Capítulo Décimo Octavo
Takao no sabía lo que pasaba, todo había sido muy rápido. En primer lugar Midorima lo había apurado a terminar de desayunar, después lo había llevado de la mano al segundo piso y se cambió delante sin siguiera importarle, jaló sus implementos de limpieza, entre los que estaban sus vendas para los dedos y se metió al baño. Takao pensaba que era bueno que Midorima se sienta en confianza en su casa, pero no era como para que se pasee como Pedro por su casa. Ni bien lavado la cara y cambiado, salieron de la casa, previamente echándole llave, por si acaso.
Takao al ver tan agitado al mayor no había preguntado nada, hasta que ya estando en la calle se atrevió a preguntar.
-¿Shin-chan a dónde vamos?
-Ya te dije a comprar algunas cosas.
-¿Te refieres a artículos de la suerte?
-Maso menos…
El moreno siguió preguntándose a sí mismo que le pasaba al mayor, hasta ahora no habían mencionado anda del día de ayer, y no fue un sueño porque tenía marcas de lo de ayer en la parte de su clavícula. En parte odiaba que su piel fuese tan delicada como para enrojecerse con un poco de presión, porque si bien ayer estuvieron repartiéndose besos a diestra y siniestra, Midorima beso su cuello no con intenciones de dejar chupetones.
Fue cuando se le ocurrió, tal vez era obra de Oha Asa. Después de todo el horóscopo le servía todo el día hasta las 24 horas, pero lo que paso ayer pasó probablemente pasadas las 12 de media noche y se extendió durante la madrugada. Entonces, ¿Oha Asa advirtió algo de ese acontecimiento hoy en la mañana? Si bien aquella mujer no tenía idea de su relación o siquiera que ellos existieran, había descubierto que podía ser escalofriantemente acertada.
Pero ahora persiguiendo a Midorima por las calles comerciales, no le darían tiempo para poder mandar el mensaje al número de contacto de la adivina para que por medio de una llamada reciba la retransmisión de su programa en las mañanas.
Midorima paró en seco y entró a la primera tienda. Era una tienda de artículos para la casa y el peliverde de frente se fue al mostrador, habló brevemente con el hombre encargado de atenderlo y este de manera presurosa entro por una puerta trasera, posiblemente el almacén. Takao había perdido de vista a Midorima, y cuando lo ubicó en el mostrador se acercó, fue cuando el hombre del almacén salió con una caja.
-Embálelo y póngalo a mi nombre.
Midorima sacó una tarjeta, se la entregó y aquel hombre se volvió a llevar la caja.
-Shin-chan, ¿Qué compraste? – Midorima soltó una risita
-Ya verás.
Volvió ambicioso
Saliendo de la tienda, Takao fue tomado de la mano y así avanzaron a otras tiendas. “¿Esto es una cita? Es una cita ¿verdad?”, no podía dejar de pensar, pero antes de hundirse en preguntas, decidió solo disfrutar de la situación. Entrando en tiendas al azar, mirando cosas que podrían o no servirle. Jugando unos minutos en las maquinitas para ganar algún peluche y no consiguiendo nada. Pero la curiosidad lo mataba, ¿Qué diablos había en la caja? Y ¿Qué había dicho hoy Oha Asa?
El día pasó rápido, y al estar solo decidieron comprar algunas cosas extras, como para hacer una entrada y una ensalada para acompañar la comida que su madre les había dejado en el refrigerador. Justo fue ahora que Midorima se puso extraño.
-Takao, voy a ir a comprar otra cosa que me olvidé. Ahora regreso…
-Shin…
Midorima se fue en otra dirección antes de que pudiera reclamar algo. Ya sin decir nada fue rumbo al supermercado y compró cebollas blancas y fideos de colores para hacer una ensalada. Mientras hacía la cola para pagar los productos recibió un mensaje:
“Lo siento Takao, voy a demorar más de lo que pensé, ve yendo, yo te alcanzo”
Takao suspiró pesadamente, de algo que se alegraba era que Midorima se había llevado todas las bolsas de compra y no estaría cargando nada a excepción n de las compras del supermercado.
Después de pagar se acordó de lo que lo estaba carcomiendo toda la mañana, mandó en mensaje HOA (horóscopo Oha Asa) al número que aparecía en los reclames, y al rato un numero de solo 3 dígitos lo estaba llamando. Al contestar pudo escuchar claramente una grabación:
Hola hola, Oha Asa daily! Comenzamos con Aries!!!
Empezó escuchando, mientras que avanzaban con Aries, Tauro y Géminis. Pronto llegó a Cáncer.
Dai Lucky!!! Cáncer estás en el primer puesto en el ranking!
Hoy puede ser el mejor momento para exponerle a esa persona especial tus sentimientos pero no te confíes!! Puede haber personas que interfieran con tus planes el día de hoy. Tu compatibilidad es con Escorpio. Y tu objeto de la suerte son unos lentes. Tu más baja compatibilidad es con Acuario, así que si ves a alguno aléjate o te pasará su mala suerte.
Como siempre Oha Asa era una mujer escalofriantemente acertada. Pero el comentario de exponerle a esa persona especial sus sentimientos, ¿sería que no necesitarían decirse nada más? Takao sabía que el paseo de hoy en la mañana asemejaba una cita pero no era exactamente una. ¿O sí? ¿Sería que ya eran pareja y recién se daba cuenta de eso? Ayer no habían dicho nada, entonces las acciones hablan más que las palabras. Pronto volvió a tomar conciencia del horóscopo cuando escuchó su signo.
Oh Escorpio, el tercero en nuestro ranking pero no el menos suertudo. Es un buen día en el amor, puedes aprovechar para expresar a esa persona especial tus sentimientos. Pero ten cuidado, ese proyecto que has estado llevando a cabo puede interrumpirse por personas ajenas. Tu mayor compatibilidad es con Cáncer. Y tu artículo de la suerte es una figura de Urashima Tarou.
Takao la noticia le cayó como seda, ya eran 2 veces en las que madame acertaba, acerca del amor, ahora el pelinegro andaba caminando por la calle como colegiala enamorada, también acertó con su compatibilidad, pero le preocupaba acerca de aquel proyecto, tal vez no podría cumplir la apuesta de Miyaji a tiempo. Con respecto a Urashima Tarou, era otra historia no le importaba mucho el artículo de la suerte, ya tenía al más afortunado del ranking consigo.
Cortó la llamada con el Oha Asa Daily cuando justo empezaba a decir
Lo lamento no es tu dia de suerte. Lo que debes hacer Acu…
Mientras tanto en otro lado, cerca del distrito comercial…
-¿Porqué de todos los lugares tenía que encontrarme contigo?