Capítulo Décimo Tercero
Midorima de nuevo estaba intentando atender fallidamente la clase de Economía que si bien el profesor bastante mayor era bueno enseñando, el chico no podía concentrarse con nada. Su objeto de la suerte era un oso de peluche de miniatura, estaba tan agradecido que los objetos de la suerte fuesen pequeños para poder guardarlos en el bolsillo y no perderlos al llevarlos en la mano.
Los eventos del día anterior fueron sorpresivos uno tras otro, comenzando con la cadena que le regaló a Takao, el partido de hoy en la noche contra Rakuzan, el chupetón de Yumi-chan y por supuesto ESO…
Antes de dejarse arremolinar por sus pensamientos, los cuales lo metían en un trance difícil de salir, decidió que era mejor tratar de copiar todo lo que el profesor se había esforzado por escribir en la pizarra, y así mantuvo su mente libre al menos por las siguientes 2 horas.
El sonido de la campana lo sorprendieron y al ver la hora pudo constatar que solo era tiempo del break. Takao apareció detrás de él muy alegre como siempre, y Midorima se preguntaba si es que a él no le afectaba lo de la noche anterior. Sin más decidió que tal vez solo era su imaginación y lo de anoche no sucedió realmente.
-Hoy en la noche vienes a mi casa – se lo dijo casi suspirando muy cerca de su oreja, por lo que el aire caliente de su boca chocó placenteramente en el oído del mayor haciendo lo saltar de su sitio.
-¡¡¡¡¡!!!!! -Midorima se tapó inmediatamente la oreja.
-Naa, Shin –chan ¿Vas a estar bien esta tarde jugando contra Rakuzan? si necesitas algo solo dímelo.
-¿¿Por qué tan de repente?? – Recomponiéndose de la acción anterior, Midorima quería realmente preguntar el porqué de que le soplara la oreja.
-Porque la otra vez estabas muy decaído cuando te encontraste con Akashi.
-Eso yo…
-No tienes la necesidad de contarme todo, sé que hay cosas que no me has dicho pero está bien… -Un deje de alivio se vio en el rostro de Midorima. - …Yumi te lo hará confesar todo amenazándote con nuevos chupetones
-¡No utilices a tu hermana para esos fines!
Entre risa y risa, el recreo y las demás horas se pasaron completamente tranquilas. El entrenamiento de esa tarde solo consistió en un breve calentamiento y repaso de algunas técnicas. Con Shuutoku como anfitrión, solo les quedaba esperar la hora del encuentro.
Rakuzan no se hizo esperar, y llegaron exactamente a la hora pactada. El gimnasio se había llenado de personas, conocidas y no conocidas, entre alumnos de Shuutoku y Rakuzan.
Shuutoku empezó bien, robó primero el balón a Rakuzan, y los dribles de Takao no se hicieron esperar, pero fue interceptado por Akashi fácilmente, interceptando el balón aunque este ya había planeado una ruta. Akashi avanzó fácilmente pero Kimura por su altura le cerró el pase, ni lento ni perezoso, Akashi lanzó el balón detrás de él, siento atrapado por Reo, el cual anotó los primeros 3 puntos del primer tiempo. Shuutoku no se quedó atrás, después de tener la oportunidad de sacar inmediatamente el balón fue pasado a Midorima, el cual al igual que Reo anotó los siguientes 3 puntos. La sinergia de Midorima y Takao no se hizo esperar y anotaron tantos puntos como podían ya que ingresar al área de Nebuya era casi un suicidio, pero sabían que de esta manera al igual que el partido contra Seirin, Midorima llegaría a su límite para el tercer tiempo como máximo.
No tenían su propia versión de Kuroko para poder ingresar rápido al área de tiro con pases milagrosos, así que la responsabilidad recaería en Takao, con los ojos de halcón, fácilmente organiza al equipo, Otsubo se encargaría de detener a Nebuya y Midorima a Reo, los pases de Kazunari serían precisos y Miyaji con Kimura se encargarían de la ofensiva.
El partido se desarrolló con sacrificio, ninguno de los dos equipos quería ceder, pero como en años anteriores, la supremacía de Rakuzan se mantenía y se mantuvo.
110 a 107, ese fue el score que tuvieron con Rakuzan en la cabeza. Finalizado el partido, los dos equipos se dieron la mano en señal de paz, aunque habían perdido, Shuutoku sintió que algo había cambiado en Rakuzan, el aura de muerte y terror no estaba más allí, así que al final el partido fue de lo más divertido, ninguno se arrepintió de haber dado el todo por el todo .
Las personas que fueron a apoyar a sus equipos poco a poco se fueron retirando. Shuutoku como buen anfitrión dio un lugar para que el equipo retador pueda cambiarse e inclusive la opción para que puedan ducharse. Los muchachos que ya terminaban se retiraban, al parecer ninguno estaba dispuesto a salir en grupo, ni para celebrar ni para lamentarse. El entrenador Maasaki estaba satisfecho con el resultado, había visto jugar a su equipo el 200% y aunque no ganaran le pareció suficiente, por eso no pidió a nadie que se quedara.
-Te espero afuera - le dijo Midorima a Takao, que estaba demorando en cambiarse.
-En verdad espérame Shin -chan, no te vayas por tu cuenta.
Midorima pensando en el partido, sintió a alguien detrás de él, al voltear era Akashi el que estaba allí.
-Buen partido el de hoy.
-Más que bueno para ti, ganaron.
-¿Resentido?
-No para nada, he redescubierto que disfruto de jugar Básquet. Más aún contra equipos tan fuertes.
-Oh eso me halaga.
-Pensé que era una obviedad para ti.
-Lo es. – Los dos rieron entre dientes, la compañía del otro ahora era bastante tranquila.
-Pero no has venido a hablarme solo por eso. ¿Verdad?
-No, en realidad estoy pensando en reunir a todos. –La ceja alzada de Midorima dejó espacio para que Akashi se explicase – Es como un reencuentro de promoción, sé que gracias a Kuroko varios hemos cambiado en distintas maneras, antes hubiese sido una falasia el juntarnos, pero ahora creo que podemos hacerlo y quien sabe jugar Básquet y poder disfrutarlo como no lo hacíamos en años.
-Entiendo, supongo que iré.
-No vayas solo, lleva a tu pareja.
-¿¿Qué?? No… él no… él no es mi pareja.
-¿Todavía? ¿Qué pasa Shintarou? antes eras más decidido. – le mandó una risita traviesa como solo Akashi podía, cosa que dejó rojo y mudo completamente al peliverde, recordando el evento del día anterior – Yo te mandaré un mensaje indicándote lugar y fecha. Nos vemos.
Midorima se quedó mirando por el lado que se había ido Akashi, así recordó que Takao estaba demorando demasiado y fue a buscarlo.
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Takao, se había demorado mucho tiempo en cambiarse por lo tanto fue dejado atrás por la mayoría de sus compañeros, e inclusive Midorima le dijo para esperarlo afuera. Metido en sus pensamientos del día anterior y como debería reaccionar ahora que vayan a su casa, de nuevo los dos juntos y SOLOS. Tan ensimismado en sí mismo, que no se dio cuenta que alguien se acercaba a su costado.
-Y que tal, ¿ya tienes todo planeado? Solo tienes 2 días ratoncito.
Takao dio un salto de la banca donde estaba sentado, ¿en qué momento había aparecido Miyaji?
-No te incumbe si tengo algo planeado o no, mientras cumpla el día lunes ¿verdad?
-Cierto muy cierto… - el pelinegro aprovechó en ponerse las zapatillas de manera rápida, o sea sin desamarrarlas, para poder irse rápido – pero no olvides lo que pasará si no lo consigues…
Dejó la frase abierta, para que Takao pueda completarla en la cabeza, este último no dijo nada más, y decidió irse casi trotando. Ni bien salió de los vestidores, chocó con Midorima, el cual lo sujetó para que el choque no lo bote al suelo.
-Te estabas demorando… - dijo Midorima.
-Eh? Ah sí, bueno me demoré en cambiarme, vámonos ya Shin-chan.
El peliverde miró de reojo por donde había salido Takao, pudo ver a Miyaji sentado con una sonrisa que le pareció de arrogancia. Unos sentimientos de infinitos celos se albergaron en su pecho, pero no decidió darle importancia y se dejó jalar por el menor.
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Miyaji al ver que los dos se iban, pudo soltar un gran suspiro, y se sobó las sienes con las dos manos.
-¿Porque haces cosas tan innecesarias?, solo te crean jaqueca. – Miyaji al escucharlo, salió de sus pensamientos y ubicó la voz cerca del marco de la puerta.
-Vaya confianza, pasearse por escuela ajena y escuchar conversaciones que no le incumben.
-Sé lo que intentas hacer, pero solo te estás complicando las cosas. ¿No sería mucho más fácil ir y declararse como todos lo hacen? – Miyaji podía deducir, que estuvo todo el tiempo que duró la conversación con Takao.
-¿Tú crees que declararse es fácil? No me jodas, te lanzaría una piña a la cara ahora mismo mocoso. Además lo estás malentendiendo. – Esto último lo dijo con fastidio, levantándose del asiento para ya irse.
-Créame, sé muy bien quien le gusta, a quien ha estado mirando todo este tiempo, no solo ahora, sino cuando jugamos en la WC también.
-¿Qué es lo que quieres? – Ahora mismo Miyaji se sentía en un deja vu. La persona frente a él se acercó de manera brusca y le tomó las dos manos, poniéndose de puntitas para poder igualar los 10 cm de diferencia.
-TE AMO MI-YA-JI-SEN-PAI… - el mencionado palideció y retrocedió chocando con la banca, cayendo sentado de nuevo. – ¿ves que es fácil declararse?
-tu… - Miyaji estaba a punto de pararse y confrontar con un par de golpes al atrevido menor, pero antes de continuar el chico habló.
-Si eres rechazado senpai, estaré esperando por ti. – Sin más el muchacho se retiró, dejando sin réplicas al rubio.
Miyaji soltó una risa nerviosa, de todas las personas no pensó que justo él sería quien se le confesase, aunque en un rincón muy en el fondo de su corazón, esperaba que la persona que le gusta se diera cuenta mágicamente que estaba enamorado de él. Kiyoshi Miyaji ya había movido sus cartas, y se había puesto la soga al cuello con tal de conseguirlo