuando Dita le dio la manzana y le instó a que la comiera

- Gracias… - dijo el pelinegro guerrero sin morderla, Dita sonrió y le dijo

- No está envenenada si es lo que estás pensando

- También pensaba eso pero… lo que en verdad me da vueltas en la cabeza es… por qué me salvaron?, por qué no dejaron que los lobos acabaran conmigo?

- No creas que no lo podemos hacer y la verdad todo depende de tu próxima respuesta, a dónde te estás dirigiendo Shura y qué vas a hacer cuando llegues allí? – fue Mu el que habló esta vez, sus ojos verdes lo estaban analizando, Shura no sabía como responder, si les decía lo que en verdad quería hacer lo creerían loco

- Y no nos mientas porque lo sabremos, ahora responde, a dónde estás yendo Shura y para qué? – dijo Dita agachándose hasta quedar en cunclillas delante suyo, el pelinegro guerrero de las islas de la muerte sintió como si se hubiera comido algo vivo y se estuviera moviendo en su estómago y eso no tenía nada que ver con su muy delicada situación, era Dita… esos ojos… esa boca…

- Voy a mi reino, regreso a las islas de la muerte – dijo Shura y eso era cierto, por eso había tomado ese camino

- Muy bien, para qué regresas allá y no te fuiste a reunir con Hades? – preguntó Dita mirándolo atentamente

- Hades no es mi Rey, es Julián Solo y yo solo a él sirvo, a él y a mi príncipe Sorrento, es por él que estoy volviendo, es por él que… tengo que llegar allá, por favor… no puedo volver a Ilyria, tengo que llegar a él – la desesperación era notoria en el tono de voz del guerrero de cabellos y ojos negros

- Por qué? – preguntó Mu entrecerrando los ojos

- Porque… porque… lo tengo que salvar, él está en peligro y yo… lo tengo que salvar, se lo prometí a su madre, tengo que llegar a él para comprobar si es cierto lo que… tengo que llegar a él – dijo Shura bajando la cabeza derrotado, se escuchaba a si mismo decir y ni siquiera él estaba convencido de sus palabras mucho menos podría convencer a otros, el fuerte guerrero se sintió vencido, Dita miró a Mu que asintió y sonrió, el oráculo había acertado por lo que el príncipe de Ilyria dijo al ponerse de pie

- Aún no salimos de Ilyria, vamos a acampar aquí un par de días para darle oportunidad a tu pierna de sanar, luego seguiremos el camino hasta el mar y con tu guía llegaremos a tu reino – el tono de Dita era tranquilo, Shura alzó la mirada confundido, había escuchado bien?

- Por qué?, por qué van a ayudarme?

- No solo tu quieres mantener a salvo al príncipe Sorrento, él es el futuro del reino de las cascadas, solo él podrá dar un mejor futuro a las islas de la muerte, en sus manos está el futuro y nos aseguraremos de que el heredero nazca, tu lo viste verdad? – dijo Dita muy seguro de sus palabras

- El oráculo… él les dijo…

- Si, él nos dijo y ahora con tu ayuda vamos a salvar dos vidas inocentes, estamos de acuerdo? – preguntó Mu al guerrero de ojos negros que se quedó quieto un momento y luego dijo con toda la solemnidad del caso:

- Si sus altezas, mi nombre es Shura de la casa de Capricornio del Reino de las Cascadas y si ustedes tienen la intención de salvar a mi príncipe, yo pongo mi vida en sus manos y juro servirles en todo lo que pueda, lo juro ante los dioses, los antiguos y los nuevos

- Muy bien Shura de la casa de Capricornio del Reino de las cascadas, yo Afrodita de Ilyria juro que si no nos traicionas y cumplimos con nuestra misión y volvemos a casa a salvo, tu siempre tendrás un lugar bajo mi techo y en mi mesa, todas tus ofensas serán perdonadas y podrás vivir en nuestro reino y servir a nuestra real familia si así te complace

- Si su alteza… gracias una vez mas…

- Bien… ahora descansa un momento, vamos a traer agua y a cazar algo, estos días a caballo han acabado conmigo, qué dices tu amigo? – dijo Dita palmoteando el hombro a Mu que asintió y dijo

- Venado, aunque no le diría que no a un conejo, tal vez encontremos hongos silvestres o bayas

- No no no, las bayas de estos bosques son venenosas, pero hay moras silvestres que son dulces  - dijo Death Mask advirtiendo a los príncipes que lo miraron y asintieron, lo bueno es que no habían tomado bayas hasta ahora y gracias a Death no morirían envenenados

 

Dita y Mu se alejaron caminando tranquilamente por la maleza, Death Mask fue con ellos dejando a Hyoga al cuidado del ex fugitivo, el rubio se dedicó la mañana a cambiar los vendajes luego de lavar sus heridas, Shura cerró los ojos y durmió, esta vez con tranquilidad, si los príncipes de Ilyria y Lorién ayudaban a salvar a su sobrino, su vida y su servicio era poco para él, si por tantos años se había mantenido fiel y leal al Rey Julián Solo era por Sorrento, Sorrento lo representaba todo para él, y por él sacrificaría su posición y propiedades, por él sería llamado traidor, por él… aunque… eso no era del todo cierto, estar cerca del príncipe Afrodita de Ilyria también lo valía…

 

Notas finales:

Ahora ya sabemos las razones de Shura para defender y arriesgar su vida por Sorrento, también sabemos la importancia de Shura en la tierra de las cascadas, Shura no es solamente un guerrero, es algo mas

Muchas gracias por leer y nos vemos el viernes en el capítulo nuevo que tiene mucho romance y aventura, el capítulo se llama: "Los opuestos se atraen"

Cuidense mucho, saludos, bye 


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