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EL VALOR DE LA VIDA por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo, aquí vemos como va la travesía de Dita y Mu

Espero que les guste lo que viene

Capítulo 27.- Aliados inesperados  

 

Dita bajó la posición defensiva cuando los hombres de Bian lo hicieron, ante la orden de Shura todos salieron rumbo al bosque a detener la pelea y al poco tiempo volvieron los que se habían ido con un grupo de 15 soldados, no había habido bajas que lamentar salvo Mu que tenía un corte no muy profundo en el brazo, Hyoga se había caído y se había torcido el tobillo por lo que estaba cojeando y DM le estaba sirviendo de apoyo al caminar

 

Mu llegó al lado de Dita que estaba tenso, Shura estaba hablando con Bian que al parecer era el comandante de esa unidad, el castaño tenía el ceño fruncido y meneaba la cabeza, Shura hablaba con vehemencia y gesticulaba, Dita tenía la impresión de que el pelinegro no estaba haciendo un buen trabajo al explicar las razones que tenían de estar allí, una cosa es decir que habían escuchado al oráculo y otra cosa muy diferente era verlo en persona y escuchar el convencimiento con el que ese muchacho de ojos verdes hablaba

 

Finalmente habían llegado a un punto muerto en la discusión porque Shura caminó de vuelta a donde estaban los miembros del ejército de la alianza y les dijo:

- Listo, nos ayudarán

- Estás seguro de que no nos traicionarán? – preguntó Dita mirando al grupo de soldados que los seguían mirando con aprensión

- Si… confío en ellos con mi vida – respondió Shura con convencimiento

- Confías en ellos con nuestras vidas? – preguntó Dita algo inseguro, el hecho de que ellos sean hombres fieles de Shura no era garantía que ellos estuvieran a salvo también, a la final eran guerreros de las islas de la muerte, sus enemigos…

- Si mi príncipe, yo nunca arriesgaría su vida, se lo demostré o no? – contestó el pelinegro mostrando su brazo que ya estaba vendado

- Es cierto, espero no equivocarme contigo

- No se equivocará, si su objetivo es poner a salvo al príncipe Sorrento no habrá ningún problema entre nosotros, mis hombres están a su disposición así como lo estoy yo – dijo solemnemente Shura tomando una cantimplora con vino que uno de esos hombres le dio, el pelinegro bebió un trago y se lo pasó a Dita que lo tomó e hizo una mueca, el vino estaba fuerte, él estaba acostumbrado a un sabor mas refinado, Mu lo probó y le pareció lo mas delicioso que había tomado, DM no lo tomó y Hyoga se lo acabó

- A dónde vamos ahora? – preguntó Mu al ver a uno de los hombres que llegó con un bulto de ropas que se veía algo pesado, ellos estaban viajando en ropas comunes porque querían pasar desapercibidos pero ahora que les entregaron uniformes del ejército del Reino de las cascadas en verdad les pareció la mejor manera de viajar, así que en ese mismo lugar se cambiaron de ropa y cuando ya estuvieron ataviados con aquellos uniformes emprendieron la marcha hacia el campamento que seguramente los esperaba, esto era peligroso, si alguien los reconocía los mataría, a Shura se lo acusaría de traición y sería la horca para él, para Bian y sus hombres

 

Bian lideró el camino dejando a la mitad de sus hombres custodiando el camino dando cumplimiento a las órdenes dadas por los altos mandos, Shura dijo que necesitaba viajar de incognito y por eso nadie debía saber quien era él, supuestamente era prisionero de la alianza o lo creían muerto y muerto debía quedarse si quería tener éxito en el plan

- Qué diablos hiciste? – Mu estaba agachado al filo del arroyo al final del día lavando su rostro, habían cabalgado por muchas horas y el joven príncipe de Lorién estaba cansado, sediento y algo mal humorado pero al ver a su amigo Afrodita una sonrisa le vino al rostro

- Necesitamos pasar inadvertidos Mu, tu también deberías hacerlo

- No no no, no es mi estilo – negó el muchacho de cabellos lilas meneando la cabeza y poniéndose de pie

- Los soldados lo hacen, solo las personas de la nobleza lo llevan como lo llevas tu, créeme es lo mas seguro para todos así que no te hagas el estrecho y hazlo, no me queda bien acaso? – dijo Dita pasando una mano por sus ahora cortos cabellos celestes, se los había cortado a la primera oportunidad que había tenido, ahora podía esconder su cabello bajo el casco sin ningún problema, nadie lo vería dos veces porque su cabello siempre había atraído miradas y era el mismo caso de Mu que frunció el ceño y aceptó a regañadientes, sabía que Dita tenía razón pero no le agradaba la idea

- A mi padre no le va a agradar – Mu caminó con Dita hasta la tienda que compartirían esa noche, DM la había armado y al ver a su príncipe arqueó una ceja

- No me digas nada que tu me diste la idea – dijo el príncipe de Ilyria a su guerrero que sonrió disimuladamente al responder:

- No pensé que me haría caso su alteza

- Y esa es otra cosa, no nos puedes llamar su alteza ahora, no podemos llamar la atención o eso nos costará nuestras vidas, pásame esa navaja – DM asintió y reconoció que su príncipe tenía razón, su trato debería ser menos formal ahora, era cierto que estaban entre amigos pero de cualquier manera era preferible ir por lo seguro, DM pasó la navaja a Dita que hizo sentar a Mu en el suelo y empezó a cortar su cabello de la misma forma que lo había hecho en si mismo, Mu fruncía el ceño como si le doliera, DM solo los miraba con expresión divertida, cuando Dita terminó Mu se sentía incompleto, él había llevado el cabello largo toda la vida y ahora al sentir sus cabellos cortos pues… era un cambio, DM no les estaba prestando mucha atención hasta que Dita dijo:

- Listo… estás perfecto amigo

- Lo que sea… - dijo Mu poniéndose de pie, DM tenía la montura de su caballo en las manos la cual se le cayó cuando miró con detenimiento al joven de cabellos lilas, el nuevo corte de cabello le quedaba espectacular, sus nuevos mechones cortos enmarcaban su rostro de una manera muy hermosa y sus ojos verdes resaltaban mucho mas

- Lo siento… - dijo DM al darse cuenta que estaba mirando a Mu con la boca abierta, Dita sonrió de medio lado y meneó la cabeza, su general guerrero era tan sutil como una piedra en pozo, era mas que obvio que algo había entre ellos dos especialmente porque Mu volvió a pasar sus manos acariciando su cabello tratando de acomodarlo, este gesto era inconsciente, Mu lo hacía cuando estaba nervioso y Dita lo sabía muy bien

- Mañana llegaremos al campamento, por todos los dioses, mi príncipe… se ve… vaya… - Shura había entrado a la pequeña tienda de campaña y miró habló antes de fijarse en los dos príncipes que estaban de pie en la estancia con sus cabellos cortos

- Crees que pasaremos inadvertidos? – preguntó Dita señalando su propia cabeza

- Si su alteza, creo que si, se ve… muy bien – el guerrero del reino de las cascadas tragó saliva, Afrodita de Ilyria era uno de los hombres mas hermosos que había visto en su vida, pero ahora con los cabellos cortos ese aire sensual que lo rodeaba siempre se había acentuado aún mas, se lo veía mucho mas varonil y fuerte, hermoso sin duda pero había algo mas, era como si este joven tuviera un imán en la sangre porque el corazón de Shura empezó a latir con fuerza en especial porque sintió como su hombría se endurecía por el simple hecho de estar cerca de Dita que lo miraba y le sonreía llevándose una mano a su cabello para acomodarlo, Shura se quería morir… era demasiado lo que estaba viendo y esa incomodidad en sus pantalones era como una dulce tortura, necesitaba un baño de agua fría con urgencia…

- Bien, entonces si llegamos mañana al campamento, de ahí a dónde vamos?, nos separamos del grupo o que hacemos, el objetivo es llegar a las islas de la muerte – dijo Dita sacándose la capa y poniéndola en el suelo cerca de la hoguera que ardía en la pequeña estancia

- Ya lo tengo arreglado, un grupo de soldados regresará al castillo principal porque las fuerzas aliadas acabaron con nuestra flota que iba a atacar el puerto de Kafrin, el objetivo era apoderarnos de los esclavos de ese pueblo y hacerlos parte de nuestro ejército pero el enemigo se nos adelantó y nos aplastó, esa batalla fue perdida y eso que la comandó el mismísimo Rey Julián Solo, él no había perdido nunca una batalla y está regresando a casa, por eso pidió refuerzo extra en la ciudad porque teme un ataque – explicó Shura y Dita compartió una sonrisa cómplice con Mu, Shura los miró y no entendió las razones para ello por lo que preguntó: - Dije algo?

- No… lo que pasa es que esa victoria se la debemos al oráculo del Averno, él los vio venir y nos avisó con tiempo, Death Mask organizó el ataque y liberó a los esclavos, los ganó para nuestra causa y ese es el ejército que luego de vencer al de tu Rey se dividiría como apoyo a los tres frentes que estamos resguardando – explicó Dita con naturalidad, su General guerrero había hecho una excepcional labor, él había ganado la ciudad y reclamado el ejército y cuando todo estuvo consumado dejó todo encargado a Alberick, su oficial mas antiguo, y Death Mask volvió con sus regentes inmediatamente

- El oráculo?, vaya… ese muchachito es de temer – dijo Shura estremeciéndose visiblemente al recordar la visión que lo atormentaba todas las noches y no le dejaba dormir

- Muy útil aunque no siempre acierta, tiene su mérito pero no es infalible – dijo Mu recordando las terribles consecuencias de aquella batalla en la que perdieron muchas vidas, el oráculo se había equivocado esa ocasión

- No siempre acierta?, es eso posible? – preguntó Shura muy sorprendido

- Pues si, el oráculo nos dijo que Hades iba a construir un puente en uno de los pasos de los acantilados de las montañas nubladas, nos dio al ubicación exacta pero cuando llegamos allí no había nada, restos de un campamento que había estado allí pero muchos días antes, Hades si construyó un puente pero no lo hizo al norte, lo hizo al sur, nos dio la vuelta y atacó el campamento – explicó Mu al ver la cara de confusión de Shura

- Eso no puede ser, yo estaba presente y escuché claramente las instrucciones del Rey del Averno a sus dos generales y le dijo que sus hombres ya estaban construyendo el puente en aquellas colinas, en donde les dijo el oráculo que estaría, yo lo escuché!!!

- Pues no, o cambió de parecer sobre la marcha o algo extraño pasó ahí porque nos sorprendieron y perdimos la mitad del ejército además de la vida mi padre, del Rey Asmita de Virgia y de casi todos los generales que allí se encontraban, es cierto que las bajas del ejército del Averno sufrió bajas considerables pero… fue un empate sangriento o una amarga victoria, como lo quieras ver – contestó Mu sin desmerecer las palabras de Shura

- Es muy extraño en realidad, lo del oráculo me refiero, pero no nos vamos a desvelar por eso, tenemos que descansar porque mañana será otro día agotador – dijo Afrodita levantando los brazos para estirarse, estaba cansado por la cabalgata y quería dormir en ese punto, la cena le había parecido extremadamente sencilla y tenía un poco de hambre pero no había nada mas que comer, inconscientemente se llevó una mano a su plano vientre y lo acarició suavemente, Shura lo vio y sonrió, de dentro de sus ropas sacó un racimo de uvas que uno de sus hombres le había dado y se lo entregó a su príncipe diciendo:

- Espero sean de su agrado, un postre para compensar la sencilla merienda, la vida de los soldados no es fácil pero tiene sus satisfacciones – el muchacho peliceleste tomó las uvas y las miró sorprendido, Shura sonrió significativamente y salió de la tienda

- No se hasta que punto sea bueno confraternizar con el enemigo Dita – dijo Mu como quien no quiere la cosa mientras se sentaba en la pequeña cama de paja para sacarse las botas

- No estoy confraternizando con el enemigo – dijo Dita todo ofendido

- Y no te gustaría hacerlo? – preguntó Mu con una sonrisa, Dita meneó la cabeza y le lanzó una uva a su amigo pero no le respondió, cuando ya se acostaron y la luz de la pequeña estancia se había apagado, Dita miraba al techo de la carpa y pensaba en las palabras de Mu dándose cuenta de lo obvio y reconociendo que si, si le gustaría confraternizar con el enemigo…

 

Los días de cabalgata que siguieron pasaron sin novedad, los infiltrados cabalgaban cerca uno de los otros pero no demasiado cerca, los hombres de Bian no sabían a ciencia cierta quienes realmente eran ellos, pero era claro para cualquiera con ojos que los acompañantes del capitán Shura eran jóvenes de casas nobles de los reinos de las fuerzas aliadas, eso no había representado un problema, hasta ahora por lo menos

 

Shura cabalgaba siempre en la retaguardia para evitar sorpresas, ahora estaban cruzando los llanos una vez que salieron del bosque negro, en esas partes les había llegado el reporte que grupos algo numerosos de las fuerzas aliadas patrullaban esos sectores pero los dioses fueron buenos con ellos y dos veces evitaron cruzarse en su camino gracias a los hábiles vigías de la tropa de Bian

 

Cuando llegaron al puerto se sintieron libres de peligro, allí les esperaban tres barcos con toda la tripulación lista para llevarlos a las islas de la muerte, los barcos en cuestión estaban en alta mar y no eran visibles desde la costa, Dita y Mu si se habían preguntado cómo diablos iban a llegar a ellos pero la respuesta se dio cuando llegaron al puerto de Lys, en este puerto en una de las bodegas habían mas de cien pequeños botes de remos, las tropas habían venido en ellos y los habían guardado en este lugar, Dita también se sorprendió cuando ahora ataviados con ropas ordinarias, los soldados fueron tranquilamente por las calles y plazas del puerto vendiendo los caballos que antes habían comprado y adquiriendo provisiones de todo tipo para el viaje de regreso a las islas de la muerte, al parecer esto era sumamente común y era su modo de vida usual, algo tan simple y tan peligroso a la vez

 

La simpleza de la situación sorprendió al príncipe de Ilyria, este era un puerto libre y de eso no había duda pero era obvio que los soldados eran extranjeros, eso no impidió que los mercaderes hicieran negocios con ellos y aceptaran sus caballos y demás mercancías a cambio de dátiles, frutas y vegetales

 

Esa noche la pasaron en una de las posadas del puerto y por primera vez Mu y Dita vieron con sus propios ojos como era la vida de la gente común y corriente, los soldados bebían y cantaban en la taberna haciendo atenciones a las muchachas y muchachos que trabajaban allí, algunos de estos jóvenes lugareños estaban sentados en las piernas de los guerreros y reían con ellos mientras coreaban las canciones que entre el bullicio se escuchaban y los temas de conversación eran en verdad variados, iban desde las historias de sus feroces hazañas hasta los corazones que los guerreros habían roto en el camino, simpre había una bella muchacha o un hermoso joven protagonista de sus cuentos, en la taberna mas de uno de los jóvenes que allí trabajaban había ido a las habitaciones con los soldados y hasta la planta baja en donde estaban el resto de guerreros se podían escuchar gemidos descarados y gritos de placer que provenían de las habitaciones en el segundo y tercer piso

 

La comida estuvo deliciosa y luego el ambiente se llenó de música y baile, era como una fiesta en la que primaba la buena vibra, las risas, el licor y el baile, Mu estaba tomando vino y por primera vez en su vida no se contenía en la cantidad que estaba consumiendo y tampoco le importaban los modales y todo lo que sus mayores le habían enseñado, si su padre lo hubiera visto en estas condiciones le hubiera dado un infarto, además de que el joven príncipe estaba hablando con Death Mask que no estaba bebiendo nada y los dos en un rincón se mantenían hasta que Mu lo jaló al centro de la estancia y se unieron a los que bailaban

 

Mu casi se cae un par de veces pero Death Mask lo sostenía hasta que el joven de cabellos lilas cortos no pudo mas y abrazó al fuerte guerrero de Ilyria y le dijo:

- Mi mundo da vueltas…

- Es el vino Mu – dijo Death Mask sosteniendo al joven de la cintura y llevándolo paso a paso y lentamente hacia las habitaciones, Death Mask iba a acostarlo para que descanse, el día de mañana zarparían y no podía ir así

- Si es el vino, por qué todo da vueltas menos tu?

- No lo se, el vino tiene extrañas consecuencias – contestó DM en tono calmado, Dita los miró y su guerrero solo le hizo una seña al prácticamente cargar a Mu para subir las escaleras

- No es el vino… eres tu…

- Está bien alteza… soy yo…

- No me digas así, llámame por mi nombre – dijo Mu con cansancio, él había insistido mucho los últimos días para que Death lo llame por su nombre y no lo había conseguido del todo

- Lo haré, pero vamos que usted tiene que descansar, eso es… - Mu en contra de su voluntad subió las escaleras a tropezones ayudado de Death Mask que lo sostenía, cuando entraron a la habitación en la que dormirían los dos príncipes con sus dos guerreros, DM acostó a Mu en una de las camas y lo acomodó en medio de ella sobre las almohadas, se agachó para sacarle las botas y en eso estaba cuando Mu se incorporó torpemente y le dijo:

- Me gustan tus ojos, te lo dije alguna vez?

- No Mu, no me lo había dicho

- Ven mas acá, déjame verlos mejor

 

 Mu estiró la mano tratando de tomar la mano de Death Mask que se sentó casi a la altura de Mu que tomó su rostro entre sus manos y ladeó la cabeza, acarició suavemente con los pulgares las mejillas del guerrero y luego se acercó lentamente hasta unir sus labios en un beso, el corazón de Death Mask empezó a latir con violencia pero no se apartó, el dulce y suave beso que Mu le estaba dando llenó completamente sus sentidos, en la penumbra el beso se fue profundizando, Mu abrazó a DM por el cuello para atraerlo mas hacia su cuerpo y se fue recostando en el lecho, DM lo abrazó también y se acomodó junto a él mientras lo acariciaba suavemente, sus manos bajaron por el pecho del muchacho que se estremeció por este toque y se arqueó en la cama…

 

***

Dita estaba en la planta baja tomando su vino, sentado junto a Hyoga que no estaba tomando nada, ambos veían entretenidos la pelea entre dos de los soldados, ambos hombres se estaban agarrando a puñetazo limpio haciendo sus mejores esfuerzos por matarse, sus compañeros alrededor reían y apostaban al ganador, el hermoso joven de cabellos cortos celestes dirigió su mirada a las escaleras, DM había subido con Mu hace algún tiempo y ninguno de los dos había bajado… bueno…

 

Los soldados que estaban peleando en el centro de la estancia cayeron estruendosamente sobre la mesa de Dita y Hyoga que solo avanzaron a levantar sus jarras de vino para que no fueran destruidas porque la mesa colapsó con el golpe, cuando se levantaron los dos soldados tomaron de vuelta su posición defensiva pero se miraron, se rieron, se abrazaron y aceptaron dos nuevas jarras de vino y las bebieron ávidos, Dita meneó la cabeza sin poder creerlo y reía también, tomó lo último de su jarra de vino y a lo que bajaba la cabeza vio a Death Mask que pasaba hecho una furia por un lado del salón y salía por la puerta principal, Dita iba a seguirlo pero Shura llegó con otros dos soldados con una mesa nueva, el pelinegro tomó una de las sillas y se sentó a charlar con los dos jóvenes

- Espero que sepan remar, el camino es algo largo y lo siento pero tendrán que remar

- No hay problema, remaremos – dijo Dita y alzó su jarra de vino, Shura hizo lo mismo y chocaron las jarras, Shura habló por mucho rato de sus viajes en el mar, de cuando era niño y su padre le enseñó a navegar, de su hermana y lo mucho que la amaba, de sus años de milicia y su juramento de servicio como uno de los guardias personales del rey y jefe de las tropas de las islas de la muerte

- … y así fue que me encomendaron apoyar al pequeño grupo que se infiltró en el campamento de las fuerzas aliadas, así fue como lo conocí a usted

- Vaya, has tenido una vida muy interesante, pero en todo esto hay algo que no entiendo, si juraste lealtad al rey Julián Solo, por qué el empeño de ayudar al príncipe Sorrento?

- No se lo dije ya?

- No… la vez que hablamos de él estuvimos de acuerdo en salvar dos vidas inocentes y en que Sorrento es el futuro para el pueblo del reino de las cascadas pero… no entiendo, tu fidelidad no es para el rey del reino de las cascadas?, por qué proteger el príncipe convirtiéndote en un traidor?

- La sangre es mas espesa que el vino y en este momento la sangre y el honor me atan, tengo que salvar al príncipe a como de lugar

- Sangre? – preguntó Dita arqueando una ceja

- El príncipe Sorrento es el hijo de mi hermana, la Reina Marin era mi hermana, Sorrento es la única familia que me queda y por él, por él daría la vida – explicó Shura finalmente, Dita alzó su copa otra vez y dijo:

- Por la familia…

- Por la familia!!!!!

 

Esa noche cuando Dita entró a la habitación que compartiría con Mu, Hyoga y Death Mask, encontró a Mu profundamente dormido en una de las camas, la luz de una pequeña vela que estaba a punto de extinguirse era lo único que iluminaba el salón, Mu estaba prácticamente desparramado en el pequeño lecho, sus botas estaban al pie de la cama y el muchacho de lilas cabellos estaba completamente vestido salvo por su capa que estaba caída en el piso

 

Dita se deshizo de su propia capa y se acostó a dormir junto a Mu acomodándolo mejor en la cama, Hyoga se acostó en la otra cama pero durmió solo porque Death Mask no llegó en toda la noche, a la mañana siguiente a lo que despertaron Mu se sentía descompuesto, le dolía todo y tenía una sensación de mareo que no podía con ella, nunca antes en la vida había tomado tanto vino y los excesos le estaban pasando la factura, de cualquier manera se levantó, se aseo y se vistió, cuando bajó ya todos los soldados estaban en medio del desayuno pero el joven de cabellos lilas al oler la comida le vinieron arcadas y corrió afuera para evitar mas espectáculos, al salir y respirar aire puro se sintió un poco mejor y decidió caminar, bordeó la posada para ir a ver a los caballos que estaban en los establos y allí encontró a Death Mask que estaba profundamente dormido en el heno, al recordar lo que había pasado la noche anterior el joven príncipe se quiso morir otra vez, nunca… nunca en toda su vida se había sentido tan humillado…

 

Notas finales:

Qué pasó entre Death y Mu para que Mu se sienta tan humillado?, será que pasó lo inevitable?, nos vemos en el próximo capítulo el viernes que se llama: "Los infiltrados", en donde seguiremos con el viaje de Dita y Mu, Saga y Shun tendrán que esperar hasta el lunes

Muchas gracias por leer, nos vemos en el capitulo nuevo, cuidense mucho, saludos, bye 


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