Capítulo 29.- El bosque negro
Shun caminaba por un prado lleno de flores, era un día claro en el que el sol brillaba, los pájaros cantaban y a lo lejos se podía escuchar el sonido del agua correr en un río, Shun estaba solo pero se sentía muy bien, un sentimiento de felicidad lo embargaba y caminaba distraído mirando las flores, el verde pasto se pintaba de todos los colores con las flores silvestres, pequeños conejos saltaban de aquí para allá disfrutando del día cuando de pronto todo se quedó estático, era como si todos los sonidos de la naturaleza hubieran sido puestos en pausa
Shun levantó la mirada al cielo y vio como a lo lejos se formaba una tormenta, el cielo se oscureció y un rayo lo iluminó todo por unos cuantos segundos, Shun se quedó de pie en donde estaba, una gota de agua le cayó en la mejilla derecha, luego otra en la frente, luego otra en su otra mejilla, cuando Shun empezó a correr buscando un sitio donde guarecerse un diluvio caía con fuerza empapándolo todo
Las flores de colores habían desaparecido y ahora Shun se vio rodeado de rosales, interminables rosales pero estas rosas eran diferentes, eran rosas negras, muy hermosas pero el joven peliverde al verlas le embargó un sentimiento de desesperación, a lo lejos pudo ver la luz de una fogata por lo que corrió hacia allá, había una tienda de campaña en medio de maleza y enredaderas, el suelo estaba lleno de piedras cortantes y sus pies sangraban pero Shun debía entrar en aquella tienda, debía entrar
Afuera de la tienda estaba un anciano que vestía harapos y estaba sentado en una piedra, en su mano tenía una especie de bastón que Shun pensó estaba hecho de huesos, el anciano le mostró una siniestra sonrisa sin dientes y con su bastón le mostró el camino hacia dentro de la tienda, al entrar Shun tuvo que parpadear algunas veces, había mucho humo y un fuerte aroma dulzón que lo impregnaba todo, dentro de la tienda habían muchas personas, todos tenían un tono de piel canela y curtido por el sol, todos vestían ropas de cuero sin cutir, tenían largas cabelleras trenzadas y no usaban ningún tipo de calzado, ellos estaban tomados de las manos y cantaban algo en una lengua que Shun no había escuchado antes, había algo en medio de la tienda pero desde donde estaba Shun no podía verlo bien así que se acercó lo mas que pudo y cuando lo vio gritó con desesperación…
***
Ikky despertó con el grito de su hermano y le tomó mucho tiempo tranquilizarlo, Shun quería salir corriendo y le estaba tomando a Ikky toda su fuerza mantenerlo quieto, nunca había visto a su hermano sumido en tal desesperación
- Shun… Shun tranquilo, soy yo… Ikky… me escuchas?, Shun por todos los dioses…
Ikky trataba de abrazar a su hermano pero el joven se contorsionaba violentamente en el lecho y no entendía nada, no procesaba nada, al parecer no se había dado cuenta en donde estaba o quién estaba con él, Ikky estuvo tentado a abofetearlo pero se contuvo, mas bien le salpicó con la mano unas gotas de agua, Shun gritó una vez mas pero esta ve despertó porque al ver a Ikky a su lado se aferró a él abrazándolo y llamándolo por su nombre
- Ikky… Ikky…
- Shhhhhhh tranquilo hermano, fue solo un sueño, tranquilo…
- Fue horrible… fue horrible… - Shun lloraba y se aferraba a Ikky con fuerza, el pobre temblaba como hoja y sollozaba incontrolablemente
- Shhhh… me quieres contar que soñaste? – preguntó Ikky cuando su hermano se tranquilizó un poco, ambos estaban acostados en la pequeña cama de paja, Shun estaba envuelto con las mantas pero aún así temblaba
- No… necesito agua, necesito saber si lo que vi es verdad o solo lo soñé, necesito agua… - dijo Shun cuando se pudo tranquilizar y articular frases coherentes
Ikky miró por la habitación y había una palangana de agua que ellos utilizaban para refrescarse, el mayor se levantó y se la acercó a Shun que se sentó en la cama, cerró los ojos y pasó su mano suavemente por la superficie del agua haciendo leven ondas, Shun se concentró y abrió los ojos, contempló la superficie del agua en esa pequeña habitación iluminada suavemente por el fuego que aún ardía en la hoguera, Shun miró el agua por algunos minutos en los que se empezaron a formar imágenes, allí pudo ver un claro de un bosque que tenía varios árboles frutales bastante altos, vio al príncipe Afrodita combatiendo con unas figuras que no tenían mayor forma o detalle, era como si peleara sombras, una de esas sombras lo hirió en un costado con una daga y las sombras que rodeaban al príncipe de Ilyria lo tomaron y lo engulleron, Shun saltó asustado en la cama lo que causó que la palangana de agua cayera estruendosamente al suelo, el pequeño se abrazó a si mismo y lloró una vez mas
- Que pasó Shun?, qué viste?
- El príncipe Afrodita de Ilyria, está herido o muerto, no es claro pero… si no ha muerto aún su vida peligra, debemos decírselo a sus padres
- Viste en dónde estaba?
- En el claro de un bosque, habían colinas alrededor pero a un lado de ese lugar se alzaban muchas enredaderas, árboles antiguos, un bosque… siniestro…
- El bosque negro?
- No se… él está muy asustado… se siente solo y perdido… tiene miedo… yo lo pude sentir, fue horrible hermano fue horrible
- Está bien… vamos a las tiendas de Ilyria, toma ponte tu capa – Ikky se levantó de la cama y le alcanzó su capa a su hermano que se la puso, se calzó las botas y fue con Ikky en la quietud de la noche por las tiendas hasta que llegaron a las tiendas de Ilyria, los guardias dijeron que los regentes estaban descansando pero cuando Ikky les dijo que era el oráculo el que quería hablar con ellos y que eso concernía la príncipe los dejaron pasar a la tienda de los regentes, Alfabica y Kardia habían estado durmiendo pero al suponer que algo le había pasado a su hijo se levantaron inmediatamente y recibieron a Shun el que les contó con detalle el sueño y la visión que tuvo
Alfabica lo veía con temor pero con incredulidad y eso era obvio para Shun, Kardia en cambio estaba caminando por la tienda y ahí algo le llamó la atención a Shun, el Rey Kardia no estaba usando zapatos, como el hombre en su sueño…
- No sabes a ciencia cierta donde está verdad? – preguntó Alfabica por enésima vez, Shun meneó la cabeza y respondió:
- No su alteza, es un paraje que yo no he visto nunca antes, lo siento mucho
- No sabes la identidad de los que atacan a mi hijo como no sabes cuantos son o dónde están sus compañeros de viaje – dijo Alfabica y esto no era una pregunta, era una afirmación en base a lo que Shun les había dicho, el muchacho asintió en silencio y dijo
- No tenían rostro, eran… eran como sombras… yo… - Shun intentaba explicarse pero no tenía palabras, él estaba consciente de cómo sonaba lo que estaba diciendo pero no podía explicarlo mejor, pero al parecer sus palabras tuvieron un efecto en el otro regente porque Kardia se volteó y miró a Shun intensamente cuando frunció el ceño y preguntó:
- Sombras?
- Si… sombras difusas que danzaban a su alrededor
- Piensa muchacho piensa… estas sombras… tenían los ojos azules brillantes? – Kardia se había acercado hasta Shun y se había arrodillado delante de él para quedar a su altura, Shun estaba sentado en un banquito y se sorprendió un poco por la actitud del Rey pero fueron sus palabras las que lo descolocaron, cómo lo supo?
- Si… tenían ojos azules brillantes
- El anciano que mencionaste antes, tenía en sus manos algo como esto? – Kardia sacó de entre sus ropas una especie de medallón que tenía formas extrañas, Shun lo tomó y un flashazo le vino a la cabeza, era algo que había olvidado o que había bloqueado pero ahora estaba frente a sus ojos
- No… el anciano no pero… vi en el sueño al príncipe Dita acostado en el centro de una tienda, en el suelo estaban dibujadas estas marcas, los hombres de los chalecos pintados estaban tomados de las manos y repetían un cántico que no pude entender, en el centro estaba el príncipe con los ojos abiertos, ojos blancos sin vida, ojos muertos…
- Están en el bosque negro con la antigua tribu de los Eolios – dijo el Rey Kardia poniéndose de pie y mirando con urgencia a su esposo
- Es una posibilidad, enviaremos tropas a esos lugares por ellos
- Yo iré…
- Tu no puedes ir Kardia, no sabemos si lo que este muchacho nos ha dicho es cierto o no, además de ser ese el caso cómo vas a dar con ellos?
- Es mi pueblo Alfabica o lo has olvidado acaso?, yo sé como encontrarlos – el Rey Kardia caminó por la estancia y empezó a sacar la ropa para ponerse, Alfabica no estaba muy de acuerdo que digamos y prefería esperar por noticias
- No sabemos si está allá o no – insistió el regente sentándose junto a su esposo y tomando su mano
- Death Mask está con él, si algo le pasó a mi hijo… él lo llevaría con sus sanadores, tenemos que ir Alfabica, tenemos que ir – Kardia habló con urgencia y su esposo asintió
- Vamos entonces… gracias hijo, gracias por avisarnos – dijo Alfabica poniéndose de pie y tomando las manos de Shun entre las suyas
- Lamento traer tan malas noticias – dijo el joven algo incómodo, es que era cierto, cada vez que había hablado con los regentes había sido por alguna desgracia que estaba por venir
- No es tu culpa – Alfabica acarició el rostro de Shun y le dedicó una pequeña sonrisa, Shun la correspondió y salió de la tienda de los regentes de Ilyria con un peso en el alma, lo que vio en esa tienda no eran reyes, vio a una pareja de padres preocupados por su único hijo, eso no se ve todos los días…
A la mañana siguiente Kardia había organizado un grupo de 500 hombres que acompañarían a los regentes de Ilyria al bosque negro, era un camino tortuoso porque deberían ir hasta el centro del bosque, el camino les tomaría una semana como mínimo pero Kardia estaba decidido a dar con ellos, era la vida de su hijo la que estaba en juego así que sin perder mas tiempo se pusieron en marcha rumbo al bosque negro…
***
Mu sacudía a Dita que seguía inconsciente en el suelo pero fue Shura el que reaccionó primero, él sabía que el veneno actuaba rápido, no tenían tiempo que perder así que corrió a donde estaban los caballos y trajo dos, el uno lo dio a Death Mask y en el otro se subió el mismo y llamó a gritos a Mu para que le ayude a acomodar a Dita delante de él
- Estamos lejos del campamento… no lo lograremos – dijo Mu que luego de subir a Dita al caballo se estaba subiendo al suyo propio que Hyoga le había traído, el rubio estaba ayudando a subir al caballo a Sorrento que aún temblaba de la impresión que todo esto le había causado
- No vamos al campamento - dijo Death Mask tomando las riendas de su caballo - Traten de seguirnos el paso, si se separan de mi se perderán sin remedio en el bosque, tenemos que ir lo mas rápido posible
- Guía el camino entonces… resiste Dita… resiste… - Shura tomó las riendas del caballo y salió disparado tras DM que no esperó nada y a todo galope se dirigió a la pendiente que tenían delante de ellos, tras un par de colinas mas se levantaban los antiguos árboles del bosque negro, nadie en su sano juicio iría tan intempestuosamente por allí pero las circunstancias lo ameritaban, Dita estaba más pálido que la muerte y si Shura no lo estuviera sosteniendo en posición se habría caído del caballo sin remedio
Sorrento estaba adolorido al final del día, la noche estaba cayendo y los sonidos del bosque se acentuaron, aullidos de lobos se escuchaban en la lejanía así como el criketeo de los bichos que abundaban en esa parte del bosque, DM había reducido su paso a un trote suave, si perdía ahora el rumbo estaría perdido, Shura en cambio estaba preso de la impaciencia, Dita al parecer dormía en sus brazos pero la blanca piel del joven estaba helada al tacto, Dita tenía los labios azules y las venas se le empezaban a acentuar dándole un aspecto fantasmal
- Por qué te detienes?, tenemos que seguir – urgió Shura al sentir como el joven de cabellos celestes se estremecía en sus brazos
- Si pero… si seguimos pondremos en riesgo la vida de la criatura, el príncipe Sorrento de puede cabalgar mas, debe descansar – dijo DM y era cierto, el joven príncipe de las islas de la muerte estaba en verdad cansado y adolorido
- Pero y Dita? – preguntó Mu con angustia
- Nosotros lo llevaremos, ustedes acampen aquí, este lugar es alto, armen un fuego para que puedan defenderse de los animales, yo… vendré por ustedes apenas lleguemos a la aldea – dijo DM bajándose del caballo y tomando en sus brazos al príncipe Sorrento que casi no podía sostenerse en pie, Mu también se bajó del caballo y sujetó al joven príncipe que desfallecía hasta que Hyoga que también se había bajado de su caballo lo tomó en brazos y lo llevó a los árboles cercanos para acomodarlo en el suave césped
- Dense prisa… no lo dejen morir… no puede morir – Mu miró a DM con intensidad y tomó su mano, en ese momento al guerrero de Ilyria no le importó nada y tomó en sus brazos al joven pelilila y lo besó con fuerza y ansia, Mu abrazó al peliazul y correspondió a ese beso con todo lo que tenía, DM no sabía si volvería a ver a Mu o no, el separarse así los ponían en riesgo a todos pero no podían hacer mas, no podían sacrificar la vida del bebé de Sorrento por la de Dita especialmente si no había una seguridad de éxito
- Cuando nos volvamos a ver te haré el amor hasta que pidas misericordia, es una promesa – dijo el fuerte guerrero en la oreja del joven príncipe que se estremeció
- Yo pensé que no me deseabas – dijo Mu en voz baja y bajando la mirada con vergüenza
- No te deseo… te amo y por eso no pude tomarte esa noche, no estabas en tus cabales, yo quiero que mires a mis ojos mientras te hago el amor y me sientas, no quiero que tus sentidos estén adormecidos por el licor, quiero que me beses y respondas, no quise ofenderte Mu… te amo…
- Y yo a ti… no olvides tu promesa – dijo Mu luego de que DM lo besara una vez mas, allí el abrazo se rompió y DM se volvió a subir a su caballo y dijo:
- Hasta que nos volvamos a ver
- Hasta que nos volvamos a ver – respondió Mu levantando la mano y mirando como se iban el hombre que amaba y su mejor amigo de todo el mundo, Mu esa noche se encomendó a todos los dioses antiguos y nuevos para que las estrellas iluminen el camino de DM y Shura para que puedan llevar a Dita hasta donde estaba el pueblo escondido de los Eolios, el príncipe de Lorién deseaba con todo su corazón y su alma que puedan encontrar una cura… un antídoto… algo que salve la vida de Dita…
DM guió el camino y Shura siguió, el pelinegro sostenía protectoramente a Dita que empezó a convulsionar entre sus brazos, Dita no podía respirar aparentemente porque hacia sonidos extraños y guturales mientras buscaba aire
La noche entera cabalgaron adentrándose cada vez mas al bosque, la maleza era mas espesa, la luz del sol que salía por el este no penetraba la espesura de los bosques, DM se detuvo un par de veces, cerraba los ojos y volvía a tomar el camino, Shura se iba desesperando cada vez mas, su corazón latía con violencia y estaba a punto de estallar hasta que DM se detuvo abruptamente
- Y ahora que pasa? – reclamó Shura con obvia molestia
- Ya llegamos – dijo DM bajándose del caballo, Shura no lo entendía, miró a su alrededor y no vio nada mas que árboles, piedras y maleza, DM tomó a Dita y lo cargó con cuidado, Shura se bajó del caballo y lo amarró donde estaba el otro para seguir de cerca a Death Mask que caminaba con Dita en brazos, subió una pequeña colina y al llegar allí Shura abrió mucho los ojos al ver a varias personas de pie allí, todos ellos ancianos canosos que tenían vestimentas extrañas y bastones que al parecer eran hechos de huesos humanos, Death Mask se arrodilló con Dita en brazos y Shura sin saber que hacer lo imitó, ahí el fuerte guerrero habló en una lengua que Shura no había oído nunca, era la lengua materna del general guerrero de Ilyria y dijo:
- Vengo humildemente ante ustedes a rogar por su ayuda y sabiduría, este hombre fue herido mortalmente y veneno corre por sus venas, necesitamos salvarlo, es el hijo de uno de los nuestros, es el hijo de la promesa y la unión, es el príncipe de las tierras altas que ha velado por nuestro pueblo, tiene corazón y alma puras, en nombre de los dioses de la tierra, de los árboles, el agua y la vida, ruego… suplico que apliquen su magia en él – DM había mantenido su cabeza baja mientras habló, esa era una muestra de respeto hacia los ancianos que estaban de pie ante él, uno de ellos se agachó y puso su mano en la helada frente del joven de celestes cabellos y al sentirlo tan frío frunció el ceño
- Ven hijo… estábamos esperando tu regreso – dijo el anciano luego de considerarlo un poco, DM se puso de pie y siguió al anciano colina abajo entre las antorchas encendidas, al pie de las rústicas tiendas que conformaban el pueblo nómada de los Eolios, Shura lo miraba todo con los ojos muy abiertos, habían mujeres y niños que estaban dedicados a tareas varias, desde la agricultura hasta el hilado y la herrería, muchos varones jóvenes estaba trabajando con metales y otros estaban afanados en la traída de agua y demás cosas
Las cabañitas no eran muy grandes, delante de cada una de ellas había una hoguera y todas conducían a una gran tienda que era mas grande que las demás, Shura no pudo creer cuando en la entrada de la tienda vio al Rey Kardia que estaba de pie y sin zapatos esperando a su hijo, al verlo lo tomó de los brazos de Death Mask y sin decir nada mas entró a la tienda, Shura iba a seguirlo pero el Rey Alfabica lo detuvo
- Qué crees que haces?, fuera de aquí!!!!
- Su alteza, yo… solo quiero ayudar – dijo Shura humildemente bajando la cabeza, los regentes de Ilyria tenían todo el derecho de dudar de él si había intentado matarlos en el pasado pero las cosas habían cambiado, Dita era lo que había cambiado y lo único que Shura deseaba era estar a su lado
- Has hecho lo suficiente, no puedes entrar, lo siento – dijo Alfabica que entró a la tienda, Death Mask se sacó la capa que estaba usando, el cinto con su espada, su daga y el resto de sus armas, se sacó la cota de malla que usaba y las botas, cuando solamente vestía sus pantalones y una camisa sencilla le fue permitido el ingreso, Shura se quedó afuera maldiciendo a todos los dioses, él solo quería estar con Dita… solo quería estar a su lado…
Kardia al entrar a la tienda depositó a su hijo en medio de la estancia, en el suelo estaban dibujadas varias runas antiguas que según las creencias de ese pueblo ayudarían a canalizar el poder sanador de la magia antigua, el sumo sacerdote ordenó que despojaran de ropa al joven y así lo hicieron, Dita seguía inconsciente pero aún respiraba, una anciana mujer estaba preparando un brebaje de varias plantas, la bebida humeaba y con la ayuda de Kardia que se arrodilló junto a la cabeza de su hijo para incorporarlo un poco se la dieron a beber
Dita tragó el brebaje con dificultad y el efecto fue inmediato y violento, el joven de ojos y cabellos celestes convulsionó en el suelo, era claro para todos los que estaban allí que era agonía para él, Death Mask vio von horror como las venas en todo el cuerpo de su príncipe como que se tiñeron de negro y se hicieron visibles, una mancha oscura se formó en su vientre de la cual se extendían ramificaciones algo gruesas, una de ellas estaba cruzando su pecho hacia su corazón
- El veneno es potente… lo que tenemos no es suficiente – dijo la anciana mujer poniéndose de pie y hablando el lenguaje común con un fuerte acento que hacía que casi no se le entendiera
- Por favor no… algo tiene que haber, algo se tiene que poder hacer – dijo Kardia con desesperación mirando a la mujer y tomando sus manos entre las suyas
- Podemos tratarlo con nuestras plantas y hiervas, podemos darle leche de amapola para reducir su dolor, podemos detener el avance del veneno pero… no podemos revertir sus efectos – contestó la mujer mirando con pena a Kardia que se separó de la mujer para arrodillarse en el suelo y abrazar a su hijo, le fuerte Rey de Iliria no pudo evitarlo y derramó algunas lágrimas ante la impotencia que sentía, la vida de s hijo se le iba de las manos y no había nada que pudiera hacer
- No… mi hijo… no… no hay nada mas que puedan hacer? – preguntó Kardia una vez mas, no lo podía aceptar, no podía aceptar la muerte de su único hijo, los ancianos se miraron en silencio por algunos momentos hasta que finalmente una voz se escuchó en la tienda al decir:
- Hay algo pero… está prohibido por los dioses y es muy peligroso – dijo el hombre mas anciano de todos y ante estas palabras varios murmullos de desaprobación se pudieron escuchar
- Lo que sea… no me importa… - dijo Kardia con convicción
- Solo la muerte paga por la vida, magia de sangre es lo único que lo salvará, lo quieres de vuelta?, lo quieres de vuelta como era antes? – preguntó el anciano arrodillándose junto a Dita que seguía retorciéndose en brazos de su padre que trataba de mantenerlo quieto sin éxito
- La muerte de quién?, si es mi vida la que tomarás que así sea – dijo Kardia mirando al anciano
- La mía también, me pongo en tus manos – fue Alfabica el que habló arrodillándose al otro lado de la cabecera de Dita que gemía del dolor
- Si le sirve de algo mi señor yo también pongo mi vida a su servicio – dijo DM arrodillándose junto a Kardia y poniendo sus manos sobre el vientre de Dita que se contorsionó una vez mas
- Tres… hay alguien mas? – preguntó el anciano y volteó su rostro hacia la entrada de la tienda en donde inmediatamente Shura se abrió paso entrando a la tienda, él ya se había sacado su capa y demás implementos, estaba descalzo también y sin decir nada tomó su lugar arrodillándose junto a Alfabica y dijo:
- Si es mi vida lo que se necesita con agrado la cedo, él vivirá verdad?
- Cuatro entran a la tienda… cuatro vidas, cuatro corazones, cuatro gemas, si su amor por el muchacho es puro vivirá, si no lo es morirá y el impostor también, entienden los riesgos? – preguntó el anciano
- Si… lo entendemos – dijo Kardia mirando a Shura que asintió
- Bien… trae las gemas… empecemos…